“Sólo en gasolina ahorro unos 7.000 euros al año”: tres taxistas nos cuentan su experiencia con un taxi eléctrico

Circulan por Madrid más de 15.000 taxis. De ellos, poco más de 300 vehículos son automóviles completamente eléctricos. Al menos esto es lo que dicen los datos del Ayuntamiento de Madrid en uno de sus últimos recuentos. Es decir, menos de un 2% de los taxis en la capital son automóviles exclusivamente eléctricos.

Con el objetivo de aumentar estos números, el consistorio madrileño dispuso en 2022 una línea de ayudas de hasta 5.000 euros para quienes adquirieran un taxi con etiqueta Cero emisiones. Sin embargo, el impacto a final de año fue mínimo.

“Yo no puedo poner un cargador en casa y me han dicho que me pondrían uno en la calle, pero no me fío”, me explicaba un taxista sobre la posibilidad de pasarse al coche eléctrico. en uno de mis últimos viajes. De momento, las subvenciones a la compra (por sí mismas) no compensan a un sector que sigue siendo reacio al cambio.

Desde FreeNow nos aseguraban hace un año que, pese a todo, la posibilidad de comprar un taxi eléctrico ya está en la cabeza de los trabajadores. Aunque siguen aduciendo que les falta autonomía, echan de menos más cargadores y el precio de un coche eléctrico sigue siendo demasiado alto, el gran cambio es que ya se plantean el salto.

Sin embargo, los datos dicen que a diez años vista, un coche eléctrico es más barato que su hermano de combustión. Eso cuando el número de kilómetros está en la media de cualquier ciudadano. Y es que, debido a su escaso mantenimiento, cuantos más kilómetros se hagan, mucho más rentable es la compra.

A ello hay que sumar que, por su propia tecnología, la ciudad es el entorno perfecto para un coche eléctrico: sus consumos son menores, se aprovecha la frenada regenerativa continuamente y, además, se disfrutan de sus mayores ventajas en marcha, como una mayor suavidad y menor ruido de fondo.

Pero, ¿qué piensan quienes sí han dado el salto al taxi eléctrico? ¿Qué beneficios les reporta y qué les inquieta?

Opinan los taxistas

Para conocer de primera mano qué opinan los propios taxistas sobre el taxi eléctrico, nos hemos puesto en contacto con tres de ellos para que nos cuenten su experiencia. Cómo fue el cambio, qué tal les está yendo con un vehículo eléctrico como taxi y si volverían (o no) a un taxi de combustión.

“¿Por qué no ser de los primeros que se metan en este mundillo?”

Jofrge Cristobal Roman

Jorge Cristobal se ha pasado al taxi eléctrico hace poco. Con el salto, también comenzó una vida más activa en redes sociales. En su Twitter, su canal de Youtube y, ahora, su cuenta en TikTok explica cómo es su día a día con un Tesla Model Y.

“Sí, dedico el canal solo al coche. Tengo un Tesla Model Y desde hace casi cuatro meses (la entrevista se grabó en junio). Tiene unos 24.000 kilómetros”, nos explica”.  “Llevaba ya un año mirando el tema del eléctrico, las autonomías, las baterías… y dije: ¿por qué no ser de los primeros que se metan en este mundillo?”.

En Madrid, sólo los Citroën ë-C4 X, Hyundai Ioniq 5, los Tesla Model 3, S e Y y los Nissan Leaf están homologados como taxis eléctricos. “La gente tiene mucho miedo de las baterías, las autonomías… Y yo de verdad estoy muy contento. Las autonomías cada vez están mejorando más, están sacando más coches… Es verdad que es una inversión muy grande pero con las bajadas de Tesla… Un Toyota Camry vale 45.000 euros (ahora mismo parte de 44.000 euros), un Lexus 50.000…”

Una de las grandes ventajas, nos dice, está en el combustible: “Yo antes tenía un Toyota Prius y gastaba unos 600 euros al mes en gasolina. Ahora, cargando en casa, unos 50 euros al mes. Tengo una tarifa nocturna. Sólo con lo que gastaba en combustible ahora pago la electricidad y la letra de mi coche”.

