Lenovo Yoga Slim 7, análisis: el Ryzen 7 4800U lleva a este ultrabook a otro nivel de rendimiento y autonomía
Este 2020 se ha convertido en un excelente año para hacerse con un ultrabook potente, ligero y con un buen precio. Y el motivo no está tanto del lado de marcas en particular sino de un componente: el procesador. Concretamente el AMD Ryzen 7 4800U que empezamos a ver de manera más habitual en equipos portátiles.
El Lenovo Yoga Slim 7 que ya hemos probado en Xataka es uno de los ultrabooks que mejor partido le sacan a este procesador de AMD. Pero la potencia bruta no es el único argumento con nota de este nuevo ultrabook de 14 pulgadas que tiene prevista su llegada al mercado español antes de final de año. Muy atentos.
Ficha técnica del Lenovo Yoga Slim 7
LENOVO YOGA SLIM 7 |
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DIMENSIONES Y PESO |
320.6 x 208.2 x 15.1 mm |
PANTALLA |
14″ FullHD (1920×1080 píxeles) |
PROCESADOR |
AMD Ryzen 7 4800H |
TARJETA GRÁFICA |
Radeon integrada |
MEMORIA RAM |
16 GB LPDDR4X |
ALMACENAMIENTO |
512 GB SSD PCIe M.2 |
SISTEMA OPERATIVO |
Windows 10 Home |
BATERÍA |
60,7 WHr |
CONECTIVIDAD |
WiFi 6 |
PUERTOS |
2 x USB Type-C (USB 3.2 Gen 2, PD 3.0, DisplayPort 1.4) |
OTROS |
Cámara IR |
PRECIO |
Desde 999 euros |
Un ultrabook sólido y robusto
El Lenovo Yoga 7 Slim es un ultrabook de lo más clásico. Si piensas en esta categoría de portátiles, hasta hace no mucho se asociaba directamente a sobriedad y en cierta manera al mundo profesional o de empresa. De hecho, pese al nombre, este Yoga Slim 7 (y que en EEUU se bautizará como Ideapad Slim 7) tiene más similitudes con la familia Thinkpad de Lenovo que con la conocida de los convertibles de la marca.
Este ultrabook es muy compacto para su diagonal de pantalla. Posee un acabado metálico (aluminio para todo su cuerpo) que tanto al tacto como de manera efectiva, nos deja con una sensación amplia de robustez y durabilidad. Esta combinación de factores resulta en un equipo que nos transmite la idea de pesado, aunque la realidad es que sus cifras no son del todo malas: 1.5 cm de grosor y 1.4 kg de peso.
La sensación de ser un equipo resistente y nada enclenque la podemos comprobar en la bisagra de la pantalla, que, además de admitir que abatamos la pantalla hasta los 180 grados, soporta la inclinación que decidamos o necesitemos en cada momento sin problemas y con consistencia y seguridad. Pese a ello, el sistema admite abrir la pantalla con una sola mano.
El diseño, como hemos indicado, es sobrio. Nada de logos destacados ni líneas agresivas en la carcasa. De hecho sus esquinas están muy bien acabadas con forma redondeada, lo que hace que el tacto sea muy agradable. Solo encontramos en el diseño guiños a la marca en forma de grabados excelentemente rematados tanto en carcasa como interior. O el nombre de la serie 7 en el cierre. También el acabado del aluminio de la carcasa, en tono gris mate, se mantiene como el primer día con mucha facilidad. Nada de rastro de huellas o suciedad ni en la parte exterior ni en la interior. Y soy un maniático de la huellas en el teclado, por ejemplo. En este parece que después de los días de prueba del equipo, ni lo hubiera tocado. Magnífico.
A nivel de conectividad, este Lenovo Yoga Slim 7 no viene mal preparado para el segmento al que pertenece. Tenemos dos puertos USB-C, uno de ellos habilitado para conectar una pantalla vía Displayport 1.4b, así como dos USB tipo A 3.1 Gen1, salida HDMI 2.0b completa y un lector de tarjetas microSD. También hay puerto de entrada/salida de auriculares.
