Tengo auriculares inalámbricos de todos los tipos. Ninguno me funciona tan bien como los de cable

Tengo auriculares inalámbricos de todos los tipos. Ninguno me funciona tan bien como los de cable

Poseo un arsenal de auriculares inalámbricos, cada uno con sus promesas de libertad y vanguardia tecnológica. Desde los AirPods, carentes de cancelación de ruido y a un precio no-tan-prohibitivo, hasta los robustos AirPods Pro de primera generación, que prometen el silencio incluso cuando nos lo arrebata el compañero de metro con su TikTok atronando.

También figura en mi colección un modelo de diadema, imponente, ideal para viajes largos o sesiones donde prefiero no acordarme de que vivo en vertical y por algún motivo el de arriba arrastra muebles a cualquier hora.Pero a pesar de esta variedad, me encuentro siempre regresando a algo que ya parecía obsoleto: los auriculares de cable. Concretamente, los EarPods USB-C que lanzó Apple hace unos meses.

"Espera, que cambio de auriculares"

En esta era donde lo inalámbrico reina —y quien escribe estas líneas llevaba convencido de ello desde 2016—, estos auriculares de cable, humildes, sin pretensiones, que no cuestan ni 20 euros, se han convertido en algo bastante más conveniente de lo esperado.

En ellos descubrí algo inesperado, de hecho, algo que casi tenía interiorizado que no era posible: la capacidad de conectarlos indistintamente a mi ordenador, tablet y móvil. Esta versatilidad, perdida en la transición del jack de 3.5 mm a dispositivos con menos puertos y la potenciación del sonido inalámbrico, renace gracias al USB-C (te odio y te quiero).

El micrófono de estos EarPods, a menudo subestimado, ha sido otro inopinado placer. Su claridad y fidelidad en llamadas y videollamadas laborales superan con creces a sus competidores inalámbricos, que a menudo sacrifican la calidad del micrófono porque el Bluetooth en tiempo real desde dos pequeñas piezas no dan para más.

Y ahí reside la ironía del avance tecnológico: en su carrera por innovar, a veces descuida lo básico. Los inconvenientes de la tecnología inalámbrica, como la desincronización puntual, la dependencia de la batería y los pequeños caprichos de la conectividad, desaparecen con la simplicidad de un cable. Una conexión directa, sin intermediarios, donde la señal difícilmente conoce las interrupciones.

Con los inalámbricos solía ocurrirme de vez en cuando, a mitad videollamada (canónicas para quienes trabajamos en remoto), que la otra parte me pedía repetir algo, ya que hubo un microcorte. O lo tenía que hacer yo. O me daba cuenta de que la batería estaba a punto de vaciarse.

Estos EarPods, con su modesta presencia, me recuerdan que no siempre lo más nuevo o lo más caro es lo más efectivo en cualquier situación. En un mundo saturado de opciones y complicaciones, a veces, la solución más sencilla es también la más eficaz. Sobre todo cuando no estamos en un entorno en el que lo inalámbrico sea objetivamente mejor, sino simplemente nos pasamos un buen rato pegados a nuestro dispositivo.

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Samsung Galaxy Ring: el gigante surcoreano cierra su gran evento con un misterioso anillo

Samsung Galaxy Ring: el gigante surcoreano cierra su gran evento con un misterioso anillo

Año nuevo, Galaxy S24 nuevo, y también wearable nuevo en casa Samsung. Esta vez, ni pulsera ni reloj: un anillo es el nuevo producto que propone la surcoreana, un producto centrado en la monitorización física y del sueño para quien prefiere dejar la muñeca libre.

El Samsung Galaxy Ring ha sido anunciado como parte de una categoría que todavía está por descubrir. Hay anillos similares en el mercado desde hace años, algunos especialmente meritorios, como el Oura Ring, pero ninguno ha conseguido convertirse en masivo.

Sin embargo, Samsung no nos ha dejado saber nada más del Galaxy Ring que su nombre.

El nombre y un vistazo superficial

El anuncio ha sido justo al final del Unpacked de 2024. Tras las presentaciones de Galaxy AI, la familia Galaxy S24 y un repaso por las medidas de la empresa en materia de sostenibilidad, el último tramo ha sido para los esfuerzos de Samsung en cuanto a salud.

Ahí han hablado de algunas de las novedades de Samsung Health, su plataforma dedicada a la recolección y cruce de datos relacionados con la salud. Entre esas novedades han presentado una de las próximas inclusiones, 'My vitality score', una puntuación numérica para nuestro nivel de recuperación a partir de indicadores varios de nuestra salud, presumiblemente frecuencia cardíaca en reposo y variabilidad de la frecuencia cardíaca. También han hablado de mejoras en nuestros patrones de sueño.

Justo después, antes de la despedida, Samsung ha dicho que va a lanzar un dispositivo orientado a estas funciones con un nuevo factor de forma. Han dicho que se llamará Galaxy Ring, el público ha aplaudido, se han encendido las luces y ha aparecido el personal de limpieza. Esto último no, pero casi.

Mientras tanto, espectadores y prensa que cubríamos el evento nos mirábamos con cara de "¿y ya está?".

Sí, ya está.