Por su forma de trabajar, nos cuenta que tiene autonomía de sobra para todo el día. “Me suele dar con una carga. Hay días, como por ejemplo el del Orgullo, que había tantisimo trabajo, hice tantísimos kilómetros que paré a recargar mientras cenaba. La gente dice: ‘no, no te da y tienes que parar’. ¿Tú no paras a cenar? Pues mientras estás parado cargas el coche y ya está. Hay gente que va a casa a comer y recarga… y si un dia puntual no llegas, paras donde haya un cargador y comes, cenas o lo que sea. Y cuando hayas terminado tienes tu coche con 200 kilómetros”.

Le explico a mi Román que uno de sus compañeros me ponía un viaje como ejemplo. Hace unos meses me recogió del concesionario de Tesla para la devolución de mi prueba del Tesla Model Y Performance. Me contó que el “no veía” lo del coche eléctrico y me ponía como ejemplo una carrera inesperada que le había salido a Mérida. “Si me pilla por sorpresa, con la batería a medias, ¿cómo le digo al cliente que tiene que esperar a que cargue el coche?”, me argumentaba.

Roman contestó con otro ejemplo parecido: “hace tres fines de semana me salió un viaje al País Vasco. Tenía un 70% de batería y se lo dije a los clientes antes de salir: ‘mirad, tenemos que parar’. Eran dos personas mayores, así que no les importaba. Paramos en Burgos, en el cargador de Tesla. Estuvimos, incluso, más tiempo de lo necesario porque se querían tomar tranquilamente una Cocacola con un pincho de tortilla. Yo cargué el coche al 100% y salimos para Hondarribia. Allí cargué otro poco para llegar a Burgos otra vez a la vuelta. Cargué toda la batería en Burgos para llegar a mi casa y ya está. El gasto fue de 40 euros en mil kilómetros. ¿Qué coche de combustible te hace eso? Y no es que me tuviera que parar seis veces”.

También ha notado una diferencia notable en ciudad. “Al final del día estás mucho menos cansado. Pasé del cambio manual al automático y ahora del automático a la frenada regenerativa… Eso de no pisar casi el freno… Yo hago una media de 300 kilómetros diarios y puedes trabajar mejor, es menos cansado”, recalca.

“Sólo en gasolina ahorro unos 7.000 euros al año. Con lo que me gastaba antes en gasolina, ahora pago la letra de mi coche y la electricidad”

En cuanto a los beneficios por utilizar un taxi eléctrico en lugar de uno de combustión, el Ayuntamiento de Madrid sólo ofrece alguna pequeña ventaja. “Antes el Plan Cambia 360 se podía sumar al Plan Moves III, pero ya no. Tenemos los mismos descuentos que todo el mundo”, apunta sobre la adquisición del coche. “Eso sí, no tenemos letra de libranza, así que podemos trabajar los 31 días del mes. Yo suelo trabajar seis días pero es un plus que tienes, que si estás más apurado o quieres pagar antes el coche, tienes esa posibilidad encima de la mesa”.

Además, a los dueños de los coches eléctricos se les da más tiempo para amortizar la compra. “Normalmente, obligan a cambiar el coche a los 10 años pero a los eléctricos nos dejan hacer el cambio a los 14 años“. “Yo ojalá tire con las mismas baterías esos 14 años”, nos apunta haciendo referencia a una de las comidillas de las paradas.

La degradación de las baterías es uno de los temas estrella: “hay Teslas con medio millón de kilómetros y una degradación del 10 o el 15%. Yo firmo eso. Tengo la sensación de que hay más miedo que hechos objetivos. Si haces 350 kilómetros y se degrada un 10% es posible hacer 320 kilometros. Eso que es, ¿estar cinco minutos más parado?”, se pregunta.

