Sony A7R V, análisis: la entrada a lo grande de la IA en la cámara más puntera de Sony
La Sony A7R V es la cámara del momento. Un sensor de 61 MP, apoyado por un procesador BIONZ XR de nueva generación, y la revolución de la IA para el sistema de autoenfoque. Lo tiene todo para marcar un antes y un después en el mundo de la fotografía, pero vamos a conocer sus virtudes, que son muchas, y sus defectos, que son pocos aunque llamativos.
Hasta este momento la inteligencia artificial solo la encontrábamos en los modelos más avanzados de OM System y en los mejores terminales móviles. La fotografía ‘tradicional’ parecía ajena a esta corriente que cambiará todo. Hasta la presentación de este modelo que se sirve de la IA para algo tan importante como el enfoque.
Pertenece a la serie R, dedicada a la resolución. Es una cámara pensada para los fotógrafos que necesitan la más alta calidad de imagen para hacer ampliaciones al detalle. Con esos 61 MP se puede conseguir una copia de 120 cm sin interpolar. Muy pocos fotógrafos necesitan esos tamaños, pero es una gozada poder disfrutarlos. No es una cámara para todo el mundo, pero todos la queremos.
Ficha técnica de la Sony A7R V
Este nuevo modelo está justo por debajo de la Sony A1 y la Sony A9 II. Sin embargo, si nos fijamos en sus prestaciones, llega incluso a superarlas. Sus dos hermanas mayores son más resistentes a las inclemencias del tiempo, pero el sistema de enfoque, por poner un solo ejemplo, es bastante mejor. Y seguro que lo encontraremos en las nuevas versiones.
Por su precio y características, no estamos ante una cámara para todos los públicos. Los archivos que genera son tan grandes y pesados, que necesitamos un ordenador a la altura para poder moverlos con soltura. Pero lo que nos devuelve, junto con un objetivo parejo, es impresionante.
Para hacernos una idea de lo que ofrece, vamos a ver sus características junto con el modelo que precede, la Sony A7R IV.
Sony A7R V |
Sony A7R IV |
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Sensor |
Sensor CMOS Exmor R full-frame de 35 mm (35,7 x 23,8 mm) |
Sensor CMOS Exmor R de fotograma completo de 35 mm (35,7 × 23,8 mm) |
Resolución |
Aprox. 61 MP |
61 megapíxeles |
Procesador |
BIONZ XR |
BIONZ X |
Sensibilidad ISO |
100-32000 |
100 – 32.000 (ampliable a 50 – 102.400) |
Velocidad de disparo |
10 fps con seguimiento AF/AE completo |
10 fps con seguimiento de AF/AE |
Enfoque |
Enfoque automático híbrido rápido (enfoque automático con detección de fases/enfoque automático con detección de contraste) 693 puntos |
Enfoque automático híbrido rápido con AF con detección de fases en plano focal de 567 puntos y AF con detección de contraste de 425 puntos |
Visor |
OLED Quad-XGA de 1,6 cm y 9 437 184 puntos |
UXGA OLED de 1,3 cm y 5.760.000 puntos |
Pantalla |
Tamaño 3″, Resolución 2.095.104 puntos, táctil y abatible y con ángulo ajustable |
Tamaño 3″, Resolución 1,44 millones de puntos, táctil y abatible |
Estabilizador |
5 ejes (efecto de compensación de hasta 8 pasos) |
5 ejes (efecto de compensación de hasta 5,5 pasos) |
Vídeo |
XAVC HS 8K: 7680 x 4320 (4:2:0, 10 bits) |
XAVC S 4K: 3840 x 2160 (25p, 100 Mbps) |
Almacenamiento |
Doble ranura SD, CFexpress tipo A |
Doble ranura SD (ambas compatibles con UHS-I/II) |
Batería |
NP-FZ100, hasta 440 disparos aprox. (visor)/530 disparos aprox. (monitor LCD) |
NP-FZ100 hasta 530 disparos aprox. (visor)/670 disparos aprox. (monitor LCD) |
Dimensiones |
Aprox. 131,3 x 96,9 x 82,4 mm |
128,9 mm x 96,4 mm x 77,5 mm, |
Peso (gramos) |
Aprox. 723 g (con batería y tarjeta) |
665 g (con batería y tarjeta) |
Precio (euros) |
4.500€ |
4.000€ |
Las diferencias con el modelo anterior son pocas pero importantes. El sensor parece ser el mismo, pero cuenta con un procesador más avanzado. Puede grabar a 8K y tiene un visor y una pantalla LCD mucho mejores.