No sabemos nada más porque así lo ha decidido Samsung, así que ahora es de suponer que en un evento futuro conoceremos más sobre este enigmático producto, del cual, por cierto, había rumores desde hacía meses.

De momento, lo que podemos intuir es que seguirá una línea similar a Oura y compañía: sensores y batería miniaturizados para monitorizar nuestra salud en segundo plano sin requerir que tengamos puesta una pulsera o un reloj. Frecuencia cardíaca, temperatura corporal, patrones de sueño, actividad física...

Las ventajas de un anillo frente a los wearables más asentados pasan por dejar la muñeca libre, ya sea por elección del usuario o ya sea porque prefiere llevar un reloj tradicional. También es menos intrusivo a la hora de dormir, por ejemplo.

No obstante, también tiene desventajas o casos donde su uso es menos recomendable, como al hacer deportes que requieran el uso de las manos, como baloncesto o entrenamiento de fuerza.

Todo lo demás sigue siendo una incógnita. Hasta que Samsung vuelva a convocarnos para darnos más detalles.

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Consejo ofrecido por la marca

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Wallbox llegó a valer 3.000 millones de dólares, ahora vale 300. Pero no todo son malas noticias

Wallbox llegó a valer 3.000 millones de dólares, ahora vale 300. Pero no todo son malas noticias

Wallbox, otrora unicornio español, viene de dos años a la baja. En el Día de Todos los Santos de 2021, su valoración alcanzó su máximo histórico, con más de 18 dólares por acción para que su capitalización bursátil rozara los 3.000 millones de dólares.

A partir de ahí empezó un Halloween que, pese a las buenas noticias recientes, todavía no ha terminado de remontar: su acción ahora vale algo más de 1,5 dólares, y su capitalización bursátil supera levemente los 300 millones de dólares.

Un bienio chocante para quien estaba llamado a otro futuro

Dos años en caída libre

Wallbox, fundada en 2015 por Enric Asunción, ex de Tesla, comenzó como una empresa dedicada al desarrollo y fabricación de cargadores inteligentes para vehículos eléctricos e híbridos enchufables, tanto en entornos domésticos como corporativos.

Apostó por la movilidad eléctrica cuando muy pocos lo hacían. No obstante, con el tiempo pasó a orientarse hacia la gestión integral de la energía doméstica, no solo en el punto de carga del coche.

El paso del tiempo premió la trayectoria de Wallbox, quien compró Electromaps a finales de 2020 para hacerse con la aplicación líder para localizar puntos de recarga. Lo hizo justo tras recibir una inversión de 23 millones de euros con la que penetrar en China y América.

Poco después empezó a cotizar en la bolsa neoyorquina, a mediados de 2021, y culminó su mejor etapa con la presentación de Hypernova, una de las estaciones de carga pública más rápidas y avanzadas hasta la fecha. Permite cargar el coche en menos de quince minutos gracias a sus hasta 350 kW y supuso el salto del hogar y la empresa a las calles.

A partir de ahí, algo cambió.

Ese momento no fue crítico únicamente para Wallbox. La mayoría de las tecnológicas sufrieron un revés bursátil... con la diferencia de que fueron recuperando o superando sus cotizaciones anteriores para alcanzar nuevos máximos históricos. Wallbox se quedó en el grupo de las que no, presumiblemente por unas expectativas poco realistas. Ya no solo para la propia empresa, sino también con un mercado de vehículos eléctricos que crecía a un ritmo inferior al esperado.

Sobre todo en Europa, donde solo a partir del verano de 2023 empezaron a aumentar sus ventas de forma considerable. Hasta entonces, el tibio crecimiento supuso un impacto en las previsiones de una empresa como Wallbox, que tiene en el viejo continente un 70% de su facturación.

Las ventas de eléctricos (o híbridos enchufables, también potenciales usuarios de Wallbox) han crecido en la Unión Europea en estos últimos años, pero en 2022, solo una quinta parte de los coches vendidos tenían un enchufe. Es decir, incluyendo tanto eléctricos puros como híbridos enchufables.

Además, estos últimos, que a menudo no son enchufados jamás, todavía tienen unas ventas considerables dentro de esa quinta parte. En 2022, último año con cifras completas publicadas por parte de ACEA, el 9,4% de las ventas fueron de híbridos enchufables, por el 12,1% de eléctricos. Híbridos no-enchufables, diesel, gasolina y otros tipos de energía se reparten el resto de la cuota.

Este crecimiento a trompicones de la cuota de mercado del coche eléctrico, menos agresivo de lo esperado, se ha convertido en un problema para la cotización de Wallbox, y más aún cuando la tormenta bursátil de 2021 para toda la industria tecnológica cambió al capital riesgo, que empezó a exigir rentabilidades, no solo promesas. Wallbox todavía está en el camino de construir la suya, pues todos sus ejercicios hasta ahora, pese a unos ingresos al alza, han terminado en pérdidas.

Sus últimas expectativas declaradas para 2023 (queda por contabilizar el último trimestre) eran de unos ingresos de entre 240 y 290 millones de euros. Eso fue en mayo. Los tres primeros trimestres suman 100,6 millones, así que el objetivo primaveral es prácticamente improbable, ya fue descartado por los analistas y recalculado por la propia empresa, y los resultados del último trimestre quedan nuevamente por debajo de las expectativas del mercado.

