Me dedico a desenterrar con un detector de metales y tengo más de 4 millones de seguidores en YouTube

Me dedico a desenterrar con un detector de metales y tengo más de 4 millones de seguidores en YouTube

Su pasión es desenterrar “tesoros” perdidos en mitad de la naturaleza. Pero da la casualidad que, pese a lo solitario de esta actividad, más de 4 millones de seguidores le acompañan a través de su canal de Youtube “Detección Metálica”.

Su nombre es Virgilio García y nos cuenta que empezó subiendo vídeos para que su primo, con quien solía ir a buscar objetos, pudiera verlo mientras se sacaba una oposición. Aquello fue el inicio de una comunidad enorme, alrededor de una actividad que debe hacerse siguiendo unas pautas muy concretas y cada vez cuenta con más adeptos en España.

Un polémico hobby de nicho que atrae seguidores

Asturiano e ingeniero informático de formación, Virgilio explica a Xataka que cuando llevaba un par de años en la oficina se dio cuenta que no era lo suyo. Ahora vive gracias a subir vídeos de sus descubrimientos y salidas. “Quién me iba a decir a mí que un canal así iba a tener tantos seguidores. Es ridículo. Lo veo y no me lo creo”, reconoce. En el momento de publicar esta entrevista, Virgilio cuenta 4,07 millones de suscriptores en su canal.

Pese al nicho tan pequeño, “Detección Metálica” es un canal muy reconocido que ha permitido a Virgilio poder dedicarse a una pasión que le viene desde pequeño. “El hermano de mi abuela era arqueólogo. Yo no lo llegué a conocer, pero mi padre y mi tío siempre estuvieron interesados, aunque no se dedicaran a ello”, relata.

“De pequeño me llevaban a explorar yacimientos de cerámica que conocían por ahí. También recuerdo algunos viajes al Levante, en Valencia, donde siempre había un paisano con detector por las tardes. Siempre me llevó la curiosidad, aunque no le preguntaba. No fue hasta que crecí, bastantes años después, cuando empecé a fijarme en los detectores de metales”.

virgilio

Con su primo mantenía la costumbre de salir a buscar tesoros, pero cuando este se fue a Madrid, tenía que ir solo y por ello empezó a grabarse, como una manera de conectar con él. “Los subía para que él los viera y quien sabe si a alguien más le podía interesar. Así empecé y hasta ahora”.

Cuidado con ir buscando tesoros con un detector

Este tipo de actividad genera una cuestión básica. ¿Ya es legal la práctica de buscar tesoros con un detector de metales? La respuesta es que sí, pero con muchos matices. Los detectores de metales son legales en España y se venden en las grandes tiendas, pero su uso está limitado a ciertas zonas y se suele necesitar autorización previa*.

“Es un lío”, reconoce Virgilio. “La competencia en temas de patrimonio histórico lo tiene cada comunidad autónoma. Es un país de taifas. En Asturias está prohibido buscar sin autorización y no puedes entrar en un lugar histórico”. Cada comunidad es un asunto distinto. Hay algunas como Andalucía donde está totalmente prohibido en playas y campos, mientras que en otros lugares como Cataluña no hace falta permiso, pero sí es delito usarlos en zonas protegidas.

“Es un problema, porque no puedes ir a un histórico o a un catálogo de zonas protegidas. No puedes saber si la zona donde estás yendo está permitido de forma fácil”, reconoce. “En Oviedo, si vas a preguntar te dicen y esto para qué quieres saberlo. Cuando les contestas, te responden negativamente de forma casi automática. Yo tengo la suerte que conozco geólogos, pero mucha gente suele escribirme para preguntar dónde se puede y dónde no”.

El Código Penal en su artículo 323 establece penas para quien “cause daños en bienes de valor histórico, artístico, científico, cultural o monumental, o en yacimientos arqueológicos, terrestres o subacuáticos”. Dicho esto, si se tiene respeto con el medioambiente y las zonas protegidas de interés es difícil entrar en problemas. Aún con todo, siempre es recomendable solicitar permisos de acceso.

Virgilio es consciente de ello e intenta mostrar que existe una fuerte comunidad de personas que disfrutan de la búsqueda con detectores de metales y al mismo tiempo tienen un gran respeto y pasión por la montaña y los bienes culturales. Con pesar, Virgilio también apunta que hay quienes provocan una mala imagen: “Cada dos por tres hay quienes se meten en sitios que no deberían. Algunos son simplemente criminales que hacen lo que quieren”.

