Cómo percibimos el tiempo no sólo afecta a nuestra mente. También cambia la velocidad a la que sanamos las heridas

Cómo percibimos el tiempo no sólo afecta a nuestra mente. También cambia la velocidad a la que sanamos las heridas

Cuando hablamos del poder sanador de la mente muy a menudo nos referimos a la sorprendente efectividad del efecto placebo. Ahora dos investigadores de la Universidad de Harvard acaban de hallar un fenómeno semejante en uno de sus experimentos.

El tiempo cura las heridas. El experimento en cuestión indica que nuestra percepción del tiempo afecta a la velocidad a la que cicatrizan nuestras heridas. Es lo que observó este dúo de investigadores tras analizar el proceso de cicatrización en los participantes en un estudio, a quienes se alteró la percepción del tiempo.

Esto es, las heridas de quienes experimentaban pasar el tiempo más rápido cicatrizaban con mayor celeridad que las heridas de aquellos que percibían el tiempo de forma “normal”. Por su parte, este último grupo presentaba un proceso de cicatrización más rápido que el de aquellos a quienes se hizo experimentar el pasar del tiempo de forma más lenta.

Entender este curioso fenómeno podrá ser de utilidad, explican los autores, de comprender mejor interacciones entre cuerpo y mente que puedan afectar a nuestra salud física. De la misma forma que los ensayos clínicos deben controlar teniendo en cuenta el efecto placebo, es posible que esta versión temporal del efecto pueda también esconder ramificaciones relevantes.

El experimento. Los responsables del estudio realizaron una pequeña herida en los participantes y después los dividieron en tres grupos. Uno de los grupos ejerció de control, mientras que en los otros dos casos se alteraron los relojes para que funcionaran a velocidades distintas: uno el doble de rápido y el otro el doble de lento.

Así, si bien el tiempo del experimento duraba 28 minutos en los tres casos, se hizo pensar a uno de los grupos que tan solo habían pasado 14 y al otro se le hizo pensar que habían transcurrido 55 minutos.

A distintas velocidades. Tras analizar cómo habían evolucionado las heridas de los participantes tras esos 28 minutos, los investigadores comprobaron que el ritmo de cicatrización era más rápido entre los que habían “experimentado” el pasar del tiempo más veloz. Por el contrario la cicatrización había avanzado menos entre aquellos que habían sido inducidos a pensar que el tiempo había pasado más lentamente.

Los del grupo cuya percepción del tiempo no se manipuló experimentaron una velocidad de cicatrización intermedia. Los detalles del proceso y sus resultados fueron publicados en un artículo en la revista Scientific Reports.

Mucho por investigar. El experimento fue realizado en un grupo de 33 voluntarios, lo que limita mucho la capacidad del estudio para extraer conclusiones firmes. Serán por tanto necesarias nuevas iteraciones del experimento. Los responsables del estudio aseguran estar ya manos a la obra.

Los resultados sin embargo son coherentes con lo que sabemos: el efecto placebo es poderoso y las conexiones entre eso que llamamos “mente” y nuestro cuerpo son férreas si bien en muchos sentidos inexploradas.

Dicen que el tiempo cura todas las heridas, pero cabe recordar que otra de las limitaciones de este experimento es que se centra en pequeñas heridas, laceraciones en la piel. Es difícilmente extrapolable por tanto a otros problemas de salud. Entender si este efecto se produce en otros contextos, contextos en los que el efecto placebo sabemos juega un rol, como en resfriados, será de gran importancia a la hora de entender la relevancia de este.

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Imagen | Diana Polekhina

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Todos los retos técnicos que debemos resolver si queremos lograr la mayor hazaña del ser humano: llegar a Marte

Todos los retos técnicos que debemos resolver si queremos lograr la mayor hazaña del ser humano: llegar a Marte

La llegada del ser humano a Marte sigue siendo un sueño inalcanzable pero, ¿seguirá siéndolo por mucho tiempo? ¿Cuán cerca estamos de convertirnos en una civilización interplanetaria?

El primer problema que tendrán que afrontar es el de llegar hasta ahí. Los motores de propulsión química que utilizamos hoy en día para enviar al espacio misiones de todo tipo, tripuladas o no, tienen importantes limitaciones.

Los hemos utilizado para enviar vehículos de hasta una tonelada de masa al planeta rojo pero una misión tripulada es una historia bien distinta. Con la tecnología actual un viaje tripulado a Marte podría necesitar entre 21 meses y tres años contando la ida y el regreso.

Existen diversos conceptos de propulsión que podrían ayudarnos en este objetivo de llegar a Marte. Algunos implican cambios relativamente ligeros en los motores químicos convencionales como es el caso de los motores de detonación rotativa; otros requieren de importantes avances, como los motores de fusión nuclear.

Entremedias hay dos tecnologías que parecen más o menos al alcance de nuestras capacidades, ambas basadas en la energía nuclear, pero en este caso la de fisión. El primero de ellos es la propulsión térmica nuclear (NTP), un motor que emplea un pequeño reactor nuclear que transmite energía térmica a un propelente de hidrógeno gaseoso que se expande así para propulsar el vehículo. Se estima que este sistema podría acortar el tiempo de viaje a Marte en un 25%.

El segundo es la propulsión electronuclear o eléctrica nuclear (NEP). En este caso el reactor de fisión acaba produciendo energía eléctrica de manera muy semejante a como lo hacen las plantas nucleares en la Tierra. La energía eléctrica ioniza un gas inerte que impulsa la nave. Estos motores podrían ser capaces de acortar el tiempo de viaje en un 60%.

