Alemania prepara su propio Silicon Valley. TSMC pondrá la primera piedra para atraer a más empresas de Taiwán
Alemania está atravesando un mal momento económico. Reforzar su economía es una prioridad en la que el Gobierno liderado por Olaf Scholz lleva muchos meses trabajando. Algunos de los frentes en los que está moviéndose la Administración para fortalecer y reencauzar la actividad industrial del país son las industrias del automóvil y las energías renovables, aunque los semiconductores también interpretan un papel protagonista en el plan de Alemania para recuperar su vigor económico.
Por el momento si nos ceñimos a los circuitos integrados su estrategia está funcionando. La planta de 30.000 millones de euros que Intel va a construir en Magdeburgo ya está oficialmente aprobada y sus preparativos están en marcha, pero esta no es la única baza del Gobierno alemán en su propósito de ir de la mano de Países Bajos en la industria europea de los semiconductores. La fábrica de chips que TSMC planea construir en Dresde, en el estado de Sajonia, también es crucial. De hecho, será la primera piedra del ‘Silicon Valley’ alemán.
Alemania no necesita solo a TSMC; también quiere atraer a otras empresas taiwanesas
La crisis económica en la que está sumido este país centroeuropeo ha arrojado dudas acerca de su capacidad actual para asumir las inversiones que necesariamente debe acometer en el ámbito de los semiconductores. Michael Kellner, el secretario de Estado para Asuntos Económicos, saltó a la palestra a mediados del pasado mes de diciembre con el propósito de calmar los ánimos y despejar las dudas que se ciernen sobre el Gobierno alemán.
La Administración germana dedicará 22.000 millones de euros a la entrega de incentivos directos a los fabricantes de chips
“Las inversiones que requieren los proyectos de transformación están garantizadas. Con estos fondos aseguraremos nuestra capacidad económica futura. Esta estrategia beneficiará a todo el país, a todas las personas, especialmente a la clase media”, declaró Kellner. La Administración germana ha confirmado que dedicará 22.000 millones de euros a la entrega de incentivos directos a los fabricantes de chips, pero la aprobación definitiva de este presupuesto por el Gobierno Federal se ha retrasado.
Lo más curioso es que el Gobierno del estado alemán de Sajonia persigue consolidar su territorio como el Silicon Valley alemán. Hace apenas dos meses Carsten Schneider, el ministro de Alemania del Este para las Condiciones de Vida Igualitarias, anunció que “el canciller se ha comprometido a sacar adelante tanto la fábrica de Intel de Magdeburgo como la de TSMC en Dresde“. Precisamente esta última planta es fundamental para que el plan del Gobierno de Sajonia llegue a buen puerto.
Sin embargo, el Silicon Valley alemán necesita algo más que sacar adelante la fábrica de circuitos integrados de TSMC. El itinerario que se ha marcado la Administración local requiere atraer inversión de calidad, y en este contexto Taiwán es una apuesta segura. De hecho, el Gobierno de Sajonia está negociando con algunos de los proveedores y socios industriales de TSMC para conseguir que también se instalen en las proximidades de la futura planta de esta compañía taiwanesa. Sea como sea la última confirmación oficial defiende que la construcción de la planta de Dresde arrancará durante el segundo semestre de este año con el propósito de que estas instalaciones comiencen a producir circuitos integrados a finales de 2027.
Imagen | Intel
Más información | DigiTimes Asia
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Xataka
por
Juan Carlos López
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