La fusión entre el Grupo PSA y FCA se podría retrasar tras no disipar las dudas sobre el posible oligopolio que inquieta a Europa
La fusión entre el Grupo PSA y Fiat Chrysler Automobiles (FCA) podría retrasarse varios meses ya que las dos compañías no han aportado información o hecho concesiones a la Comisión Europea acerca del riesgo de oligopolio en el sector de los vehículos industriales ligeros que supondría la fusión. PSA y FCA tenían hasta ayer miércoles para responder a las dudas de la Comisión Europea y no lo han hecho.
A raíz de eso, los ejecutivos de PSA y FCA se preparan a que la Comisión habrá una investigación más larga que alargaría hasta octubre de 2020 la resolución de la UE sobre esta fusión. En principio, Europa tiene que dar su visto bueno o su veto el próximo 17 de junio, pero si habrá una investigación más profunda, nos iríamos hasta finales de año. FCA y PSA tiene previsto formalizar la fusión en el primer trimestre de 2021.
La Comisión Europea se toma muy en serio mantener la competencia y rivalidad en el mercado y ya ha ejercido su derecho a veto en alguna fusión importante, como la de Siemens y Alstom, que habría dado lugar a un gigante mundial de los ferrocarriles, pero también a una empresa que tendría una situación de oligopolio de facto en el mercado.
Un retraso en la decisión de la Comisión Europea no es necesariamente algo negativo, pues permitiría a los dos grupos disponer de más tiempo para preparar sus alegatos, vender filiales, retirarse de alguna joint-venture o modificar sus contratos de distribución. En definitiva, tienen más tiempo para adecuarse a las demandas de la UE. Eso sí, la vía más rápida sería deshacerse de las ramas que se pueden solapar y han provocado las dudas de la UE.
La unión de FCA y del Grupo PSA daría lugar al cuarto fabricante mundial de automóviles. Y a pesar de tener gamas de utilitarios, polivalentes y B-SUV muy solapadas -la cuota de mercado de PSA-FCA combinada sería del 65 %-, no parece ser un problema para la UE. La competencia en esos segmentos es muy feroz y numerosa. De hecho, ya pasó algo similar cuando PSA compró Opel y no ha sido un impedimento. El problema parece estar en los vehículos industriales ligeros.
Una posición dominante en Francia e Italia
Una de las ramas con mayor margen de beneficio para PSA es la de los vehículos industriales ligeros, las furgonetas. Tras la compra de Opel en 2017, PSA ocupaba en 2019 el 25 % del mercado. Y si añadimos la cuota de mercado de FCA a la del Grupo PSA, se alcanzaría el 34 %, según datos de 2019. Renault y Ford tenían cada un 16 % de cuota de mercado. A priori, un 34 % no es suficiente para que se pueda considerar que haya un riesgo de oligopolio.
Quizá, lo que hay disparado las alarmas en la UE son las cuotas de mercado en sus respectivos países, Francia e Italia, que son dos de los cuatro mercados más grandes de la UE. Así, la combinación de PSA y FCA tendría una cuota de mercado del 45 %, mientras que en Italia, esa cifra subiría hasta el 48 %. Sin embargo, según los analistas consultados por Automotive News, cualquier cuota de mercado superior al 40 % es suficiente para despertar el interés de la Comisión Europea.
En caso de que todo se deba a una posición dominante en un determinado mercado, la UE podría pedir a una o varias marcas del grupo resultante que se abstengan de vender en ese mercado. Por ejemplo, los Fiar Ducato tendría que dejar de venderse en Francia y que los Peugeot Expert y/o Citroën Jumpy, por ejemplo, no puedan venderse en Italia. En ese caso, la UE daría su visto bueno a la fusión.
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La fusión entre el Grupo PSA y FCA se podría retrasar tras no disipar las dudas sobre el posible oligopolio que inquieta a Europa
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Daniel Murias
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