Solo dos cohetes orbitales se han reutilizado con éxito en toda la historia después de aterrizar: los dos son de SpaceX

Solo dos cohetes orbitales se han reutilizado con éxito en toda la historia después de aterrizar: los dos son de SpaceX

El 30 de marzo de 2017, SpaceX lanzó el satélite europeo SES-10 con un cohete que previamente había volado y aterrizado con sus propios motores. Era la primera vez que ocurría algo parecido, y fue un momento trascendental en la historia que ha abaratado el acceso al espacio, dando lugar a la megaconstelación de satélites Starlink. Ocho años después, hay un segundo cohete capaz de hacer lo mismo. Lo llamativo es que también pertenece a SpaceX.

Del Falcon 9 a Starship. Desde aquel momento histórico de 2017, las primeras etapas del cohete Falcon 9 de SpaceX han aterrizado 434 veces, volviendo a despegar en 404 ocasiones. El propulsor que más veces ha volado tiene el número de serie B1067. El pasado 13 de mayo completó con éxito su misión número 28. 17 de ellas han sido lanzamientos de satélites Starlink.

A diferencia del Falcon 9, el gigantesco cohete Starship está diseñado para ser totalmente reutilizable, pero por ahora solo ha demostrado esta capacidad para su primera etapa, el propulsor Super Heavy. Es apenas el segundo cohete orbital que, ocho años después de aquella trascendental misión del Falcon 9, ha vuelto a volar tras un aterrizaje propulsivo.

Adiós Booster 14, has hecho historia. El primer Super Heavy en reutilizarse ha sido el Booster 14, que despegó por primera vez el pasado 16 de enero como parte del vuelo de prueba 7 de Starship. La etapa de cohete de 70 metros de altura regresó a la torre de lanzamiento tras separarse de la nave, maniobrando con sus motores hasta ser atrapado por los brazos de la propia torre.

Este 27 de mayo, tras un proceso de restauración, ha volado por segunda y última vez durante el noveno vuelo de prueba de Starship. Sus 33 motores funcionaron a la perfección en el despegue, a pesar de que 29 de ellos eran usados. SpaceX no planeaba reutilizar el propulsor una tercera vez, y aprovechó la ocasión para probar una nueva maniobra de separación de etapas, que salió bien, y un ángulo de ataque más agresivo en el descenso, que salió regular. El cohete explotó tras reencender 12 motores para frenarse sobre el golfo de México.

Por qué es un hito importante. Aunque la novena misión de Starship no consiguiera sus objetivos, la reutilización del Super Heavy supone un hito más en el programa. Nunca se había reutilizado un cohete tan grande, en toda la historia de los vuelos espaciales, lo que nos acerca a un nuevo abaratamiento de los lanzamientos de satélites, puesto que Starship podrá poner en órbita mucha más carga que un Falcon 9 (cuando SpaceX consiga arreglar la puerta).

Eso sí, mientras la reutilización completa del propulsor parece ahora cuestión de tiempo, la reutilización de la nave sigue siendo un desafío para SpaceX. La compañía tiene que seguir iterando en el diseño de su escudo térmico antes de poder atrapar también la Starship con la torre. Es algo que SpaceX esperaba conseguir en el vuelo 10, pero que ahora tendrá que esperar.

Mención especial para Jeff Bezos. La primera etapa del Falcon 9 y la primera etapa de Starship, es decir, el propulsor Super Heavy, son los únicos “cohetes orbitales” con “aterrizaje propulsivo” en reutilizarse con éxito. Estas acotaciones son necesarias porque el primer cohete capaz de aterrizar con su propio motor que voló dos veces fue el pequeño New Shepard de Blue Origin. Es un cohete suborbital, sin capacidad de lanzar carga a la órbita terrestre.

Además de una lucha de patentes que enemistó a Jeff Bezos con Elon Musk, Bezos se encargó de promover que su cohete había sido el primero, felicitando a SpaceX en 2017 por conseguir el “segundo cohete suborbital con capacidad de reutilización”, refiriéndose a que, aunque el Falcon 9 sea orbital, su primera etapa no llega a la órbita antes de lanzar la segunda. El tiempo ha jugado en contra de Blue Origin, cuyo cohete orbital New Glenn debutó con años de retraso y sin haber demostrado aún su capacidad de aterrizar.

Merece también una mención aparte la compañía Rocket Lab, que “pesca” sus cohetes Electron en el mar después de un amerizaje suave con paracaídas. También la NASA usaba paracaídas para recuperar los cohetes aceleradores sólidos del transbordador espacial. Pero ninguna de estas tecnologías es comparable a la recuperación rápida y total que SpaceX busca con Starship.

Imagen | SpaceX

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Solo dos cohetes orbitales se han reutilizado con éxito en toda la historia después de aterrizar: los dos son de SpaceX

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Matías S. Zavia

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