Entre innovaciones y polémicas: el BMW Serie 7 lleva siete generaciones peleando con el Mercedes-Benz Clase S
Buque insignia. Es un apelativo que damos con facilidad a cualquier modelo que represente el culmen del diseño y la tecnología de una marca. Sin embargo, es en las marcas de lujo que la analogía cobra todo el sentido.
De Audi a Lexus, pasando por Mercedes-Benz, Jaguar y BMW, todas tiene un auténtico buque repleto de tecnología en lo más alto de su gama. El último en renovarse es el Serie 7. Y el hecho que llegue primero al mercado como coche eléctrico, como BMW i7, no es inocente.
El buque insignia de una marca es un modelo que sienta las bases de los futuros modelos del resto de la gama del fabricante, tanto en diseño como en tecnología. Es exactamente lo que ha venido haciendo el BMW Serie 7 desde 1977, año el que salió al mercado el primer BMW Serie 7.
BMW Serie 7 E23 (1977 – 1986)
La progresiva subida en gama de BMW se inició a principios de los años 60, con el BMW 1500 ‘Neue Klasse’ de 1961. El nombre hacía tanto referencia a una nueva clase de BMW como a la nueva clase social. Tras los difíciles años de la posguerra, las familias alemanas veían su poder adquisitivo subir un 10% de media cada año. Y la subida en gama de BMW se completó en 1977 con la llegada del Serie 7 tipo E23.
El Serie 7 original representaba justamente el hecho de que BMW era un fabricante de prestigio (que hoy llamaríamos premium), como Mercedes-Benz. Así, esta primera iteración quería seguir los pasos de Mercedes-Benz con su Clase S.
El diseño general del coche es obra de Paul Bracq, autor de los Mercedes 600 y Mercedes SL ‘Pagoda‘, entre otros. Equipaba exclusivamente motores de 6 cilindros en línea, con el 745i como modelo tope de gama absoluto. Para compensar la falta de un V8, equipaba un 6 en línea de 3.2 litros sobrealimentado por turbo de 286 CV.
Se permitía así el lujo de ser más potente que el Mercedes 450 SEL 6.9 (250 CV) y más eficiente con un motor con una cilindrada divida prácticamente divida dos con respecto al Mercedes. Y en plena crisis del petróleo, incluso a ese nivel de gama, era un argumento de peso.
BMW Serie 7 E32 (1986 – 1994)
Con la siguiente generación del Serie 7, BMW quiere asentar su posición en el segmento del lujo y desvela en 1986 la segunda generación del BMW Serie 7, la E32. Y lo cosa se pone seria. Después de la austeridad de los 70, los años 80 están llenos de exceso y opulencia. Esta vez sí, el Serie 7 tendrá un V12 (hubo un prototipo de E23 V12, pero las crisis del petróleo de los 70 no le permitieron ver la luz).
El Serie 7 E32 es la demostración del éxito de BMW. Hasta entonces, las marcas alemanas de lujo eran dos: Mercedes-Benz y Porsche. Ahora, también estaba BMW. Con el E32, BMW pasó a jugar en la liga superior al atreverse a ofrecer, como Jaguar o Ferrari, un V12.
Mantenía los motores de 6 cilindros en línea, pero el tope de gama era el V12 de 5.0 litros y 300 CV que equipa los BMW 750i y 750iL (chasis largo). Además, cuenta lo mejor de la tecnología de la época, como el ABS y en especial el ASC, uno de los primeros sistemas de control de tracción, o los primeros faros de xenón, a partir de 1991. En cuanto al diseño, marcaría la era clásica de BMW, hasta la llegada de Chris Bangle.
BMW Serie 7 E38 (1994 – 2001)
La generación del BMW Serie 7 (E38) de los años 90 es una de transición. Aun así, tuvo sus innovaciones técnicas. A partir de 1996, dispuso de la primera caja de cambios inteligente autoadaptativa (AGS Automatik Getrieb Systeme) con cinco marchas y función de cambio manual, también conocida como Steptronic.
Era de serie en los modelos 750i/iL y en opción para el 740i. Es el predecesor de los modos de conducción que vemos en la actualidad en muchos coches Fue, también, uno de los primeros modelos en equipar un sistema de navegación integrada, con pantalla a color y datos en CD-ROM, a partir de en 1996.