Y termina el tema con una reflexión: “hay quien tiene su clientela fija y necesita hacer 400 kilómetros diarios, necesita un coche que le dé esa garantía, que no tenga que estar pendiente de cargar… Pero es el miedo a la novedad, que es una inversión muy grande… También la garantía son ocho años o 160.000 kilómetros y yo hago 80.000 kilómetros al año. Si se me estropea la batería, pues es como si te sale malo un coche de combustión. Y si se te rompe un motor no serán 20.000 euros, serán 5.000 euros pero tampoco habrás ahorrado tanto en mantenimiento en ese tiempo”.

Y, aquí, empieza el goteo del mantenimiento. “Mi coche no tiene. Cada dos años, hay que revisar el líquido de frenos. Yo cada 15.000 kilómetros, cada tres meses, estaba en el concesionario de Toyota. Filtros, aceites… eran 150 euros cada tres meses. Luego cambia bujías, correas de distribución…”.

Por no hablar del combustible: “sólo en gasolina ahorro unos 7.000 euros al año. Con lo que pagaba en gasolina en el Toyota Prius puedo pagar la letra de mi coche y la electricidad. Si amortizo el coche en cuatro años y a los ocho tengo que invertir en una batería nueva, pongamos 20.000 euros, ¿cuánto he ganado en los primeros siete años? Y no es algo seguro, puede suceder o no, que no lo sabemos. Ni sabemos lo que costarán las baterías dentro de siete años”.

Sí ha notado diferencia en el tipo de clientes que recoge o la posibilidad de trabajar para algunas empresas concretas. “Hay empresas que sí, que se están enfocando en buscar coches eléctricos”, nos señala. Pero, además, nos asegura que el Tesla le ofrece un plus en la calle: “si he notado que te paran por tener un Tesla. Esperan que pase el compañero de delante y te paran a ti. O estás en una parada y esperan para cargar contigo. Te piden más el teléfono, que les vayas a recoger… pero por una cuestión de marca, no de ser un coche eléctrico. A la gente le sigue sorprendiendo el pantallote que lleva. Todavía hay gente que me pregunta si la pantalla la he puesto yo o es del coche”.

“Exploto el taxi con mi marido, ahorramos unos 800 euros al mes”

Gema Guinea

“Yo con el taxi eléctrico llevo un año y medio más o menos, un Hyundai Ioniq. Y estoy encantada con el coche, súper contenta. Al principio, te resistes un poco al cambio. Porque, claro, es un coche eléctrico y yo siempre he llevado combustión y no sabía cómo iba a ir la cosa. Pero después de probarlo, estoy encantada con él”, no contesta Gema a la primera pregunta sobre su experiencia con un taxi eléctrico.

“Es verdad que tienes que cambiar ahí un poquito la forma de conducir para hacerte a la autonomía, ¿sabes? Para sacarle su máximo rendimiento. Pero estoy encantada, si tuviese que cambiar de vehículo volvería a coger un coche eléctrico”, nos recalca.

Gema es taxista en Madrid y comparte el mismo coche eléctrico con su marido, que también es taxista. Mano a mano y pie derecho a pie derecho, explotan día a día su Hyundai Ioniq.

“Mi coche tiene unos 300 kilómetros de autonomía en invierno y en verano tiene como unos 350. Con la calefacción, el coche gasta más en invierno. Con 300 kilómetros no tengo para trabajar todo el día. Mi marido sale por la mañana de madrugada, viene a casa a comer y lo cargamos. Yo me lo suelo llevar casi todos los días al 80% con unos 260 kilómetros más o menos y ya lo cargamos por la noche”, nos explica cómo se turnan.

¿Cuánto se cuidan entonces con el acelerador? “Mi marido sí que le saca mucho más rendimiento que yo porque él conduce distinto. Se ha hecho más al coche eléctrico, va más despacio, cuida la autonomía… Y yo decidí que iba a conducir como lo hacía antes. Sí he cambiado un poco pero conduzco prácticamente igual. Además, el hace más ciudad y yo más carretera y por ciudad gastas mucho menos, aprovechando la frenada regenerativa. Si algún día vamos muy justos de autonomía, pues en una electrolinera de las que hay en Madrid o en la zona”.

