España ante el gran retroceso del teletrabajo: cada vez más grandes empresas piden más días de oficina

España ante el gran retroceso del teletrabajo: cada vez más grandes empresas piden más días de oficina

El Banco Santander acaba de anunciar su política de teletrabajo para tiempos postpandémicos de una forma un tanto extraña: ni días a la semana, ni porcentaje de la jornada, nada de eso, la empresa de la familia Botín ha establecido 16 días de trabajo en remoto al trimestre para sus empleados o, lo que es lo mismo, poco más de un día semanal para desempeñar sus labores lejos de la oficina.

La medida, bastante corta, sigue la tendencia de otras grandes empresas de nuestro país que, tras los estragos de la pandemia y el teletrabajo obligatorio en algunas fases de la misma, han optado por volver a un modelo basado en la presencialidad en el que el teletrabajo es casi marginal.

Bancos con políticas parecidas. El sector de la banca española está optando por medidas de teletrabajo bastante cortas. Además del escaso día de teletrabajo a la semana del Banco Santander, CaixaBank dijo en abril que permitiría trabajar en remoto seis días no consecutivos al mes, la misma cifra que permite el Banco Sabadell. Y Bankinter sólo deja que sus trabajadores desempeñen sus funciones desde casa un día a la semana.

BBVA, por su parte, ha sido el que más ha abierto la mano en el sector bancario y permite que sus empleados teletrabajen el 40% de su jornada laboral, es decir, dos días a la semana.

Las telcos, un poco más flexibles. Las grandes empresas de telecomunicaciones de nuestro país se han mostrado más flexibles con el teletrabajo y la mayoría ofrecen la posibilidad de trabajar en remoto dos o tres días a la semana.

Telefónica, MasMóvil y Orange ofrecen dos días de teletrabajo a sus empleados, mientras que Vodafone es la que más lejos ha llegado con esta medida y permite a sus profesionales trabajar en remoto el 60% de la semana con bastante flexibilidad: pueden elegir desempeñar sus funciones a distancia tres días o repartir la presencialidad por horas para, por ejemplo, ir a la oficina sólo por las mañanas.

Aseguradoras. En el sector de los seguros las medidas relativas al teletrabajo son más dispares. Mapfre anunció hace unas semanas que permitiría teletrabajar el 30% de la jornada, lo que equivale a, aproximadamente, un día y medio a la semana, y que sus empleados podrían repartirla por días o por horas. Allianz, por su parte, estableció el año pasado dos días de trabajo en remoto y tres de presencialidad para siempre.

El caso más llamativo en este sector es el de Liberty Seguros que, como informamos en Xataka, se pasó al full remote, es decir, al teletrabajo todos los días y para siempre, el año pasado. Y, a tenor de lo que explicaron a este medio, la apuesta les ha salido muy bien, ya que han mantenido su productividad sin problemas con una mayor satisfacción de los empleados.

Otras empresas. Entre las grandes empresas de España que han apostado por el teletrabajo de forma parcial también se encuentra Indra, aunque en su caso lo llamativo es que lo hace desde antes de la pandemia. La multinacional española ya ofrecía a muchos de sus empleados la posibilidad de trabajar en remoto dos días a la semana con anterioridad a mazo de 2020, una política que mantiene.

Y lo mismo ocurría con la energética Siemens Gamesa, que también ofrecía a sus empleados la posibilidad de teletrabajar dos días a la semana antes de la pandemia, una medida que sigue manteniendo.

Sin más anuncios. La mejora de la situación epidemiológica está haciendo que las empresas estén abordando el debate sobre el teletrabajo en un contexto de completa normalidad, sin restricciones ni medidas obligatorias de seguridad. De ahí que en los últimos meses varias empresas que se habían acogido al trabajo en remoto como medida de excepción para contener la pandemia estén anunciando su política definitiva al respecto. Las compañías que no se citan en este artículo no han hecho, que sepamos, anuncios al respecto.

Cada vez menos teletrabajo. Aunque existen varias excepciones, lo cierto es que el teletrabajo está en franca remisión en España, y las medidas adoptadas por algunas de las grandes empresas citadas con anterioridad son la mejor prueba de ello. Durante la pandemia el trabajo en remoto parecía haber convencido a una gran cantidad de compañías, porque les permitió seguir con su actividad a pesar de las cuarentenas, los cierres perimetrales y la distancia de seguridad, pero ahora queda claro que sólo fue un parche útil para solventar la situación.

Ya en otoño de 2021, cuando el proceso de vacunación había llegado a amplias capas de la población y parecía que podíamos olvidarnos del virus (la Navidad nos demostró que estábamos equivocados), las empresas empezaron a mostrar sus intenciones acerca del teletrabajo. Muchas ya no estaban tan convencidas de sus virtudes, y empezaron a planificar modelos híbridos con dos o tres días en remoto, en parte por la presión de los empleados, que querían mantenerlo después de haber probado sus ventajas durante la emergencia sanitaria.