Además, tiene por fin, en la serie R, tenemos la posibilidad de cerrar el obturador cuando cambiamos de objetivo. Es el mejor método que existe para acabar con la plaga del polvo de cualquier cámara sin espejo. Canon lo ofrece desde hace tiempo y ha demostrado ser una gran solución.
Diseño y ergonomía
Esta nueva versión de la serie R de Sony no ha supuesto una revolución en lo que respecta al diseño y la ergonomía. De hecho, parece que no ha cambiado nada respecto a la Sony A7 SIII o la A7R IV. Cuando la sujetas te encuentras con algo conocido, como si pudieras recorrerla con los ojos cerrados. Parece que por fin han encontrado una línea continuista, un estilo propio. Y es algo que se agradece.
Es una evolución interesante respecto al modelo anterior. Algunos botones han cambiado de ubicación, como el de grabación de películas, que ahora está a la derecha del obturador. Y vemos algo tan curioso como el sensor de equilibrio de blancos, que mejora el modo automático cuando trabajamos sobre todo con vídeo.
Lo más característico de este nuevo modelo es la pantalla, con un ángulo variable de cuatro ejes que permite colocarla en cualquier posición, e incluso esconderla para evitar revisar una y otra vez el resultado. Nunca he sido amigo de las pantallas abatibles, pues creo que es el punto más débil si se cae la cámara, pero hay que reconocer que es un sistema robusto.
Afortunadamente, mantienen la enorme empuñadura, heredada de los antiguos cuerpos réflex, y que nunca debería haber desaparecido del mundo del diseño de las cámaras. La seguridad que te da a la hora de sujetarla, tanto con objetivos grandes como pequeños, no tiene rival.
Y por supuesto hay que destacar el gran tamaño de todos los botones programables que llenan el cuerpo. Sería más cómodo para el fotógrafo que tuviera menos, pues rara vez utilizamos todos, pero nos quedaríamos sin todas las posibilidades de configuración que ofrece Sony.
Y toca hablar de los famosos menús de Sony. Cada vez están más cerca de lo que ofrecen Canon o Nikon, quizás los dos mejores sistemas que encontramos en este terreno. Los menús siguen la línea estrenada en la generación anterior, más claros, con las temáticas divididas por colores.
Probablemente, solo entraremos en el menú cuando la configuremos por primera vez, así que han diseñado una pantalla ‘Quick Menu’ donde, de un solo vistazo, podemos cambiar las opciones más importantes según estemos haciendo fotos o vídeo. Y no falta el menú Fn de siempre, que tiene 12 opciones configurables que elegiremos en función de nuestra forma de trabajar.
Pantalla, visor y autonomía
Sony ha decidido poner en esta cámara una pantalla que permite toda clase de movimientos. Así, en teoría podemos grabar en la posición que necesitemos, incluso para el vídeo vertical, tan denostado hace bien poco.
La resolución ha subido y nos permite ver con mayor precisión la imagen que estamos viendo con mayor claridad. Si estamos trabajando en estudio seguro que trabajaremos conectados al ordenador, pero en el campo, con la cámara en el trípode, se agradece este cambio.
Lo que sí ha cambiado, de forma espectacular, es el visor electrónico. Alcanza los 9.437.184 puntos de resolución, algo que solo podemos ver si ponemos la calidad de visualización en alta en su respectivo menú. Es superior al de la Sony A9 II y el mismo que el de la Sony A1. No hay nada comparable a este sistema.
Pero nos encontramos con un problema. Semejantes resoluciones de pantalla y visor penalizan la autonomía de la cámara. Me ha llamado la atención que en las especificaciones dan hasta 440 disparos solo con el visor, frente a los 530 que daba la Sony A7R IV. Como siempre, pensé que eran demasiado conservadores en este aspecto.
Pero en el día a día, con diferentes baterías originales, tanto la que venía con el equipo como con la que tengo, apenas alcanzaba esa cifra. A pesar de llevar la batería que revolucionó la serie III, la autonomía ha bajado una barbaridad con este modelo. Puede que sea por una cuestión de firmware, pero con este modelo de Sony es la primera vez que necesito llevar más de una batería para todo el día.
