Fuji Speedway Hotel: el parque de atracciones de los amantes del motor creado por Toyota en Japón
Para esta lectura se recomienda reproducir la banda sonora de Gran Turismo 7.
Como aficionado al motor en Madrid siempre he mirado con cierto cariño y tristeza al circuito del Jarama. Pasar por el túnel bajo la curva María de Villota, la última del circuito, es reconocer en las imágenes a un James Hunt derrotando a Niki Lauda en el mítico campeonato de 1976 (previa descalificación) o a Gilles Villeneuve y su histórica victoria de 1981, en la que los cinco primeros clasificados entraron en meta con 1,24 segundos de diferencia.
Por eso miro con envidia algunos de las iniciativas que se toman en otros lugares. Donde bien saben de lo que estoy hablando es en el Fuji Speedway, un trazado que se encuentra a los pies del monte más famoso de Japón y donde se decidió el campeonato de Fórmula 1 antes comentado de 1976 y que coronó a James Hunt en un diluvio histórico.
Desde el año 2000, este circuito es propiedad de Toyota. En los últimos años, el trazado ha sido un habitual de competiciones propias de la firma, del campeonato de turismos japonés, del mundial de resistencia e, incluso, ha llegado a albergar algunas pruebas de Fórmula 1. Para ello fue profundamente reformado, como ya sucediera en los años 70 para albergar las primeras pruebas de este campeonato.
Pero lo que hoy nos trae aquí no son las últimas remodelaciones del circuito. Es su hotel: el Fuji Speedway Hotel.
Un hotel perfecto para los amantes del motor
El hotel, propiedad de la cadena Hyatt, se ha propuesto rentabilizar la pista al máximo. Para conseguir el mayor rendimiento económico posible, Akio Toyoda Pensó en este flamante hotel de lujo como una gran opción para quienes quieren disfrutar de una experiencia muy exclusiva, siempre ligada a las carreras.
Desde hace años, Toyota ha querido dejar atrás su imagen de firma aburrida y anodina que llegó de la mano de sus híbridos. Con el tiempo ha conseguido convencer con coches de culto, como el Toyota GT86, el Toyota Yaris heredado del mundial de rallies o el renacimiento del Toyota Supra.
Pero no sólo de nuevos lanzamientos vive esta nueva imagen de Toyota. La firma ha mostrado un firme rechazo a levantar todo su futuro sobre los coches eléctricos, experimentando con vehículos de combustión que funcionan con hidrógeno para mantener vivos sus propulsores.
Justo en este contexto sirve para enmarcar el complejo que Toyota ha situado junto al Fuji Speedway. Tan cerca que algunas habitaciones ofrecen unas vistas panorámicas al circuito desde sus balcones. Quienes busquen algo más tranquilo, la otra opción es reservar una de las villas privadas cuyo garaje está rodeado de cristales transparentes para observar desde la habitación el coche de los huéspedes. Todo parece salido del Gran Turismo 7.
A falta de acción en la pista, con la reserva de la habitación de hotel también se puede hacer lo propio con el circuito. Un paseo de dos vueltas por el mítico trazado japonés con el coche del huésped o algunos de los deportivos (manuales y automáticos) que el circuito pone a disposición de los clientes. Un extra que, evidentemente, se puede ampliar el tiempo deseado.
Fuera del circuito, es posible relajarse con algunos de los servicios típicos hoteles de lujo (como la piscina deportiva o del spa) o ponerse a prueba en las sesiones de 30 minutos de las que todo huésped dispone en el simulador de carreras.
Pero la joya de la corona es un museo con 40 piezas de coches de todas las épocas que se extiende a lo largo y ancho de las dos primeras plantas del hotel. Y no solo coches. También se han recopilado elementos mecánicos y cartelería de las diferentes pruebas celebradas en el circuito. Una suerte de parque temático del motor a los pies del monte Fuji.
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La noticia
Fuji Speedway Hotel: el parque de atracciones de los amantes del motor creado por Toyota en Japón
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alberto de la Torre
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