Ahora, las compañías siguen retrocediendo y aquellas que no tenían una política de teletrabajo ya definida desde 2021, como Allianz o Liberty, han aprovechado la coyuntura para ofrecer un trabajo en remoto mínimo, de apenas un día a la semana. Queda por ver si se trata de excepciones en sectores muy concretos, ya que como hemos visto se ha dado sobre todo en el bancario, o si se trata de una tendencia que terminará por revertir buena parte de los avances conseguidos en materia de teletrabajo durante la pandemia.

Imagen | Arlington Research

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La noticia España ante el gran retroceso del teletrabajo: cada vez más grandes empresas piden más días de oficina fue publicada originalmente en Xataka por Pablo Rodríguez .

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España ante el gran retroceso del teletrabajo: cada vez más grandes empresas piden más días de oficina

España ante el gran retroceso del teletrabajo: cada vez más grandes empresas piden más días de oficina

El Banco Santander acaba de anunciar su política de teletrabajo para tiempos postpandémicos de una forma un tanto extraña: ni días a la semana, ni porcentaje de la jornada, nada de eso, la empresa de la familia Botín ha establecido 16 días de trabajo en remoto al trimestre para sus empleados o, lo que es lo mismo, poco más de un día semanal para desempeñar sus labores lejos de la oficina.

La medida, bastante corta, sigue la tendencia de otras grandes empresas de nuestro país que, tras los estragos de la pandemia y el teletrabajo obligatorio en algunas fases de la misma, han optado por volver a un modelo basado en la presencialidad en el que el teletrabajo es casi marginal.

Bancos con políticas parecidas. El sector de la banca española está optando por medidas de teletrabajo bastante cortas. Además del escaso día de teletrabajo a la semana del Banco Santander, CaixaBank dijo en abril que permitiría trabajar en remoto seis días no consecutivos al mes, la misma cifra que permite el Banco Sabadell. Y Bankinter sólo deja que sus trabajadores desempeñen sus funciones desde casa un día a la semana.

BBVA, por su parte, ha sido el que más ha abierto la mano en el sector bancario y permite que sus empleados teletrabajen el 40% de su jornada laboral, es decir, dos días a la semana.

Las telcos, un poco más flexibles. Las grandes empresas de telecomunicaciones de nuestro país se han mostrado más flexibles con el teletrabajo y la mayoría ofrecen la posibilidad de trabajar en remoto dos o tres días a la semana.

Telefónica, MasMóvil y Orange ofrecen dos días de teletrabajo a sus empleados, mientras que Vodafone es la que más lejos ha llegado con esta medida y permite a sus profesionales trabajar en remoto el 60% de la semana con bastante flexibilidad: pueden elegir desempeñar sus funciones a distancia tres días o repartir la presencialidad por horas para, por ejemplo, ir a la oficina sólo por las mañanas.

Aseguradoras. En el sector de los seguros las medidas relativas al teletrabajo son más dispares. Mapfre anunció hace unas semanas que permitiría teletrabajar el 30% de la jornada, lo que equivale a, aproximadamente, un día y medio a la semana, y que sus empleados podrían repartirla por días o por horas. Allianz, por su parte, estableció el año pasado dos días de trabajo en remoto y tres de presencialidad para siempre.

El caso más llamativo en este sector es el de Liberty Seguros que, como informamos en Xataka, se pasó al full remote, es decir, al teletrabajo todos los días y para siempre, el año pasado. Y, a tenor de lo que explicaron a este medio, la apuesta les ha salido muy bien, ya que han mantenido su productividad sin problemas con una mayor satisfacción de los empleados.

Otras empresas. Entre las grandes empresas de España que han apostado por el teletrabajo de forma parcial también se encuentra Indra, aunque en su caso lo llamativo es que lo hace desde antes de la pandemia. La multinacional española ya ofrecía a muchos de sus empleados la posibilidad de trabajar en remoto dos días a la semana con anterioridad a mazo de 2020, una política que mantiene.

Y lo mismo ocurría con la energética Siemens Gamesa, que también ofrecía a sus empleados la posibilidad de teletrabajar dos días a la semana antes de la pandemia, una medida que sigue manteniendo.

Sin más anuncios. La mejora de la situación epidemiológica está haciendo que las empresas estén abordando el debate sobre el teletrabajo en un contexto de completa normalidad, sin restricciones ni medidas obligatorias de seguridad. De ahí que en los últimos meses varias empresas que se habían acogido al trabajo en remoto como medida de excepción para contener la pandemia estén anunciando su política definitiva al respecto. Las compañías que no se citan en este artículo no han hecho, que sepamos, anuncios al respecto.

Cada vez menos teletrabajo. Aunque existen varias excepciones, lo cierto es que el teletrabajo está en franca remisión en España, y las medidas adoptadas por algunas de las grandes empresas citadas con anterioridad son la mejor prueba de ello. Durante la pandemia el trabajo en remoto parecía haber convencido a una gran cantidad de compañías, porque les permitió seguir con su actividad a pesar de las cuarentenas, los cierres perimetrales y la distancia de seguridad, pero ahora queda claro que sólo fue un parche útil para solventar la situación.

