CelZa: el plan de España y Portugal para hacerse fuertes a nivel energético depende de un gaseoducto mutuo

CelZa: el plan de España y Portugal para hacerse fuertes a nivel energético depende de un gaseoducto mutuo

Aprovechando la reunión del Consejo Europeo de octubre, los líderes de los gobiernos de España y Portugal, Pedro Sánchez y Antonio Costa, se reunieron con el presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, y acordaron sustituir el gasoducto MidCat por el Corredor de Energía Verde (BarMar), una tubería submarina que conectará Barcelona, donde se encuentra la principal planta regasificadora del Mediterráneo, con Marsella, que acoge la planta de Fos, la segunda planta regasificadora con más capacidad de la región. El acuerdo fue valorado positivamente por los tres líderes: "lo hemos logrado con un compromiso europeísta y solidario", afirmó Sánchez en declaraciones a los medios de comunicación.

Ello supone el acoplamiento de la península ibérica a la interconexión energética europea, obstaculizado históricamente por Francia. Para realizarlo, eso sí, es necesario construir un nuevo gasoducto que conecte los dos países ibéricos, el CelZa.

Plan CelZa. Esta nueva tubería se sumará a los dos gasoductos que llegan desde Portugal hasta Galicia y Extremadura en estos momentos y conectará el municipio portugués de Celorico da Beira con Zamora, tal y como se anunció en el comunicado conjunto de los tres países. El objetivo, a corto plazo y de forma transitoria, es dar salida al gas de la planta regasificadora de Sines, cuyo puerto puede albergar numerosos y grandes barcos metaneros gracias a la profundidad de sus aguas, para acoplarlo a la red gasista española y enviarlo a Barcelona, desde donde viajará a Marsella a través del Corredor de Energía Verde, también llamado BarMar.

Planes para el futuro. A largo plazo, la idea es que fluya hidrógeno verde por esta tubería, cumpliendo así con los objetivos de la transición energética. Por eso Sines es el lugar escogido: allí se está construyendo una gran planta de hidrógeno verde, que cuenta con una inversión privada de 1.000 millones de euros. Esa es la razón por la que la sustitución del MidCat por el BarMar es más provechosa para Portugal, según el primer ministro Costa, al ser un país que no produce gas natural, y que tiene poca capacidad de regasificación de gas natural licuado en comparación con España.

Archivado años atrás. En 2017, el plan de conectar Celorico da Beira con Zamora ya formaba parte de los Proyectos de Interés común de la compañía lusa Redes Energéticas Nacionais, pero fue abandonado por un análisis de la Agencia Portuguesa del Ambiente, realizado en 2018, que alertó del impacto de la tubería a su paso por la región vitícola del Alto Duero, declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, que sería “irreversible” para el lugar. Ahora, tras el acuerdo alcanzado entre los dos países ibéricos y Francia, el proyecto se ha reactivado, con un trazado diferente al anterior, que se encuentra en estudio para comprobar su impacto medioambiental, según informó el primer ministro portugués.

Búsqueda de financiación. El CelZa se enmarca dentro del acuerdo por el Corredor de Energía Verde, también llamado BarMar. Como dijo Pedro Sánchez, el siguiente paso ahora es analizar “los plazos de inversión, el reparto de costes y el volumen de recursos”. En este sentido, Sara Aagesen, secretaria de Estado de Energía, confirmó en el Congreso de los Diputados que se entablarán conversaciones con Bruselas con el objetivo de conseguir la financiación necesaria para llevar a cabo el proyecto del Corredor de Energía Verde.

Negociaciones pendientes. Desde la UE afirman estar dispuestos a apoyar cualquier proyecto que vaya en la línea del plan REPowerEU, creado para combatir los efectos de la invasión rusa de Ucrania en el mercado energético. En Francia confían en que Bruselas financie este proyecto, al igual que en Portugal. Sin embargo, en Lisboa descartan emplear parte de su dinero correspondiente al programa REPower EU, ya que consideran que el Corredor de Energía Verde, en el que está incluido el gasoducto CelZa, es un proyecto de interés común europeo.

El 8 y 9 de diciembre, con motivo de la cumbre de EuroMed, los tres países volverán a reunirse para estudiar este nuevo proyecto. Veremos si son capaces de llegar a un nuevo acuerdo.