No obstante, el proyecto Wallbox no tiene la consideración de fracaso, sino de retraso respecto a las expectativas. También han tenido buenas noticias en estos últimos meses que hacen pensar que el objetivo es posible, solo que más tarde de lo previsto.

Por ejemplo, el potencial de crecimiento en Estados Unidos, donde la empresa ya tiene presencia desde 2021, dados los planes de desarrollo del gobierno de Biden para el coche eléctrico pasan por conseguir que supongan la mitad de los vehículos vendidos en 2030, algo que beneficiaría a Wallbox.

También hay otras noticias como el acuerdo con Kia Americas para llevar la carga bidireccional a los propietarios del Kia EV9 a través del cargador Quasar 2. O el acuerdo con la italiana Atlante para desplegar una red de carga rápida por el sur de Europa con hasta 5.000 puntos de carga rápida hasta 2025... y más de 35.000 hasta 2030. O la última ronda de inversión, de 29 millones de euros, anunciada hace un mes.

Ahora queda ver cómo sienta a Wallbox el paso del tiempo, y si el avance de este trabajo acumulado da sus frutos y logra revertir el devenir de su acción. Si las ventas de coches eléctricos siguen prosperando, y no solo en España, el resto podría llegar (casi) rodado.

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Si eres víctima del spoofing bancario, no todo está perdido: “Los bancos sí pueden tener responsabilidad en las ciberestafas”

Si eres víctima del spoofing bancario, no todo está perdido:

Estas navidades han sido catastróficas para varios afectados por ciberestafas que tienen en común el spoofing(usurpación de identidad de la entidad bancaria en cuestión). SMS o llamadas que simulan provenir del banco para, mediante una treta u otra, vaciar la cuenta de ahorros de las víctimas.

A Ignacio, de Valencia, le robaron 38.000 euros mediante este tipo de engaño. A Miguel Ángel, de Madrid, 11.300 euros. Y a nuestra compañera María, de Trendencias, 1.700 euros.

Y aunque el argumento principal tras estas estafas es que por su modus operandi hicieron las transferencias de forma voluntaria, aunque fuese a costa de un engaño, el banco no tiene responsabilidad... sí puede tenerla.

"Empieza a haber sentencias que entienden que es algo achacable al banco"

Este tipo de estafas, que a veces trascienden a la prensa, no son casos aislados, sino un problema mucho más extendido de lo que puede parecer. Eduardo del Río Dutú, abogado especializado en ciberestafas en Asoban Abogados, nos explica que solo en su bufete, en el que dirige el departamento junto a su compañero Diego Zapatero, llegan de media cinco o seis casos al día. "Eso solo en nuestro despacho, al día. Imagina los que llegan al cabo del año en toda España".

Y eso sin contar los casos en que no se presenta denuncia alguna, o se presenta pero no se toman acciones legales. A veces por vergüenza de haber caído en este tipo de engaños, donde simplemente se asume la pérdida silenciosamente.

En otras ocasiones, por no tener esperanzas en poder recuperar lo robado, según nos explica el abogado. Pese a que sí debería haber esperanza en recuperar el dinero en cualquier caso, aunque sobre todo cuando no hemos hecho nosotros la transferencia.

Nos lo explica Eduardo: "Si el propio cliente hace la transferencia, es más difícil, aunque hay casos en los que pese a ello los bancos sí pueden tener responsabilidad en las ciberestafas. Pero si te quitan el dinero de la cuenta sin que hayas hecho absolutamente nada, eso es mucho más reclamable".

Esos casos que requieren hacer transferencias a mano "requieren más detenimiento". Según el documento legal que dispone las obligaciones bancarias en materia de seguridad, el Real Decreto-ley de servicios de pago, el banco debe autenticar las transferencias que se realizan. Esto implica que si alguien nos roba las claves de acceso y se hace pasar por nosotros, el banco ha de tener sistemas que detecten que en realidad no somos nosotros.

¿Qué ocurre si realmente somos nosotros quienes hacemos la transferencia... pero engañados por otra persona? "Hay sentencias dispares", dice el abogado. "La mayoría culpan al usuario que hizo la transferencia, pero está empezando a haber sentencias que entienden que es algo achacable al banco porque hay una deficiencia en su servicio".

Desde Xataka hemos tenido acceso a una de estas sentencias. Concretamente, a la del caso de una mujer que fue víctima de spoofing y accedió a un portal fraudulento en el que ingresó sus claves de acceso y los SMS de verificación que le llegaron. Así perdió algo más de 17.000 euros.

Sentencia

La sentencia entiende que no hubo negligencia grave por parte de la cliente, sino que fue víctima de un fraude "muy específico", y que la entidad bancaria "actuó sin tomar las medidas de diligencia y seguridad exigidas", por lo que fue condenado a la devolución del importe sustraído.