Cada motor cuenta con unas ventajas específicas: los NTP impulsan con más fuerza los vehículos, pero los NEP pueden hacerlo durante más tiempo. Es por eso que la opción de vehículos que los combinen también está siendo estudiada por la NASA en el contexto de su programa NIAC (Innovative Advanced Concepts).

¿Y dónde montaremos estos motores? Por ahora no contamos con una nave espacial que pueda transportar seres humanos a Marte, pero existen algunos proyectos que podrían acabar dando lugar al diseño final. Empecemos por el de Starship.

La llegada a Marte ha sido uno de los objetivos declarados de SpaceX desde sus primeras etapas. Tanto es así que la historia de su nave superpesada Starship comienza a escribirse a través de conceptos previos como el del Mars Colonial Transporter. Starship es una parte fundamental del programa Artemis, y la NASA busca que la empresa de Elon Musk se centre en este aspecto del cohete. Quizás entonces podamos conocer más detalles sobre cómo moldear este vehículo para cumplir con su función a largo plazo: llegar a Marte.

La NASA por su parte cuenta con un proyecto para crear una nave capaz de llevar personas hasta el planeta rojo: Deep Space Transport (DST). Los avances con Starship, las dudas que está generando el cohete pesado de la agencia, el Space Launch System (SLS) y el hecho de que no hayamos tenido muchas noticias sobre esta nave en los últimos años invitan al escepticismo con respecto a futuros avances en esta dirección.

¿Y China? El secretismo de Beijín hace imposible conocer los planes de sus agencias. Los esfuerzos de las autoridades chinas parecen centrados en la llegada a la Luna y en la misión que traerá a la Tierra muestras de suelo marciano, previsiblemente a comienzos de la década que viene. Pero poca duda cabe de que las ambiciones del programa espacial chino también abarcan este tipo de misiones.

Sea cual sea el diseño, tendrá que abordar uno de los grandes problemas de la exploración de Marte: la radiación. Durante todo el viaje la nave quedará expuesta a vientos solares y a otras formas de radiación procedente del espacio.

Lidiar con la radiación también será un problema para quienes diseñen los habitáculos en los que los astronautas pasen su estancia en el planeta rojo. Marte no cuenta con un campo magnético que proteja su superficie de la radiación como ocurre en la Tierra, por lo que los astronautas seguirán expuestos aún después de llegar a su destino.

Más que un viaje

Y, como hemos señalado antes, los viajes a Marte no son cortos. Cualquier misión a este planeta no podrá ser simplemente de ida y vuelta. Debido al movimiento de los planetas, los exploradores tendrán que esperar algunos meses en Marte antes de contar con una ventana de lanzamiento que les permita volver a casa.

Los habitáculos en los que vivan durante ese tiempo tendrán que protegernos de la radiación así como de la falta de oxígeno en la atmósfera marciana. También de las inclemencias del tiempo.

Y todo eso sin dejar de crear un entorno acogedor para las personas que lo habiten durante varios meses. Es por eso que la NASA no solo somete a prueba las tecnologías que incorporarán estos habitáculos sino que también prueba aquí en la Tierra cómo un grupo de personas puede desenvolverse en estos lugares.

Construir en Marte tiene unos problemas semejantes a los que tiene construir en el espacio: los cohetes tienen limitaciones no solo con respecto a la masa que transportan sino también respecto a su volumen y sus dimensiones. La solución: construir con impresoras 3D y aprovechando la mayor cantidad de materiales disponibles en el origen, la llamada utilización de recursos in situ.

La utilización de recursos in situ será de gran importancia no solo para la construcción sino también para la subsistencia de los viajeros. Esto afecta a distintos aspectos de la subsistencia, desde el oxígeno hasta la energía, pasando por el agua y los alimentos.

Hay muchas cosas que nos pueden matar en Marte, pero si nos plantáramos ahí sin protección la que primero lo hiciera sería la falta de oxígeno. Es por esto que las agencias espaciales están poniendo gran empeño en encontrar la forma de transformar las moléculas de dióxido de carbono tan abundantes en la atmósfera marciana en oxígeno respirable. Existen varios experimentos avanzados que pretenden solventar este problema, y uno de ellos lleva casi tres años en Marte: MOXIE.

Aun si logramos reducir los tiempos de viaje a la mitad, una misión a Marte seguiría requiriendo más de un año entre viajes y estancia. Subsistir durante ese tiempo requiere comida. Y mucha. Cultivarla ahí es una opción, pero la agricultura marciana tendría sus propias vicisitudes: menor radiación solar, ausencia de humedad y un terreno muy distinto son factores que afectarían a cualquier cultivo en un planeta como Marte.

No todos los bienes son tangibles: la energía también es un problema. Muchos de los aparatos que enviamos al espacio cuentan con paneles solares, pero el polvo marciano y la mayor distancia entre planeta y estrella hacen que estos mecanismos sean menos eficaces que en la Tierra. Transportar la energía en forma de combustible es poco realista, salvo quizás que estemos hablando de combustible nuclear. La energía nuclear ya ha sido aprovechada en el planeta rojo para algunas misiones, como las que llevan a cabo los rovers Curiosity y Perseverance.

¿Y el agua? Es posible que la clave en el caso del agua no esté en crearla in situ, sino en llevar un poco y aprovecharla todo lo que podamos. Esto es lo que ya ocurre en la Estación Espacial Internacional. En este puesto avanzado de la humanidad en el espacio los astronautas llevan años valiéndose de sistemas de reciclado de agua que convierten los líquidos desechados en agua potable más pura de la que llega a los grifos de países como Estados Unidos. Y es un sistema aún sujeto a mejoras.