Ya en otoño de 2021, cuando el proceso de vacunación había llegado a amplias capas de la población y parecía que podíamos olvidarnos del virus (la Navidad nos demostró que estábamos equivocados), las empresas empezaron a mostrar sus intenciones acerca del teletrabajo. Muchas ya no estaban tan convencidas de sus virtudes, y empezaron a planificar modelos híbridos con dos o tres días en remoto, en parte por la presión de los empleados, que querían mantenerlo después de haber probado sus ventajas durante la emergencia sanitaria.

Ahora, las compañías siguen retrocediendo y aquellas que no tenían una política de teletrabajo ya definida desde 2021, como Allianz o Liberty, han aprovechado la coyuntura para ofrecer un trabajo en remoto mínimo, de apenas un día a la semana. Queda por ver si se trata de excepciones en sectores muy concretos, ya que como hemos visto se ha dado sobre todo en el bancario, o si se trata de una tendencia que terminará por revertir buena parte de los avances conseguidos en materia de teletrabajo durante la pandemia.

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Las acusaciones de Musk sobre los bots llevan a Twitter a una investigación fiscal: la compra sigue en el aire

Las acusaciones de Musk sobre los bots llevan a Twitter a una investigación fiscal: la compra sigue en el aire

El culebrón entre Elon Musk y Twitter a cuenta de la compra de la red social tiene un nuevo capítulo. Este lunes, el fiscal general de Texas, Ken Paton, ha abierto una investigación sobre la operación argumentando que la compañía que dirige Parag Agrawal podría haber compartido información falsa sobre las cuentas de bots en el desarrollo de las conversaciones de compraventa, lo que violaría la Ley de Prácticas Comerciales Engañosas del Estado de Texas.

Por este motivo, el fiscal ha ordenado a Twitter que redacte informes precisos sobre la forma en que ha calculado y administrado los datos sobre sus usuarios mensualmente desde 2017 hasta la actualidad, y sobre cómo relaciona esa información con su negocio publicitario. La red social tiene hasta el 27 de junio para responder a esas demandas.

Musk recurre a sus abogados. En paralelo al inicio de esta investigación, Elon Musk ha enviado una carta a Twitter a través de sus abogados en la que señala que la red social está rechazando las solicitudes de datos que le está pidiendo sobre la cantidad de cuentas falsas que hay en la plataforma, lo que equivale a un “claro incumplimiento material” del acuerdo y habilitaría al fundador de Tesla a romper unilateralmente la operación.

No es la primera vez que Elon Musk amenaza con retirarse de la compraventa, ya lo hizo hace dos semanas a través, precisamente, de su perfil de Twitter, pero sí se trata de la primera ocasión en la que lo hace por canales oficiales, ya que la carta fue redactada por sus abogados y enviada tanto a la red social como a la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos.

“Como posible propietario de Twitter, el Sr. Musk claramente tiene derecho a los datos solicitados para que pueda prepararse para la transición del negocio de Twitter a su propiedad y para facilitar la financiación de dicha transacción. Para hacer ambas cosas, debe tener una comprensión completa y precisa del núcleo mismo del modelo comercial de Twitter: su base de usuarios activos [...]. En este punto, Musk cree que Twitter se niega a cumplir de manera transparente con sus obligaciones en virtud del acuerdo, lo que genera más sospechas de que la empresa está reteniendo los datos solicitados debido a la preocupación por lo que descubrirá el propio análisis de esos datos”, señala la carta.

El problema. El principal punto de desencuentro entre Musk y los responsables de Twitter en estos momentos tiene que ver con el porcentaje de cuentas falsas que existen actualmente en la red social. De acuerdo con los todavía dirigentes de la plataforma, son menos del 5%, una cifra que el magnate sudafricano está poniendo en duda desde el pasado 13 de mayo.

Según explicó Musk a través de su cuenta de Twitter, los responsables de la red social se niegan a mostrar pruebas de que efectivamente las cuentas falsas son menos del 5% del total de usuarios de la plataforma, y asegura que cree que el porcentaje real se encuentra en torno al 20%. Ante estas sospechas, el magnate afirma que su oferta de 44.000 millones de dólares se habría basado en datos imprecisos, motivo por el que se estaría replanteando la compra.

En respuesta a las acusaciones de Musk, el CEO de Twitter, Parag Agrawal, explicó en un largo hilo el trabajo de sus empleados para combatir las cuentas falsas y aseguró que cada día bloquean aproximadamente medio millón de ellas.

¿Realidad o estrategia? Lo cierto es que Twitter no ha dado detalles sobre la forma en la que calcula internamente el número de cuentas falsas que existen en la plataforma. Pero Musk tampoco ha dicho de dónde ha sacado el porcentaje del 20% con el que ha justificado la congelación temporal de la operación.

En estos momentos, por tanto, es la palabra de Agrawal contra la del magnate sudafricano, aunque si este último ha decidido elevar la reclamación a sus abogados debe tener una base sólida sobre la que apoyar sus acusaciones. No obstante, con el CEO de Tesla y SpaceX nunca se sabe.

