Probamos el BMW 218d Gran Coupé: una berlina contenida para demostrar que los diésel aún tienen sentido
El BMW Serie 2 Gran Coupé es un modelo atípico en la gama BMW, un poco como toda la Serie 2, de hecho. Así, entre un BMW Serie 2 Active Tourer, uno de los escasos monovolúmenes que sobreviven en el mercado, y el Serie 2 Coupé, abiertamente deportivo, el Serie 2 Gran Coupé no es una versión estilizada del primero ni una versión de cuatro puertas del segundo.
El BMW Serie 2 Gran Coupé, no es otra cosa que un BMW Serie 1 con culo, como se decía en los años 80, a pesar de ser considerado un “coupé de cuatro puertas” por la marca.
Y si bien la idea que ha presidido su creación es la misma que dio lugar al Renault Siete o al Volkswagen Jetta, a saber, añadir un tercer volumen a la carrocería y mucho volumen de carga a un compacto, el Serie 2 Gran Coupé lo hace con más estilo que los dos citados ejemplos. Y ha de ser así porque tiene al Mercedes CLA en su punto de mira.
Aunque el diseño ayuda mucho a vender, no lo es todo. Probamos en esta ocasión, el BMW 218d Gran Coupé, desde 42.750 euros, y averiguamos si tiene lo que hay que tener para robarle el trono al elegante y esbelto Mercedes CLA.
A pesar de su nombre, es difícil ver a este Serie 2 como un coupé. Aun así, luce algunos elementos de diseño propios de un coupe, como las ventanillas de las puertas sin marco, un techo que se inclina suavemente hacia la popa y unos pilotos traseros horizontales, como en un Serie 4 Gran Coupé o un BMW X4, siguiendo así los códigos visuales de BMW.
El Serie 2 Gran Coupé comparte su chasis y su mecánica con el Serie 1. Con respecto a este último, alarga su silueta 21 cm para llegar a los 4,53 m de largo sin modificar la distancia entre ejes. Por tanto, es el voladizo trasero el que soporta todo el peso visual. Y es también lo que permite dar forma a un maletero profundo, que alcanza los 430 litros (frente a los 380 litros del Serie 1 y 460 litros del Mercedes CLA).
Un interior de calidad, pero con una habitabilidad mejorable
Sin embargo, conservar la distancia entre ejes del Serie 1 tiene su repercusión a bordo. Si bien las plazas delanteras no cambian con respecto al Serie 1, la habitabilidad en los asientos traseros se ve mermada.
No tanto en espacio para las piernas, sino en altura bajo techo y en accesibilidad. Quien mida más de un 1,80 m tendrá que hacer unas pocas contorsiones para poder al fin sentarse…y notar como su cabeza roza el techo.
En otras palabras, a pesar de un maletero decente, no es el coche ideal para las familias, sobre todo por la pobre accesibilidad a las plazas traseras y la abertura del maletero, un tanto estrecha. Su objetivo designado, el Mercedes CLA, ofrece un habitáculo significativamente más espacioso detrás.
Con 4,69 m de largo, puede además tener una silueta más equilibrada y de proporciones más agradables a la vista que el BMW, donde la línea de cintura demasiado alta y los pilotos traseros le restan equilibrio.
Por lo demás, el interior tiene una presentación seria y está relativamente bien equipado, ya que comparte su distribución interior con el Serie 1. No es de extrañar, pues, que el puesto de conducción esté orientado hacia el conductor y permite tener el asiento muy bajo.
El acabado del coche es de alto vuelo, con buenos materiales y una de las mejores ergonomías del mercado. Prueba de ello, la pantalla táctil es muy buena y puede manejarse con el selector en forma de rueda, seña de identidad del excelente iDrive de BMW, un sistema que sin ser de última generación en este Serie 2 apenas tiene latencia. Y por supuesto, los mandos del climatizador siguen siendo botones físicos.
El Serie 2 propone una plétora de equipamiento de última generación, pero que también eleva el precio a cotas inconfesables, como veremos más adelante. El equipamiento de serie incluye, por ejemplo, el climatizador bizona, la pantalla táctil, los servicios conectados, cuadro de instrumentos digital o el control de la presión de los neumáticos, entre otros elementos destacables.
Al volante, dinamismo y consumo contenido
El BMW 218d Gran Coupé comparte lógicamente su motor con el BMW 118d. Se trata de un 4 cilindros diésel de 2.0 litros sobrealimentado por turbo de 150 CV y 350 Nm desde 1.750 rpm. Va asociado a una cambio automático de 8 relaciones. Es un motor al que no le falta brío (80 a 120 km/h en 6 segundos) y que se muestra relativamente parco en consumo, con una media de 5,6 l/100 km en carretera, pero que sube a 6,8 l/100 km en conducción deportiva.
El único reproche que se le podría hacer al conjunto es la poca filtración de la que hace gala el coche. El Serie 2 no consigue eliminar todas las vibraciones, ligeras, ni la marcada sonoridad diésel. Las vibraciones, a la larga, pueden ser molestas.