La situación en el resto de Europa no es distinta y no parece que haya intención de unificar criterios. Hay países donde esta práctica está prohibida, como en Portugal, Alemania u Holanda, mientras que hay otros países donde está más o menos reglamentado como en España, como por ejemplo Francia. Un referente para Virgilio es Rumanía: “Allí la licencia viene con los detectores de metales y con esa licencia te dan exactamente los sitios a donde no puedes ir. Es muy claro. En Inglaterra igual”.

Entregando al arqueólogo lo valioso

arqueólogo

En Reino Unido existe una colaboración entre detectores y arqueólogos que en opinión de Virgilio no hay en nuestro país. “Allí hay una base de datos y todos los hallazgos se reflejan y quedan registrados en un mapa. Así pueden saber por ejemplo que si en cierta zona hay concentración de monedas romanas podría haber un yacimiento”.

De Argentina también recuerda buenas sensaciones. “Fuimos a pedir permiso para ir a los alrededores de la casa de Dalmacio Vélez Sarsfield, creador del Código Civil argentino. Fue perfecto, nos dejaron grabar y donamos las piezas encontradas al museo local que nos encontramos en el campo de cultivo”.

“Yo hago normalmente entregas a un museo arqueológico. Con mis hallazgos en sitios que de base no tenían interés previo, pues el arqueólogo quizás se interesa por esa zona”, expone Virgilio, quien a su vez se lamenta que en general hay bastante crítica hacia su profesión. “No sé si se considera competencia, pero hay bastante crítica. Hubo una época que en Andalucía llegó a haber grupos organizados con detectores de metales que eran directamente criminales. Por esas malas acciones creo que hay bastante resquemor hacia el resto”.

virgilio

Con su detector, Virgilio ha encontrado centenares de objetos. En los ríos ha encontrado de todo, desde teléfonos móviles hasta gafas de sol o cámaras. “Lo intento devolver a sus dueños“, expone. “En un caso de unas gafas, el dueño me escribió después de ver el vídeo donde las encontré. Me mandó una foto de su hermano con ellos y tenía las gafas puestas. Y se las envié. Piensa que a Asturias bajan más de 5.000 personas en temporada alta”.

El valor económico no es precisamente lo más destacado de lo que encuentran, “lo que más algún anillo de oro o alguna cámara”. Tampoco el valor histórico, ya que suele estar en zonas protegidas. Lo que sí valora es la cantidad de historias que pueden surgir a través de objetos encontrados. “Fuimos una vez a un pueblo argentino con permiso, donde había muchos proyectiles de una fábrica de armas. Pues dio pie a muchísimas entrevistas con la gente de allí, hablar con los Tedax y averiguar cómo las armas habían acabado siendo enterradas allí”.

Con la Guerra Civil española ocurre algo similar, aunque en general más allá de algunas pesetas antiguas y basura es difícil encontrar cosas de valor. En este sentido, Virgilio nos explica que “raramente voy a un sitio al azar. Para crear el vídeo, busco una historia o algo interesante de punto de partida. Voy a zonas que me hayan recomendado”.

A partir de 250 euros tienes un detector decente

“En cualquier lado que vayas puedes encontrarte cosas enterradas, aunque sobre todo hay basura. Lo que hay tantas cosas que da igual la gente que pase, siempre va a quedar algo”, explica Virgilio con optimismo. Y con mucho respeto. “Yo siempre intento dejar el sitio mejor de lo que me lo encuentro. Intento recoger toda la basura, que por desgracia hay mucha. Tapar los agujeros, limpiar…ni se me ocurre hacerlo diferente, a mí me educaron de esa manera”.

Sobre la práctica de desenterrar tesoros, Virgilio explica lo que le aporta personalmente. “Voy pensando en mis cosas; voy solo totalmente en silencio. Es mi vía de escape, mi excusa para salir a la naturaleza, me gusta mucho caminar y conocer lugares nuevos”. Él recomienda a todo el mundo esta práctica, aunque reconoce que hay que realizar cierta inversión.