Es probable que la humanidad llegue a Marte en las próximas décadas, pero que la llegada se produzca antes o después dependerá también de factores como la financiación. Llegar a Marte será caro y, cuanto antes lleguemos más repercutirá este viaje sobre los bolsillos de contribuyentes e inversores.

Es difícil estimar el coste total de llevar a la humanidad a Marte y es por eso que las estimaciones varían. Algunas estimaciones sitúan el coste extraordinario en las decenas de miles de millones de dólares, otras menos optimistas calculan el coste alrededor del billón y medio de dólares. Los cálculos de la NASA van en algún lugar intermedio. La agencia cree que llegar al planeta rojo nos costaría alrededor del medio billón de dólares.

Pasaron tan solo 12 años entre el lanzamiento del primer satélite artificial, el Sputnik 1 y la llegada de Neil Armstrong a la Luna. El contexto de aquellos años era distinto al actual: el despegue del Sputnik generó una sensación de inseguridad estratégica en los Estados Unidos que propició una inversión en la carrera espacial que aún no ha sido igualada.

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Imágenes | NASA

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Hemos descubierto un “anillo cósmico” de miles de millones de años luz de diámetro. Y no sabemos cómo explicarlo

Hemos descubierto un “anillo cósmico” de miles de millones de años luz de diámetro. Y no sabemos cómo explicarlo

Desde que contamos con una explicación coherente del origen del universo tal y como lo conocemos (la del Big Bang), nos hemos estado preguntando por qué la materia acabó repartiéndose de una forma tan poco uniforme. Lejos de resolverse, este misterio se está agrandando, y parte de la culpa la tienen unas inmensas estructuras descubiertas en los últimos años.

El arco y el anillo. Dos, concretamente: una con forma de arco descubierta en 2021, y una con forma de anillo cuyo descubrimiento ha sido anunciado hace unos días. Detrás de ambos casos está una estudiante de la University of Central Lancashire, Alexia Lopez.

Estas estructuras son cúmulos de galaxias dispuestas en formas extrañamente regulares. Ambas estructuras son de tamaños inconcebibles: el arco mide 3.300 millones de años luz de punta a punta, y el diámetro del anillo es de 1.300 millones de años luz.

El anillo solo lo es en apariencia, eso sí. La disposición de las galaxias en esta estructura es más bien espiral, como si se tratara de un sacacorchos que apunta hacia nuestra galaxia, situado a unos 9,200 millones de años luz de nosotros.

Ahondando en el misterio. No conocemos el por qué de estas configuraciones. En palabras de Lopez, “ninguna de estas dos estructuras ultra-grandes es fácil de explicar con nuestra comprensión actual del universo. Y sus tamaños ultra-grandes, formas distintivas, y proximidad cosmológica debe seguramente estar diciéndonos algo importante, ¿pero qué exactamente?”

Oscilaciones Bariónicas Acústicas. No tenemos aún respuesta, pero existen distintas hipótesis han sido propuestas para resolver el enigma. Por ahora ninguna termina de encajar.

Un ejemplo es el de las Oscilaciones Bariónicas Acústicas (BAOs). Estas oscilaciones del universo primigenio deberían, en teoría, resultar en disposiciones particulares de conjuntos de galaxias. Sin embargo, tal y como explica Lopez, estas oscilaciones deberían generar estructuras esféricas. También más pequeñas.

Diversas hipótesis. La de las BAOs no es la única posibilidad considerada. La cosmología cíclica conforme (CCC) es una hipótesis sobre el origen del universo que propone que éste tiene una naturaleza temporal cíclica. Postulada por el físico Roger Penrose, se ha señalado que estas estructuras podrían servir de prueba en favor de la CCC.

La tercera posibilidad considerada es la de las cuerdas cósmicas, que no son otra cosa que defectos en el espacio-tiempo surgidos también en los albores del universo. Físicos como Jim Peebles han defendido que este tipo de defectos podrían estar detrás de algunas de las “peculiaridades” en la distribución de galaxias. Estas cuerdas nunca han sido observadas, pero, de existir, podrían explicar estos fenómenos.

Rompiendo teorías. Más allá de las hipótesis propuestas para explicar este fenómeno y de aquellas que puedan ser probadas con él, existe una teoría que este disputa: el Principio Cosmológico. Este principio propone que, en la escala cósmica, las distintas regiones del espacio son semejantes entre sí, en el sentido de que la materia se distribuye de manera uniforme en todas ellas.

Esto implica que, en estas escalas (tengamos en cuenta que el diámetro de este anillo abarca 1/15 parte del universo observable), no deberían existir estructuras discernibles como las recién descubiertas.

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Imagen | Stellarium/UCLan

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Acabamos de clonar un primate. Si alguien cree que eso nos acerca a la clonación de humanos, se equivoca

Acabamos de clonar un primate. Si alguien cree que eso nos acerca a la clonación de humanos, se equivoca

A lo largo de los últimos 30 años la clonación ha ido pasando del reino de la ciencia ficción al de la ciencia del día a día. Sin embargo esta tecnología aún es elusiva en muchos aspectos. Ahora un equipo chino de investigadores acaba de anunciar un paso significativo en el desarrollo de estas tecnologías.

