Arrancar un coche diésel con un gasolina puede matar su batería. Qué hay de mito y qué hay de realidad
Hay múltiples motivos por los que nuestro coche puede dejar de arrancar. Entre ellos que la batería se haya quedado “seca”, es decir que se haya descargado por completo o que tenga poca carga.
Lo más recomendable en estos casos es cambiar la batería, pero si tenemos que mover el coche para llevarlo al taller para ello, o nos pilla en un momento en el que necesitamos movernos sí o sí, hay diversos métodos que nos permitirán arrancarlo.
Un clásico para hacerlo es ayudarnos de otro coche arrancado y pinzas mediante. Pero, ¿podemos “matar” su batería en el intento?
¿Es realmente la batería?
Lo primero es identificar si el motivo de que nuestro coche no arranque es que se haya quedado sin batería. Normalmente, si es así, al girar la llave el motor hará un agónico intento de arrancar, y por ejemplo las luces del cuadro de instrumentos o los botones pueden parpadear.
Llegados a este punto tenemos varias opciones. Si sabemos cómo hacerlo, podemos ir a comprar una batería nueva y cambiarla.
Pero si no nos atrevemos a hacerlo, otra opción es llamar al seguro. Son muchas las pólizas que incluyen la asistencia en carretera, tan sencillo como llamar a la grúa y que lo lleve al taller para cambiar la batería. Incluso muchas compañías ofrecen la posibilidad de cambiarla in situ, lo que es mucho más cómodo y más rápido.
Pero si no podemos esperar a la asistencia o no tenemos dicha cobertura, tendremos que recurrir a las pinzas. Por ello es recomendable llevar unas en el maletero por lo que pueda pasar. Y es que en invierno la batería sufre más y si hemos estado tiempo sin mover el coche quizá nos topemos con que ya no arranque.
Aunque con solo las pinzas no es suficiente, claro: además, deberemos contar con arrancador de batería, que es lo más recomendable, o bien pedir ayuda a un familiar, amigo o vecino para conectar su coche para arrancar el nuestro. Si no sabes cómo arrancar tu coche mediante pinzas, aquí te contamos cómo hacerlo.
Diésel, gasolina, baterías, cilindrada… todo influye
Pero vamos a la gran pregunta: ¿pasa algo si los coches tienen motores diferentes, es decir que uno sea gasolina y el otro diésel? O más concretamente, ¿puede la batería que arranca a la otra quedarse sin energía en este proceso? Pues depende.
Normalmente, remarcamos, normalmente no suele haber problema si el coche que se pretende arrancar y el arrancado tienen la misma mecánica. Es decir, si arrancamos un gasolina con otro gasolina, y uno de gasóleo con otro diésel.
Y a priori, tampoco lo hay si se arranca un coche gasolina con otro diésel. Pero sí que se puede dar si el coche a arrancar es un diésel y lo hacemos con uno de gasolina. Esto se debe a que, por regla general los motores de gasóleo exigen una batería más grande y potente que los gasolina para iniciar el motor.
Aunque esto es relativo. Por ejemplo, hay motores gasolina de gran cilindrada que usan baterías más grandes. Y hay propulsores diésel que, al son de la moda del downsizing, no precisan de baterías tan potentes.
Además, también es importante que la batería con la que arrancamos el otro coche no esté tampoco muy descargada. Y asimismo el sentido común siempre es buen compañero: si el coche a arrancar monta un generoso V8, hacerlo con un pequeño utilitario que equipe un tricilíndrico puede no ser buena idea.
En resumen, no se puede aseverar categóricamente que no podemos arrancar un diésel con un gasolina, pero por lo general no es recomendable hacerlo o el coche que arranca al otro puede quedarse sin batería en el intento. E igual puede ocurrir si hay una gran diferencia de cilindrada entre ambos automóviles. Y en todo caso, la batería “arrancante” debe estar en buen estado y disponer de energía suficiente.
Hay que tener en cuenta que, pese a que estemos utilizando motores y baterías “compatibles”, el coche puede no arrancar. Después de tres o cuatro intentos lo mejor es no insistir y optar por cambiar la batería o llamar a la grúa.
Y lo que tampoco es aconsejable, si no se tienen ni pinzas ni arrancador ni otro amable coche a mano, es intentar arrancarlo a empujón. Esta técnica, solo posible con cajas manuales, consiste en empujar el coche en punto muerto por una pendiente para engranar una marcha y obligar al motor a ponerse en marcha puede ser perjudicial.
Y es que podemos ocasionar una avería más grande, como por ejemplo dañar el catalizador. Lo que se traduce en que en el remedio es peor que la enfermedad, porque este componente es mucho más caro que una batería nueva. Batería que, además, tendremos que sustituir igualmente.
Lo ideal: un arrancador de batería
De todas formas, para no tener que depender de otro coche, hace tiempo que en el mercado podemos encontrar arrancadores de batería que asimismo en su mayoría son cargadores. Y no son excesivamente caros, además de que pueden ser compactos, de tal manera que permiten llevarlos en el maletero al no ocupar mucho espacio.
Eso sí, para escoger el adecuado debemos comprobar que sea compatible con la batería de nuestro coche, lo que se indica en las especificaciones de estos arrancadores. Las más habituales en un turismo de 12 V de plomo-ácido, pero hoy en día muchas son específicas para sistemas start & stop.
Hay múltiples precios para estos arrancadores, que suelen estar en torno a los 30 y 60 euros. Aunque incluso los podemos encontrar por 20 euros.
Sea como fuere, a la hora de escoger uno debemos tener en cuenta algunos aspectos claves: más allá de que sea apto para la batería, que incluya las pinzas, y que no sean excesivamente pequeñas, o que el cable sea lo suficientemente largo para poderlo enchufar a la toma de corriente.
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La noticia
Arrancar un coche diésel con un gasolina puede matar su batería. Qué hay de mito y qué hay de realidad
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Motorpasión
por
Alejandra Otero
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