Para cargarlo debemos recurrir a uno de los puertos USB-C (con su luz de carga incluida), algo que se agradece siempre en un equipo que busca la máxima portabilidad. Y el botón de encendido busca su sitio en uno de los laterales, aunque viene sin lector de huellas integrado y sin nada de relieve para facilitar su activación, que no me ha parecido cómoda.
En la parte de conectividad inalámbrica, no estamos ante un equipo LTE pero sí que viene preparado para aprovechar las ventajas de la WiFi 6 así como Bluetooth 5.1.
Una pantalla que cumple … y punto
El Lenovo Yoga Slim 7 es un equipo portátil que ofrece una diagonal de pantalla de 14 pulgadas. El panel tiene una resolución FullHD y una cobertura del 100% del espacio de color sRGB.
El brillo del panel es de 300 nits, el contraste queda en 2000:1, no tiene acabado mate y la tasa de refresco es de 60 Hz. Todo bastante estándar para un equipo multidisciplinar que no se casa con ningún aspecto en concreto a nivel visual pero que tampoco defrauda en ninguno de ellos …o casi en ninguno.
Los ángulos de visión son muy buenos, la reproducción de color sorprendentemente fiel y aunque la densidad nos hubiera gustado algo superior, estamos ante una pantalla donde lo crítico está en su uso en entornos muy iluminados por culpa de los reflejos de su pantalla con acabado brillo. Dotarla de un mejor tratamiento antireflejos o pantalla con acabado mate hubiera catapultado a este equipo un par de niveles por encima.
En el Lenovo Yoga Slim 7 la pantalla ocupa prácticamente la totalidad del equipo. Lo marcos son muy reducidos en los dos laterales, y algo más extensos en la parte superior e inferior.
Justo en la superior es donde hay cabida para una cámara IR que nos puede servir como webcam aunque con apenas una resolución de 1 MP y un resultado a nivel de calidad muy flojo. Eso sí, la webcam es compatible con Windows Hello y nos permite, gracias a los sensores de infrarrojos, identificarnos, aunque no es algo tan directo ni rápido como con el lector de huellas al que nos hemos acostumbrado. Y tiene LED para indicarnos visualmente cuando está en uso.
¡Sorpresa! Sonido cuidado en un ultrabook
Un sorpresa en el apartado multimedia del Lenovo Yoga Slim 7 la encontramos en el sistema de sonido. Es un equipo bastante compacto pero que no ha renunciado ni a un teclado de generoras dimensiones para sus elementos ni tampoco a habilitar dos altavoces estéreo situados a los lados de ese teclado.
El sonido es Dolby Atmos y bastante potente para el grosor y configuración del equipo. Cuenta con personalización de perfiles de sonido para ajustarlo a nuestras necesidades.
Buen teclado y touchpad
La sorpresa con los altavoces integrados junto al teclado no llevaba aparejada una decepción con un elemento clave como precisamente es el teclado. Éste abarca todo lo que le es posible en la carcasa del portátil y eso se nota en el tamaño de las teclas de tipo chiclet y que, de nuevo, nos traen a la memoria los teclados de los Thinkpad por su diseño no regular.
El teclado del Lenovo Yoga Slim 7 me ha resultado cómodo, muy silencioso y con un recorrido equilibrado aunque me ha costado algo acostumbrarme a una fuerza de activación para mí algo grande. El teclado admite una escritura rápida y precisa por el buen tamaño y visibilidad de las teclas.
Es un teclado retroiluminado pero solo con dos niveles además del apagado. Y esos niveles solo los podemos regular de manera manual. Pero la visualización con poca o nula luz es muy buena.
A nivel de distribución y tipo de teclas de función, hay algunas no muy habituales como la herramienta de recortes o el bloqueo del micrófono que son prácticas. Eso sí, hay que hacerse a la idea de que un teclado de buenas dimensiones en un espacio tan reducido requiere de sacrificios tanto en limitaciones de teclas como en el tamaño de las mismas, especialmente en las de dirección o Enter.