Así, no queda claro si Musk efectivamente ve peligrar su inversión, y por eso está replanteándose la compra, si está aprovechando las dudas sobre el porcentaje real de cuentas falsas para generar más ruido y tratar de rebajar el abultado precio de la operación, o si el deterioro de la economía mundial (que le ha llevado a abordar despidos en Tesla) ha hecho que decida ser más conservador con sus inversiones. Lo que sí es seguro es que el culebrón va para largo.

Imagen | Ministério Das Comunicações

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Más despidos, menos contrataciones: Microsoft y PayPal resumen el estado del sector tecnológico ahora mismo

Más despidos, menos contrataciones: Microsoft y PayPal resumen el estado del sector tecnológico ahora mismo

El mal momento de las tecnológicas sigue cobrándose víctimas entre los trabajadores del sector. Después de que Meta, Twitter o Salesforce decidiesen congelar las contrataciones, de que Netflix, Robinhood o Klarna hayan acometido despidos, y de que Amazon anunciase que está valorando reducir la plantilla de su división de logística, ahora Microsoft es la que ha dicho que va a frenar la llegada de nuevos empleados, según el Wall Street Journal, y Paypal la que va a echar a parte de su personal, según Bloomberg.

Microsoft. La compañía de Redmond, Washington, va a frenar las contrataciones de desarrolladores de software para productos como Windows, Office o Teams. De acuerdo con el rotativo neoyorquino, la decisión se ha tomado para responder a la creciente incertidumbre económica que se da a nivel internacional, el mismo motivo que han esgrimido otras tecnológicas para tomar medidas similares. No obstante, una portavoz de Microsoft ha asegurado que esperan retomar el ritmo normal de contrataciones a partir del año que viene.

Microsoft, sin embargo, no va a dejar de contratar en estas divisiones, simplemente va a hacerlo menos y sólo en aquellos puestos que necesiten cobertura inmediata. Asimismo, todas las nuevas llegadas de trabajadores tendrán que ser aprobadas por la alta gerencia de la compañía, algo que hasta ahora no sucedía.

Además de esta medida, Microsoft no va a abordar otras acciones de control de gastos, al menos que sepamos. De hecho, a principios de mayo la empresa le dijo a sus trabajadores que iba a aumentar sus sueldos, por lo que en estos momentos se estaría centrando en retener a sus empleados más valiosos en lugar de intentar atraer talento nuevo.

Paypal. El servicio de pagos en línea, por su parte, ha ejecutado recientemente nuevos despidos después de que hace unas semanas echase a 80 empleados de su sede de San José, en Estados Unidos. Los miembros afectados por el último ajuste de plantilla pertenecen a las sedes de Paypal en Chicago, Arizona y Nebraska.

De acuerdo con Bloomberg, la decisión vendría motivada por la desaceleración de los ingresos de Paypal durante el primer trimestre de 2022. La empresa siguió siendo rentable, y de hecho creció un 15% con respecto al año anterior, pero ese aumento ha sido menor del esperado.

Esas circunstancias llevaron a los responsables de la empresa a aprobar una “reducción estratégica de la fuerza global”, según recoge Reuters. Por el momento, la compañía habría gastado unos 20 millones de dólares en indemnizaciones para acometer ese plan, y espera gastar otros 100. Los directivos de Paypal aseguran que la reducción de la plantilla supondrá un ahorro de 260 millones de dólares al año.

Vacas flacas. Son varias las tecnológicas que han decidido contener gastos en las últimas semanas a través de la congelación de las contrataciones o los despidos. Todas ellas, en mayor o menor medida, se están viendo afectadas por la inflación y la inestabilidad financiera que ha provocado la guerra de Ucrania. Un mal común que se ve agravado, en algunos casos, por otros particulares que están llevando a estas compañías a ser más conservadoras que nunca.

Meta, por ejemplo, ha parado las contrataciones en buena medida por el retraimiento del sector publicitario, al que se suma el lento pero inexorable ocaso de Facebook como potosí del conglomerado y el ingente gasto que han realizado en los últimos meses en el desarrollo del metaverso.

El descenso de los ingresos publicitarios también ha afectado a Twitter, aunque en su caso la incertidumbre sobre su venta a Elon Musk también ha tenido bastante peso en la decisión de detener la llegada de nuevos empleados. Y Netflix, por su parte, vive la crisis económica dentro de su particular crisis de suscriptores: perdió 200.000 suscriptores en el primer trimestre de 2022, en parte por el cese de su servicio en Rusia, pero también por la cada vez más feroz competencia del resto de plataformas de streaming. Algo que se está saldando con numerosos despidos en la compañía.

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La ayuda de Valencia para la semana laboral de cuatro días ya es oficial: todo lo que incluye (y lo que no)

La ayuda de Valencia para la semana laboral de cuatro días ya es oficial: todo lo que incluye (y lo que no)

La Generalitat de Valencia ha anunciado oficialmente el importe de las ayudas para que las empresas de la Comunidad Valenciana puedan probar la semana laboral de cuatro días con sus trabajadores. La cifra total de la subvención por empleado será de 9.611 euros, repartidos en tres años de forma decreciente: 5.492 euros el primero, 2746 euros el segundo y 1.373 el tercero.