Imagen: Unsplash / Maksym Kaharlytskyi

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La amenaza de la recesión plantea un dilema para el teletrabajo: impulsarlo o volver a la oficina

La amenaza de la recesión plantea un dilema para el teletrabajo: impulsarlo o volver a la oficina

El temor a una recesión económica global ha hecho que muchas personas se pregunten en qué medida esta, de producirse, podría afectar al teletrabajo. Hay quien piensa que lo fomentaría, ya que las empresas buscarían reducir los costes y optarían por eliminar los gastos de la oficina si los trabajadores pueden desempeñar su labor en casa. Sin embargo, existe la opinión que sostiene que las empresas apostarían por la oficina por dos motivos: para ahorrarse los costes derivados del teletrabajo -como la luz, el equipo e internet- y porque, en su desconfianza hacia el trabajo remoto, se decantarían por el modelo presencial del que buena parte de las empresas más se fía.

Herramienta para el invierno. En este último caso, los teletrabajadores saldrían perdiendo. No obstante, existe un factor a tener en cuenta en toda esta ecuación: la crisis energética. Europa se prepara para un frío invierno, y ya hay algunos países europeos donde el trabajo remoto se ve como una buena opción para reducir el consumo energético. Tal es el caso de Francia cuyo gobierno, sin embargo, aclara que se trata de una alternativa que tienen las empresas, descartando la opción de que se pueda generalizar por ley. Veamos, pues, qué puede suceder con el teletrabajo en caso de recesión a nivel global y en nuestro país.

Al otro lado del Atlántico. Como un director de orquesta, Estados Unidos dirige la música del capitalismo mundial. Lo que allí sucede se acaba replicando en el resto del mundo, como ha sucedido con el aumento de los tipos de interés. Por eso, es importante saber qué se dice acerca de la influencia de la recesión en el teletrabajo.

Derek Thompson, periodista de The Atlantic, cree que en caso de decrecimiento económico, el teletrabajo no se vería afectado por varias razones, entre las cuales está la clara preferencia de los empleados por este modelo -un estudio de Microsoft revela que el 87% de los asalariados afirman trabajar mejor desde casa- y el hecho de que las recesiones suelen afectar a empresas con estructuras muy costosas, como las oficinas. Por ello, Thompson se adhiere a la opinión de algunos economistas que consideran que el teletrabajo es una forma de ahorro para las compañías. Forbes coincide en este punto y además añade que el teletrabajo es un reclamo para los empleados con más talento, por lo que las compañías sin este formato podrían contratar a personas menos preparadas.

Realidad diferente. Un informe publicado en octubre por el portal Beautiful.ai señaló que el 60% de los managers encuestados reconocían que, en caso de llevar a cabo despidos por la recesión económica, los teletrabajadores serían los primeros en marcharse. Esta vulnerabilidad, sentida por ocho de cada diez empleados en remoto según GoodHire, es directamente proporcional al aumento del poder de negociación de los empresarios provocado por la recesión, tal y como apunta Steve Ranger, director del portal Zdnet.com, por lo que los empleados acabarán yendo a la oficina si ese es el deseo de los propietarios. Esa, de hecho, parece ser la idea que llevó a Tesla y otras compañías a plantear la política de “la oficina o la calle”.

Incertidumbre europea. Por otra parte, en Europa no está claro qué puede suceder. El teletrabajo ha aumentado en numerosos estados de la UE, y hay países como Portugal donde ya se reparten visas para los nómadas digitales. En este contexto, las empresas tienen la alternativa de incrementar el trabajo remoto, siempre que a los empleados les salga a cuenta, ya que para algunos el coste de la electricidad podría aumentar considerablemente si trabajan en casa. Por otra parte, el teletrabajo en España, a pesar de haberse reducido en los últimos tiempos, aumentará en invierno. Así lo confirma Adecco, preguntada al respecto por El Economista, que señala al coste energético como la principal causa de este cambio de tendencia.

Imagen: Pixabay

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La paranoia de la productividad: por qué las empresas siguen rechazando el teletrabajo cuando sí les funciona

La paranoia de la productividad: por qué las empresas siguen rechazando el teletrabajo cuando sí les funciona

A finales de septiembre, Microsoft publicó un estudio en el que analizaba la situación actual del formato híbrido de teletrabajo, a través de una muestra de 20.000 personas seleccionada en once países. La investigación indicaba que, mientras que el 87% de los trabajadores en régimen de teletrabajo parcial reconocían ser productivos, sólo un 12% de los dueños de las compañías confirmaban tener absoluta confianza en que sus empleados eran realmente productivos.