El sistema de enfoque controlado por la IA
Es quizás lo más llamativo de la Sony A7R V, la entrada de la IA en el sistema de enfoque. Tanto había oído hablar de él que me olvidé de todo lo demás y me centré durante varias horas en sacarle todo el jugo.
Para empezar, debemos ser justos y recordar que los sistemas de enfoque de los modelos de gama alta de hoy en día son tan buenos que es difícil destacar. Las diferencias entre las marcas son mínimas y ya no hay ninguno que destaque especialemente y nos deje con la boca abierta como esos primeros enfoques al ojo que tanto dieron que hablar.
El nuevo sistema de AF de Sony es uno de los mejores sistemas que encontraremos ahora en el mercado. Y seguro que tiene mucho camino que recorrer a través del firmware y el uso continuado del equipo. Pero no me ha dejado impresionado. Es extremadamente preciso, pero no es un cambio ‘brutal’ con respecto a lo que ya conocemos.
Es necesario, como suele ocurrir, configurarlo a la perfección para lograr los mejores resultados. Y gracias al nuevo menú ya no es tan complicado. Es verdad que reconoce las figuras al instante, que enseguida detecta la mirada de los modelos, pero no es tan distinto al sistema de una Sony A1 o de una Canon R3, por ejemplo.
Ahora podemos elegir que enfoque, además de personas, a vehículos, insectos, aves… En este caso tuve problemas, pues en el visor no veía el foco y sin embargo, las fotografías salieron perfectas. Será cuestión de tiempo que la IA del sistema mejore con el uso.
No quiero decir en ningún momento que el sistema sea malo. Solo que no he notado un cambio tan espectacular como el que me llevó a dejar Canon para abrazar Sony a la hora de trabajar. Es verdad que tenemos 693 puntos de detección de fase, que es bastante sensible con poca luz y que clava casi el 95% de los disparos. Pero no marca un antes y un después, al menos por ahora.
Y creo sinceramente que con un sensor con menos resolución, este sistema de enfoque destacaría mucho más. Es tal el tamaño, que cualquier pequeña imprecisión es mucho más notable. Por eso, si este sistema aparece en la futura Sony A9, el resultado auguro que será perfecto.
La calidad de imagen de la Sony A7R V
El sensor de 61 MP, con el nuevo procesador BIONZ XR, en combinación con los mejores objetivos, como el FE 70-200mm F2.8 GM OSS II, logra un resultado perfecto. Quien necesite la calidad de imagen por encima de todo, necesita esta cámara.
El detalle, el rango dinámico y la reproducción del color son asombrosos. Y lo mejor de todo, es que lo podemos ver todo junto en una copia de 120 cm sin interpolar. Estamos hablando de una calidad de estudio, que puede llegar a superar a algunas cámaras de formato medio.
Por si fuera poco, este modelo permite trabajar con distintas resoluciones en formato RAW: L (60 M), M (26 M) y S (15 M). Es algo que no he usado nunca, porque si me compro una cámara con este sensor es para utilizarlo. Pero es interesante tener la posibilidad de bajar el peso de nuestros archivos.
Por otro lado, si necesitamos más tamaño, la captura Pixel Shift puede mover el sensor para lograr cuatro imágenes o 16. Este modo de alta resolución corrige el patrón de la matriz Bayer y ofrece un detalle perfecto tanto en la fotografía de paisaje como en la de estudio cuando las combinamos en el ordenador. Eso sí, prepárate para mover un archivo de 1,3 GB sin capas.
Y si consiges tener la cámara en el trípode, compensa cualquier movimiento de la escena durante el disparo. Como es lógico, necesitas el software de Sony para unir todas las fotografías.
Por si fuera poco, este modelo es el primero de Sony que hace apilamiento de enfoque para lograr una profundidad de campo perfecta. Puedes calcular cuántos disparos necesitas y el enfoque que quieres en cada uno para luego unir el resultado en el mismo software de Sony.
Respecto al rango dinámico y la sensibilidad, sigue la línea continuista de los anteriores modelos. Como veis en la prueba, podemos disparar sin miedo al ruido hasta 25600 ISO. En esta ocasión he observado que el rango dinámico se pierde con la sensibilidad más alta, cuando disminuye de forma notable.
Las sombras se pueden levantar durante el revelado sin miedo a perder detalle o al exceso de ruido, aunque tendrás que disparar a contraluz para superar el rango dinámico de la cámara. Con una buena exposición y revelado, no hay escena que nos de problemas.
