Nota para mi yo del pasado: descarga todo lo que amas
Cuando era adolescente, aparte de no tener presupuesto para llamar al móvil de la novia, era un muchachito enganchado a ‘Kenan y Kel’, una serie bastante mala que hoy no soportaría más de un minuto, pero que para un quinceañero de principios de siglo era casi aspiracional: ver a dos fulanos de Chicago en la época buena de los Bulls haciendo tropelías y viviendo en un chalé era algo marciano para un hijo de Torrent. Era una de esas series de Nickelodeon de finales de los noventa, ese ariete de la nostalgia que hoy tiene hasta su propio subreddit.
Cuando no veía series como esa, estaba alimentando de contenido a mi primera web, un esperpento hecho en Pobladores, lleno de GIFs horteras y un nombre aún más lamentable, ‘Universo_Javi’, pero qué le vamos a hacer, si no tenía ni trece años. Al menos aprendí HTML en lugar de limitarme a ver la tele.
Hoy no tengo acceso a ninguno de esos elementos que construyeron mi adolescencia.
Quién garantiza que mañana eso seguirá ahí
Los episodios de esa serie, propios de cuando nos hacía gracia cualquier cosa; al igual que las páginas de aquella web infantiloide, evocan a otra época y a la vida con otra atmósfera, a otras preocupaciones, a los primeros desamores, a mucho más que a sus propios contenidos.
Evocan a todo aquello que no volverá, como los álbumes de fotos en papel que se acumulan en las estanterías de nuestros padres, siendo testigos mudos de otros tiempos que siempre están listos para transportarnos a ellos por un instante. Conforme uno va cumpliendo años, más disfruta de esos ratos en familia, repitiendo anécdotas y encumbrando a quienes ya no están. Algo así me gustaría sentir rememorando ese tipo de recuerdos digitales.
Pero no los tengo. Ni los episodios, ni los PDF de Universo_Javi, ni otro tipo de contenidos de mis primeros años en la red, porque por aquel entonces no me había caído del guindo y asumía que en Internet todo era eterno. O peor: porque no entendía el valor que daría en el futuro a lo que entonces era cotidiano pero que hoy amaría.
Si aprecias mucho un vídeo, un episodio de un podcast, un artículo o una conversación de WhatsApp, asegúrate de descargarlo o inmortalizarlo para cuando ya no exista y quieras volver a esos recuerdos
Hubo un día en que quise volver a aquello… y ya no estaba. Sentir su ausencia porque Lycos se cargó Pobladores fue como escuchar la frase “tenemos que hablar”. De repente ya no quedaba nada. Y así aprendí que alojar archivos cuesta dinero y las fiestas duran lo que a alguien le apetece pagarlas.
Si esa época me hubiese pillado con el estirón dado, o peinando alguna cana, seguramente estaría pensando rescatar cosas más interesantes: los primeros blogs de referencia, los vídeos casuales de los primeros años de YouTube, los infames pero entrañables portales de Geocities o al menos el código fuente de cuando no existían plugins de WordPress y había que bajar al barro de verdad.
Tuve la oportunidad de, ejem, descargarlos en su momento, pero no lo hice porque todavía tenía la convicción de que en Internet todo era eterno. Y no lo es. Y así aprendí que nada perdura tan bien como lo que tenemos bajo nuestro control y con copias de seguridad.
Y así actúo ahora. Envié a hacer puñetas el minimalismo digital y abracé convertirme en un Diógenes que acumula todo aquello que puede tener un mínimo sentido para el día de mañana, quien dice mañana dice dentro de cincuenta años. Fotos y documentos personales, pero también el episodio de un podcast que disfruté especialmente, un vídeo significativo, un articulazo de alguien a quien admiro, hasta una conversación de las que tocan tuétano.
Si hacemos fotos y vídeos de lo que ocurre en nuestra vida y queremos almacenar para siempre, ¿por qué no hacerlo de aquello que ocurre en nuestra vida digital? Viva el acumular recuerdos y contenidos que se revalorizarán con el paso del tiempo, amigos.
Imagen destacada | Xataka con Midjourney.
En Xataka | Pocas cosas son tan maravillosas como la publicidad de aquellas viejas revistas de informática.
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La noticia
Nota para mi yo del pasado: descarga todo lo que amas
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Lacort
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