La cifra del primer año se corresponde, aproximadamente, con el 20% del sueldo medio de un trabajador en la Comunidad Valenciana, según aseguran los responsables del proyecto, por lo que la subvención cubriría en ese primer ejercicio la totalidad de la posible pérdida de productividad por el día de trabajo de menos. La cantidad se va reduciendo en los dos años sucesivos porque el programa prevé que el progresivo aumento del rendimiento como consecuencia de la mejora en el bienestar de los empleados compensará el menor número de horas trabajadas.

Las condiciones. El programa es voluntario y para acogerse a él las empresas tendrán que llegar a un acuerdo previo con los trabajadores y desarrollar un plan de mejora de la productividad, el cual podrán realizar de forma autónoma o con ayuda del servicio de empleo y formación de la Generalitat.

Las empresas que se quieran acoger al programa y sus ayudas, además, tendrán que comprometerse a incluir en él a un porcentaje mínimo de sus trabajadores: al menos el 30% de la plantilla en las empresas con menos de 49 trabajadores (y un mínimo de dos profesionales en las que tengan menos de 10) y un 20% en las que tengan más de 50 empleados.

Asimismo, debe existir paridad a la hora de seleccionar a los empleados que se beneficiarán del programa, por lo que el porcentaje de hombres y mujeres que se acojan a él no puede variar en más de un 10% del general que tenga la empresa.

Sin bajada de sueldo. Otro de los requisitos fundamentales para obtener esta ayuda es que las empresas no pueden reducir el sueldo de sus trabajadores en proporción a las horas que trabajan de menos. El objetivo de esta ayuda es probar que los trabajadores pueden rendir lo mismo en menos horas si están más descansados y relajados, por lo que consideran que reducirles el salario supondría un deterioro de sus condiciones laborales.

Pero los responsables del programa entienden que para lograr ese objetivo es necesaria una transición, motivo por el que han decidido lanzar estas ayudas decrecientes en tres años, puesto que entienden que el rendimiento aumentará progresivamente en cada ejercicio y a partir del cuarto se habrá logrado el objetivo de rendir lo mismo en menos horas. No obstante, las empresas podrán retirarse del programa el primer año si consideran que el plan no está funcionando.

Plazo. Los responsables del proyecto han señalado que esperan que la normativa de estas subvenciones esté lista para el segundo semestre de 2022, momento en el que se conocerán tanto el plazo que tienen las empresas para pedirla como otros detalles aún por concretar, como la forma en la que la Generalitat se asegurará de que las compañías inscritas cumplen con los requisitos.

Para la primera convocatoria se destinará un importe total de 1,5 millones de euros, de los cuales un 25% se reservará para pymes de menos de 10 trabajadores, otro 25% para empresas de entre 10 y 49 empleados y un 50% para compañías con más de 50 profesionales en plantilla.

Cualquier empresa de la Comunidad Valenciana que cumpla con todos los requisitos podrá acogerse al plan, aunque los responsables del proyecto admiten que son conscientes de que la semana laboral de cuatro días no es posible para todas las empresas ni todos los sectores, para los que habrá que buscar alternativas. Y señalaron que las compañías tecnológicas y algunas hosteleras son las que ya han aplicado esta reducción de jornada con mejores resultados.

Otros modelos. Desde que se reavivase el debate sobre la reducción de horas de trabajo semanales por debajo de las 40 y, en especial, se extendiese la conversación sobre la semana laboral de cuatro días, varios han sido los modelos que se han propuesto. El más progresista es el que plantea, entre otros organismos, la Comunidad Valenciana, ya que se trataría de una reducción de las horas trabajadas sin merma del sueldo del profesional.

Un paso intermedio es el propuesto por empresas como Telefónica o Desigual, en las que se propuso que la empresa asumiese una parte del coste de la reducción de horas de trabajo y los empleados otra, es decir, que los profesionales se recortasen parte de su sueldo, pero en un porcentaje menor del 20% que supone trabajar un día menos.

Por último, desde Bélgica llegó en febrero una tercera vía, la más conservadora de todas: trabajar cuatro días a la semana sin reducir el número de horas ni el sueldo. Lo que se traduciría en jornadas de nueve o 10 horas al día de lunes a jueves.

Imagen | Campaign Creators

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Cuando el ordenador te pide que descanses: así es el software que detecta el burnout según lo que escribas

Cuando el ordenador te pide que descanses: así es el software que detecta el burnout según lo que escribas

El síndrome del trabajador quemado, también conocido como burnout, es un problema creciente entre los profesionales. Tanto, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo ha reconocido este año como una enfermedad profesional a nivel internacional, un reconocimiento por el que también están luchando sindicatos y trabajadores en España, aunque el Gobierno aún no ha atendido a estas peticiones.

Debido al incremento de este problema a nivel global, varias empresas tecnológicas están desarrollando herramientas de software para detectar el agotamiento de los trabajadores digitales a través de sus interacciones en plataformas profesionales como Slack, Microsoft Teams o el correo electrónico. Aunque, por el momento, sólo trabajan en Estados Unidos.

