La primera en darse cuenta del potencial de Starship fue China. Y ya tiene en pruebas los motores de un cohete similar
Un cohete rápidamente reutilizable con una capacidad de carga monstruosa como Starship puede suponer un antes y un después para la industria espacial. La primera en darse cuenta de esto fue China, que adaptó ágilmente el desarrollo de su lanzador de carga superpesada para que se pareciera más al cohete de SpaceX. Ahora China está probando los motores de ese futuro cohete.
Los primeros rugidos del Larga Marcha 9. Según los detalles que llegan desde el país asiático, el Instituto de Propulsión Aeroespacial de Xi’an ha empezado a probar a escala los motores del futuro cohete Larga Marcha 9, un gigantesco lanzador de metano totalmente reutilizable. O visto de otra manera, la versión estatal china de Starship.
Las pruebas superadas con éxito incluyen el encendido de prototipos a escala y componentes como encendedores, generadores de gas y cámaras de combustión de los motores. El instituto de Xi’an, que desarrolla motores de combustible líquido para la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China (CASC), hizo públicos los resultados en un informe que se ha difundido estos días en la red social Weibo.
Un cohete gigante con 26 motores. Se espera que la primera etapa del Larga Marcha 9 despegue con la furia de 26 motores alimentados con metano y oxígeno líquido. Estos motores funcionarían bajo un ciclo de combustión escalonada de flujo completo, al igual que los Raptor de SpaceX, logrando un fuerte empuje de 200 toneladas: por encima de los motores BE-4 de Blue Origin, pero ligeramente por debajo de los de SpaceX.
No hay duda de que el programa Starship inspirase a los chinos. No solo porque la segunda etapa es idéntica a la de SpaceX, sino porque en 2011, China proyectaba el Larga Marcha 9 como un cohete desechable de kerolox, es decir, de queroseno y oxígeno líquido.
Debut en 2033 con la vista puesta en Marte. El kerolox seguirá presente en el Larga Marcha 10, el cohete elegido para poner astronautas chinos en la superficie de la Luna (algo que China espera hacer antes de 2030), pero la capacidad de reutilización del Larga Marcha 9 lo convierte en un proyecto aún más importante a nivel estratégico.
Mientras Estados Unidos quiere acelerar la aprobación de lanzamientos de Starship para ser más competitiva en su carrera espacial contra China, el país asiático plantea el año 2033 como objetivo para un primer vuelo de prueba del Larga Marcha 9. El monstruoso cohete reutilizable puede lanzar hasta 80 toneladas a la órbita baja terrestre, pero su especialidad serán las misiones al espacio exterior, incluidos los viajes tripulados a Marte.
El planeta rojo es la línea de meta en la nueva carrera espacial. Antes de los vuelos tripulados con el Larga Marcha 9, China se ha propuesto traer muestras de Marte en 2031, una fecha que podría acabar desafiando a la misión Mars Sample Return de la NASA y la Agencia Espacial Europea, en entredicho por sus altos costes.
No será un camino de rosas. A pesar de la rápida capacidad de adaptación del programa espacial chino, los planes del Larga Marcha 9 no están exentos de desafíos. Los motores de metano y oxígeno líquido son complicados de integrar y controlar, por el manejo de propelentes a temperaturas criogénicas y el encendido de los motores. De hecho, el Zhuque 2, de la empresa china Landscape es el primer y hasta ahora único cohete de ‘metalox’ que ha llegado a órbita.
El instituto de Xi’an también señala en su informe que las bases de lanzamiento chinas son relativamente débiles para la potencia de estos nuevo motores, y que será necesario reforzarlas para sacar adelante el despegue de un cohete con 26 de ellos. Tal vez lo hayan aprendido de cierta prueba al sur de Texas. El primer lanzamiento de Starship arrasó con la plataforma de lanzamiento, pero SpaceX reforzó la plataforma y logró un segundo despegue impecable.
Imágenes | CASC
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La primera en darse cuenta del potencial de Starship fue China. Y ya tiene en pruebas los motores de un cohete similar
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Matías S. Zavia
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