Clonado. Un equipo de científicos liderado por investigadores de la Academia de Ciencias China en Shanghai acaba de anunciar su éxito a la hora de clonar un ejemplar de macaco Rhesus (Macaca mulatta). Se trata de una de las primeras clonaciones exitosas de un primate y abre un nuevo horizonte no solo para el campo de la clonación.

Dos años. El anuncio se ha producido pasados dos años del nacimiento del primate, un ejemplar sano según anunciaban los científicos, clonado a partir de células somáticas a partir de la tecnología de la transferencia de núcleos de células somáticas en el cuerpo.

La tecnología empleada en este sentido no es muy distinta a la utilizada en experimentos semejantes previos, como el que dio lugar al nacimiento de la oveja Dolly en 1996.

Según explican los responsables del estudio, este experimento servirá para “avanzar en nuestro conocimiento sobre los mecanismos de la clonación reproductiva de los primates y podría ayudar a mejorar su eficiencia”.

Seis años después. La cuestión de la eficiencia no es baladí. Como recuerda el Lluís Montoliu, investigador del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) y del CIBERER-ISCIII en declaraciones recogidas por Science Media Centre España, esta no es la primera ocasión en la que se clona un primate. Ya en 2018 el mismo equipo de la Academia de Ciencias China lograba clonar un ejemplar de macaco cangrejero (Macaca fascicularis).

El problema es que en aquella ocasión la eficiencia del proceso fue del 1,5%, una cifra peor incluso que la obtenida dos décadas antes por el equipo que clonó a Dolly.

Ahora, seis años después de esta primera clonación, este equipo ha logrado repetir su éxito con otra especie. Eso sí, la eficacia del proceso ha sido aún menor en esta ocasión, rondando el 1%.

SCNT. Para llevar a cabo esta clonación, los investigadores analizaron primero bases de datos con información epigenética de embriones en fase de blastocisto, comparando aquellos formados por fecundación in vitro con los clonados con la técnica de la transferencia SCNT. Con ello trataron de encontrar los errores en el acceso y lectura de la información genética por parte del embrión clonado y su placenta, la cual se desarrolla a partir de las células que rodean al propio blastocisto.

Tratando los embriones con dos compuestos adicionales (denominados Tricostatina A y Kdm4d) lograron introducir cambios en el estado epigenético de estos para así solventar posibles complicaciones. Los detalles de este proceso han sido publicados en un artículo en la revista Nature Communications.

De la oveja al macaco. Durante las últimas décadas hemos sido testigos de numerosos hitos en clonación, entre los que se encuentran las sucesivas clonaciones de diversas especies de mamíferos. Dolly fue el animal que abrió la veda, y desde entonces han sido clonados cerdos, cabras, vacas, gatos, caballos e incluso muflones y hurones.

¿Y clonar humanos? La clonación humana aún pertenece al ámbito de lo especulativo, de la ciencia ficción, y de los debates sobre bioética: aún estamos lejos de clonar personas. Como señala Montoliu, “es sumamente difícil tener éxito con estos experimentos, con eficiencias tan bajas, nuevamente descartando la clonación de seres humanos”.

Además de las severas limitaciones con las que cuenta aún esta metodología, como la baja tasa de éxito, un importante motivo por el cual este nuevo avance no nos acerca mucho a la clonación humana es otro de los aspectos mencionados por Montoliu: la imposibilidad de realizar experimentos como este en el contexto europeo. El motivo de esto es la legislación actual sobre experimentación en primates no humanos, restringida a la investigación de enfermedades graves.

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Imagen | Nature Communications

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Que las madres compartan el mes de cumpleaños con sus hijos es algo sorprendentemente habitual

Que las madres compartan el mes de cumpleaños con sus hijos es algo sorprendentemente habitual

Uno podría pensar que la fecha en la que nace es aleatoria: hay 365 días al año (o 366 si es bisiesto como es el caso) así que un recién nacido podría tener una oportunidad entre 365,24 de nacer, digamos, un 4 de julio. Nada más lejos de la realidad, hay factores que nos influyen, y algunos están en nuestra propia familia.

Mismo mes. Esto es lo que ha observado un estudio reciente que analizó fechas de nacimiento en Francia y España a lo largo de las últimas décadas, que existe cierta tendencia a que los hijos compartan con sus madres el mes de nacimiento.

El equipo responsable del estudio observó, concretamente, un 4,6% más de nacimientos que los esperados en los meses correspondientes a los meses de nacimiento de las madres de las criaturas. La tendencia era aún más marcada entre hermanos: un 12,1% más de meses de nacimiento compartidos entre hermanos “adyacentes” (es decir, los hermanos más próximos en edad).

Esto teniendo en cuenta que, en general, los nacimientos no se distribuyen aleatoriamente a lo largo del año. Por ejemplo, en España, hay más nacimientos a comienzos de otoño o a finales del verano que en otros meses.

10 millones de nacimientos. El equipo, del que formaban parte investigadores de la Universidad de Alcalá y de la Complutense, analizó los datos de más de 10 millones de nacimientos en España y Francia. En su análisis inicial, los responsables del estudio tomaron cuatro periodos diferenciados: nacidos en España entre 1980 y 1989, y entre 2016 y 2019; y nacidos en Francia entre 2000 y 2003, y entre 2010 y 2013.

Los datos que emplearon incluían información sobre el mes de nacimiento de cada bebé, así como el mes de nacimiento de los padres y del hermano o hermana más cercano a este en nacimiento, el hermano “adyacente”.