Para estos casos de spoofing, en el que alguien recibe una llamada de un número idéntico al de su banco y le dicen que ha de transferir su dinero a otra cuenta transmitiendo urgencia y peligro, accediendo a una web muy bien hecha, idéntica a la de nuestro banco... "Ahí puede interpretarse que la culpa es del banco por una deficiencia. El banco tiene que tener medidas técnicas de detección de fraudes, medidas informáticas para prevenir que esto ocurra porque alguien robe el diseño de su web o clone su número de teléfono. El banco a final es quien te custodia el dinero, es el responsable".

Otro ejemplo de una de estas estafas es el de María, la madrileña a la que robaron 1.700 euros. Es joven y está más que acostumbrada a los entornos digitales, pero la sensación de urgencia que le transmitió un SMS de su banco que se coló en el hilo de mensajes habitual, según nos contó ella misma, fue suficiente como para vaciarle la cuenta. Durante la estafa, los SMS de los estafadores se intercalaban con los de su banco en la misma conversación.

Maria Montadas

Imagen: cedida, Xataka.

En los últimos años hemos visto cómo las medidas de seguridad han ido aumentando, desechando por ejemplo las viejas tarjetas de coordenadas como método de validación para la operativa online, siendo reemplazadas por SMS de verificación. Ante un auge de casos de spoofing es de esperar que veamos cómo las medidas siguen evolucionando.

"Por ejemplo, si un cliente solo realiza transferencias de 20, 50 o 100 euros de vez en cuando, y un día hace diez transferencias de 300 euros... O una en la que envía de golpe todos sus ahorros a otro número de cuenta... Son operaciones que podrían detectarse y requerir otro tipo de verificación", añade Eduardo.

La banca es un sector que fue pionero en digitalización y en el uso de macrodatos, por lo que no suena descabellado que en el perfil de cada cliente se calculen de forma automática las cantidades a partir de las cuales se considera una actividad anormal, y por tanto, susceptible a un mayor nivel de seguridad.

Al no disponer aún de este tipo de medidas, es más planteable para la víctima defender su caso en búsqueda de la devolución por parte del banco del dinero estafado, incluso si fue la propia víctima quien hizo transferencia, movida por un engaño. "Se trata de hacer ver al banco que al proteger el dinero tiene la obligación de verificar que las autorizaciones que hace son normales. Si de golpe se van todos los ahorros de una cuenta, quizás eso no es normal", comenta el abogado de Asoban.

"Esto debe dar esperanza a la gente para recuperar su dinero", expone. Los despachos de abogados suelen recurrir a peritos informáticos para que certifiquen que una web no incluía las medidas adecuadas.

Si podemos esperar que la banca aumente sus medidas de protección ante ese tipo de estafas no es solo por la presión que añaden las víctimas que hacen público su caso, sino también el hecho de que pasar de estafas por phishing a estafas por spoofing las hace mucho más eficaces y masivas, al cambiar el perfil del estafado.

"El spoofing ha crecido muchísimo últimamente, son estafas muy sofisticadas. Antes, las víctimas del phishing solían ser gente de cincuenta años hacia arriba o con una exposición a la tecnología muy reducida en su vida. Ahora con el spoofing vemos muchas más víctimas, y de cualquier edad y condición. Veo estafas sobre las que pienso que yo mismo también podría haber caído", añade Eduardo.

El phishing a menudo era, dicho para entendernos, cutre, con webs poco convincentes para el ojo mínimamente entrenado, o faltas de ortografía notables. El spoofing, además de permitir ataques dirigidos, es mucho más sofisticado. Hasta utilizan certificados de titularidad de cuenta que parecen auténticos.

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He probado muchas aplicaciones de tareas y al final me he quedado con Things. Estas son las razones

He probado muchas aplicaciones de tareas y al final me he quedado con Things. Estas son las razones

He aquí una paradoja: pocas cosas gustan más a los amantes de la productividad que hacer algo tan improductivo como ir dando tumbos de una aplicación de productividad a otra. Hay honrosas excepciones, pero es una constante entre este tipo de perfil y yo, por qué no decirlo, me declaro culpable.

La cosa es que en los últimos años he probado unas cuantas aplicaciones de esta categoría en general y de gestión de tareas en particular. Y aunque todas tienen ventajas e inconvenientes, hay una que lleva en mi pantalla de inicio y mi dock más de dos años: Things.

Un diseño diferencial y un rara avis en el desarrollo

Primera premisa: Things está disponible únicamente para los sistemas operativos de Apple. A quien no esté en ellos o no quiera un producto únicamente ahí le recomendaría, sin duda, Todoist.

Hechas las presentaciones, vamos con los hechos. Things brilla, sobre todo, por su diseño. Ni un solo píxel, cada detalle está cuidado y enamora desde la simplicidad. No solo está alineada con el estilo de Apple para las interfaces de las aplicaciones, sino que lo lleva dos pasos más allá y lo mejora.

Esa simplicidad no solo aplica al diseño, sino también a su experiencia de uso. Things está libre de fricciones, cualquier proceso a través de ella fluye. No es solo cómo se ve, sino la sensación que provoca. Sin animaciones recargadas, sin elementos duplicados, consigue el equilibrio perfecto.