Pese a todo, compensa. Gema nos explica que con la compra del coche también les instalaron un cargador en casa y que todos los días paran a medio día un poco más de dos horas. Mientras comen, el coche ha cargado unos 100 kilómetros, que se suman a los 150 kilómetros que le suele dejar su marido. Con los 250 kilómetros totales, Gema puede trabajar toda la tarde.

Donde más han notado el cambio, de nuevo, es en el gasto de combustible. “Mi coche no llega al año y medio y ya tiene 155.000 kilómetros. Sólo en gasolina calculamos que ahorramos unos 800 euros al mes. Y no solo eso, súmale las revisiones cada 15.000 o 20.000 kilómetros. En el tiempo que llevo y le tendría que haber cambiado la correa de distribución, el aceite no sé cuántas veces… y eso si no hubiera tenido alguna avería”, nos apunta.

“En el Hyundai Ioniq”, nos detalla, “sólo tienes que llevarle de vez en cuando a hacerle unas revisiones en el que solo le comprueban el estado de la batería, los niveles del agua y poco más”.

“Estoy encantada, si tuviese que cambiar de vehículo volvería a coger un coche eléctrico”

La principal barrera, de nuevo, para dar el salo al coche eléctrico: el precio. “Es una inversión muy grande. Esto es un servicio público, el coche está funcionando muchas horas. Nosotros 12, 13 cada día… 16 horas como máximo, que nunca llegas… pero bueno. El resto de coches los conoces, conoces las pegas que pueden tener… pero el taxi eléctrico lleva relativamente poco tiempo. No sabes cómo va a rendir y yo necesito un coche que me responda, le pueda hacer kilómetros y no se averíe”.

Entre esas averías, el fantasma de la vida útil de la batería vuelve a sobrevolar. “Oyes lo que la gente cuenta, que si las baterías pueden tener problemas de tal, si se te rompe una batería cuesta tanto. Claro que piensas en esas cosas porque miras los problemas que te puede dar un coche. Hablas con los compañeros que tienen modelos de combustión: ‘pues este coche, con tres o cuatro años ha tenido estos problemas…”. Con este no tienes referencias, es un poco ir a la aventura pero nosotros estamos muy contentos. Porque de lo que la gente cuenta a lo que es… Te dicen que las baterías empiezan a degradarse como a los 100.000 kilómetros. Yo llevo unos 150.000 y voy a tocar madera pero deben estar casi al 100%”.

Todas estas dudas se notan entre los compañeros: “yo creo que todavía están muy reticentes, que ellos prefieren el híbrido. En este sector la gente prefiere esperar primero a ver qué dice la avanzadilla, que vayan probando y que vayan saliendo las averías. Y, si va bien, más se lo irán planteando. Pero de momento yo creo que son pocos los que se lo piensan“, nos recalca Gema.

Quienes tampoco se esperan subirse a un coche eléctrico son los clientes, nos aclara Gema, para terminar: “todo el mundo te dice ‘qué silencioso es este coche’. Porque, la verdad, es una maravilla, no hace nada de ruido, es súper cómodo de conducir, dinámico… y tienes que explicarle a la gente que no, que mi coche es  100% eléctrico. La gente yo creo que todavía piensa que casi todos los coches nuevos que hay son híbridos. De momento, hay coches eléctricos pero tampoco somos tantos. Y los que más se ven son los Teslas, algún Hyundai Ioniq 5… Skoda Enyaq… pero son los menos”.

“Cuando notan la suavidad y que no hace ruido, hay gente que te pide el teléfono”

Jose Luis Guinea

José Luis Guinea es hermano de Gema y más o menos compraron sus coches eléctricos a la par. Ambos llevan año y medio trabajando con un taxi eléctrico pero mientras que Gema optó por un Hyundai Ioniq, José Luis prefirió apostarlo todo al Tesla Model 3 Long Range. Desde entonces ha superado los 100.000 kilómetros.