Una curiosa anomalía. Los detalles del proceso seguido por el equipo fueron publicados en un artículo en la revista Population Studies. En él explican que compararon  la frecuencia con la que los meses del cumpleaños se repetían entre distintos miembros de la familia teniendo en cuenta la estacionalidad de los nacimientos

Es decir, que controlaron por el hecho de que en un determinado país o región el número de nacimientos pueda concentrarse en una u otra época del año. Teniendo esto en cuenta encontraron algunos patrones curiosos.

Además de encontrar un 4,6% más de meses de nacimiento compartido entre madres e hijos y un 12,1% más entre hermanos “adyacentes”, el equipo observó que entre hijos y padres esta coincidencia ocurría un 2% de veces más de lo que cabría esperar.

Resolviendo el misterio. El equipo da una explicación sobre el posible porqué de todas estas relaciones. Y es que, si bien existe una correlación entre geografía y estacionalidad en la distribución anual de los nacimientos, hay otra variable que también afecta: las características socioeconómicas.

En este caso, por ejemplo, los investigadores explican que entre las mujeres españolas con un mayor grado educativo es más habitual dar a luz en los meses de primavera. También se ha observado que las hijas de aquellas mujeres con educación avanzada también alcanzan los niveles educativos altos, con lo que no solo sería más propensa a nacer en primavera, también sería más propensa a dar a luz en tales fechas, haciendo la coincidencia más probable.

Es decir, que puesto que las condiciones socioeconómicas se heredan muy frecuentemente, los autores proponen que esta tendencia pervive de generación en generación, algunas tendencias familiares perviven de la misma forma.

Motivos biológicos o socioeconómicos. Algo semejante ocurriría con los padres: puesto que estos tienden a proceder del mismo contexto socioeconómico y demográfico que las madres, también resulta estadísticamente más probable que compartan mes de cumpleaños con sus hijos y con la madre de estos.

Todo esto no excluye cuestiones biológicas que puedan afectar a este alto grado de coincidencia, tal y como explica en una nota de prensa la epidemióloga Luisa Borrell, una de las autoras de la investigación. Sin embargo también estos acaban apareciendo correlacionados con las variables socioeconómicas.

“Es más, los factores biológicos afectan a la estacionalidad de nacimientos (como exposición fotoperiódica, temperatura, humedad y disponibilidad de alimentos) también dependen de características sociodemográficas, ya que distintos grupos sociales están expuestos a estos factores biológicos en distintos grados”, sentencia la epidemióloga.

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Imagen | Ami Suhzu

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Cómo logramos resolver el enigma que intrigó a uno de los mayores genios de la historia: la paradoja de Da Vinci

Cómo logramos resolver el enigma que intrigó a uno de los mayores genios de la historia: la paradoja de Da Vinci

Quizá de las muchas facetas de Leonardo da Vinci, la de pintor sea la más conocida gracias a pinturas como La Gioconda o La última cena. Pero ya fuera por su afán perfeccionista en este aspecto o por simple curiosidad, Da Vinci también destacó como científico. Sus estudios sobre la anatomía humana son minuciosos, pero hay un aspecto de las ciencias naturales que no logró resolver: el movimiento de las burbujas.

Tan intrigado dejó el asunto al genio florentino que el problema recibió el nombre de la Paradoja de Leonardo. Una paradoja que logramos resolver el año pasado gracias a una investigación pionera. ¿Pero en qué consiste exactamente la dichosa paradoja? Ante todo, se basa en el movimiento de las burbujas. No de las pompas como las de jabón, sino en las burbujas de aire atrapadas en el agua.

Una burbuja en este contexto es una cantidad de un gas (aire) atrapada bajo un líquido (agua) cuya extensión está delimitada por la tensión superficial del agua. Como el agua pesa más que el aire, las burbujas ascienden. El problema, observaba Da Vinci, era que este movimiento no era siempre uniforme o rectilíneo sino que en algunas ocasiones la burbuja mostraba una extraña tendencia a zigzaguear.

Por qué y cómo las burbujas dibujaban este baile en su ascenso se había convertido en un enigma para los investigadores. Hasta ahora. Una pareja de investigadores ha desentrañado el enigma según anunció en 2023 la Universidad de Sevilla.

Descifrando las burbujas

En un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, los investigadores dieron cuenta de las claves del movimiento de las burbujas. La primera, esto ya lo había observado Da Vinci es el tamaño: es solo a partir de cierto tamaño que las burbujas comienzan a desviarse (a diferencia, por ejemplo, de las bebidas con gas, donde las burbujas ascienden en línea recta).

Pero a partir de los 0,926 milímetros de diámetro las burbujas se vuelven inestables, según los cálculos del nuevo estudio. El movimiento aparece por una interacción entre el flujo de la burbuja y la deformación de la misma. Ahí está la segunda clave del hallazgo: al inclinarse la burbuja ésta se deforma, generando una asimetría que implica que sus distintos lados fluyen de forma distinta. Es decir, la hidrodinámica de la burbuja cambia, haciendo que ésta cambie de dirección.

Al tomar velocidad, la presión del líquido sobre la burbuja cambia, ejerce una fuerza que vuelve a deformar la burbuja, esta vez devolviéndola a su forma original. Esto hace que la burbuja deje de escorarse y vuelva a su ascenso original. Tras ello el proceso se vuelve a repetir.

Para llegar a sus conclusiones los investigadores partieron de las ecuaciones de Navier-Stokes. Un complejo entramado matemático que se utiliza para describir el movimiento de fluidos viscosos teniendo en cuenta el rozamiento. Por su complejidad, éste no es el único problema que estas ecuaciones tienen aún por resolver.

