Mientras España alcanza la temperatura más alta jamás registrada en abril, a AEMET le preocupa otra cosa: la regla del 30
38,8 °C. Esa es la cifra. La temperatura más alta jamás registrada en la España peninsular un mes de abril. La ola de altas temperaturas que está devorando el país ya ha pulverizado 56 récords de máxima mensual y aún tiene que hacer mucho calor en la Península durante los próximos días. Sin embargo, lo que más preocupa a AEMET es otra cosa: el fuego.
Teñir el país de rojo. En cuestión de días, el mapa de riesgo de incendios de la península ha cambiado radicalmente de color. El riesgo extremo ha pasado de concentrarse en Albacete, Cuenca, el interior de la Comunidad Valenciana y zonas de Teruel, Murcia y Andalucía Oriental a extenderse por todo el territorio peninsular, con la excepción de la cornisa cantábrica y Galicia.
Se trata de una auténtica barbaridad para el mes de abril que mantiene alerta todos los medios y sistemas de alerta. Con estos datos encima de la mesa, solo hace falta una chispa para que esta “ola de altas temperaturas” se acabe convirtiendo en una tragedia forestal. Y sí, cuando digo ‘chispa’ estoy hablando literalmente.
¿Por qué? ¿Qué está pasando? Está pasando lo que AEMET denomina “la regla del 30”. Es decir, que en la mayor parte del país se van a dar tres condiciones simultáneas que impulsan de forma radical el riesgo de incendios:
- Temperaturas superiores a los 30 °C.
- Rachas de viento superiores a los 30 km/h.
- Humedad relativa inferior al 30%.
Una verdad desagradable. “Aunque ahora el monte se ve muy verde, en cuanto rascas un poco el suelo se ve la capa de humedad tan cortita que hay”, decía Fernando Valladares, investigador del CSIC, hablando del incendio de Castellón del mes pasado.
Las lluvias de diciembre habían dado un respiro a la vegetación, pero la dureza de 2022 (y la sequía generalizada que arrastramos desde 2014) hacen que las reservas estén bajo mínimos y la masa forestal en muy malas condiciones. Solo hacía falta un arreón térmico como el actual para que la verdad emergiera a la superficie: España está reseca.
Lo peor de todo: no debería sorprendernos. Como señalaba Víctor Resco de Dios, profesor de Ingeniería Forestal en la Universitat de Lleida hace un par de meses, los modelos dejan claro que, de media, “la temporada de incendios se está alargando entre uno y dos días por año”.
Y, en fin, los datos están ahí. La humedad en el suelo de la península ibérica están cercanas al 0%. Es decir, a un nivel muy parecido al del desierto del Sahara. Eso hace que la masa forestal esté indefensa, sí; pero también hace que el horno ibérico se intensifique: porque “en una situación con una dorsal anticiclónica como la de este episodio, la energía solar se destina menos para evaporar y más para calentar el terreno que en el caso en el que exista un suelo húmedo”.
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Mientras España alcanza la temperatura más alta jamás registrada en abril, a AEMET le preocupa otra cosa: la regla del 30
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Xataka
por
Javier Jiménez
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