Los tres consejos “más efectivos que cualquier medicina antiedad que haya en el mercado” según un Nobel de Química
“Si le preguntas a la gente joven si teme a la muerte, probablemente te dirá que no. Si le preguntas si usa sérums, cremas u cosas por el estilo, probablemente te dirá que sí. Ahí hay un tema”, decía la escritora Júlia Però en RNE hace unos días. Y es cierto que lo hay.
Ese tema se llama envejecer.
¿Por qué diantres envejecemos? Podríamos enfrascarnos en grandes explicaciones, pero no es necesario darle muchas vueltas: envejecemos por la sencilla razón de que a la evolución no le importamos absolutamente nada. En cuanto individuos, somos un amasijo de carne, pelo y hueso totalmente prescindible. Solo existimos porque “los genes no pueden residir en el vacío”, pero son los genes los que le ‘importan’ a la evolución.
Eso es lo que defiende Venki Ramakrishnan, premio nobel de 2009 y uno de los grandes expertos en biología molecular del mundo. De lo que se trata hoy es de utilizar ese mismo proceso evolutivo, para ganar nuestras propias batallas. Es decir, para envejecer menos, para vivir mejor.
Vale, bien, pero… ¿Cómo lo hacemos? Según ha explicado Ramakrishnan en la BBC, hay tres cosas sencillísimas que “funcionan mejor que cualquier medicina antiedad que haya en el mercado”, “no cuestan nada ni tienen efectos secundarios, y tienen una sólida base biológica contra el envejecimiento”.
Comer bien. Ramakrishnan sostiene que es necesaria una dieta moderada, equilibrada y con sentido. Para el nobel indio es evidente que “los humanos no evolucionamos para comer en abundancia, ni postres y esas cosas. Comíamos de forma esporádica, ayunábamos de manera natural […] Ahora comemos incluso cuando no tenemos hambre”.
En general, la investigación apoya la idea de que (toda vez hemos pasado la etapa de crecimiento) “restringir calorías a menudo ayuda a ralentizar el envejecimiento”. En este sentido, una dieta sencilla — orientada a suplir las necesidades de nuestro estilo de vida, más que a nuestro estado de ánimo — puede ser una herramienta muy útil.
Hacer ejercicio. Hace unos días decíamos que el ser humano no estaba “diseñado” para correr, según otro experto en la evolución humana. No son mensajes contradictorios. El mismo Lieberman defendía que no es recomendable estar más de 45 minutos sentados y que andar una buena cantidad de pasos al día era una idea excelente.
Lo importante es orientar esa actividad científica a estar en forma y no adoptar programas maximalistas (guiados por mitos infundados). Por lo que sabemos, hacer demasiado ejercicio puede traernos una buena cantidad de problemas de salud.
Y, por último, dormir bien. La falta de sueño es una de las grandes epidemias de nuestra época. Una a la que no le basta con que estemos más cansados, irritables y estresados; sino que se relaciona con un larguísimo rosario de problemas inmunológicos, metabólicos, psicológicos y cognitivos. Normal que nos consuma la vida poco a poco.
Por eso, Ramakrishnan insiste en la importancia de apostar por un sueño reparador y de calidad: “a menudo subestimamos la importancia de dormir, pero es extremadamente valioso para los mecanismos de reparación de nuestro cuerpo”.
¿Qué conseguiremos con todo esto? Como vemos, no ha inventado nada revolucionario. Pero según el nobel indio, estas líneas maestras “nos ayudan a mantener la masa muscular, a regular la función mitocondrial, la presión arterial, el estrés y disminuir el riesgo de demencia”.
El problema, como él mismo reconoce, es que “no siempre es fácil seguirlos”.
Imagen | Royal Society – Rainier Ridao
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Los tres consejos “más efectivos que cualquier medicina antiedad que haya en el mercado” según un Nobel de Química
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Javier Jiménez
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