Y este es precisamente uno de los potenciales logros de esta investigación. Más allá de predecir el movimiento de simples burbujas de aire en el agua, entender las interacciones entre fluidos (y gases) puede ayudar a resolver incógnitas de todo tipo, desde cómo se difuminan los contaminantes en el mar hasta cómo se mantienen en el aire los aviones. Quizá esta última duda también habría intrigado al propio Leonardo.

Imagen | Leonardo da Vinci

En Xataka | Leonardo da Vinci estableció "la regla de los árboles" hace 500 años. Ahora hemos descubierto que se equivocó

*Una versión anterior de este artículo se publicó en enero de 2023


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Hace años establecimos en 1,5 ºC el límite para el calentamiento global. Estamos muy cerca de rebasarlo

Hace años establecimos en 1,5 ºC el límite para el calentamiento global. Estamos muy cerca de rebasarlo

El mundo parece encaminado a alcanzar (o quizás sería más correcto decir “sobrepasar”) la línea de los 1,5 ºC. La pregunta que ahora parecen estar replanteándose los expertos es “cuándo” lo hará.

¿Antes de lo que creemos? El consenso marcado por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), marcado en su sexto y más reciente informe de evaluación (AR6), señala principios de la década de 2030 como la fecha donde alcanzaremos esta barrera. Recientemente algunos expertos de renombre han expresado sus dudas sobre esto: quizás estemos siendo muy optimistas.

Y una de estas figuras es la de James Hansen, antiguo científico de la NASA que ya en la década de 1980 comenzó a alertar sobre los riesgos de las emisiones de dióxido de carbono y su potencial como potenciador del efecto invernadero. Consultado recientemente por el diario británico The Guardian, Hansen señañaba una fecha bien cercana: 2024.

Este experto cree que “para cualquier propósito práctico”, el mundo cruzará este año entrante esta frontera. Para Hansen, los últimos datos sobre temperaturas nos abocan a cruzar el límite este año y, quizás, no volver atrás.

¿2027? ¿2030? El consenso general es, sin embargo, algo más optimista que Hansen. Este consenso se basa en la compilación de los trabajos científicos de los que se vale el IPCC para realizar sus periódicos informes.

Estos informes utilizan escenarios socioeconómicos de emisiones y modelos climáticos para crear un segundo grupo de escenarios de incidencia del efecto invernadero, más o menos optimistas. Bajo la mayoría de estos escenarios, el límite de 1,5 grados se cruzaría a lo largo de la década de 2030.

Informe de la OMM. El pesimismo de Hansen puede encajar en algunas estimaciones sobre la evolución del clima mundial. Ejemplo de esto es el informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicado hace unos meses.

En este informe se señalaba, según los cálculos de la OMM, existía un 66% de probabilidad de la temperatura media global superara en 1,5º centígrados los niveles preindustriales, al menos durante uno de los años entre 2023 y 2027. Este informe es, sin embargo, menos categórico al señalar que podríamos encontrarnos oscilando en torno a esta marca durante los próximos años.

¿Por qué el desacuerdo? El AR6 fue publicado a lo largo de varios años, entre 2021 y 2023. Los resultados del grupo de trabajo dedicado a la base científica, es decir a los modelos climáticos, fueron los primeros en darse a conocer al público.

Varios hechos han propiciado que algunos expertos consideren que nos encaminamos hacia escenarios más pesimistas, y el primero de ellos es el propio año 2023, el más cálido del que se tiene registro como explicábamos.

ENSO. El fenómeno de El Niño podría haber sido determinante en la situación vivida en 2023. Ahora, su intensidad y quizás sobre todo su duración podrían ser clave de cara al futuro. Este fenómeno atmosférico es solo la cara de una oscilación del mismo nombre, Oscilación del Sur de El Niño, o ENSO) que también incluye el fenómeno opuesto: La Niña.

Si el Niño aumenta la temperatura media La Niña la disminuye. Algunos señalan que, si bien las temperaturas de 2023 fueron tan extremas debido a esta oscilación, es posible que el cambio en la dirección del péndulo pueda darnos algunos años de tregua en el futuro.

Solo hay un problema: el periodo anterior a 2023 estuvo marcado por tres eventos consecutivos de La Niña y eso no evitó que se tratara de años extraordinariamente cálidos. Si bien ENSO puede ayudar a explicar la diferencia entre 2022 y 2023, la tendencia sigue siendo marcada.

Imaginaria, pero clave. Pero, ¿qué es esto de los 1,5 grados y por qué es tan importante? La marca del grado centígrado y medio es un límite imaginario empleado frecuentemente por los expertos en cambio climático. Su origen está en la COP de París de 2015, en la que la comunidad internacional se reunió para tratar de fijar límites al previsible cambio en el clima.

El acuerdo buscaba mantener el ascenso en las temperaturas por debajo de los dos grados por encima del estado preindustrial, por lo que se estableció este otro límite que nos permitiría mantenernos a una distancia prudencial en la que los efectos del cambio climático

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Imagen | Shravan K Acharya

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Resolviendo la gran duda del invierno: si gasta más dejar la calefacción al mínimo o encenderla y apagarla

Resolviendo la gran duda del invierno: si gasta más dejar la calefacción al mínimo o encenderla y apagarla

El ahorro energético es una de las obsesiones que protagoniza cada comienzo del año con la llegada del frío invernal. Desde los medios se nos insiste mucho en mantener una temperatura de 18º en nuestras casas (cada grado puede suponer una variación del 7% en nuestro consumo eléctrico) pero hay ahorro más allá de esa máxima.

Apaga la calefacción. No todo el rato, claro, pero según los expertos, es mejor apagar la calefacción durante los periodos en los que no la necesitamos. Cuando no hay nadie en casa, por ejemplo, pero también mientras dormimos. Cuando estamos en la cama no solo estamos al amparo de mantas y edredones, nuestro propio cuerpo reduce su temperatura y nuestro umbral de confort térmico es menor.

Por las mañanas y cuando lleguemos a casa será necesario un gasto extra para recuperar la temperatura del hogar, pero lo ahorrado compensará. Para mantener cierto equilibrio (o protegernos ante bajadas muy repentinas de la temperatura en las noches podemos simplemente poner el termostato a baja temperatura.

Ventilando. Otra ocasión en la que deberemos apagar la calefacción será cuando ventilemos el hogar. Una correcta ventilación es siempre imprescindible. En invierno podemos aprovechar horas más cálidas del día y airear la casa durante menos tiempo (con 10 minutos pueden bastar). Para ventilar de manera rápida y eficiente es conveniente aprovechar las corrientes que se generan en nuestras casas.

Mantener control horario. Los termostatos y los programadores pueden ayudarnos a mantener el control de la temperatura de nuestro hogar, tanto si nuestro sistema es de gas como si es eléctrico. Estos mecanismos no hacen nada que no podamos hacer “manualmente”, pero nos permiten quitarnos la preocupación de encima y evitan olvidos. Según los datos de IDAE las válvulas termostáticas en radiadores y termostatos programables pueden suponer un ahorro de entre un 8 y un 13% de energía.

Tiempo y espacio. No todo es controlar los tiempos de la calefacción. El espacio también es importante. Un consejo habitual es el de apagar los radiadores de las estancias que no estemos utilizando. Especialmente en hogares con calefacción de gas esto puede ayudarnos a concentrar el calor es habitual que este se desaproveche en habitaciones vacías. Además de apagar los radiadores, cerrar las puertas de estas estancias también puede ayudarnos a manipular el calor dentro del hogar.

Esto nos lleva al segundo consejo en este sentido: el de aislar el calor lo mejor que podamos. Toda casa perderá calor en mayor o menor medida, pero hay algunas medidas que podemos tomar, como por ejemplo cerrar las persianas por las noches. Las persianas pueden ofrecernos un pequeño “extra” de aislamiento que ayudará a mantener la casa caldeada con menos consumo energético.

Prevenir para ahorrar. Una de las mejores medidas que podemos tomar para ahorrar en energía en la vivienda, tanto en invierno como en verano, es invertir en un buen aislamiento. Se trata de una inversión importante que no está al alcance de todo el mundo, especialmente de quienes viven de alquiler,

Otras soluciones más al alcance de todos que nos pueden ayudar a ahorrar algo al calentar nuestros hogares se basan en tener nuestros equipos a punto: purgar los radiadores, llevar al día el mantenimiento de nuestra caldera y, si es preciso, sustituir el equipo por uno más eficiente.

No todo es calefacción. Por último, puede recordarse que quien debe estar a una temperatura idónea no es nuestra casa sino nosotros. Por eso las estrategias para mantenernos a resguardo del frío también pasan por subir nuestra propia temperatura corporal. Para eso podemos recurrir a trucos como mantenernos activos y estrategias tan sencillas como vigilar la ropa que llevamos puesta, que no es tan sencillo como podría parecer.

Imagen | e24

En Xataka | La temperatura mínima para ahorrar en calefacción este invierno sin dejarnos la salud en el intento, según la OMS

*Una versión anterior de este artículo se publicó en enero de 2023

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Hace millones de años la Antártida era un continente habitado más. Ahora conocemos un poco mejor cómo era bajo el hielo

Hace millones de años la Antártida era un continente habitado más. Ahora conocemos un poco mejor cómo era bajo el hielo

El continente helado guarda numerosos secretos entre sus tierras emergidas y la inmensa capa de nieve y hielo que lo recubre desde hace (aproximadamente) 34 millones de años. Porque Antártica no siempre fue un continente blanco, hubo un tiempo en el que los ríos surcaban bosques habitados por animales prehistóricos.

Cómo era exactamente es aún un misterio, pero diversas investigaciones nos van revelando poco a poco su aspecto ancestral. Una de las investigaciones más recientes, por ejemplo, nos muestra la orografía de un área en la zona conocida como la capa de hielo de la Antártida Oriental (EAIS, por su siglas en inglés).

Se trata de un área de 32.000 kilómetros cuadrados (la extensión aproximada de Cataluña), que podría llevar enterrado bajo el hielo antártico desde hace más de 34 millones de años. El terreno fue “desvelado” por un equipo del Alfred-Wegener-Institut, un centro de investigación dedicado al estudio de los polos y los océanos.

Enterrado bajo el hielo comprobaron existía un paisaje con valles y crestas aún marcados sobre la superficie de la tierra pero a dos kilómetros de profundidad bajo el hielo. Se trata de un paisaje fluvial como el que podemos encontrar en multitud de lugares en latitudes más bajas, con sus ríos ya desaparecidos pero aún marcados en el terreno y sus colinas intercaladas.

Para lograr esta imagen detrás del grueso y opaco telón de hielo, los responsables del la investigación recurrieron a sondeos aéreos en los que utilizaban un avión desde el cual se enviaban ondas de radio hacia el hielo para estudiar su rebote, de manera semejante al funcionamiento del radar. Los investigadores publicaron los detalles de su estudio en la revista Nature Communications.

