Los paneles solares pueden aprender mucho de los girasoles. Así que alguien los está creando ya con patas

Los paneles solares pueden aprender mucho de los girasoles. Así que alguien los está creando ya con patas

A lo largo de los últimos años los científicos que se dedican a perfeccionar los paneles solares han experimentado con perovskita, nuevos “tándems” de silicio, células sensibilizadas por colorante, tubos de vacío, diseños  tan finos que pueden coserse en tejidos u otros que reducen la dependencia de la plata… Y eso entre un largo, larguísimo etcétera de innovaciones. No todas se centran sin embargo en el desarrollo de nuevos materiales. Hay quien, como la firma EcoFlow, se ha centrado en soluciones prácticas que buscan que las instalaciones fotovoltaicas se abran camino en los propios hogares. En los balcones, para ser más precisos.

Y con modelos dotados de “patas” que permiten que los paneles se muevan de una forma muy similar a los girasoles para optimizar su funcionamiento.

La compañía, fundada en 2017, ha desarrollado una estación para terrazas que combina paneles solares y generadores portátiles con un doble propósito: producir energía que luego almacena para su uso posterior. Este último matiz es importante porque marca la diferencia en la que insisten sus responsables. “En comparación con las estaciones para balcón tradicionales, nuestra solución ofrece la posibilidad de almacenar electricidad y utilizarla en cualquier momento”, remarca.

A la caza del mejor ángulo

Según los cálculos que maneja, un panel solar de 110 W permite ahorrar 115,5 kWh, “suficiente para alimentar una aspiradora durante un total de 72 horas a lo largo de un año completo”, explica. La empresa ofrece también modelos de 160, 220 y 400 W, con los que el ahorro puede ser aún mayor, de hasta 420 kWh.

Al margen de las estaciones de energía portátiles y los paneles solares para balcones, una de las apuestas más interesantes de EcoFlow es un soporte móvil con cuatro patas que permite que las pantallas roten buscando la mejor posición para generar energía. La compañía reivindica que el suyo es “el primer seguidor solar de consumo” y subraya sus múltiples ventajas para mejorar la producción.

El dispositivo mide 2,5 x 1,5 x 1,5 metros, pesa 25 kilos, incorpora una batería interna y es compatible con iOS y Android. EcoFlow asegura que está preparado para aguantar rachas de viento de hasta 50 kilómetros por hora (km/h).

“Coloca un panel solar en el seguidor Solar Tracker y este girará y oscilará por dos ejes para orientarse en todo momento al mejor ángulo con respecto al sol”, asegura la empresa. Sus cálculos concluyen que el soporte permite obtener un 30% más de W que si se dispusiesen los paneles en posición vertical, sin más.

Img 7587

Balcon

Otro de sus pluses es que evita a sus dueños tener que moverlos varias veces a lo largo del día en busca de la posición más óptima. “Los paneles reciben más luz solar a lo largo del día, lo que permite obtener más energía ecológica”, inciden.

“Incorpora cuatro patas que se abren y pueden inmovilizarse para garantizar que el equipo permanezca colocado firmemente en las debidas condiciones de seguridad. El soporte de la parte superior también puede ampliarse para adaptarlo al panel solar”, detalla. Los únicos dos requisitos son que las pantallas no sean demasiado grandes ni pesadas y que incorporen un conector eléctrico MC4.  Eso y, claro está, abonar los 3.699 euros que, según detalla su web, cuesta el soporte.

“El sistema solar para balcones de EcoFlow es el primero de su clase que incluye almacenamiento portátil de energía. Convierte la luz solar en energía a través de paneles solares para proveer de electricidad a la casa durante el día, pero también almacena el exceso en estaciones portátiles para su uso nocturno”, señalan desde la compañía. La energía puede captarse además con paneles solares plegables.

Imagen de portada: EcoFlow


La noticia

Los paneles solares pueden aprender mucho de los girasoles. Así que alguien los está creando ya con patas

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Carlos Prego

.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *