Los cimientos de edificio más profundos del mundo se hunden a 120 metros y sostienen estas dos megatorres
Es inevitable. Cada vez que hablamos de “megaestructuras” nos fijamos en la altura o longitud, cómo de altas o cómo de largas son las edificaciones. Ocurre por ejemplo con el Burj Khalifa, el rascacielos de Emiratos Árabes que se ha coronado como la construcción más alta del mundo gracias a sus 828 metros, o con Jeddah, la torre aún en obras de Arabia Saudí que aspira a hacerse con ese mismo récord al superar los mil metros de altura. En otros casos, como The Line, una megalópolis de 170 km de largo, es precisamente eso, la extensión, lo que genera asombro.
Habría sin embargo otra dimensión, igual de impresionante pero en la que solemos fijamos mucho menos: la profundidad, los cimientos.
Un Guinness para Malasia. Si es en la cimentación en lo que nos fijamos, el récord mundial no hay que buscarlo en Arabia Saudí, Emiratos Árabes o EEUU. No. Su ganador está en el Sudeste Asiático. Al menos si nos fiamos del Guinness World Records, que reconoce como los cimientos de edificio más profundos del mundo aquellos que se hienden bajo las Torres Petronas, en Kuala Lumpur, la capital de Malasia. Sus estructuras alcanzan una marca récord de 120 m.
El Guinness no es el único que reconoce a las Petronas el mérito de ser las edificaciones con la cimentación más rotunda. Las torres malasias encabezan también el ranking elaborado por Capital Piling, una firma británica especializada precisamente en pilotes y cimentaciones. Según sus cálculos, al menos en 2022 las Petronas seguían presumiendo de los anclajes más profundos del mundo.
Objetivo: adaptarse al terreno. Si los cimientos de las Torres Petronas son como son, con una profundidad récord, no es por un capricho de sus arquitectos o la búsqueda deliberada de una plusmarca internacional. La clave, recuerda Capital Piling, está en el terreno que rodea la estructura, “muy inestable”. De ahí que sus responsables apostaran por una cimentación de pilotes de hormigón, estructuras diseñadas para repartir la carga. Structures Insider insiste en el tipo de suelo de la zona, propenso a expandirse con la humedad y contraerse cuando está seco.
“El edificio se asienta sobre una densa formación limosa que se superpone a una piedra caliza meteorizada y muy descompuesta. Cada torre se asienta sobre una balsa que corona 104 pilotes de barretina, de 30 a 108 m de profundidad —señala Durham Geo Slope Indicator, firma de instrumental y equipamiento geotécnico—. Las balsas tienen un grosor de 4,5 m y se fundieron en una sola colada para cada torre. Los diseñadores exigieron que las balsas estuvieran instrumentadas para medir la carga soportada por los pilotes y la transmitida al suelo por la balsa”.
Un año de trabajo. Lograr un récord arquitectónico no resulta sencillo. Ni siquiera, como ocurre con las Petronas, cuando está condenado a permanecer oculto, bajo el suelo. La web Petronas Twin Towers detalla cómo los trabajos de cimentación recayeron en la compañía Bachy Soletanche, que le dedicó alrededor de 12 meses a la tarea, y confirma que los cimientos alcanzan los 120 metros.
“Los rascacielos necesitan cimientos sólidos y profundos que penetren en el subsuelo. Dada la tremenda altura de las torres, las Petronas cuentan con una cimentación sólida de 120 m bajo sus densas zapatas de hormigón”, comenta. Y como una imagen muestra más que mil palabras, incluyen un esquema bastante simple pero también clarificador sobre cómo es exactamente la base.
Una mole bien anclada. Los cimientos de las Petronas impresionan, pero no más que las propias torres que sustentan, dos rascacielos que ostentaron durante unos años, entre 1998 y 2004, el título oficial de edificios más altos del mundo.
Cada una de las dos torres gemelas mide 452 metros de altura y se reparte a lo largo de 88 pisos, a los que se añaden cinco niveles subterráneos para servicios mecánicos y estacionamiento. Se calcula que cada torre pesa aproximadamente 300.000 toneladas, lo que —precisan sus responsables— equivale a más de 42.800 elefantes adultos. Darles forma requirió seis años y 1.600 millones de dólares.
Más alto, que no más profundo. Las Petronas tal vez ya no sean los mayores rascacielos del globo, pero eso no significa que las torres que las superan en altura cuenten con pilares más profundos. Capital Piling señala que, pese a que roza los 830 m de altura, el Burj Khalifa de Dubái tiene una base bastante menos honda: suma 192 pilotes de hormigón perforados hasta una profundidad de 49,9 m.
Lo mismo ocurre con la torre Tapiei 101, situada en Taiwán, que se eleva hasta pasar los 508 m y se apoya en 380 pilotes de hormigón con un diámetro de 1,5 m que se hincan hasta 79,8 m de profundidad. Tampoco parece que la torre Jeddah vaya a barrer el récord malayo. Según los datos facilitados por sus promotores en 2014, cuando culminó la cimentación, el proyecto incorpora 270 pilotes de entre 1,5 y 1,8 m de diámetro que alcanzaron los 105 m bajo el nivel del terreno.
El rey de los edificios. El título que Guinness reconoce a las Petronas es el de los “cimientos más profundos para un edificio”. Y esa última coletilla, la que alude a las edificaciones, no es casual. Los rascacielos de Kuala Lumpur destacan entre los grandes bloques de viviendas y oficinas del planeta, pero si abrimos el abanico hasta abarcar otras obras de ingeniería, la lucha está mucho más reñida.
En junio de 2022 Bangladesh inauguró de forma oficial el puente del río Padma, un viaducto de 6,51 km que costó 3.600 millones de dólares y se creó para recortar la distancia entre la capital, Daca, y el puerto de Mongla. La estructura quizás no destaque por su longitud, pero sí lo hace por su cimentación: sus pilotes de acero se clavan a una profundidad de 122 m en el lecho del río, lo que llevó a que en su día se hablase de un “récord mundial” entre las estructuras de su tipo.
Imágenes: Alex Block (Unsplash), Kevin Olson (Unsplash) y Petronas Twin Towers
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La noticia
Los cimientos de edificio más profundos del mundo se hunden a 120 metros y sostienen estas dos megatorres
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Carlos Prego
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