¿Cómo funciona? Estas herramientas se instalan en el software profesional de la empresa y analizan los mensajes que intercambian los integrantes de la empresa por los distintos canales digitales. En teoría, lo hacen de forma anónima y trabajan con datos agregados, de tal manera que los responsables de la compañía pueden acceder a información sobre el agotamiento o malestar en un equipo, pero no reciben datos del trabajador concreto que los padece.

Una de las empresas que está desarrollando este tipo de software, Autumn, asegura en su página web que el tamaño mínimo de los grupos con los que trabaja su herramienta es de cuatro personas. En Erudit AI, otra compañía con una aplicación similar, el tamaño mínimo es de siete trabajadores.

Cuando el sistema detecta síntomas de agotamiento entre los integrantes de un equipo, envía automáticamente notificaciones a todos ellos para tratar mejorar la situación, que pueden incluir recordatorios sobre los beneficios de salud mental que tiene la empresa o sugerencias sobre tomarse unas vacaciones. El contenido de esas notificaciones depende de la empresa, que es la que tiene que aportar las soluciones. Los creadores de los software señalan que su trabajo sólo consiste en rastrear el malestar del empleado.

El entrenamiento de los algoritmos. El algoritmo de Erudit fue creado por un equipo de psicólogos y está basado en el Maslach Burnout Inventory, una herramienta de diagnóstico clínico que se utiliza para medir el agotamiento producido por el trabajo. Después, los creadores de esta herramienta la entrenaron utilizando mensajes aleatorios de las redes sociales para detectar casos de burnout con base en los medidores del Maslach Burnout Inventory.

En el caso de Autumn, el software se ha creado a partir de las respuestas de los trabajadores a distintas encuestas de diagnóstico clínico que se utilizan para medir la depresión y la ansiedad, y más adelante se ha entrenado al algoritmo mediante la interacción de diversos usuarios con la inteligencia artificial.

Dudas sobre la privacidad. A pesar de que estas empresas insisten en que sus sofwares trabajan con datos agregados que protegen el anonimato del trabajador, su grado de sofisticación ofrece dudas al respecto. Erudit, por ejemplo, tiene un panel con datos y métricas en tiempo real que permite medir los niveles de agotamiento, el estado de ánimo de los trabajadores, el impacto de algún evento concreto y, lo más preocupante de todo, el nivel de compromiso.

De esta forma, con métricas como el nivel de compromiso, las herramientas que se venden como una ayuda para combatir el burnout también se podrían convertir en una fuente de información para justificar despidos.

Por el momento, el desarrollo de este tipo de softwares está en fases muy tempranas y sólo se están probando en Estados Unidos, al menos que sepamos. Habría que ver cómo se adaptarían a las normativas de privacidad mucho más estrictas de la Unión Europea. En el caso de las herramientas de monitorización del rendimiento del empleado, que ya se utilizan en España, el consentimiento informado del trabajador es fundamental, de otro modo es ilegal. Para estas aplicaciones que detectan el burnout el requisito debería ser el mismo.

Imagen | Austin Distel

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La era Jassy en Amazon arranca con un serio revés, y la culpa es del coche eléctrico: su peor balance en 20 años

La era Jassy en Amazon arranca con un serio revés, y la culpa es del coche eléctrico: su peor balance en 20 años

Andy Jassy asumió la dirección de Amazon el pasado verano, y no ha podido tener un peor comienzo. El gigante del comercio electrónico acaba de anunciar que durante los tres primeros meses de 2022 ha tenido su peor balance de resultados en 20 años con pérdidas netas por valor de 3.800 millones de dólares. La empresa fundada por Jeff Bezos no registraba un trimestre en números rojos desde 2015.

Los datos. A pesar de los números rojos, los ingresos de Amazon han seguido creciendo durante el primer trimestre de 2022, pero lo han hecho al ritmo más bajo registrado desde 2001, un 7%, con una facturación de unos 116.400 millones de dólares. En comparación, durante el mismo periodo de 2021 los ingresos del gigante del comercio electrónico se incrementaron un 44%.

¿Por qué? En la presentación de resultados, los responsables de Amazon atribuyeron este descalabro a la mala situación macroeconómica que atraviesa el mercado internacional como consecuencia, entre otras cosas, de la guerra de Ucrania, la crisis de la cadena de suministros o la inflación que sacude a la mayoría de los países de Occidente.

A esto habría que sumar otros elementos no citados por los directivos, como el incremento de los salarios de sus distintas plantillas a los que se han visto forzados a acceder recientemente tanto por la presión sindical de los trabajadores, sobre todo en Estados Unidos, como por la guerra de talento que se vive en el sector tecnológico y que amenaza con arrebatarles a sus mejores profesionales.

El motivo principal. Todos los factores anteriormente mencionados han contribuido a los malos resultados de Amazon, pero la razón principal de su descalabro trimestral es una mala, malísima inversión: Rivian. En 2019, los de Jeff Bezos adquirieron el 18% de este fabricante de vehículos eléctricos que aspiraba a convertirse en uno de los principales rivales de Tesla.