Adopta también el chasis de tracción delantera de la Serie 1 con algunas modificaciones, como los reglajes de la suspensión, que tienen en cuenta una distribución diferente del peso. El eje delantero también tiene ajustes específicos para que las reacciones sean más suaves que en el Serie 1, cuya dirección es muy incisiva.
Aun así, la precisión de la trayectoria sigue siendo una prioridad en este BMW, bien ayudado en su dinamismo por el eje trasero multibrazo, la suspensión M Sport (que rebaja el chasis 10 mm) y la amortiguación adaptativa SelectDrive, también de serie con el pack M Sport.
Hay que señalar que esta última no dispone de un modo Auto como en un Serie 3 para adaptar su amortiguación continuamente a la velocidad y a la carretera, sino que es un sistema con dos leyes: Confort o Sport. Los dos modos se merecen su nombre porque las diferencias son bastante notables.
El primero ofrece una filtración muy correcta teniendo en cuenta las llantas de 18 pulgadas, pero le cuesta, en conducción deportiva, contener los movimientos de la carrocería. El segundo, por su parte, es excesivamente duro y no filtra los rebotes provocados por las carreteras en mal estado, algo que puede cansar a la larga.
El 218d Gran Coupé frente a sus rivales
Los compactos premium de tres volúmenes no son legión en el mercado. Y más aún con una carrocería que puede recordar la de un coupé. El Serie 2 Gran Coupé se enfrenta sobre todo al Mercedes CLA.
El modelo de la estrella se lleva el premio de belleza y elegancia, así como de la habitabilidad en las plazas traseras, superior a las del Serie 2. Es también un modelo en el que prima el confort en carretera, sin por ello ser un coche torpe. El Serie 2 Gran Coupé sigue siendo fiel a la imagen de BMW en la que se da prioridad a cómo tomas las curvas antes que al confort, el cual sigue siendo correcto, pero inferior al CLA.
Sin embargo, ambos modelos coinciden en el precio, muy premium. El 218d Gran Coupé parte de los 42.750 euros, mientras que el CLA 220d, también de 150 CV, parte de los 44.106 euros. No es que 1.350 euros suponen una enorme diferencia, pero permiten configurar el BMW con más opciones que en el CLA.
Hablando de opciones, es fácil que la factura suba si nos dejamos llevar por ellas. Así, a los 42.750 euros de base habría que añadir, en el caso de esta unidad de prueba, el pack M Sport, que sube el precio a 46.699 euros, las llantas de aleación negras de 18 pulgadas (desde 970 euros) y el paquete M Sport Pro, que incluye las molduras exteriores M en negro brillo Shadow Line, los frenos M Sport con pinzas de color rojo, el spoiler trasero M, los faros M en negro brillo Shadow Line y los cinturones de seguridad con los colores de BMW M.
Tampoco podemos olvidar, entre otros, el techo solar panorámico y los cristales tintados (1.700 euros) que llevan así este 218d Gran Coupé a más de 52.000 euros.
BMW 218d Gran Coupé: nuestra valoración
7,5
6
7
8
8
8
8
8
8
7
7
A favor
- Comportamiento dinámico
- Consumo
- Prestaciones
En contra
- Vibraciones motor perceptibles
- Habitabilidad y acceso plazas traseras
De manera general, el Serie 2 Gran Coupé permite acceder a una carrocería Gran Coupé, reservada hasta su llegada a las gamas superiores, como los Serie 4 y 8. No tiene la misma elegancia que sus hermanos mayores, pero se diferencia mucho del Serie 1 sin alejarse de éste en términos de precios y dinamismo, contando además con una maletero de tamaño familiar. Como diésel, para largos trayectos a menudo, tiene todo el sentido del mundo, tanto por prestaciones como consumo.
Sin embargo, sus cualidades, no son quizá suficientes frente al Mercedes CLA. A día de hoy, el aspecto estético sigue siendo un elemento decisivo de compra en esta categoría. Y me temo que la elegancia y pureza del CLA guste mucho más que las musculosas y rebuscadas formas del 2 Gran Coupé. Eso sí, quien busque diferenciarse y que su coche ofrezca un mínimo de placer de conducción, el Serie 2 Gran Coupé será la elección ideal.
Motor |
Diésel. 4 cilindros sobrealimentado por turbo de 1.995 cc. |
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potencia máxima |
150 CV a 4.000 rpm |
par máximo |
350 Nm de 1.750 a 2.500 rpm |
transmisión |
Tracción delantera. Cambio automático de 8 relaciones |
dimensiones (Largo x ancho x alto) |
4.526 x 1.800 x 1.420 mm |
batalla |
2.670 mm |
maletero |
430 litros |
peso |
1.545 kg |
80 a 120 km/h |
6 s |
0 a 100 km/h |
8,5 |
velocidad máxima |
222 km/h |
consumo medio homologado (WLTP) |
4,8 l/100 km |
consumo medio en prueba |
6,1 l/100 km |
El coche para esta prueba ha sido prestado por BMW. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas. |
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La noticia
Probamos el BMW 218d Gran Coupé: una berlina contenida para demostrar que los diésel aún tienen sentido
fue publicada originalmente en
Motorpasión
por
Daniel Murias
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