El “Libro de los Muertos”, un enigma de hace 2.000 años, está más cerca de resolverse: se ha descubierto una copia en un cementerio egipcio
El cementerio de Tuna al-Gebel, en el centro de Egipto, tiene más de 3.500 años y lleva siendo investigado por los arqueólogos durante la última década. En sus excavaciones, se han encontrado momias, sarcófagos, vasijas canópicas, amuletos y numerosas estatuillas “shabti”, destinadas a servir a los difuntos. Si bien el cementerio ha sido una fuente vital de investigación histórica por esos cientos de hallazgos, fue otro descubrimiento el que llamó la atención de los expertos: un papiro que contiene parte del “Libro de los Muertos”.
Antes de entrar a hablar de por qué se trata de un acontecimiento importante, hay que comentar qué es el “Libro de los Muertos”. Se trata del nombre moderno que se le ha dado a un conjunto de textos egipcios que cumplían diversos propósitos, incluido ayudar a los muertos a encaminarse al más allá. A veces se enterraban copias de extractos de este libro con los difuntos.
En la práctica, eran un elemento común de los entierros en el antiguo Egipto, y sus encantamientos o hechizos eran una forma segura de viajar al mundo sobrenatural, explicaba Sara Cole, del Departamento de Antigüedades del Museo J. Paul Getty, en este artículo de The New York Times. Se pensaba que el viaje al más allá era complicado y este conjunto de instrucciones ayudaría al espíritu a no perderse por el camino.
La propiedad del “Libro de los Muertos” era, sin embargo, un lujo que se limitaba sobre todo a las personas ricas, nobles o sacerdotes. Las personas de alto estatus encargaban a un taller de escribas reproducir en papel una selección personalizada de hechizos junto a su nombres.
¿Hechizos?
Perfeccionado a lo largo de milenios desde aproximadamente 1550 a.C., el “Libro de los Muertos” proporcionaba una especie de mapa visual que ayudara al alma a navegar por un inframundo descrito como un laberinto de cavernas, colinas y lagos ardientes. Y contenía un compendio de unos 200 hechizos rituales y oraciones, con instrucciones sobre cómo el espíritu del difunto debía recitarlos en el más allá.
Cada hechizo estaba destinado a un obstáculo específico que los muertos podrían encontrarse en el camino. Por ejemplo, el hechizo 33 era para protegerse de las serpientes. Sin los hechizos adecuados, podrían decapitarte (Hechizo 43) o algo más humillante: ponerte boca abajo (Hechizo 51), lo que revertiría tus funciones digestivas y te haría consumir tus propios excrementos (Hechizos 52 y 53).
“Encontrar una copia del “Libro de los Muertos” no es tan raro. Pero sí lo es encontrar uno todavía en la tumba donde fue enterrado”, señala Foy Scalf egiptólogo de la Universidad de Chicago, en este otro artículo de Live Sience. Explica que “los textos eran un medio para aliviar tu ansiedad mortal y controlar tu destino”.
El Ministerio egipcio dice que esperan que el pergamino se exhiba en el Gran Museo Egipcio, aunque no fue el único elemento encontrado en las cámaras funerarias. El equipo localizó ataúdes de piedra y madera que contenían momias, una de ellas perteneciente a la hija de Djehuty, un sumo sacerdote del dios Amón que vivió hace más de 3.500 años.
Otro ataúd pertenece a una mujer cantante en el templo de Amón, una deidad asociada con el sol y la antigua ciudad de Tebas (la actual Luxor). También se localizaron 25.000 estatuas ushabti, miles de utensilios, y de amuletos, y vasijas canópicas.
La colección del Getty Center
Lo cierto es que algunos textos pertenecientes al “Libro de los Muertos” pueden verse en un museo de Los Ángeles, en EEUU. A mediados del siglo XIX, un anticuario británico llamado Sir Thomas Phillipps se propuso poseer una copia de cada libro del mundo. Compró manuscritos obsesivamente hasta llenar su mansión. Cuando murió en 1872, había acumulado una colección incomparable de 60.000 documentos y 50.000 libros impresos.
Sus descendientes subastaron su biblioteca privada poco a poco, incluida una colección de 19 fragmentos de pergaminos funerarios antiguos (pertenecientes al Libro de los Muertos), que fueron adquiridos por un librero de Nueva York y más tarde donados al museo Getty.
En este museo se pueden contemplar escritos funerarios que abarcan un período que va aproximadamente del 1450 a.C. hasta el 100 a.C. Cualquier de ellos brinda una idea de la religión y las creencias del antiguo Egipto sobre la vida y la muerte. Entre las ilustraciones más destacadas que se exhiben se encuentran representaciones de dioses (Anubis con cabeza de chacal; Horus con cabeza de halcón) y monstruos (Ammit el Devorador, un híbrido de león y hipopótamo con cabeza de cocodrilo).
Imágenes: Wikimedia Commons | Getty Museum
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La noticia
El “Libro de los Muertos”, un enigma de hace 2.000 años, está más cerca de resolverse: se ha descubierto una copia en un cementerio egipcio
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Albert Sanchis
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