Los portaaviones son una ruina absoluta: la reparación del HMS Prince of Wales es el mejor ejemplo
Cuando a finales de 2019 se entregó a la Royal Navy, con regia ceremonia en Portsmouth incluida, se esperaba del portaaviones HMS Prince of Wales grandes y memorables hazañas que le granjeasen a su vez aún más grandes y memorables titulares. Tres años después los ha conseguido, aunque probablemente no con el cariz que esperaban sus responsables. Más que un motivo de orgullo, el también conocido como R09 empieza a convertirse en una molesta espinita clavada en el orgullo de la Royal Navy. Molesta y cara. Tremendamente cara.
A la abultada factura de la construcción del navío, previsible dadas sus dimensiones, se suma ahora otra menos esperada: sus reparaciones.
¿Qué es el HMS Prince of Wales? Una de las joyas de la Royal Navy, que lo presenta como “uno de los buques de guerra de superficie más potentes jamás construidos en Reino Unido”. Sus dimensiones impresionan, desde luego. Su cubierta de vuelo mide 70 metros de ancho por 280 m de largo, lo que le permite embarcar 36 aviones F-35B y cuatro enormes helicópteros Merlin.
Su ficha se completa con 65.000 tn de desplazamiento, una maquinaria que le permite desplazarse 500 millas por día y capacidad para acumular víveres para 45 días y acoger 700 tripulantes, aunque puede llegar a 1.600 con aviones a bordo.
¿Y cuánto ha costado? El costo estimado de construcción rondó los 3.200 millones de libras, alrededor de 3.600 millones de euros. El flamante portaaviones se comisionó en diciembre de 2019, durante una populosa ceremonia celebrada en la Base Naval de Portsmouth a la que asistieron 2.000 personas y que estuvo presidida por el entonces Príncipe de Gales y la duquesa de Cornualles.
“Este día marca la culminación de más de una década de trabajo de la industria naval y marítima del país, que se ha unido al Ministerio de Defensa para construir este magnífico buque”, celebraba el capitán al mando, Darren Houston.
¿Qué ha pasado con el navío? Que al menos durante sus primeros años su deriva no ha sido como probablemente se la imaginaban sus promotores allá por diciembre de 2019, cuando le dedicaban grandes halagos. A principios de 2021 The Telegraph ya advertía que en dos años el HMS Prince of Wales había permanecido en el mar solo 87 días, un tercio del tiempo operador por su hermano ,el HMS Queen Elizabeth, que entre 2019 y 2020 acumuló en el mar 231 jornadas.
No solo eso. Según el diario londinense, el flamante portaaviones había sufrido fugas en dos ocasiones en cuestión de cinco meses: una en la sala de máquinas y otra en el área de tripulación. Durante uno de esos episodios hubo equipo eléctrico que permaneció bajo el agua durante 24 horas. El coste de reparación se estimaba entonces en 3,3 millones de libras y The Telegraph precisaba que se destinarían otros 2,2 millones a “trabajos de reparación” tanto en el Prince of Wales como el Queen Elizabeth para prevenir futuras fugas, lo que elevaba la factura a 5,5.
¿Se solucionaron los problemas? No es descabellado pensar que últimas noticias sobre el buque tampoco coinciden con lo que esperaba de él la cúpula de Royal Marine allá por las navidades de 2020. En agosto de 2022 el buque sufrió una nueva avería —en esta ocasión en el eje de una hélice— poco después de zarpar de la base naval de Portsmouth para participar en pruebas de vuelo con aviones F-35B Lightning frente a la costa estadounidense. Su objetivo era realizar ejercicios con la US Navy, el Cuerpo de Marines de EEUU y la Royal Canadian Navy.
¿Y las últimas noticias? Hace unos días The Times desvelaba que el coste de reparar el portaaviones se había disparado a 20 millones y continuará en el dique seco tres meses más de lo esperado. Desde octubre, asegura, ha permanecido en Fife, Escocia. El planning anunciado por la Royal Navy preveía que estuviese listo ya a finales de febrero y que acudiese a Portsmouth para las actualizaciones de sus sistemas de aviación. El horizonte a corto plazo sería ahora algo distinto.
La fecha de salida del Prince of Wales se habría retrasado sin embargo hasta finales de mayo, el 23 para ser precisos. El diario va más allá y apunta incluso que el navío fue construido en gran parte por una alianza empresarial con el Ministerio de Defensa ahora disuelta, por lo que una de las claves es quién asumirá el coste.
¿Es un caso único? El del HMS Prince of Wales es un caso especialmente sangrante por lo convulso y costoso que han resultado sus primeros años, pero lo cierto es que los portaaviones son navíos costosos, tanto en lo que se refiere a su fabricación como mantenimiento posterior. Aquí, en España, tenemos el ejemplo del buque polivalente de asalto anfibio Juan Carlos I. En noviembre el Gobierno daba su “OK” a un acuerdo marco para sustituir su sistema de propulsión, lo que en la práctica implica una importante reforma de 30 millones de euros.
Más allá España, en 2020 se avanzaban los planes de Francia para construir un nuevo portaaviones de propulsión que jubile al Charles de Gaulle con un coste que, según estimaba por entonces el diario Le Monde, podría ascender a 7.000 millones de euros. El objetivo pasaría por que sea un 41% mayor que su antecesor. Otro país que ha destinado una cantidad sustancial a un proyecto similar es EEUU: su nueva “joya”, el USS Gerald R. Ford, que afronta sus pruebas finales para que pueda considerarse listo para el combate, ha costado 13.300 millones de dólares.
Imágenes: Royal Navy y Paul Townley (Flickr)
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Los portaaviones son una ruina absoluta: la reparación del HMS Prince of Wales es el mejor ejemplo
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Xataka
por
Carlos Prego
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