Auge y caída del Havilland Comet, el primer avión comercial con motores de reacción que pasó de la innovación a la tragedia
A principios de la década de 1950, la aviación comercial estaba en pleno desarrollo inicial. Por aquel entonces dominaban los cielos aviones como el Boeing 377 Stratocruiser, el Douglas DC-6 y el Convair CV-240. Estos tres ejemplares, pese a sus marcadas diferencias, tenían algunas características en común: funcionaban con motores de hélice, volaban a bajas altitudes y no destacaban por brindar gran confort a los pasajeros.
Esto cambió drásticamente con la llegada del Havilland Comet. Este avión tocaba a la puerta de la aviación comercial con una propuesta futurista e irresistible. Los pasajeros viajarían cómodamente en una elegante pieza de aluminio presurizada cuyas alas en forma de flecha se encargarían de esconder sutilmente sus cuatro motores a reacción. Además, podrían disfrutar de vistas únicas gracias a sus enormes ventanas rectangulares.
Vuelo inaugural y problemas
Después de varios años de desarrollo y exhaustivos vuelos de prueba, ya que se estaba inaugurando una nueva categoría de aviones, el Havilland Comet hizo su primer vuelo comercial con BOAC el 2 de mayo de 1952. Se trató de un trayecto con varias escalas entre Londres y Johanesburgo. En aquel momento todo salió a la perfección. Después de casi un día, los pasajeros llegaron a destino y quedaron encantados con el avión.
Como señala BAE Systems, el Comet tenía 28,3 metros de largo, y tenía aproximadamente 36 asientos (las aerolíneas podían establecer sus propias configuraciones, con más o menos asientos) que eran reclinables y daban mayor espacio y comodidad a los pasajeros. En el interior también había comodidades como la posibilidad de pedir comida y bebida fría o caliente e incluso baños individuales.
El trabajo del fabricante británico Havilland, que en ese momento ya acumulaba más de tres décadas de historia, parecía estar dando buenos frutos. Mientras que BOAC agregaba nuevas rutas comerciales, otras aerolíneas que querían ser parte del fenómeno de los vuelos presurizados y de alta velocidad encargaban sus propios Havilland Comet. Los problemas, sin embargo, empezaron a presentarse rápidamente.
Dos años después del vuelo inaugural, el 26 de octubre de 1952, un Comet de BOAC que había partido de Beirut y se dirigía hacia Londres, se salió de la pista en una de sus escalas en Roma, según Aviation Safety. Producto del incidente, el avión perdió parte del tren de aterrizaje y el tanque de combustible, aunque no se produjo un incendio y ninguno de los 35 pasajeros a bordo o miembros de la tripulación resultados heridos.
El 13 de marzo de 1953 un problema de similares características volvió a aparecer en escena, solo que esta vez las cosas fueron a peor. Una unidad de Canadian Pacific Airlines no consiguió despegar de Karachi, Pakistán, y acabó envuelta en llamas tras impactar contra un terraplén. Murieron sus cinco tripulantes y seis pasajeros a bordo en lo que sería el segundo accidente del avión y el primero de características mortales.
Más accidentes
Los datos de la Fundación de Seguridad de Vuelo también recogen otros accidentes del Comet. El 2 de mayo de 1953 uno de estos aviones se estrelló después de despegar de Delhi, India, y murieron las 43 personas que iban a bordo. El 10 de enero de 1954, las comunicaciones de un Comet con la torre de control se interrumpieron por cuestiones climáticas y los restos del avión fueron hallados más tarde cerca de la isla de Elba.
Por alguna razón que todavía se desconocía, el nuevo titán de los cielos estaba teniendo serios problemas, lo que llevó a sembrar desconfianza entre pilotos, aerolíneas y reguladores. Esto forzó al fabricante a rediseñar los instructivos para pilotos y hacer algunos ajustes de diseño. Pese a los accidentes, con estas modificaciones el Comet siguió volando, hasta que el 8 de abril de 1954 uno de estos estalló en pleno vuelo.
Aquel accidente fue el principio del final de la serie Comet. El modelo original fue jubilado completamente y el fabricante, a lo largo de los años, lanzó tres versiones revisadas, aunque también sufrieron varios accidentes de gravedad. Sin embargo, las ventas no se recuperaron y los esfuerzos de esta compañía británica se hicieron insostenibles económicamente, por lo que el proyecto fue perdiendo su esplendor.
El supuesto origen de los problemas
Según el profesor de ingeniería mecánica de la Universidad de Houston, John H. Lienhard, las tareas de investigación no hallaron fallos estructurales en un principio, aunque sí lo hicieron más tarde. Después del tercer accidente, una investigación más exhaustiva arrojó luz sobre lo que estaba sucediendo. El Comet sufría de fatiga de materiales, que se manifestaba en forma de grietas en ciertas partes del fuselaje.
En una de las pruebas, los ingenieros sometieron a un Comet a pruebas de fatiga en un escenario real. Después de varios intentos, apareció una grieta cerca de una de las ventanas de la cabina, grieta que se extendió rápidamente. Aparentemente, Havilland no tuvieron en cuenta las concentraciones de tensión elevada en los agujeros de los remaches que se situaban cerca de las ventanas rectangulares.
Imágenes: Ian Dunster (Wikimedia Commons) | Imperial War Museum | Lars Söderström | HM Stationery Office
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Auge y caída del Havilland Comet, el primer avión comercial con motores de reacción que pasó de la innovación a la tragedia
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Javier Marquez
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