Y un detalle sobre el diseño: tiene dos opciones de modo oscuro. El clásico gris oscuro, que sirve de poco; y el negro puro, que es el que realmente aprovecha sus ventajas en forma de un menor consumo energético, especialmente en paneles OLED, y de reducción del brillo emitido en escenarios de baja luz.

Things 2

Imagen: Cultured Code.

Más allá del diseño, Things tiene todo lo que necesita una aplicación de su ramo, y muy pocas concesiones. A una próxima versión le pediría la posibilidad de adjuntar archivos a las tareas, de fechar subtareas o de tener otras vistas para ciertos proyectos.

Por lo demás, es muy completa: jerarquiza por áreas y proyectos, permite añadir encabezados para separar ítems de un mismo proyecto y mantiene a la vista un pequeño listado con nuestros eventos del calendario para el día en curso.

Quickfind Hero Min

Imagen: Cultured Code.

Y por supuesto, suma el resto de elementos necesarios para que una aplicación así sea lo suficientemente completa: bandeja de entrada en la que introducir información de forma rápida, etiquetas, fechas de vencimiento, indicadores de prioridad...

Además, Cultured Code, el estudio de desarrollo tras Things, ha tomado algunas decisiones poco frecuentes hoy en día: no cobra suscripción ni inserta anuncios, "solo" se monetiza mediante las compras individuales de cada versión de la app (eso sí, no son baratas); no permiten personalizar nada más allá del modo oscuro o claro, no hacen ruido en redes... No todo es bueno, pero desde luego son singulares.

Hay aplicaciones más avanzadas, como Omnifocus, que acaba de estrenar su versión 4, o por las que no hace falta pagar ni un euro y ya vienen instaladas, como la infravalorada Recordatorios. O la mencionada Todoist, una gran aplicación freemium muy generosa en su parte gratuita.

Sin embargo, una aplicación así nos tiene que hacer sentir cómodos y como en casa, y ninguna otra me ha generado esa sensación como Things.

Tampoco es que sea perfecta (¿quién lo es?). Me encantaría que su desarrollo fuese algo más veloz e implementasen las novedades que permiten los sistemas operativos bastante antes, así como la opción de adjuntar archivos a las tareas, o que los recordatorios tuviesen avisos por geolocalización, algo que permite el sistema desde hace años. O, por pedir, una discreta opción para forzar a que el desarrollo de tareas sea secuencial, como hace Omnifocus.

Luego hay opciones que no son exactamente alternativas de Things, porque no rivalizan con los gestores de tareas, sino que más bien son gestores de proyectos con una interfaz atractiva, no disuasoria. Hablo de Trello, una estupenda herramienta que puede usarse sola o en compañía y llega donde no llega Things. Pero eso quizás es un tema para otro día.

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La GPT Store llega a ChatGPT. Una tienda de chatbots en la que cualquiera puede crear el suyo (y próximamente, monetizarlo)

La GPT Store llega a ChatGPT. Una tienda de chatbots en la que cualquiera puede crear el suyo (y próximamente, monetizarlo)

OpenAI anunció en noviembre la llegada de la GPT Store, una ambiciosa tienda de chatbots para ChatGPT que cualquiera puede crear personalizando sus instrucciones básicas y el conocimiento previo (vía archivo adjunto).

La crisis de la empresa en las semanas posteriores retrasó el proyecto y hasta la primera semana del año no recibimos la confirmación de lo que acaba de llegar: la GPT Store ya está aquí.

La App Store de la IA

La GPT Store es, salvando las distancias, lo más cercano que hemos conocido hasta ahora al concepto de las tiendas de aplicaciones que han arrasado en los últimos lustros, con la App Store y la Play Store como grandes ejemplos de éxito.

Al igual que hacen ellas, la propuesta de ChatGPT pasa por creaciones divididas por categorías, rankings para mostrar los GPTs más descargados, etc. Desde que la plataforma nos permite crear los nuestros propios, los usuarios han creado más de tres millones de bots, según datos compartidos por la empresa.

De esta forma podemos crear distintos GPTs específicos para los distintos usos que damos a ChatGPT. Por ejemplo, un corrector de textos, un asistente para escribir código de desarrollo, un tutor para nuestro aprendizaje de alemán, un bot que escriba textos ajustados a los copys que necesitamos para nuestra web corporativo, un crítico de cine que nos haga recomendaciones en función de nuestros gustos, un asesor legal que conozca de antemano la actividad de nuestra empresa...

OpenAI también ha anunciado que va a iniciar un programa de reparto de ingresos con los creadores de los GPTs, sin dar todavía todos los detalles. Sí ha mencionado que a esos creadores se les pagará en función del nivel de uso que tengan los usuarios, algo similar al modelo de muchas plataformas de contenido en streaming, como Spotify, aunque en una primera fase solo estará disponible para usuarios en Estados Unidos.

En los comunicados sobre el lanzamiento, la empresa ha remarcado que los GPTs, para ser públicos y optar a la monetización, debían cumplir con sus políticas de uso y las directrices de marca, que indican incluso qué adverbio deben usar las atribuciones del contenido creado con los productos de OpenAI. Para asegurarse de ello, va a establecer un sistema de revisión, así como una forma de reportar GPTs inseguros o potencialmente maliciosos.

