Yo no te vendo, yo te recomiendo
Cuando tratamos con clientes que ya llevan tiempo con nosotros la relación que se establece cambia ligeramente respecto a lo que uno nuevo puede percibir. El proceso de venta es diferente, porque ya existe una confianza previa entre las dos partes. De esta forma nos interesa fidelizar a este cliente, no vender y sacar el máximo beneficio a corto plazo, sino que se sienta cómodo con nosotros, recomendar, no vender, pero hacer que continúe confiando en nosotros muchos años.
Hay que pensar en el beneficio a largo plazo. En muchas ocasiones se reducirán nuestras ganancias, simplemente por el hecho de que hemos recomendado un producto que nos deja un margen menor que otro similar, pero que no se adapta tan bien a lo que necesita nuestro cliente. Se trata de ofrecer la mejor solución o producto de los que tenemos disponibles para cubrir una necesidad.