Si Oppenheimer fue el padre de la bomba atómica, esta física austriaca fue la madre
No aparece en la película de ‘Oppenheimer‘, pero su contribución fue igual de importante que la del protagonista. Lise Meitner es la “madre de la bomba atómica”, pero su figura quedó eclipsada en 1944 cuando se cometió una de las mayores injusticias de la historia de los Premios Nobel.
Fue entonces cuando se le concedió exclusivamente a su histórico colaborador, Otto Hahn, el premio Nobel de Química por un experimento que cambiaría la historia: el bombardeo de neutrones a un núcleo de uranio provocaba que se dividía en dos núcleos más pequeños, liberando una significativa cantidad de energía. Meitner y Hahn habían descubierto la fisión nuclear.
Meitner rechazó participar en el proyecto Manhattan, siendo una de las pocas mujeres a las que se le ofreció y la única que decidió declinar la invitación de Oppenheimer. Aún así su importancia sí ve reflejada en una escena de la película de Nolan. El momento en que anuncian que se ha descubierto la fisión nuclear y todos los científicos piensan en una misma cosa: hacer una bomba. Oppenheimer materializó el proyecto Manhattan, pero Meitner fue quien lo hizo posible.
La “Marie Curie alemana”
Austriaca nacida en 1878, Meitner fue perseguida por el nazismo por sus orígenes en el seno de una familia judía. Su carrera científica comenzó a principios del siglo XX, cuando Ludwig Boltzmann, padre de la mecánica estadística, la aceptó en sus clases de física de la Universidad de Viena. Meitner fue la segunda mujer en conseguir un doctorado en física.
Si bien, su mayor parte de la carrera la pasó en Berlín, donde empezó en el Instituto de Química Kaiser Wilhelm. Junto a Max Planck y con Otto Hahn, el físico con quien colaboraría durante 30 años y del que finalmente se distanció tras la entrega del Nobel.
En 1912 conoció a Einstein, quien fue una gran influencia para ella por su archiconocida fórmula de E=mc². En aquella época se formó un coro de físicos en Berlín que acabarían sentando toda la base teórica de lo que vendría después. A Meitner se la conocía como la “Marie Curie alemana”, aunque Einstein la nombraba como “nuestra Marie Curie”. Curiosamente, Meitner intentó trabajar con Marie Curie en París, pero no lo logró.
Meitner y Hahn consiguieron grandes logros bajo la tutela de Planck, pero el reconocimiento fue asimétrico. Además de estudiar sobre radioactividad y el uranio, Meitner colaboraba en el hospital como técnica de rayos X. En 1933, Meitner detectó por primera vez un positrón, la antipartícula del electrón.
Todo cambió en 1938 cuando se vio obligada a huir a Suecia por la amenaza nazi. Desde Alemania se exigió a Hahn, director del Instituto, que se expulsara a Lise. Niels Bohr le ofreció trabajar con él, pero a Meitner le quitaron el pasaporte austriaco. Finalmente tuvo que salir clandestinamente con la ayuda del propio Hahn. A las dificultades por ser mujer en la época se le añadió el hecho de tener orígenes judíos, pese a que se hubiera bautizado por la iglesia luterana hace años.
En el Instituto de Manne Siegbahn en Estocolmo es donde empezó a colaborar con su sobrino, Otto Frisch. Y allí es donde empezó a comprender los trascendentales resultados con los experimentos con el uranio. Hahn publicó en 1939 sus resultados del experimento, pero fue Meitner desde Suecia quien interpretó el fenómeno, introdujo el término fisión nuclear en la revista Nature y expuso la existencia de una reacción en cadena. Una reacción en cadena que en la mente de todo el mundo tenía una utilidad clara. Meitner acababa de poner encima de la mesa la creación de la bomba atómica.
La amarga vida tras la bomba
El descubrimiento de la fisión nuclear acabó en la creación de la bomba atómica. Paralelamente al éxtasis que vivió Oppenheimer tras el final de la guerra, a Meitner también se le reconoció el trabajo por todo lo alto. Fue el propio presidente de los Estados Unidos, Harry S. Truman, quien en 1946 le entregó el premio a la “mujer del año” por el Club Nacional de Prensa.
La cantidad de premios justo después de la guerra fue amplio. Desde una medalla Max Planck hasta su ingreso en la Academia de Ciencias de Suecia. Sin embargo, pese a ser nominada más de 48 veces a los Premios Nobel de Física y Química, nunca lo llegó a obtener.
En 1947, Otto Hahn recogió el Nobel y no hizo ninguna mención a Meitner. Pese a que ella fue quien sugirió la posibilidad de que el núcleo de uranio se desintegrase. El trabajo de Hahn no se puede entender sin las ideas de Meitner. Y de hecho las primeras candidaturas al Nobel estaban los dos. Pero en 1945 se decidió que únicamente le darían el premio a Hahn. Se juntaron múltiples factores: “sesgo disciplinario, obtusidad política, ignorancia y prisa”, según describen desde Physics Today.
Su reconocimiento entre los grandes científicos de la época está fuera de toda duda, con más de 130 publicaciones. Pero en Suecia, donde vivió durante más de 20 años, no tuvo una vida amable. Su situación en Suecia era precaria, fruto de problemas con Manne Siegban, director del Instituto de Estocolmo.
Participó en dos conferencias del congreso Solvay, la de 1933 sobre la ‘Estructura del núcleo atómico’ y la de 1948 sobre las ‘Partículas Elementales y sus interacciones’. En esta última coincidió con el propio Oppenheimer, que en la tradicional imagen aparece justo encima suyo. Un congreso donde también estaban celebridades como Paul Dirac, Wolgang Pauli, Niels Bohr, Erwin Schrödinger o Edward Teller, quien en la película de Nolan tiene un papel secundario destacado por su propuesta de la bomba H.
El elemento 109 lleva su nombre
En 1960 se mudó a Cambridge y acabó falleciendo allí en 1968. Dos años antes de su muerte, la Comisión de Energía Atómica de los Estados Unidos otorgó el Premio Enrico Fermi a Hahn, Strassmann y Meitner por su descubrimiento de la fisión.
A lo largo de su vida recibió numerosos premios, pero no fue hasta 1997 cuando se le otorgó uno de los honores más altos. La IUPAC puso el nombre de meitnerio al elemento 109, siendo la única mujer histórica, junto con Marie Curie, en tener su nombre en la tabla periódica.
Su figura es crucial para entender las complejidades del desarrollo de la bomba atómica. Una científica que sufrió la persecución de la Alemania nazi pese a haber trabajado en Berlín durante décadas, que rechazó participar en el proyecto Manhattan y que fue eclipsada por una academia sueca con la que trabajaba. Lise Meitner no tiene de momento película de Hollywood propia, pero sí marcó la historia de la bomba atómica.
Imágenes | Store Norske Leksikon | Dominio Público | International News Photo | Institut International de Physique Solvay | Smithsonian Institution Archives
–
La noticia
Si Oppenheimer fue el padre de la bomba atómica, esta física austriaca fue la madre
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Enrique Pérez
.