Elon Musk se reía de la sequía cuando decidió construir su fábrica de baterías en Alemania. Ahora ya no ríe tanto
“No lo entiendo. Hay agua por todas partes. ¿Acaso te parece un desierto?”: eran las palabras de incredulidad con las que bromeaba Elon Musk en una entrevista con un reportero de ARD. Las pronunciaba tras enterarse de la noticia de que Alemania estaba cerca de frustrar los planes de Tesla de construir su megafábrica de baterías en la región de Grünheide, junto a Berlín, por el problema hidrográfico que supone dicha planta, planeada para ser levantada precisamente en una zona que es de protección de agua.
La expansión de Tesla por Europa iba a propulsar su capacidad de producción. Pero no tuvieron una cosa en cuenta: la sequía que azota al continente.
Planes frustrados. La fábrica de Tesla en el país germano estaba destinada a convertirse en la fábrica de automóviles más grande del país. Los planes de la empresa eran duplicar la capacidad de producción de 500.000 coches, que aún no se ha alcanzado, a un millón de coches al año y abrir 22.500 puestos de trabajo. Sin embargo, todo ello tendrá que esperar pues la Agencia de Medio Ambiente del Estado de Brandeburgo ha solicitado al Gobierno un cambio de planes.
Según el diario alemán Tagesspiegel, las autoridades señalan que parte de la fase de construcción se encuentra en una zona de protección de agua, donde tampoco se ha podido construir la planta de aguas residuales, como pretendía la empresa de Elon Musk. Según el departamento, se trata de un obstáculo “insuperable” para la aprobación parcial y la construcción de la fábrica de baterías es “inadmisible”, según los planes actuales, lo que amenaza la cancelación del proyecto.
Una carrera de obstáculos. Para entender todo este revuelo en las negociaciones, hay que volver unos años atrás, cuando se presentaron los planes para las instalaciones. Entonces, diversos grupos ecologistas y vecinos protestaron por el enorme consumo de agua que este tipo de instalaciones representaría en un área que vive continuas sequías
De hecho, las organizaciones Liga Verde y la Unión para la Conservación de la Naturaleza en Alemania llevaron a cabo una querella ante la Oficina de Medioambiente de Brandenburgo por conceder a la compañía de Musk un permiso de 30 años para bombear acuíferos subterráneos (1,4 millones de metros cúbicos anuales). “Durante años nos dicen que no debemos regar el césped. Entonces aparece el hombre más rico del mundo y le dan todo lo que pide”, explicaba una vecina de la localidad en este artículo de Bloomberg. Todo aquello retrasó la concesión de las licencias y el inicio de las obras. Y ahora siguen igual.
La respuesta de Tesla. Para la compañía estadounidense no hay problemas con el tratamiento del agua: “El agua del proceso de producción se recicla reconvirtiendo una planta ya aprobada para el tratamiento de aguas residuales. Además, estas plantas se colocarán fuera del área de protección de agua para futuras ampliaciones”, explicaba un portavoz de la compañía. De momento, el fabricante ya ha anunciado que cambiará sus planes y presentará varias solicitudes para su aprobación ambiental
La sequía: el enemigo número uno de Musk. Tesla apostaba por Europa como una llave hacia el éxito, sobre todo en un momento en el que la Unión Europea está impulsando la transición a la movilidad eléctrica. Y las fábricas tanto de coches como de baterías que planea abrir en el continente eran precisamente lo que la compañía californiana necesitaba para afianzar su expansión. Con lo que no contaban es que durante los últimos años una sequía se está produciendo en gran parte de Europa, incluida la región alemana de Brandemburgo y muchas otras zonas donde el multimillonario quiere construir.
En España podría pasar lo mismo. De hecho, hace unas semanas se rumoreaba que Valencia podría haber sido el destino de la próxima gigafactoría de Tesla en Europa, un proyecto de 4.500 millones millones de euros que acabó en nada por las filtraciones. También el empresario ha visitado Italia y Francia en busca de proyectos similares. Pero de haber ocurrido, Tesla habría tenido el mismo problema que Alemania: gran parte de la península se encuentra en alerta por la sequía, impulsada por un aumento de las temperaturas y una caída de las precipitaciones en los últimos años, lo que ha hecho que los embalses registren niveles de agua inusualmente bajos.
Los centros de datos lo están viviendo. En Xataka hemos contado cómo cada vez más empresas tecnológicas se instalan en el país abriendo enormes centros de datos, infraestructuras que consumen mucha agua. Meta, de hecho tiene previsto abrir un gigantesco centro de datos en Talavera de la Reina, Toledo, que ocupará 180 hectáreas y contará con una potencia instalada de 248MW. Si bien el proyecto supondrá una inyección de unos 1.000 millones de euros a la región y 250 empleos, también contribuirá al problema medioambiental del agua.
Donde va a instalarse el centro de datos de Meta también se vive una situación bastante crítica. La Confederación Hidrográfica del Tajo está en prealerta en el mapa de Seguimiento de Indicadores de Escasez del Ministerio de Transición Ecológica.
Imagen: Twitter Giga Berlin / Gigafactory 4
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La noticia
Elon Musk se reía de la sequía cuando decidió construir su fábrica de baterías en Alemania. Ahora ya no ríe tanto
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Xataka
por
Albert Sanchis
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