Vigilancia innecesaria. Esta desconfianza ha sido denominada por el gigante tecnológico como ‘paranoia productiva’. Se trata de una vieja preocupación de ciertos empresarios que, acostumbrados a vigilar a sus empleados en la oficina para comprobar que realizan correctamente su tarea, no saben cómo rastrearlos eficazmente si éstos trabajan desde su domicilio. Este supuesto vínculo que une la productividad con la presencialidad sigue muy arraigado en nuestros días: según Microsoft, el 85% de los propietarios afirma tener dificultades a la hora de confiar en que sus empleados, bajo régimen híbrido, son productivos.

Mecánicas teatralizadas. Naturalmente, esta sospecha permanente acaba por generar dinámicas como el llamado teatro productivo, que describe la situación en la que los empleados deben de estar, constantemente, dando cuenta de sus acciones, ya sea a través de formularios digitales o mediante la actualización de su estado en el chat de la compañía. Se trata de una situación que, paradójicamente, afecta a la productividad de los trabajadores, según un estudio realizado por Qatalog y GitLab, y amenaza con hacer insostenible el teletrabajo ante las dificultades de los empleados -como la pérdida de tiempo generada por los mecanismos de control- para sacar adelante un trabajo excesivo.

La sinceridad, lo más valorado. En este sentido, el estudio indica que el 81% de los asalariados considera importante que los empresarios les ayuden a dar prioridad a su volumen de trabajo, pero sólo el 31% afirma haber recibido un mensaje útil en las reuniones mantenidas con los propietarios. Esto nos lleva al valor de la comunicación, ya que casi la totalidad de los encuestados, tanto trabajadores como empresarios, coincide en que la comunicación es uno de los elementos más importantes de la dinámica del trabajo. Esta, además, ha de ser franca: la sinceridad es la característica más importante que un mánager puede tener, según los trabajadores encuestados.

Concepto erróneo. Sin embargo, el problema está en la base, pues la idea de que se es más productivo bajo la mirada del jefe en la oficina no se corresponde con la realidad. Según un estudio realizado conjuntamente por varias universidades norteamericanas, los trabajadores son hasta un 9% más productivos trabajando desde casa que en la oficina. Las evidencias son múltiples: Airbnb reconoció que el periodo 2020-22 había sido el más productivo de su historia y anunció una política de trabajo remoto específica para sus empleados.

España, a contracorriente. Por otro lado, la gran mayoría de las empresas de nuestro país siguen funcionando bajo el principio de que se trabaja más y mejor en casa. Ya no es que el número de profesionales que trabajaban total o parcialmente en casa haya descendido un 4%, después de haber aumentado durante la pandemia, es que casi un tercio de todas las empresas españolas carece de alguna forma de trabajo remoto.

Estos datos señalan dos cuestiones importantes. La primera, que el modelo productivo español basado en el sector servicios no es capaz de actualizarse tecnológicamente al mismo ritmo que las economías más avanzadas. La segunda, que la cultura del "estar por estar" en la oficina, tras realizar la tarea requerida, sigue muy extendida en España: en 2018, casi el 44% de las empresas españolas detectaron alguna forma de presentismo, según Adecco.

La tradicional silla caliente. Así las cosas, cabe preguntarse por qué hay empresas españolas que, pudiendo teletrabajar, han optado por volver a la oficina. La respuesta está en la falta de confianza de los empresarios hacia sus trabajadores, lo que hace, según la Fundación Másfamilia, que las compañías de nuestro país estén orientadas a la presencialidad. Desde la organización señalan que las “herramientas posindustriales”, como los sistemas de vigilancia del tiempo de conexión, no contribuyen a la productividad sino que perpetúan la cultura de “calentar la silla” tan extendida en España.