“Yo utilizo un equipo caro de gama alta, de unos 2.200 euros. Pero a partir de unos 250 euros tienes un detector de metales decente. Un Eurotek Pro ya es un buen equipo. Yo lo usé para un par de vídeos”, explica. Otras opciones pueden ser el XP MI-6. Lo que sí recomienda evitar son los “modelos baratos de Aliexpress”.

Además del propio detector, otro equipo recomendado por Virgilio es un detector de mano Pinpointer, para cuando tienes el agujero hecho sea más fácil. Y una pala, “que también es importante que sea buena”.

La comunidad y las críticas a los “detectoristas”

“Con la pandemia me quemé mucho”, reconoce Virgilio. “Estaba en México y nos contactó la embajada española, de que teníamos que ir volviendo. Al llegar a casa pasó el percal. Estar encerrado me sentó muy mal”. En esa época es donde surgió el proyecto de la cabaña. “Fue para separarme lo máximo posible. Ser totalmente independiente y autónomo; no depender de nadie más que para la comida”.

Virgilio no vive ahí, sino en un pueblo cercano. Durante todos estos meses ha ido subiendo vídeos eventualmente describiendo la evolución de la obra, una que describe como una tarea ardua: “es como construir una catedral”.

ruinas

Va poco a poco, pero en los vídeos se palpa cómo disfruta. También reconoce seguir sus propias ideas: “no estoy muy metido en foros, voy bastante por libre. Cuando viajo sí contacto con gente de otros países”. En cuanto a referentes, nos explica que se fija en un chaval de Alemania, que encuentra muchas cosas romanas y mantiene relación con los museos arqueológicos de allí. Eso sí, lo describe con algo de envidia sana: “la relación es diferente; les dejan participar en excavaciones y demás. Me gusta por la tranquilidad de sus vídeos y que se ve mucho paisaje”.

En cuanto a redes sociales, Virgilio está centrado en su canal de Youtube y por el momento no le llama la atención Twitch. Facebook e Instagram sí lo utiliza bastante, donde cuenta con más de 715.000 y 181.000 seguidores, respectivamente. “Estoy con más proyectos pendientes”, repasa, a la vez que recuerda que logró escribir un libro, titulado “Detección metálica 1. El tesoro templario”.

El crecimiento del canal de Detección Metálica ha ido en paralelo al aumento de esta actividad en España. “Yo creo que el hobby está creciendo muchísimo. Cada vez somos más gente y es muy ilusionante”, explica. “Hay más presión para que se regule”.

Actualmente en algunas comunidades autónomas hay mesas de trabajo constituidas para abordar el problema de los detectoristas en zonas permitidas, pero pese al boom, todavía no se ha logrado un consenso. Virgilio es un ejemplo de lo que debería suponer la actividad de los “etectoristas”. Un hobby para disfrutar con cabeza de la naturaleza y descubrir historias en base a lo que se pueda encontrar.

Los arqueólogos advierten, en cualquier caso, del grave impacto que la labor de los detectoristas puede tener en sus investigaciones. “Es uno de los principales problemas que tenemos para la preservación de los espacios”, lamenta Jesús García desde el Instituto de Arqueología de Mérida (IAM). Sus estudios se desarrollan en Burgos, por ejemplo, donde asegura que los yacimientos sufren expolios de forma habitual y no es extraño ver “hoyos”. “Supone una pérdida muy grave”.

García incide en dos mensajes. Primero, que cualquier prospección arqueológica requiere un permiso de las administraciones. Una de las ideas que también apunta el creador de “Detección Metálica”. Segundo, que cuando los arqueólogos profesionales se dedican a estudiar yacimientos no se limitan a extraer fragmentos metálicas como si fueran piezas aisladas.

Su interés —explica el experto— va mucho más allá y abarca un entorno al que conceden un valor clave. “Cuando excavamos, excavamos un contexto. Todos los materiales son importantes y hacemos inventario”. Ese análisis puede verse perjudicado si lo acometen manos no profesionales.

*Una versión anterior de este artículo fue publicada en febrero de 2023 sin el testimonio de Jesús García, del Instituto de Arqueología de Mérida

Imagen | Detección Metálica

En Xataka | La Amazonía ecuatoriana escondía un nuevo hallazgo arqueológico: una civilización de 2.500 años de antigüedad


La noticia

Me dedico a desenterrar con un detector de metales y tengo más de 4 millones de seguidores en YouTube

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por
Enrique Pérez

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