Luce un diseño puro, esbelto y extremadamente clásico, que lo convierte en uno de los Serie 7 más aclamados y también más clásicos. El hecho de que fuera el coche de Jason Statham en ‘The Transporter’ y de James Bond (‘El mañana nunca muere’), también ayudó a que destacara.
BMW Serie 7 E65 (2001 – 2008)
Con el BMW Serie 7 E65 de principios de siglo llegó la polémica. El Serie 7 marcaba el inicio del nuevo lenguaje estético de la marca. Presentado en 2001, fue el primer modelo de la marca basado en el lenguaje “Flame Surfacing” ideado por el jefe de diseño de la época, Chris Bangle. Se trata de un lenguaje de diseño inesperado caracterizado por superficies intrincadas que, según su creador, evocan una llama bailando al viento.
A bordo, llegó otra revolución, la del iDrive. Un dial a modo de ratón para controlar todo el sistema de infoentretenimiento. Simplificó la ergonomía y el uso de las numerosas funciones que ofrecía este modelo de lujo. Con el tiempo se ha revelado como el mejor sistema para esta tarea. Audi, Mercedes-Benz, Mazda y muchos más han terminado por tener su propia interpretación de ese sistema hasta que llegaron las enormes pantallas táctiles actuales.
En 2005, fue rediseñado en un intento de rectificar la tendencia a la baja de las ventas, que no alcanzaban el nivel esperado por la marca. El diseño del coche se suavizó un poco: faros menos macizos y pilotos traseros más grandes que daban la sensación de un portón de maletero menos prominente. La gama de motores también creció, cubriendo un amplio espectro que iba desde los 218 CV del 730d hasta los 445 CV del 760i V12.
BMW Serie 7 F01 (2008 – 2015)
Con la quinta generación del Serie 7, BMW parte de una hoja en blanco y propone un diseño más conservador. Si bien carece de estridencias y hace gala de equilibrio en sus proporciones, es visto como un modelo un tanto macizo.
A nivel tecnológico, sigue siendo el escaparate de BMW. Estrena un nuevo sistema iDrive, las alertas de vehículos en el ángulo muerto, el asistente de mantenimiento de carril y la lectura de las señales de tráficos (de los límites de velocidad, en concreto).
Recupera la dirección a las cuatro ruedas, que Honda y Nissan apreciaban en los años 80, y que Renault había vuelto a recuperar con el Laguna Coupé. En el caso del Serie 7, para un coche de 5,07 m en versión corta y 5,21 m en versión larga, no es un elemento superfluo.
Esta generación, marca también el inicio de la electrificación de los motores en la marca. El BMW 750i Active Hybrid cuenta con un sistema de hibridación ligera con el motor eléctrico integrado a la caja de cambios. El motor de gasolina es el V8 4.4 litros que, con la ayuda de la electricidad, entrega en total 465 CV y puede acelerar de 0 a 100 km/h en 4,9 s. BMW anunciaba, también, 2 l/100 km menos en consumo con respecto al 750i sin hibridación.
BMW Serie 7 G11 (2015 – 2022)
La sexta generación del BMW Serie 7 (G11) se estrenó con un diseño continuista con respecto al anterior Serie 7. La principal diferencia siendo el frontal que apostaba por la horizontalidad (calandra baja, faros alargados), antes de convertirse en un diseño francamente polémico y llamativo con una enorme calandra de doble riñones con el restyling de 2019.
A nivel tecnológico, llegan los sistemas de control de crucero activo con mantenimiento de carril, antesala de una futura conducción autónoma, los servicios conectados y, como curiosidad, una llave con pantalla que permite sacar y meter el coche de la plaza de parking cual control remoto.
Para las mecánicas, BMW sigue confiando en los 6 cilindros en línea, V8 y V12, salvo en algunos mercados, como el turco, donde está disponible con un 4 cilindros por razones fiscales. La sexta generación estrena también una versión híbrida enchufable. Primero en versión 740e (4 cilindros y 326 CV en total) y, tras el restyling, en versión 745e (6 cilindros y 394 CV en total).
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Entre innovaciones y polémicas: el BMW Serie 7 lleva siete generaciones peleando con el Mercedes-Benz Clase S
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Motorpasión
por
Daniel Murias
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