Sin embargo, durante el último año la marca automovilística no sólo no ha cumplido con las expectativas, sino que, además, se ha visto especialmente perjudicada por la crisis de los semiconductores, lo que ha hecho que sólo en el primer trimestre de 2022 el valor de sus acciones haya caído un 50%, lo que le ha costado a Amazon pérdidas por valor de 7.600 millones de dólares.

De aliado a dolor de cabeza. Amazon realizó en 2019 una fuerte inversión en Rivian como parte de una alianza estratégica con la que el gigante del comercio electrónico quería electrificar su flota de reparto a nivel mundial. Para ello, tenía previsto que esta compañía le proveyese de hasta 100.000 vehículos de batería para 2030.

Sin embargo, la crisis de los semiconductores ha hecho saltar por los aires ese proyecto y buena parte del negocio de Rivian, ya que recientemente ha tenido que reducir a la mitad su producción ante la falta de componentes. Otro de los inversores de esta marca, Ford, que posee el 12% de la compañía, también se ha visto afectado por sus malos resultados y ha perdido 5.400 millones de dólares por su culpa, según la CNBC.

AWS vale un potosí. Los malos resultados del grupo en conjunto contrastan con el de una de sus divisiones más rentables, Amazon Web Service, que sigue siendo una auténtica mina de oro para los de Andy Jassy. Los beneficios de este negocio crecieron un 57% en el primer de trimestre de 2022 hasta alcanzar los 6.500 millones de dólares, casi mil millones más de lo que esperaban los analistas de Wall Street. Los ingresos totales fueron de 18.441 millones de dólares.

Medidas para paliar las pérdidas. Los responsables de Amazon han estado viendo venir estos malos resultados durante los últimos meses, sobre todo en lo que se refiere a sus negocios directos, motivo por el que han aumentado los precios de algunos de sus productos para tratar de hacer frente a la disminución de ingresos, aunque sólo en Estados Unidos que sepamos. Allí, el comercio electrónico está cobrando un 5% más a los vendedores de su plataforma y ha incrementado el precio de la suscripción anual de Prime de 119 a 139 dólares.

No obstante, los malos resultados de Rivian han hecho que esas medidas hayan sido poco efectivas, por lo que es de prever que Amazon suba sus precios en otros productos y regiones para tratar de frenar la sangría de pérdidas que está provocando su inversión fallida. Sobre todo porque las previsiones para el presente trimestre no son nada halagüeñas: los de Andy Jassy estiman que sus ingresos crecerán a un ritmo aún menor, y que del aumento del 7% registrado de enero a marzo caerá hasta un 3% de abril a junio.

Imagen | Fortune Brainstorm TECH

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Musk ha criticado reiteradamente las políticas de Twitter. Ahora sus empleados temen que destruya el trabajo de años

Musk ha criticado reiteradamente las políticas de Twitter. Ahora sus empleados temen que destruya el trabajo de años

Twitter ha cambiado de dueño y sus más de 7.000 empleados en todo el mundo están preocupados. Muchos temen que el magnate cambie sustancialmente las políticas de moderación y la forma de actuar con los usuarios de la red social, unas medidas en las que la mayoría llevan trabajando años y que sienten como una parte importante de su trayectoria profesional, según informa el New York Times.

Sin noticias de Musk. Durante todo el tiempo que han durado las negociaciones de compraventa, los trabajadores de Twitter aseguran que no han recibido la más mínima información al respecto. Algo que, hasta cierto punto, es normal por las características de la operación, pero que ha venido creando malestar entre ellos porque querían saber, al menos, qué implicaciones podría tener para los empleados la posible transacción.

Y sólo ayer por la tarde, horas después de que la operación se completase, el actual CEO de la red social, Parag Agrawal, se reunió con ellos para informarles de que no hay previsto despidos y de que sus condiciones contractuales se van a mantener prácticamente igual, pero nada más. Ante la pregunta de los trabajadores sobre qué iba a pasar con las políticas de Twitter y la cultura de la empresa, el director ejecutivo aseguró que no tenía la menor idea y que, una vez se cerrase el trato, no sabía qué dirección iba a tomar la compañía.

Las preocupaciones de los trabajadores. A los empleados les preocupa especialmente que Musk deshaga todo el trabajo de los últimos años relativo a las políticas de moderación, que dé un vuelco a la red social para convertirla en privada o que su impredecible estilo de gestión y su forma de comunicarse públicamente perturben la cultura empresarial de Twitter, según recoge el rotativo neoyorquino.

Esos temores no son infundados. Los comentarios públicos que ha venido realizando el magnate tecnológico sobre sus intenciones con Twitter desde que se supo que quiere adquirir la red social van precisamente en esa dirección: desechar casi todas sus políticas de moderación (que prohíben las amenazas, tratan de prevenir el acoso y el spam), proporcionar más información sobre el algoritmo que utiliza para impulsar los tuits de los usuarios y convertirla en privada.

Condiciones laborales. Otros trabajadores estarían preocupados por las noticias que han venido apareciendo en los últimos años sobre las condiciones laborales que se dan en las empresas dirigidas por Musk.