Para el touchpad es cierto que no quedaba demasiado espacio libre. En altura no admitía nada más pero quizás hubiera estado bien ofrecer al usuario más anchura para moverse libremente por él. Hacerlo es cómodo y preciso, aunque, como pasa con el teclado, el clic físico me ha parecido bastante duro al principio. Los gestos también admiten un gran uso.
El AMD Ryzen 7 4800U en todo su esplendor
Este 2020 nos está dejando una muy grata sorpresa en el mundo de los procesadores para portátiles: la llegada de los Ryzen 7 como este 4800U. Aúnan excelente rendimiento con un precio competitivo.
El Ryzen 7 4800U que monta este ultrabook de Lenovo pertenece a la familia Zen 2 de AMD. Es un procesador con 8 núcleos, 16 hilos, frecuencia base de 1.8 GHz (turbo de 4.2 GHz) y un TDP de solo 15 W. Como veremos en nuestras pruebas de rendimiento, todo un portento cuando se trata de recurrir a sus numerosos hilos de ejecución.
La memoria RAM que acompaña la versión que hemos analizado en Xataka recurre a 16 GB LPDDR4 a 4266 MHz. No hay opción de escoger más ni tampoco de ser ampliada por el usuario, pues va soldada a la placa base. En este sentido las opciones para el consumidor quedan algo reducidas.
En las pruebas de rendimiento habituales a las que sometemos a los equipos de prueba, este Lenovo Yoga Slim 7 ha conseguido números acordes con lo esperado: más de 3200 puntos en la prueba CPU de Cinebench R20 y 4380, 5611 y 5483 en los test Home, Creative y Work de PCWork 8.
El Lenovo Yoga Slim 7 cuenta con el apoyo gráfico de una Radeon Vega 8, que nos nos permite jugar con solvencia a los mejores y más actuales títulos del mercado pero que nos deja un margen de maniobra muy importante y que no es nada habitual en este tipo de equipos. En nuestras pruebas con algunos títulos populares como Fornite o Rocket League, podemos rozar de media los 60 fps con la resolución nativa de la pantalla, mientras que para títulos más exigentes como Battlefield V, con la misma configuración, hemos disfrutado de sesiones de juego con tasas de refresco alrededor de los 30 fps.
Si este desempeño lo bajamos a test sintéticos, en 3DMark Fire Strike, este equipo consiguió en nuestras pruebas una puntuación media de más de 3500 puntos.
Para el almacenamiento de este Lenovo Yoga Slim 7 se cuenta con una unidad PCIe NVMe de 512 GB que cumple pero no destaca especialmente. En nuestras pruebas hemos conseguido velocidades de transferencia de 1500 y 1800 MB/s en tareas de escritura y lectura respectivamente.
El Lenovo Yoga Slim 7 estará disponible con Windows 10 Home, y en la unidad que hemos podido probar, el único software de terceros instalado es una versión de prueba del antivirus McAfee.
Tampoco hay prácticamente nada de software de Lenovo a excepción de Vantage, su suite para conocer el estado del equipo, configuración rápida, gestión de la garantía del portátil o actualizar drivers, BIOS y sistema de manera directa, contando además con un widget que podemos tener en la barra de tareas.
Potencia sin ruido en funcionamiento
Si no fuera por los test de rendimiento que en ciertos momentos, no siempre, provocaban la activación de los ventiladores del Lenovo Yoga Slim 7, la experiencia con este ultrabook habría sido “libre de ruido” completamente. El equipo cuenta con dos ventiladores que apenas hemos podido escuchar en nuestra prueba. Y cuando se ponían en marcha, el ruido era admisible incluso en entornos discretos. Eso hace que el día a día con el equipo sea completamente silencioso.