Imagen: Raj Rana / Unsplash

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HIMARS: cómo funciona el secreto de la exitosa contraofensiva ucraniana frente a Rusia

HIMARS: cómo funciona el secreto de la exitosa contraofensiva ucraniana frente a Rusia

La contraofensiva ucraniana iniciada este verano ha cambiado el curso de la guerra. Fue preparada mediante un engaño militar que hizo creer a los rusos que el ataque se produciría en el sur del país, en torno a la región de Jersón, por lo que el ejército invasor se reagrupó en este sector, dejando desguarnecidos otros puntos del frente. Finalmente, la contraofensiva real se produjo al norte, en Járkov: entre el 6 y el 14 de septiembre, los ucranianos recuperaron 8.000 km² de territorio.

Tensión en el Kremlin. Como consecuencia de este desastre militar, Putin anunció una movilización parcial -cuyo objetivo es resolver el déficit de personal del ejército- que causó descontento entre la población rusa. El líder checheno Kadyrov, aliado de Moscú, fue más lejos y propuso el empleo de armas nucleares de baja potencia, sugerencia que el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, calificó como producto de la emoción.

Ayuda providencial. En Rusia, sin embargo, son conscientes de que el conflicto se encuentra en una nueva fase y de que Ucrania tiene potencial para infligir graves daños entre sus tropas, infraestructura y vías de comunicación. Ello se debe, en buena parte, al armamento proporcionado por los aliados occidentales de Kiev, entre el cual destaca el conjunto de sistemas lanzamisiles de largo alcance, considerados en julio por Sergei Shoigú, ministro de defensa ruso, como objetivo prioritario. De todos estos sistemas, el más letal es el HIMARS.

Así es el HIMARS. El Sistema de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad (High Mobility Artillery Rocket System en inglés), es un sistema lanza misiles de largo alcance instalado en la parte trasera de un camión militar. Fue diseñado por la compañía estadounidense Lockheed Martin, y sus principales características son el alcance, la precisión y la rapidez de movimientos.

Ataca y vete. En cuestión de pocos minutos, el sistema lanzacohetes está preparado y puede disparar, de forma simultánea, seis misiles guiados con GPS, capaces de alcanzar objetivos situados a 300 km de distancia, aunque los empleados por el ejército ucraniano, denominados GMLRS, tienen un radio de 80 km. Posteriormente, el sistema vuelve a su posición inicial y ya es posible marcharse a otro sitio gracias al camión, haciendo inútil cualquier contraataque del enemigo, pues para cuando éste pueda atacar, ya no hay nadie en la zona desde la que se ha operado.

Superioridad respecto a la artillería rusa. La capacidad de atacar objetivos a tanta distancia, con esa precisión y pudiendo eludir la respuesta del enemigo, es la gran ventaja que poseen los sistemas lanzacohetes de largo alcance ucranianos en relación con los rusos. Según la BBC, el BM-30 Smerch es el sistema lanzacohetes de mayor alcance empleado por el ejército ruso, capaz de llegar a 70 km: menos radio y movilidad que el HIMARS.

Petición de Ucrania. En julio, el secretario de defensa ucraniano Oleskii Reznikov informó que, para llevar a cabo una exitosa contraofensiva, Kiev necesitaba, entre otros elementos, de 50 de los lanzacohetes fabricados por Lockheed Martin. Washington respondió, y a principios de septiembre, Ucrania ya contaba con 16 HIMARS, a los cuales los que hay que sumar 10 sistemas lanzacohetes M270, de fabricación norteamericana y enviados por Alemania y Gran Bretaña.

Dado el rédito que el ejército ucraniano está obteniendo con ellos, Washington anunció a finales de septiembre el envío de una ayuda militar por valor de más de un billón de euros, incluyendo 18 HIMARS más.

Hay quien pide cautela. A pesar de que, según el ejército estadounidense, las fuerzas ucranianas han destruido más de un centenar de objetivos muy valiosos para Rusia con los HIMARS, la doctora Marina Miron, experta militar en el King’s College de Londres, considera que su influencia en el conflicto pueda estar siendo sobrevalorada, al no ser eficaz contra objetivos móviles. En su opinión, este sistema lanzacohetes no cambia el equilibrio de poder de un conflicto que ha hecho reavivar el temor a un eventual ataque ruso sobre Europa, provocando que Finlandia y catorce países de la OTAN se planteen la necesidad de crear un escudo antimisiles bajo el cual no estaría, de momento, España.

Imagen: US Department of Defense

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