La historia de José Luis y su Tesla Model 3 comienza más atrás, antes de que estuviera homologado como taxi. “Yo antes tenía un Seat León diésel. Llevaba mucho tiempo leyendo acerca de los eléctricos, viendo vídeos… informándome. De todas maneras, las marcas tenían que homologar el coche (se necesita darl el visto bueno a un sistema que une la transmisión con el taxímetro). Vi que el Tesla Model 3 lo homologaron en Nueva York. Y me dije, cuando venga a España voy a ver cómo va y me informo”, nos cuenta.

“Yo a mi coche tenía que meterle dinero porque tenía que cambiar las embragues, filtro de aceites, frenos… todo el mantenimiento que llevan normalmente los coches de combustión. Como no quería gastarme dinero en arreglar ese coche, me fui a informar sobre el Tesla, la autonomía que tenía y el consumo. Y  directamente lo encargué y al mes tuve el coche. Lo tengo desde hace un año y medio. Tiene 100.000 kilómetros”, nos explica.

Pronto empezó a comprobar las ventajas de utilizar un taxi como coche eléctrico. Desde entonces “¿Cuánto dinero he ahorrado? No lo sé con exactitud porque cada marca tiene su propio plan de mantenimiento. Sí sé que en 100.000 kilómetros yo solo le he cambiado las ruedas al coche y un filtro de aire acondicionado. Con otro coche cada 15.000, 20.000 o 30.000 kilómetros, depende de la marca, tendría que hacerle cambios de aceite, revisiones, sustituciones y demás”.

“El mantenimiento es muy escaso. Los frenos no los usas, el coche frena solo. Un motor de combustión puede tener cientos o miles de piezas. Los motores de este coche están en las ruedas y tiene 37 piezas. Entonces el mantenimiento es escaso. Sí, es cierto que hay un pequeño filtro de aceite que es recomendable cambiar cada 200.000 kilómetros. Solo eso”, nos aclara Guinea.

“En electricidad pagas aproximadamente una octava parte respecto a uno de combustión. Depende de la tarifa que tengas y de lo que consumiera tu coche de combustión.  Yo le hago unos 5.000 kilómetros al mes y gasto 1.000 kW. A 0,12 euros/kW son 120 euros más impuestos. Con una tarifa nocturna puede ser de unos 48 euros más impuestos. Imagina la comparación con uno de combsutión. Gastando 6 l/100 km, a 1,50 euros la gasolina y 5.000 kilómetros… (el gasto sería de 750 euros pero, cuando escribimos estas líneas, el precio medio de la gasolina en España es de 1,650 euros/litro, según el último boletín de la Unión Europea)”, nos detalla respecto al consumo.

Guinea, además, no sólo ha encontrado un ahorro en el mantenimiento y en la electricidad, también nos cuenta que está sacando partido a su Tesla Model 3, simplemente, por ser un Tesla. “Yo trabajo con Teletaxi y estoy súper contento. No te dan exclusividad ni muchísimo menos, ni te van a dar mejores servicios porque tengas un eléctrico. Pero sí hay gente que a veces lo pide”.

“Hay gente que a veces lo pide: ‘Podríamos contratar contigo porque, ya que tienes un Tesla, queremos llevarles en este coche’. En el fondo, somos un poco clasistas”

“Algunas personas, cuando se suben y notan que el coche no hace ruido y que va suave te dicen ‘yo viajo habitualmente, ¿me puedes dar tu teléfono para llamarte?’. Luego otros me paran por el coche. Ayer, precisamente, cogí a unas clientas en el aeropuerto y me dijeron: ‘vamos a estar por Madrid porque estamos mirando para invertir en ciertos hoteles y demás. Y mi jefe va a tener que llevar visitas a Toledo, a Segovia, porque quiere que vean la ciudad. Podríamos contratar contigo porque ya que tienes un Tesla, pues queremos llevarles en este coche”, nos explica como ya nos contó Román.