Ahora bien. Esa tranquilidad con el sistema de refrigeración no significa en absoluto que el equipo sufra con las temperaturas. Todo lo contrario. El Lenovo Yoga Slim 7 se mantiene en unos márgenes de temperatura de trabajo excelentes. En tareas de ofimática, conectividad continua y la reproducción de música de fondo o algún vídeo, tras más de dos horas, la carcasa del Lenovo se mantenía completamente fría.
El equipo cuenta con dos salidas de aire principales. Una en la unión de teclado y pantalla, y otra en la parte inferior. Ni tan siquiera ésta última estaba algo caliente. Eso es muy beneficioso para poder usar el equipo sobre las piernas o moverlo sin problemas.
Una autonomía de ultrabook de nivel
Como estamos viendo en este análisis del Yoga Slim 7, la combinación del trabajo de Lenovo a nivel externo y la del Ryzen 7 4800H en la parte interna, nos deja un equipo asombroso a nivel de rendimiento y comportamiento térmico. Pero, ¿y la batería? Para empezar contemos que el Lenovo Yoga Slim 7 cuenta con una batería de 60.7 Wh. Y que en nuestras pruebas de autonomía el comportamiento de la misma ha sido de sobresaliente.
El test principal de batería buscaba una recreación lo más fiel posible al uso que un usuario podría dar a este equipo. Siempre conectado, con pantalla entre el 50-70% de brillo, mucha tarea de ofimática, navegación web, algo de edición de fotos, vídeos, música en segundo plano e incluso alguna edición de vídeo esporádica. Así lo hemos probado durante varias jornadas de trabajo y en todas ellas hemos medido al menos 12 horas de autonomía real en las que apenas ha tenido una hora de descanso el equipo para comer y siempre usando el modo de mejor batería de los ajustes en Windows.
Si las sesiones de trabajo eran más comunes, quedando el equipo en modo suspensión, hemos registrado autonomías superiores a las 15 horas agrupando dos días y algunas horas en modo de ahorro de batería y brillo algo más reducido por estar trabajando en interiores con poca luz.
Como hemos indicado, la carga del equipo se realiza vía USB-C, nada de cargador propietario. El modelo que hemos analizado venía con cargador compacto de 65 W que nos deja el equipo listo para volver a maratonianas jornadas de trabajo (u ocio) en menos de una hora y media.
Lenovo Yoga Slim 7, la opinión y nota de Xataka
Que a la hora de comprar un nuevo portátil, en este 2020 se esté mirando con lupa qué procesador (si de Intel o de AMD) va montado el equipo, es una alegría inmensa para el consumidor. La competencia a nivel de procesadores da el salto al mercado de los portátiles y con equipos como este Lenovo Yoga Slim 7 uno no puede más que bendecir esta lucha entre gigantes.
El Lenovo Yoga Slim 7 tiene prevista su llegada al mercado antes de que acabe 2020. La versión con el Ryzen 7 4800H lo hará presumiendo precisamente de este componente que ha demostrado no solo proporcionar una potencia asombrosa al equipo sino hacerlo con un ruido en funcionamiento casi nulo y una autonomía excelente. Y todo ello a partir de 999 euros.
Pero no podemos olvidar la parte de culpa de Lenovo en todo este conjunto. De ellos es mérito el acabado del equipo, el buen teclado pero también que la pantalla nos deje con la sensación agridulce de los reflejos excesivos.
9,1
8,5
A favor
- Rendimiento y refrigeración del más alto nivel
- Autonomía sin pegas
- Precio interesante
En contra
- La pantalla brillante genera molestos reflejos en entornos muy iluminados o con focos de luz concentrados
- La activación de las teclas y el clic físico del touchpad están algo duros
- Pocas opciones de configuración
El ordenador ha sido cedido para la prueba por parte de AMD. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas
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La noticia
Lenovo Yoga Slim 7, análisis: el Ryzen 7 4800U lleva a este ultrabook a otro nivel de rendimiento y autonomía
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Penalva
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