La GPT Store va a estar disponible para los usuarios de pago de ChatGPT, ya sean los del plan Plus o los del Enterprise, así como un nuevo plan de pago llamado Team, dirigido a equipos más pequeños que los del Enterprise y entre cuyas ventajas, además del acceso completo a GPT-4 o DALL·E 3, está el hecho de que sus conversaciones no se utilizarán para entrenar a sus modelos.

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Llevamos años teorizando sobre un “Internet vacío” donde solo los bots hablen entre ellos. Se está cumpliendo en X

Llevamos años teorizando sobre un

Primer acto: una cuenta de X que se basa en viralizar contenido publica un post en el que incluye un vídeo cómico.

Segundo acto: logra más de 33 millones de visualizaciones, 24.000 'me gusta' y casi 1.000 respuestas.

Tercer acto: lo cómico del vídeo estaba en su sonido, y por un error, la cuenta lo publicó silenciado, por lo que perdía toda su gracia.

Eso no evitó las miles de interacciones, entre las que hay muchas de usuarios alertando del problema del sonido, pero también muchas otras dando respuestas como si el vídeo fuese correcto, riendo la gracia. También algunas aprovechando para hacer spam de su propio contenido.

Bot no come bot

Es un perfecto ejemplo de la teoría del Internet vacío, la adaptación en español de la 'Dead Internet Theory', que sugiere que Internet ha sido tomado en gran medida por la Inteligencia Artificial.

No es algo que haya venido por la popularización de ChatGPT: hace seis añazos ya se hablaba de ideas muy similares, como en este artículo de The Atlanticcuya tesis era que más de la mitad del tráfico web proviene de bots. Muchos de ellos, maliciosos. Sin embargo, el auge de las propuestas de OpenAI y su rápida adopción también han disparado la popularidad de esta teoría.

Una teoría que se hizo especialmente popular en Agora Road's, un foro en el que, entre otras cosas, se debate sobre teorías de la conspiración. Allí muchos retroalimentan la que dice que, desde 2017, gran parte de Internet es un lugar desprovisto de humanos, alimentado por bots que usan IA para generar su contenido o sus reacciones, como en el ejemplo que nos ocupaba sobre el post de X.

4chan o Wizardchan, lugares muy poco adecuados para tomar en serio las teorías que surjan de sus usuarios, también han debatido sobre esta, que ha cobrado fuerza. Y aunque se ha demostrado incorrecta en muchas ocasiones, parece más bien una predicción que poco a poco se va materializando.

En NYMag, otro medio que se hizo eco de esta teoría en 2018, intervino el escritor especializado en futurismo Max Read (¿es este el nombre más molón posible para un periodista?). Señaló que la mayoría del tráfico web proviene de bots, y que la propia YouTube tuvo durante un tiempo tanto tráfico de bots que sus empleados temían que sus sistemas acabasen detectándolos como humanos, y viceversa. El problema nunca ha sido completamente atajado.

También apuntó Read a que las métricas de engagement en grandes plataformas como Facebook habían sido fácilmente infladas, y que la presencia humana podía recrearse de forma sencilla con granjas de bots de bajo coste.

Esto fue en 2018, cuando quizás mucho de aquel discurso era visto como poco probable. Seis años después, con más de un año desde que ChatGPT y las últimas APIs de GPT llegaron a nuestra vida, esta tesis parece no solo razonable, sino incluso conservadora. Es extremadamente sencillo, al menos comparado con hace unos años, generar bots conversacionales capaces de entender texto y reaccionar a él.

Reddit o Twitter, ahora X, han sido escenarios donde la influencia de los bots ha sido especialmente notable. El acceso gratuito a API y datos de la primera hasta hace unos meses permitió que algunos usuarios entrenaran herramientas de IA en interacción humana.

En la segunda, Musk la acusó de estar plagada de bots y llegó a ser un argumento que dejó en el aire su compra durante meses. Pese a su insistencia, X es ahora un nido de bots riendo la gracia incluso de vídeos silenciados cuya gracia estaba en el sonido. El paso a una cronología algorítmica más agresiva que la anterior aviva los efectos.

Es posible que jamás un presentador de televisión kazajo pensase un clip suyo mal editado fuese a servir para ponerle el cascabel al gato: X se está convirtiendo en un cementerio de Internet, poblado por bots, riendo entre ellos, publicitando sus contenidos a otros bots.

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En Xataka | Alternativas ChatGPT: 17 chatbots de inteligencia artificial con los que hablar, hacerles preguntas y pedirles lo que quieras.

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Es posible que seas uno de los usuarios de Chrome que ya no recibe cookies. A finales de año serán historia

Es posible que seas uno de los usuarios de Chrome que ya no recibe cookies. A finales de año serán historia

Google ha iniciado una fase de prueba pública para su navegador, Chrome, que desactiva automáticamente las cookies de terceros por defecto. Esto es lo que ha activado desde ayer jueves 4 de enero para el 1% de sus usuarios, escogidos al azar. Esto supone aproximadamente unos 30 millones de usuarios.

Esto es solo el prolegómeno de un plan mucho más amplio por parte de Google para un futuro que se resume en una palabra, cookieless, que lleva siendo un dolor de cabeza en segundo plano para anunciantes y cualquier persona en la industria de los medios y la publicidad.

