El coche eléctrico europeo dependerá un poco menos de China gracias esta nueva fábrica alemana de microchips
La crisis de los suministros ocurrida tras la pandemia ha puesto de manifiesto la dependencia industrial europea de China, sobre todo cuando hablamos de aluminio y microchips. Éstos son tan esenciales que quien controle el suministro de microchips controlará el mundo.
De ahí la importancia que tiene el hecho de que la Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), la mayor fundición de semiconductores del mundo, esté en conversaciones con sus socios para construir una planta en Alemania.
Este proyecto forma parte del European Chips Act europeo, un paquete de ayudas de 43.000 millones de euros aprobado por la Unión Europea con el objetivo de duplicar la producción europea de semiconductores y alcanzar una cuota de mercado mundial del 20%.
Según recoge Bloomberg, TSMC se asociará con Bosch, NXP, Bosch e Infineon para invertir en una planta conjunta de semiconductores en el país. El proyecto contaría con subvenciones estatales en el marco del European Chips Act y tendría un presupuesto de al menos 7.000 millones de euros, con una inversión total probablemente cercana a los 10.000 millones de euros.
Situada en Dresde, se espera que la planta se centre en chips de 28 nanómetros para la industria automovilística. Esta factoría sería la primera fábrica de la empresa taiwanesa en Europa. No obstante, cabe señalar que el proyecto aún no es definitivo.
Aun así, una de las razones por las que con toda probabilidad TSMC escogerá Alemania para su fábrica es la red de proveedores locales vinculadas a la industria del automóvil, con Bosch al frente, uno de los socios de TSMC para esta factoría.
Con el auge del coche eléctrico y de la conducción autónoma, los coches que llegarán al mercado en los próximos 10 a 15 años van a necesitar muchos microchips y de una potencia de cálculo hasta 10 veces superior a los mejores chips actuales. La industria del automóvil necesitará cada vez más chips de última generación, similares a los de la electrónica de consumo y que podemos encontrar en el último iPhone o Samsung. TSMC quiere estar presente y satisfacer esa demanda.
Fabricar cada vez más cerca de los clientes
Además de en Europa, TSMC también ampliará sus actividades en Estados Unidos y Japón, de nuevo en el contexto de la legislación local destinada a estimular la industria de semiconductores.
Aunque la empresa produce la mayor parte de su tecnología en Taiwán, ha empezado a mirar hacia el exterior, en medio de las crecientes tensiones geopolíticas entre China continental y Taiwán.
Alemania, la mayor economía europea, es especialmente codiciada por los fabricantes de semiconductores. El gigante estadounidense Intel también planea instalar allí una planta de producción, y ha solicitado al gobierno más subvenciones en un contexto de inflación de precios.
La competición por atraer a fábricas de microchips parece tener a Alemania como la principal ganadora, seguida de Francia, que ha visto como Intel tiene previsto crear un centro de investigación en Francia al mismo tiempo que STMicroelectronics y GlobalFoundries construirán una fábrica en en el país galo.
España, con ayudas de 12.000 millones, intentará atraer la producción de semiconductores menos elaborados y más grandes, de 10 a 24 nanómetros. De momento, hay un acuerdo con Cisco Systems para la creación de un centro de diseño de microchips en Barcelona, mientras se habla con Samsung Electronics para levantar una fábrica en España. No obstante, no hay nada en firme y España es uno de los varios países candidatos a albergar la factoría de Samsung.
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El coche eléctrico europeo dependerá un poco menos de China gracias esta nueva fábrica alemana de microchips
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Motorpasión
por
Daniel Murias
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