Cientos de colegios de EEUU están obligando a los alumnos a escribir en cursiva. Hay una explicación
Las palabras son el medio de comunicación más importante que existe, sin embargo, la forma en que las escribimos ha sido modificada a lo largo de toda la historia por las necesidades culturales, comerciales y educativas de las diferentes regiones. En 1850, la escritura cursiva se introdujo por primera vez en las escuelas de Estados Unidos. Era una técnica basada en los “movimientos fluidos observados en la naturaleza”, según dicen los textos de la época del Museo Nacional de Historia. Aquella práctica cayó en el olvido más de un siglo después con la introducción de la mecanografía y las tecnologías avanzadas.
Ahora, más de una década después de que muchos dieran por muerto este estilo de escritura, la cursiva está regresando. Y hay una explicación.
El contexto. En Norteamérica, muchos estados abandonaron la instrucción en cursiva con la adopción del Common Core en 2010. Se trataba de un conjunto de estándares compartidos en inglés y matemáticas con el fin de conseguir algo de cohesión nacional a la hora de escribir. Aunque no mencionaba nada de la cursiva, estos nuevos estándares esperaban que los estudiantes demostraran “un dominio suficiente de las habilidades con el teclado”. Como resultado, la enseñanza de la escritura cursiva disminuyó y pasó a un segundo plano frente a la tecnología moderna.
La nueva tendencia. Pero en los últimos años muchos estados que descartaron el estilo de escritura a mano y en cursiva lo están recuperando. La Campaña por la Cursiva comenzó en 2013 cuando algunas asociaciones comenzaron a enviar cartas a los políticos estatales para fomentar leyes pro-cursivas y hoy en día hasta 21 estados ya requieren algún tipo de instrucción, según mycursive.com. Un ejemplo notable es California, donde desde hace unos meses existe una nueva ley que exige su instrucción en la escuela primaria. New Hampshire y Michigan siguieron su camino, impulsando proyectos de ley similares.
¿Por qué? Puede resultar irónico que esta nueva fiebre por la cursiva llegue justo en un momento en que los avances tecnológicos, como los ordenadores y móviles, hayan hecho que la comunicación de texto mediante teclado sea mucho más rápida y eficiente. Pero lo cierto es que algunos defensores como la asambleísta de California Sharon Quirk-Silva, ex maestra durante 30 años, dicen que aprender cursiva garantiza que los estudiantes puedan leer documentos históricos, como la Constitución de los EEUU y cartas de familiares.
Es algo que comparte el senador de Indiana Jean Leising, quien lleva presentado un proyecto de ley para introducir la cursiva en las aulas durante 12 años sin éxito: “Mi premisa cuando comencé esto era, vaya, si a los niños no se les puede enseñar cursiva, ni siquiera tendrán una firma”. Mencionaba a un tasador de tierras que tuvo que despedir a un joven porque no podía ir al tribunal y leer viejos documentos, y una familia cuyo hijo de 15 años no podía firmar con su nombre en un mostrador del aeropuerto.
La investigación. Aunque puedan sonar algo exagerados dichos alegatos, la realidad es que existe un sólido conjunto de estudios académicos que ensalzan sus beneficios. El fallecido William Klemm, profesor de neurociencia en la Universidad Texas A&M, es ampliamente citado por los defensores por su investigación publicada en Psychology Today que sugiere que aprender cursiva “es una herramienta importante para el desarrollo cognitivo”. “La cursiva ayuda a entrenar el cerebro para que aprenda la ‘especialización funcional’, es decir, la capacidad de lograr una eficiencia óptima”, escribió.
Otras investigaciones también concluyen que aprender a escribir en cursiva aporta otra serie de beneficios, desde desarrollar habilidades motoras finas hasta estimular y crear sinergias entre los diferentes hemisferios del cerebro implicados en el pensamiento, el lenguaje y la memoria de trabajo. Este otro estudio de 2019 publicado en PLOS One concluye que “hay cada vez más evidencia de que dominar las habilidades de escritura a mano juega un papel importante en el rendimiento académico”.
Difícil de implementar. Pero estos beneficios no solucionan que este tipo de escritura sea fácil de implementar en las aulas. En una encuesta realizada a profesores de primaria en los 2000, menos de la mitad de profesores de educación primaria indicaron que la velocidad de la escritura a mano permitía a los estudiantes mantenerse al día con las demandas del aula, y sólo el 12% estuvo de acuerdo en que habían recibido la preparación adecuada.
Por ello, en la mayoría de planes de estudio recientes, se habla de eliminar por completo la inclinación característica, fomentando una formación de letras vertical que es menos intimidante de aprender. Suzanne Asherson, autora del plan de estudios “Escritura sin lágrimas”, explicaba que el estilo inclinado original se desarrolló en la era de las plumas, para evitar que la tinta salpicara. “¿Los niños usan plumas? No.”
Contra ChatGPT. Por otro lado, aunque algunos educadores ven innecesaria esta técnica antigua, creen que podría servir de ayuda en la lucha contra el fraude académico basado en la tecnología, particularmente en una época en la que la IA o aplicaciones como ChatGPT pueden brindar acceso fácil al plagio. Tal y como apuntaba una profesora en este artículo de XX: “Veo que más profesores vuelven a las evaluaciones escritas a mano en clase por esta misma razón. La capacidad de escribir con fluidez en papel nunca quedará obsoleta”.
Imagen: Unsplash
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Cientos de colegios de EEUU están obligando a los alumnos a escribir en cursiva. Hay una explicación
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Albert Sanchis
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