El futuro cookieless, un melón por abrir

Esta prueba pública afecta, de momento, a los usuarios de Chrome en escritorio o en la aplicación de Android. Los usuarios escogidos aleatoriamente recibirán una notificación en la que serán invitados a probar una nueva función del navegador, "Protección contra el rastreo", que desactiva las cookies de terceros por defecto.

Las cookiesson archivos que almacenamos en nuestro dispositivo según vamos navegando por la Web. Recopilan datos para análisis y personalización de anuncios, y pueden ser bloqueadas, pero Chrome, líder de los navegadores, nunca lo había implementado así por defecto.

Aunque esta prueba solo afecta al 1% de los usuarios, se espera que para finales de año Google haya ampliado esta función a todos los usuarios de Chrome. El plan de Google a largo plazo pasa por reemplazar esas cookies por su Privacy Sandbox, un conjunto de APIs diseñadas para seguir permitiendo la publicidad online y el análisis del usuario sin comprometer su privacidad.

El mercado, empezando por webs de contenido editorial y por los especialistas en tecnología publicitaria, lleva tiempo planificando la adaptación de su negocio a este nuevo formato, aunque Wall Street Journalapunta, con el respaldo de algunas voces de la industria, que esta todavía no está preparada. Y ya no hablamos de próximos años, sino de dentro de unos meses.

Este plan de Google ha encontrado resistencia por partes de la industria publicitaria, acostumbrada a usar cookies para rastrear más o menos agresivamente a sus visitantes para poder mostrarles publicidad segmentada y rastrear su efectividad. Ahora queda ver qué deparará el futuro inmediato.

Sin ser algo del todo comparable, Apple lanzó algo similar en iOS 14: la opción de solicitar a las aplicaciones que no nos rastreen. Aquella medida, que llegó sin una alternativa similar, encontró un fuerte rechazo de algunos actores de la industria, especialmente de Meta, que inició una cruzada contra Apple y se escudó en los pequeños anunciantes como las víctimas de aquella decisión.

Este fin de las cookies en Chrome marcará el fin de una era para la navegación y la publicidad online, y solo dentro de un tiempo entenderemos con precisión qué supuso para la industria y a qué escenario nos hace pasar en torno a medios, anuncios, privacidad y economía del sector.

En Xataka | Google Chrome: 44 funciones y trucos para exprimir al máximo tu navegador en el escritorio.

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La noticia Es posible que seas uno de los usuarios de Chrome que ya no recibe cookies. A finales de año serán historia fue publicada originalmente en Xataka por Javier Lacort .

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Huawei está logrando lo que parecía imposible: superar la crisis de la larga guerra comercial

Huawei está logrando lo que parecía imposible: superar la crisis de la larga guerra comercial

Huawei ha sido, durante los últimos años, el epicentro del terremoto provocado por la guerra comercial entre Washington y Pekín. El mayor damnificado de esta batalla, que vio cómo justo cuando estaba en su momento álgido, llegando a desbancar a Samsung como mayor fabricante de teléfonos del mundo, era víctima de las sanciones comerciales que le impedían acceder a proveedores estadounidenses, incluidos los servicios de Google.

Esta situación le supuso un frenazo a su crecimiento y una caída de sus ingresos, que de un año para otro descendieron un 30%. En la división de Electrónica, la más perjudicada, el revés fue del 50%.

Pese a un escenario tan complicado, Huawei está logrando lo que parecía imposible: remontar. Incluso tras un año que comenzó con una ampliación del veto.

La vida después de los proveedores estadounidenses

Aunque todavía quedan lejos los casi 900.000 millones de yuanes con los que cerró 2020, 2023 cierra con "más de 700.000 millones de yuanes" ingresados, según dijo a los empleados de la empresa su presidente rotativo, Ken Hu, y reafirmó un comunicado corporativo.

La cifra concreta será divulgada, presumiblemente, a finales de enero, cuando el fabricante haga públicas sus cifras del último trimestre, y con ellas, las del año completo. No obstante, esta estimación supone un crecimiento de alrededor del 10% respecto a 2022, siendo conservadores.

Es especialmente meritorio, teniendo en cuenta que no se trataba de superar un bache coyuntural, sino una medida que sigue vigente. Huawei ha tenido que mantenerse en el mercado sin tener acceso a proveedores estadounidenses.

Huawei tiene, principalmente, tres patas en cuanto a ingresos: el mercado corporativo, la electrónica de consumo y su negocio de redes. La división de consumo fue la más castigada por el mercado tras las sanciones, y sin dar detalles, Hu dijo que esta división "ha superado las expectativas". No sabemos, en cualquier caso, cuál es siquiera la estimación de la empresa para ella en 2023. Pronto sabremos su cifra definitiva.

Este presumible crecimiento ha sido sostenido en parte por el apoyo que le está dando su país de origen: en China, Huawei ha pasado de una cuota de mercado del 10% al 14% a lo largo del año, mientras que Apple la vio reducida del 20% al 15%.