¿Y la ecología? La Antártida fue un continente más, y como tal también contaba con ecosistemas vivos más allá de las bacterias extremófilas que hoy en día puedan habitarlo. Otro estudio, éste publicado en 2020 en la revista Nature, nos mostró un poco más cómo podía ser el continente antes de quedar sepultado.

La investigación, liderada por investigadores del Alfred-Wegener-Institut, un centro de investigación alemán dedicado al estudio de los polos y los océanos, combinó muestras obtenidas a través de perforaciones del lecho marino. En ellas encontraron muestras procedentes de seres vivos, conservadas suficientemente bien como para permitir identificar en ellas células individuales y las estructuras de éstas. Las muestras podrían proceder del Cretácico tardío, hace entre 92 y 83 millones de años.

Encontraron muestras de raíces de plantas, polen y esporas preservadas en el barro. A partir de estas muestras dedujeron que se trataba de lo que hoy llamaríamos un bosque templado húmedo. Ecosistemas como este pueden ser hallados hoy por hoy en el tercio norte peninsular o Irlanda, pero también en Nueva Zelanda, Australia o el sur de la cordillera Andina.

Oceanía fue un continente clave en la evolución de los mamíferos, más concretamente para los marsupiales. Los marsupiales solo pueden ser hallados en Sudamérica y en Oceanía, pero también son los únicos mamíferos de este último continente (o lo fueron hasta la llegada del humano desde Asia y las especies que llevó consigo).

Los marsupiales probablemente llegaron a Oceanía atravesando el vergel que era la Antártida hace decenas de millones de años y es posible que su peculiar forma de gestación tuviera que ver con su éxito a la hora de alcanzar tan remoto paraje.

En Xataka | La Antártida parecía estar librándose de lo peor del deshielo. En solo un año ha perdido una extensión comparable a Argentina

Imagen | Jamieson et al., 2023

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Estados Unidos está estudiendo los efectos secundarios del Ozempic. Entre los sospechosos: la caída del cabello

Estados Unidos está estudiendo los efectos secundarios del Ozempic. Entre los sospechosos: la caída del cabello

Ozempic ha sido el fármaco que más ha dado que hablar en 2023, para bien o para mal. Este medicamento es solo la cara más visible de una retahíla de compuestos conocidos como agonistas del receptor GLP-1.

Revisando los efectos. Ahora la agencia encargada de regular los medicamentos en Estados Unidos, la FDA, está estudiando posibles nuevos efectos secundarios de esta familia de tratamientos, originalmente ideados para la lucha contra la diabetes pero los cuales han ganado popularidad como fármacos para perder peso.

Esta investigación se circunscribe al mecanismo de monitoreo con el que cuenta la agencia, el Sistema de Información de Eventos Adversos de la FDA (FAERS por sus siglas el inglés). Se trata por tanto de una investigación aún abierta en la que aún se están recabando datos.

La agencia habla por tanto de problemas potenciales de seguridad. “Esto quiere decir que la FDA ha identificado un potencial problema de seguridad, pero no quiere decir que (…) haya identificado una relación causal entre el fármaco y el riesgo citado”, aclara la página del sistema FAERS.

Pérdida de cabello, aspiración y pensamientos suicidas. Los posibles efectos adversos añadidos al sistema de monitoreo son tres: Pérdida de cabello, aspiración (la inhalación accidental de objetos extraños, por ejemplo al ingerir alimentos) y pensamientos suicidas.

Los fármacos incluidos en la lista son los agonistas del receptor GLP-1 (péptido similar al glucagón, tipo 1). Esta familia de medicamentos incluye la semaglutida, la liraglutida, o la tirzepatida, compuestos activos de una variedad de medicamentos comercializados bajo distintas marcas, desde Ozempic hasta Zepbound.

Estos compuestos fueron originalmente ideados como tratamientos contra la diabetes, pero su aprobación como fármacos contra casos de sobrepeso y obesidad dispararon su popularidad como método para bajar de peso.

Lo que ya sabíamos. Hasta ahora conocemos algunos efectos secundarios de estos fármacos, muy a menudo relacionados con el sistema digestivo, como náuseas, vómitos, malestar estomacal, dolor abdominal, diarrea y estreñimiento; así como dolores de cabeza.

Los efectos adversos más graves detectados en esta familia de medicamentos tienen que ver, sin embargo con la posible aparición de fallos renales o pancreatitis. Sin embargo, también se ha considerado un posible incremento en el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides.

Vigilancia en varios frentes. La noticia se ha dado a conocer tan solo unas semanas después de que la propia FDA advirtiera a los consumidores de la existencia de falsificaciones de este producto. La agencia recomendaba por ello prestar atención a detalles como los números de serie.

En el comunicado explicaba que se registraron efectos adversos leves entre los usuarios de estas falsificaciones, “consistentes con las reacciones adversas del auténtico Ozempic, las cuales son náusea, vómitos, diarrea, dolor abdominal y estreñomiento”. Añadía, eso sí, que las agujas de estos no estaban necesariamente esterilizadas, lo que añadía un riesgo más a su consumo.

La falsificación estos fármacos no es nueva ni exclusiva de Estados Unidos: en octubre del año pasado se detectaron partidas falsificadas en países europeos, como Bélgica. En otros, como Austria algunos pacientes llegaron a ser hospitalizados tras consumir el falso fármaco.

En Xataka | Ozempic para adelgazar: sus efectos y riesgos más allá de la polémica, según la ciencia

Imagen | Chemist4U, CC BY-SA 2.0 DEED

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