Aún no tenemos claro lo que hace el 98% de nuestro ADN, pero sabemos que nuestro “ADN basura” es importante
Su nombre “técnico” es ADN no codificante, pero también se lo denomina ADN basura, puesto que no cumple la función capital de estos hilos de material genético: codificar proteínas. Sin embargo que no conozcamos su modo de funcionamiento y su utilidad no quiere decir que carezca de ellos.
El ADN que no hace nada. Un equipo de investigadores ha creado un modelo con el que pretenden responder a una pregunta que persigue a los expertos en genética desde hace medio siglo, por qué hay tantos segmentos no codificantes en nuestro ADN.
Por ADN no codificante (también llamadas secuencias neutrales o ADN basura) se entienden todos aquellos segmentos de nuestro ADN que no codifican proteínas. Estos segmentos están repartidos a lo largo de toda nuestra secuencia genética, a veces incluso interrumpiendo segmentos codificantes del ADN.
Si la naturaleza prefiere lo simple. Las cosas sencillas funcionan mejor, y el ADN no debería ser una excepción. Por eso librarse de estos segmentos aparentemente inútiles de nuestra genética debería suponer, si no una ventaja evolutiva al menos algo que tendería a darse. Pero este no es el caso.
Un “buffer” de protección. Ahora, en un artículo en la revista Open Biology, un equipo de investigadores ha propuesto una explicación para este fenómeno. La han llamado “selección inclusiva de los bordes” (border induced selection). La idea central se basa en la probabilidad de que cuando un organismo hace “limpieza” de lsus segmentos “ociosos” de su ADN, puede llevarse consigo accidentalmente segmentos codificantes.
Esto implicaría una mutación que podría afectar negativamente al individuo, por lo que la selección natural evitaría que estos cambios se propagaran de generación en generación. Así, cada gen, es decir, cada segmento codificante contaría a su alrededor con una especie de zona de seguridad, un buffer que evita que posibles eliminaciones de segmentos de ADN se lleven por delante una parte de un segmento codificante y conviertan un gen en inútil.
Inserciones y eliminaciones. Para realizar su análisis el equipo de investigadores analizó la velocidad a la que las inserciones cortas y eliminaciones de segmentos de ADN (indels, por short insertions and deletions) sucedían en los pseudogenes, segmentos de ADN que perdieron su funcionalidad y que tienden a acumular mutaciones. En estos segmentos relativamente largos son más habituales las eliminaciones que las adiciones de “eslabones” en la cadena de ADN.
Los autores especulan en su hipótesis que en segmentos cortos del ADN neutral las inserciones serán más frecuentes puesto que las eliminaciones tenderán a afectar a los genes “útiles” adyacentes. En las simulaciones creadas para comprobar esta hipótesis el equipo logró resultados que se ajustaban a esta intuición.
Funciones que aún desconocemos. La hipótesis propuesta por los investigadores es complementaria a otra posibilidad, la de que existan otras funciones ocultas entre las secuencias de ADN no codificante que aún no hemos sido capaces de observar y detectar. Aún hay mucho que no sabemos sobre el ADN, por lo que esta posibilidad seguirá abierta.
Imagen | ANIRUDH
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La noticia
Aún no tenemos claro lo que hace el 98% de nuestro ADN, pero sabemos que nuestro “ADN basura” es importante
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Xataka
por
Pablo Martínez-Juarez
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