No es diario pero sí nos explica que sucede con cierta frecuencia:  “hace poco también cogí a un chaval en Gran Vía, que trabaja en una empresa cerca de Sol, y durante el trayecto me dijo ‘tengo que llevar a vips al Madcool. ¿Te puedo avisar?’ Así que he estado haciendo trayectos con ellos de ida y vuelta al Madcool. Somos un poco clasistas en ese sentido”, nos aclara sobre uno de los últimos grandes festivales en la ciudad.

“Y luego hay gente que lo pide, simplemente, porque está concienciada con el medioambiente y demás. Que ojo, para fabricar la pila se ha contaminado y veremos a ver luego qué pasa cuando se recicle, qué proceso hay que seguir… pero durante la vida del vehículo no contaminas y eso hay gente que lo valora”, nos apunta.

Ahorrar, lo que se dice ahorra, Guinea nos cuenta que también ahorra en fuerzas. “Mi coche anterior era manual. Estuve con el embrague haciendo ruido casi nueve meses el mecánico me recomendó aguantarlo hasta que se me rompiera. Y te puedo asegurar que con este coche me canso mucho menos. Mis trayectos son más tranquilos, no tienes que cambiar, solo usas el acelerador… y ya te digo, el freno es que, a no ser que te pases un poco, no lo usas. Y vas mucho más tranquilo, apenas te cansas. Te acabas cansando porque son jornadas largas, nosotros hacemos muchas horas, pero no por el coche”.

¿Y los compañeros? “El taxista es amante de la combustión”, nos responde. “Sí, se nota que hay más interés, te preguntan para echar cuentas y ver si les merece la pena… Es cierto que la inversión es mayor pero el ahorro, a la larga, también es mucho mayor”.

Y en ese ahorro, una parte fundamental es la batería y su salud. “Yo con mi coche, yendo fino, me da para casi dos jornadas (el Tesla Model 3 Long Range homologa 602 kilómetros WLTP y en ciudad es donde menos consume). Y las baterías que tienen la mayoría de los coches eléctricos están mejoradas. La de mi versión no tiene efecto memoria y apenas se degrada. A mí se me ha degradado un 1,9%, la batería, con respecto a cuando lo compré, porque yo apunto todos los días la autonomía cuando comienzo. Precisamente, el otro día hice el cálculo y digo, bueno, pues en 100.000 kilómetros se me ha degradado un 2%… la casa dice que cada 200.000 se degrada un 8%.

Además, nos explica que cuida bastante las cargas, primando las recargas en casa a 7,4 kW. “Yo le he hecho solo 10 cargas rápidas. Son muy pocas. Pero tengo compañeros que lo enchufan a los supercargadores una o dos veces a la semana. Y, de momento, la batería no se ha degradado. ¿Por qué? Pues porque según pasa el tiempo está mejorando la tecnología de la batería”.

“Yo estoy encantadísimo”, nos confirma. Pero aclara que no contempla un futuro donde todos los vehículos sean completamente eléctricos: “Ojo, creo que no es el futuro. Hay muchas alternativas y todo el mundo no va a poder tener eléctricos. Más del 60% de los coches duermen en la calle. Si quieres un eléctrico necesitas un punto de carga. Se habla también del hidrógeno…”

Guinea, sin embargo, apuesta por el mismo futuro que algunas marcas piden a los políticos europeos: “Supongo que en un futuro habrá híbridos enchufables con baterías para 200 o 250 kilómetros. Podrás moverte por ciudad y hacer un viaje y tener combustión sin problema. Pero no creo que sea el futuro”.

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La noticia

“Sólo en gasolina ahorro unos 7.000 euros al año”: tres taxistas nos cuentan su experiencia con un taxi eléctrico

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Alberto de la Torre

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