Musk no atraviesa su mejor momento de popularidad en EEUU y Occidente. En China, en cambio, lo está petando
Tan relámpago fue la visita de Elon Musk a China que ni a las 48 horas llegó, menos de dos días durante los que el CEO de Tesla y SpaceX protagonizó una apretada agenda en Pekín y Shanghái. Una cosa es sin embargo ser rápido y otra escapar a los focos, sobre todo cuando se es el magnate más acaudalado del mundo. Y el tour acelerado de Musk por China fue de tono menos discreto: la prensa local destacó su bienvenida, casi de héroe, y Reuters asegura que en las redes chinas le llovieron elogios que lo presentan como un “ídolo”.
Poco que ver con el tono que lo acompaña en Occidente, donde tras los bandazos en Twitter Musk no atraviesa su mejor momento en lo que a popularidad se refiere.
¿Qué ha ocurrido? Que Musk acaba de completar su primera visita a China desde 2020, un tour fugaz, de 44 horas, que aprovechó para entrevistarse con dirigentes y empresarios. Entre su aterrizaje en Pekín, el martes, y su partida de Shanghái, el jueves, protagonizó una intensa agenda, con reuniones con el viceprimer ministro de China, hombre de confianza de Xi Jinping; los ministros de Relaciones Exteriores e Industria y el presidente de CATL, la mayor compañía de baterías para coches eléctricos del planeta y proveedor de Tesla.
En el tour, por supuesto, se incluyó una visita a la gigafactoría de Tesla en Shanghái. Tras el paso por la fábrica el propio Musk colgó la foto que encabeza este artículo junto a un mensaje de ánimo: “Enhorabuena al equipo de Giga Shanghai y Tesla China SDS por su excelente trabajo”. Durante su paso por la metrópoli aprovechó para citarse también con el el jefe local del partido, Chen Jining.
¿Qué acogida recibió? De héroe e “inversor ideal”, con halagos y fastuosos banquetes de 16 platos en un restaurante de lujo, titulares en la prensa local que lo presentaban como un empresario decidido a apostar de forma decidida por China y comentarios en redes que se referían a él como “un pionero”, “ídolo mundial” o incluso “hermano Ma”. Y eso citando únicamente referencias recogidas por los grandes medios chinos e internacionales que han cubierto su visita.
Su buena acogida en Asia coincide con una etapa delicada para el magnate en Occidente en lo que a popularidad se refiere, marcada por los bandazos en Twitter, los recortes de personal o el balance de la primera prueba del Starship de SpaceX.
¿Y qué mensaje lanzó? Uno que Pekín no ha tardado en usar a su favor, presentándolo como un espaldarazo a su economía y atractivo inversor en un escenario marcado por las tensiones con Washington. Así lo recogen medios ligados al Partido Comunista Chino, como People´s Dailyo Global Times, que subrayan cómo, más allá de las lecturas que pueda dejar su presencia en China, Musk se mostró explícitamente en contra del distanciamiento con Pekín.
“Aunque la Casa Blanca esté de acuerdo con los argumentos a favor de la desvinculación los Musk [del mundo] no lo estarán”, recogía un blog afiliado al People´s Daily, diario oficial del partido. El CEO de Tesla se habría mostrado dispuesto incluso a expandir aún más su negocio en China, que aunque pueda perder en breve su categoría de nación más poblada del mundo sigue siendo un polo de producción y mercado cruciales. “El pueblo chino es diligente y sabio y es natural que China pueda lograr tales logros de desarrollo”, destacó.
¿Qué lectura deja? La pregunta se responde con un vistazo a algunos de los principales medios chinos. “El viaje de Musk demuestra la firme confianza de las empresas estadounidenses en el mercado chino a pesar de los ruidos de ‘desacoplamiento’ de algunos políticos occidentales —recogía Global Times tras la visita—. La calurosa bienvenida y amplia atención que recibió en las redes sociales muestran la actitud acogedora del país hacia las empresas estadounidenses ‘amigas’ y los esfuerzos mutuos para llegar a un acuerdo […] en claro contraste con las medidas de desvinculación de las autoridades de EEUU”.
¿Cuál es el telón de fondo? Complejo. Tanto por el panorama geopolítico y empresarial como por el que afronta el propio Elon Musk, que más allá de Tesla es CEO también de SpaceX, una compañía con importantes contratos con el gobierno estadounidense. Desde 2022 el magnate es además dueño de Twitter, plataforma social que compró por 44.000 millones de dólares enarbolando la bandera de la libertad de expresión y que está prohibida por las autoridades chinas.
“La libertad de expresión es la base de una democracia que funciona. Y Twitter es la plaza digital”, ha llegado a proclamar Musk, cuya visita a China coincidió con un inusual parón de publicaciones en su cuenta, habitualmente hiperactiva.
¿Y a nivel geopolítico? El desembarco de Musk en China llega precedido por fuertes tensiones políticas y tecnológica entre Washington y Pekín y poco después de que las autoridades chinas pusiesen bajo su lupa a las consultoras extranjeras. No solo eso. Tras la severas lecciones aprendidas durante la pandemia y la política “Zero Covid” aplicada por Pekín, algunas compañías tecnológicas relevantes han empezado a buscar nuevos horizontes más allá del gigante asiático.
Además de mostrarse dispuesto a expandir el negocio de Tesla en el país, Musk habría insistido en que China y Estados Unidos son “gemelos unidos” con intereses indisociables. Todo esto, por supuesto, según los medios locales.
¿Es Musk un caso único? No. Musk no es el único empresario occidental que ha desfilado o planea hacerlo por el gigante asiático. A lo largo de los últimos meses han visitado China Tim Cook, de Apple; Albert Bourla, de Pfizer, y más recientemente Mary Barra, la directora ejecutiva de General Motors, o Jamie Dimon, de JP Morgan, quien ha pedido un “compromiso real” entre ambas superpotencias. China es al fin y al cabo un mercado clave.
Y Tesla lo sabe de primera mano. En 2019 abrió su factoría de Shanghái, que ha logrado un ritmo de producción notable, y hace dos meses escasos, en abril, anunció una fábrica en la misma ciudad para elaborar baterías Megapack. Global Times asegura que durante el primer trimestre de 2023 el mercado de automóviles chino representó más del 30% de las ventas globales de la compañía de Musk y más del 20% de sus ingresos a pesar de la fiera competencia de BYD, que ha llegado a superar a Volkswagen como la marca más vendida del país.
Imagen de portada: Elon Musk (Twitter)
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Musk no atraviesa su mejor momento de popularidad en EEUU y Occidente. En China, en cambio, lo está petando
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Xataka
por
Carlos Prego
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