El vídeo de la Sony A7R V
No es una cámara pensada para hacer vídeo, pero tiene prestaciones profesionales. Pero si no ofreciera grabación 8K de 10 bits, seguro que los críticos más sesudos no pararían de recordarlo.
Le faltan muchas características de la Sony FX30 o la A7 SIII, pero el sistema de enfoque vuelve a marcar las diferencias. Muchas veces los videografos prefieren enfocar a mano, pero el seguimiento de enfoque al ojo dará muchas alegrías a los que no nos prodigamos en estas lides.
Este modelo puede grabar a 8K, como hemos dicho, pero con un recorte de 1,24x. Si nos quedamos en el 4K, sí que aprovecha todo el sensor, y si nos olvidamos del pixel binning necesario para compensar tantos millones de píxeles, la calidad de imagen es muy alta.
Para apuntes puntuales, para una pequeña grabación, es perfecta. Pero no creo que esta cámara sea recomendable para hacer una película. Sobre todo porque en el catálogo de la marca encontramos modelos superlativos.
Sony A7R V, la opinión de Xataka
Si tienes un compromiso con la calidad, la Sony A7R V es tu cámara. Eso sí, necesitas tener todo el equipo a la altura, desde los objetivos al ordenador. No sirve cualquier cosa. La diferencia entre disparar con un objetivo de la serie GM a uno de gama media es notable.
Los archivos necesitan ser procesados en un ordenador de última generación. Pasar, por ejemplo, de 16 a 32 GB es muy recomendable. Y una pantalla de calidad fotográfica para ver con todo lujo de detalles lo que consigue.
Es una cámara para disfrutarla con el tiempo. Cada vez que abres un archivo en el ordenador confirmas lo que has visto en el pantalla. A gran tamaño es cuando se nota el detalle, la nitidez, la reproducción del color después de pasar por un buen software, la información que tiene el RAW (¿de verdad alguien dispararía en jpeg con esta cámara?)…
Como hice con la Sony A7R IV, pongo los parámetros que utilizaría para empezar a trabajar sin miedo con ella:
- Formato de archivo: RAW
- Tipo de archivo RAW: Sin comprimir
- Rango color: Adobe RGB
- Modo de enfoque: AF continuo
- Ajuste prior en AF-S y en AF-C: Énfasis balanceada
- Área de enfoque: Ancho o Punto Flex. expandid.
- Sens Seguim. AF: 3 (estándar)
- Sistema AF: Detencción de fase AF
- ISO: ISO AUTO
- Modo medición: Multi
- Prior cara mltmedic: Activar
- DRO/HDR automát: Desactivar
- Estilo creativo: Neutral
- Perfil de imagen: Desactivar
- Asistencia MF: Desactivar
- e-PRim. cortin. obtur. : Desactivar
- Liberar sin objetivo: Inhabilitar
- Liberar sin tarj. mem.: Inhabilitar
- Obt cuando APAGA: Activar
- SteadyShot: Activar
- Visualiz. en directo: Efecto ajustes activ.
Vuelvo a recordar que no es una cámara para todos. Muy pocos necesitaran todo lo que ofrece. Y es verdad que ahora la Sony A7R IV bajará de precio, lo que hace que sea una cámara muy a tener en cuenta. Pero esta ofrece más cosas, sobre todo ese enfoque automático de IA.
Llevo tiempo diciendo que todas las cámaras actuales son perfectas, que no hay un modelo malo. Al final eliges uno u otro en función de tu presupuesto y necesidades. Pero la Sony A7R V es, de nuevo, un golpe sobre la mesa. No es tan rompedora como fueron sus hermanas en el pasado, pero marca el camino a seguir, sobre todo por la entrada por la puerta grande de la IA.
Las cámaras no hacen las fotografías todavía. Nos necesitan y no podemos dejarlas trabajar solas, pero han simplificado tanto la decisión de aspectos técnicos al fotógrafo, que nos hace parecer prescindibles. Gracias a esta cámara no necesitamos ni saber enfocar y nos podemos centrar en el encuadre. Igual sí que es verdad que la Sony A7R V nos hace mejores fotógrafos.
El dispositivo ha sido cedido para la prueba por parte de Sony España. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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La noticia
Sony A7R V, análisis: la entrada a lo grande de la IA en la cámara más puntera de Sony
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Fernando Sánchez
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