El mercado chino está muy ajustado y varios fabricantes se reparten cuotas bastante similares. Huawei es el quinto con su 14%, pero el primero no está tan lejos: Honor, con su 19%, y Oppo, con la misma cuota, lideran dicho mercado.

Como curiosidad, cuatro de los cinco principales fabricantes son de la propia China. Samsung, surcoreana y líder mundial, ni siquiera forma parte del top 5. Tampoco Xiaomi, que sí es china.

Otro de los motivos que han logrado que Huawei no se haya hundido, sino que además vaya saliendo a flote, es su fuerte apuesta por la diversificación. Lo que antes eran móviles, tablets y poco más ha pasado a reforzar su catálogo de portátiles, routers mesh o auriculares, destacando entre estos últimos un modelo especialmente arriesgado, los FreeClip.

Esto ha permitido que Huawei haya capeado el temporal, y aunque las cifras de 2020 siguen lejanas (concretamente, a casi 200.000 millones de yuanes de distancia, unos 25.000 millones de euros), ha conseguido revertir la tendencia.

En marzo de 2023 ya anticipó que había salido del "modo de crisis", si bien su presidente rotativo, que lidera la empresa hasta el próximo 31 de marzo, se mantiene moderado. "El trabajo duro nos ha permitido sobrevivir y crecer, pero todavía tenemos serios desafíos por delante", añadió en el comunicado interno que reporta CNN. Pura filosofía china.

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En Xataka | Mejores móviles Huawei (2023): cuál comprar y modelos recomendados en función de presupuesto, gustos y calidad precio.

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Huawei ha sido, durante los últimos años, el epicentro del terremoto provocado por la guerra comercial entre Washington y Pekín. El mayor damnificado de esta batalla, que vio cómo justo cuando estaba en su momento álgido, llegando a desbancar a Samsung como mayor fabricante de teléfonos del mundo, era víctima de las sanciones comerciales que le impedían acceder a proveedores estadounidenses, incluidos los servicios de Google.

Esta situación le supuso un frenazo a su crecimiento y una caída de sus ingresos, que de un año para otro descendieron un 30%. En la división de Electrónica, la más perjudicada, el revés fue del 50%.

Pese a un escenario tan complicado, Huawei está logrando lo que parecía imposible: remontar. Incluso tras un año que comenzó con una ampliación del veto.

La vida después de los proveedores estadounidenses

Aunque todavía quedan lejos los casi 900.000 millones de yuanes con los que cerró 2020, 2023 cierra con "más de 700.000 millones de yuanes" ingresados, según dijo a los empleados de la empresa su presidente rotativo, Ken Hu, y reafirmó un comunicado corporativo.

La cifra concreta será divulgada, presumiblemente, a finales de enero, cuando el fabricante haga públicas sus cifras del último trimestre, y con ellas, las del año completo. No obstante, esta estimación supone un crecimiento de alrededor del 10% respecto a 2022, siendo conservadores.

Es especialmente meritorio, teniendo en cuenta que no se trataba de superar un bache coyuntural, sino una medida que sigue vigente. Huawei ha tenido que mantenerse en el mercado sin tener acceso a proveedores estadounidenses.

Huawei tiene, principalmente, tres patas en cuanto a ingresos: el mercado corporativo, la electrónica de consumo y su negocio de redes. La división de consumo fue la más castigada por el mercado tras las sanciones, y sin dar detalles, Hu dijo que esta división "ha superado las expectativas". No sabemos, en cualquier caso, cuál es siquiera la estimación de la empresa para ella en 2023. Pronto sabremos su cifra definitiva.

Este presumible crecimiento ha sido sostenido en parte por el apoyo que le está dando su país de origen: en China, Huawei ha pasado de una cuota de mercado del 10% al 14% a lo largo del año, mientras que Apple la vio reducida del 20% al 15%.

El mercado chino está muy ajustado y varios fabricantes se reparten cuotas bastante similares. Huawei es el quinto con su 14%, pero el primero no está tan lejos: Honor, con su 19%, y Oppo, con la misma cuota, lideran dicho mercado.

Como curiosidad, cuatro de los cinco principales fabricantes son de la propia China. Samsung, surcoreana y líder mundial, ni siquiera forma parte del top 5. Tampoco Xiaomi, que sí es china.

Otro de los motivos que han logrado que Huawei no se haya hundido, sino que además vaya saliendo a flote, es su fuerte apuesta por la diversificación. Lo que antes eran móviles, tablets y poco más ha pasado a reforzar su catálogo de portátiles, routers mesh o auriculares, destacando entre estos últimos un modelo especialmente arriesgado, los FreeClip.

Esto ha permitido que Huawei haya capeado el temporal, y aunque las cifras de 2020 siguen lejanas (concretamente, a casi 200.000 millones de yuanes de distancia, unos 25.000 millones de euros), ha conseguido revertir la tendencia.

En marzo de 2023 ya anticipó que había salido del "modo de crisis", si bien su presidente rotativo, que lidera la empresa hasta el próximo 31 de marzo, se mantiene moderado. "El trabajo duro nos ha permitido sobrevivir y crecer, pero todavía tenemos serios desafíos por delante", añadió en el comunicado interno que reporta CNN. Pura filosofía china.

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