Terry Taylor, el misterioso “Bruce Wayne” de los concesionarios de coches con una fortuna de 1.900 millones de dólares
Uno de los mayores lujos que pueden permitirse los millonarios es el anonimato, aunque cuando tu fortuna se alza sobre un imperio basado en más de 120 concesionarios de coches de lujo, mantener la privacidad es un poco más complicado.
Bien lo saben Françoise Bettencourt Meyers, la rica heredera del imperio L´Óreal, o Amancio Ortega. Ambos millonarios que consiguen mantenerse alejados del foco mediático restringiendo sus apariciones públicas y entrevistas para mantener la privacidad. De hecho, quienes le conocen aseguran que una de las condiciones que pone para asistir a un evento es que no le presenten a nadie.
Un caso más extremo es el de Terry Taylor, un empresario de éxito de Florida que muy pocas personas conocen personalmente ya que incluso rehúye las reuniones cara a cara con sus socios de negocio. “Es como Batman”, dice una fuente a Forbes, que ha conseguido una entrevista telefónica con este misterioso millonario. “Oyes hablar de él y admiras su trabajo, pero nadie lo ha visto en la vida real”.
La historia de Terry Taylor es la de un discreto hombre de negocios de 72 años que, salvo por los lujos derivados de tener una fortuna valorada en 1.900 millones de dólares, no ha cambiado en exceso sus hábitos diarios.
Un misterioso hombre de negocios
La parte “Batman” de Terry Taylor, es la de un hombre de negocios, tan audaz e implacable como discreto y esquivo, que no duda en cerrar negocios de cientos de millones de dólares por teléfono con tal de no tener que reunirse en persona con sus socios.
Es lo que le sucedió a Don Hankey, un millonario prestamista de Los Ángeles que quería llegar a un acuerdo para financiar los coches que salían de los concesionarios de Taylor. Ambos estaban interesados en la propuesta, pero el plan se desvaneció al resultar imposible llegar a un acuerdo simple: Hankey no consiguió que Taylor se reuniera en persona con él.
A mediados de los años 70 del siglo pasado, Warren Taylor, padre de Terry, abrió un concesionario de Ford de coches de segunda mano en Daytona Beach. Terry pasó parte de su adolescencia trabajando en el concesionario, del cual llego a ser vicepresidente en 1975. Poco después, su padre vendió el negocio. “No era un negocio familiar. No me dieron nada” asegura Taylor.
Con el dinero ahorrado, se montó un nuevo concesionario en Daytona Beach en 1982 que le sirvió como plataforma de lanzamiento para comenzar a expandir su negocio abriendo nuevos concesionarios de Ford y Toyota en Florida.
Fue entonces cuando este “Batman” de los negocios comenzó a tejer su imperio de concesionarios. A finales de los 80, Taylor ya había comprado varios concesionarios y se dio cuenta de que eran demasiados para gestionarlos personalmente, por los que comenzó a asociarse con los gerentes de esos concesionarios.
El primero de todos fue el de Daytona Beach que puso la primera piedra a su imperio. Gary Yeomans era el gerente asalariado que dirigía ese concesionario, por lo que le ofreció un 25% del concesionario creando una sociedad independiente. De ese modo, Taylor mantenía el 75% de la compañía y se aseguraba que el gerente hacía un buen trabajo porque su dinero también estaba en juego.
Repitió este esquema con todos los concesionarios que ha comprado desde entonces. “Gran parte del éxito en este negocio depende de las personas. Cuando se cuenta con la gente adecuada, normalmente todo tiene éxito”, declara el millonario a Forbes.
Eso hace que resulte imposible conocer con exactitud cuántos concesionarios tiene realmente Taylor porque, además, ninguno de sus concesionarios ni las sociedades que hay detrás llevan su nombre, haciendo que pase totalmente inadvertido. Como una sombra en la noche, pero en versión financiera. “Me gusta mantener un perfil bajo. Hace las cosas mucho más fáciles”, asegura el millonario.
La única referencia que han encontrado los investigadores de Forbes que puede vincular a Terry Taylor con sus concesionarios, es que, en el registro mercantil de 40 concesionarios, la sociedad titular muestra unas discretas iniciales TT unidas al emplazamiento en el que se encuentra el concesionario (TT of Palm Bay Inc.).
En todas ellas, tiene participación Automotive Management Services de la que Terry “Batman” Taylor controla el 75%. Esta sociedad tiene más de 120 concesionarios de 43 marcas distintas repartidos por todo Estados Unidos.
Su lado “Bruce Wayne” disfruta la ‘Dolce Vita‘
Como el alter ego de Batman, la parte “Bruce Wayne” de Terry Taylor disfruta de su fortuna y hace gala de ello con hasta siete mansiones valoradas en más de 180 millones de dólares, pagó 25 millones por un ático en la Porsche Design Tower de Miami y compró un ático por 31,5 millones en el Plaza Hotel de Nueva York que compró al mismísimo Tommy Hilfiger. El nombre de la sociedad que lo compró: TT Skyline.
La doble T también identifica la cola de su jet privado. Un Gulfstream G550 redecorado valorado en 35 millones de dólares. La residencia principal del millonario se establece en una propiedad frente al mar en Palm Beach valorada en más de 115 millones de dólares, pero cuando decidía adentrarse aguas adentro lo hacía a bordo del Mia Elise II. un yate de 60 metros de eslora valorado en unos 50 millones de dólares.
Salvo por las mansiones de lujo, el jet privado y el superyate, Taylor afirma que su vida no ha cambiado en exceso. “Sigo haciendo lo mismo que hacía hace 30, 20 o 10 años. Todavía estoy en nuestra sede la mayoría de los días”.
Lo confirma Yeomans, primer gerente del primer concesionario de Taylor, que vendría a representar el papel de “Alfred”, el fiel mayordomo que acompaña a “Bruce Wayne” desde sus inicios. “Taylor no ha cambiado mucho desde que tenía 30 años. Sigue siendo alguien que siempre contesta el teléfono y siempre responde. Su estilo de liderazgo tampoco ha cambiado. No es abrasivo, es un tipo que siempre va a hablar contigo”.
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Imagen | Wikimedia Commons (Epicgenio)
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Terry Taylor, el misterioso “Bruce Wayne” de los concesionarios de coches con una fortuna de 1.900 millones de dólares
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Rubén Andrés
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