El dato que explica el enorme impacto y legado del Mundial femenino de España: 65,7%
Este domingo fuimos testigos de una hazaña deportiva sin precedentes en nuestro país. España ha hecho historia convirtiéndose en campeona del Mundial Femenino de Fútbol (el primero en su palmarés), celebrado en Australia y Nueva Zelanda, alzándose con una peleada victoria frente a Inglaterra en la final del torneo.
Miles de personas celebraron el triunfo en sus casas, en los bares y en las plazas del país. Miles de personas gritaron gol cuando Olga Carmona nos adelantó en el marcador antes de que finalizara la primera parte del encuentro. Y miles lo volvieron a hacer cuando Jenni Hermoso fallaba un penalti en la segunda. La esperanza no se perdió hasta el último minuto, cuando La Roja levantó la copa del mundo.
El partido, más allá de una lección futbolística, fue un claro ejemplo de que el deporte femenino está ahora mismo en sus mejores tiempos. La final disputada el domingo consiguió una cuota de pantalla de nada menos que un 65,7%, con 5.599.000 espectadores, llegando a los 8.858.000 acumulativos durante los 103 minutos que duró el encuentro, según la agencia audiovisual especializada en audiencias de televisión Dos30.
Se batieron todos los récords. Sólo en el previo ya habían 1.596.000 de personas frente al televisor y una cuota de pantalla de 34,2%. En el partido, 5.599.000 y 65,7%. E incluso en el pospartido 6.226.000 y 59,6%. El minuto de oro registró la brutal cifra de 7.382.000 espectadores y un 71,1% de cuota. Eso quiere decir que más de la mitad de personas que veían la televisión en ese momento estaban siguiendo el partido. Datos que lo convierten no sólo en el más visto de todo el Mundial, sino en el partido femenino más visto de la historia de nuestro país.
En pleno verano y de madrugada
Todo eso teniendo en cuenta que esta competición ha coincidido en pleno periodo vacacional. Y, sobre todo, que se ha visto afectado de lleno por la diferencia horaria entre Europa y Oceanía: los partidos se han retransmitido de madrugada y por la mañana, a horas fatales para la gran mayoría de espectadores. Por ejemplo, la semifinal contra Suecia cayó en pleno festivo (Asunción de la Virgen) a las 10:00 de la mañana y aún así firmó un 45.4% de share y un acumulado de 3.755.000 espectadores.
El resto de partidos ha experimentado lo mismo y la mayoría de ellos arrasaron en cuota de pantalla. La victoria de España ante Suiza reunió a 398.000 espectadores (el 37.1% de la audiencia) a las 7:00 de la mañana. Una semana después, vencíamos a Países Bajos con 314.000 espectadores (27.4% de share) que se quedaron viendo el encuentro a las 5:00 de la madrugada.
La evolución con respecto a la anterior edición del campeonato en 2019 es clara. Entonces sólo se llegó a unos 1.320.000 espectadores y un 12,7% de cuota cuando España fue eliminada contra Estados Unidos en octavos de final. Y es que estas impresionantes cifras no son algo exclusivo nuestro país. Hasta 7,1 millones de australianos disfrutaron de sus “Matildas”, como se les llama a las jugadores de su selección, convirtiéndose en el evento deportivo más exitoso de la televisión australiana desde 2001, según se explica en este artículo de The Guardian.
También se rompió el récord de entradas vendidas. Llegados a los octavos de final, ya se habían vendido 1,7 millones para los 29 partidos disputados, muy por encima del objetivo de 500.000 establecido por el Gobierno neozelandés. Antes de finalizar esta fase, ya era considerado el Mundial femenino de más espectadores de la historia, superando a Canadá 2015 y con un aumento del 54% respecto a Francia 2019.
Un largo camino por recorrer
Sí, el fútbol femenino está en auge. Cuando España jugó su primer Mundial, sólo había 40.000 licencias federativas. Hoy ya son 87.827 mujeres federadas, más del doble en solo ocho años. Algo que demuestra que el fútbol ya no es un deporte de hombres. Y es que para este mundial la FIFA asignó 152 millones de euros entre preparación, bolsa de premios, gastos y compensación a los clubes, más del triple de los 45 millones de la anterior edición.
De hecho, España apostó por su fútbol femenino y ahora está recogiendo los frutos que sembró. Es campeona del mundo sub-17, campeona del mundo sub-20 y ahora campeona del Mundial absoluto. La hazaña de Salma, Alexia u Olga multiplicará el número de niñas que jueguen al fútbol en los próximos años. Ayer actrices, cantantes, presentadoras, políticas, deportistas… celebridades de todos los sectores de la sociedad vibraban con la selección diciendo que les encantaba el fútbol pero nunca eran ellas protagonistas.
Aunque lo cierto es que aún hay mucho camino por recorrer. En España, el fútbol femenino se profesionalizó hace apenas un año tras varias décadas siendo un deporte federativo. Además, la brecha de salarios es visible: el sueldo de un futbolista masculino de Segunda B que una jugadora de Primera es 19.000 euros mayor.
Y la de espectadores también. Desde 1994, la selección masculina ha disputado 27 partidos en mundiales de fútbol, registrando una audiencia media de 10,4 millones de espectadores y el 72,5% de cuota de pantalla (llegando incluso al 90%). Aún así, es innegable que la visibilidad del fútbol femenino ha ido creciendo mucho hasta ahora, cuando por fin podemos decir que el fútbol ya no es masculino o femenino. Es simplemente fútbol.
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Albert Sanchis
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