Y es que las compañías del multimillonario sudafricano son conocidas por ser entornos de trabajo exigentes en las que se insta a los empleados a sacrificar sus vidas personales por la buena marcha de la organización siguiendo el ejemplo del Musk, según Fortune, mientras que Twitter se ha esforzado en los últimos años por ofrecer mayores opciones de conciliación y flexibilidad laboral, como ofrecer días libres adicionales o teletrabajo para siempre.

¿Sin teletrabajo y a Texas? Además de la incógnita sobre si Musk mantendrá la política de teletrabajo para siempre que implantó la red social para sus trabajadores a raíz de la pandemia de coronavirus, a los trabajadores también les preocupa que Musk decida trasladar sus oficinas centrales a Texas, como ya hizo con Tesla.

Imagen | Joey Swafford

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La noticia Musk ha criticado reiteradamente las políticas de Twitter. Ahora sus empleados temen que destruya el trabajo de años fue publicada originalmente en Xataka por Pablo Rodríguez .

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Los “falsos becarios” no sólo son un fraude para el trabajador. También para las arcas del Estado

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Este vienes comienzan las negociaciones entre el Gobierno de España, sindicatos y patronal para la creación de un Estatuto del Becario, tal y como contamos en Xataka. Cuando se anunció este encuentro, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, señaló que uno de los principales objetivos de esta regulación era proteger mejor a los trabajadores en formación y combatir la figura del falso becario.

Una figura que, según revela El País, habría costado 4.805 puestos de trabajo entre 2018 y 2022 de no ser porque la Inspección de Trabajo y Seguridad Social detectó irregularidades en determinadas empresas y llevó a cabo 6.505 actuaciones para que dichas compañías contratasen a los trabajadores afectados como empleados estructurales y no como becarios. De esas actuaciones se han derivado 553 infracciones con multas que, en conjunto, superan los 15 millones de euros.

Para llevar a cabo estas investigaciones y decidir si eran o no infracciones, Inspección de Trabajo comprobó que si relación laboral en prácticas de la persona con la empresa estaba relacionada con los estudios cursados. A partir de ahí, investigaban si el becario en realidad estaba prestando servicios de trabajo estructural, en lugar de formativo, tal y como corresponde a estos contratos.

Con el Estatuto del Becario, el Gobierno quiere ampliar la protección de estos trabajadores en formación y dotar a Inspección de Trabajo de más herramientas para perseguir el fraude que supone tener a un empleado en prácticas con obligaciones de trabajador estructural.

Y es que, según indica de la información de El País, todos los casos descubiertos y sancionados en estos últimos cuatro años se desvelaron porque los profesionales en prácticas ni siquiera estaban realizando tareas afines a sus estudios. Por lo que aún quedaría margen para perseguir otros métodos fraudulentos, como tener a becarios realizando tareas de empleados estructurales afines a su formación o trabajando de forma encubierta más horas de las fijadas en su contrato de prácticas.

“Hay centenares de situaciones de becarios que en realidad están ocupando puestos de trabajo estructurales. Es una de las lacras de la precariedad que asola a la juventud”, dijo la ministra de Trabajo el pasado martes en una entrevista en Televisión Española.

El Estatuto del Becario

La intención del Gobierno es que en este documento figuren una serie de derechos entre los que se incluyen la compensación de gastos (por ejemplo, por el uso de móviles o portátiles propios), mayores coberturas de Seguridad Social y mecanismos para combatir la figura del falso becario.

En la actualidad ya existen algunas regulaciones para el trabajo de los becario, como el Real Decreto 592/2014, de 11 de julio, por el que se regulan las prácticas académicas externas de los estudiantes universitarios, pero el Gobierno las considera insuficientes para proteger a estos trabajadores y evitar malas prácticas como la del falso becario.

Para desarrollar este documento, la ministra de Trabajo comienza hoy a negociar con los principales representantes de sindicatos y patronal: Unión General de Trabajadores (UGT), Comisiones Obreras (CCOO), Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme).

Por lo tanto, la idea del Ejecutivo es seguir en la línea del pacto de la Reforma Laboral y negociar con todas las partes implicadas un documento de consenso. El ministerio de Trabajo no ha aclarado si contará más adelante con la participación de representantes de las universidades o de los estudiantes.

Imagen | Tim van der Kuip

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La noticia Los "falsos becarios" no sólo son un fraude para el trabajador. También para las arcas del Estado fue publicada originalmente en Xataka por Pablo Rodríguez .

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Ser mozo de almacén en Amazon es un trabajo de alto riesgo. Y se debe, en parte, a las exigencias de productividad

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En 2021 los trabajadores de almacén de Amazon en Estados Unidos sufrieron aproximadamente unas 38.300 lesiones, la mayoría de ellas calificadas como graves o “con la gravedad suficiente como para no poder realizar sus funciones habituales o tener que faltar completamente a su empleo”, según un informe elaborado por el Centro de Organización Estratégica (SOC, por sus siglas en inglés), una coalición de sindicatos internacionales.


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