La mayor industria de bebida embotellada del planeta es también una de las menos sospechosas: el agua
Ni Coca-Cola, ni zumos, ni cerveza, ni leche, ni vino, ni ninguna otra bebida elaborada o recolectada por el hombre que se te pueda pasar la cabeza, así lleve o no alcohol, sea hiper azucarada o incluya un aporte rico en sales minerales. Cuando de bebidas envasadas se trata es difícil encontrar un rival para el agua. Exacto, el H2O, el mismo líquido cristalino que cae del cielo durante las borrascas, fluye por nuestros manantiales y mana a chorro del grifo de la cocina cuando tiras de la manilla.
Su peso alcanza además una dimensión difícil de concebir.
Los datos de Statista muestran que en 2021 consumimos a escala global alrededor de 455.200 millones de litros de agua embotellada, mucho, muchísimo más que cualquier otro líquido presentado con el mismo formato que podamos comprar en el súper o pedir en un bar. Las bebidas alcohólicas sumaron 260.600 millones de litros, la leche y demás lácteos 245.300 y los refrescos carbonatados 222.500, menos de la mitad que el H20. Si nos vamos a los zumos el resultado es aún más bajo.
No abundan los informes que comparen todas las categorías de bebidas embotelladas a escala global, incluidas tanto las alcohólicas como las no alcohólicas, pero, rankings a un lado, las tablas elaboradas por Statista no son las únicas que apuntan al enorme peso del agua embotellada.
Millones de litros… y dólares
En 2020 la International Bottled Water Association (IBWA) destacaba que el agua embotellada había logrado clasificarse por cuarto año consecutivo como la principal categoría de bebida por volumen en Estados Unidos. En un solo año el organismo constató un alza de casi el 4% que dejaba el volumen de agua embotellada en el país en 14.400 millones de galones en 2019, equivalente a 54.500 millones de litros. En 2021 Beverage Marketing Corp apunta a unas ventas aún mayores.
Otro indicador interesante es el del informe de 2021 sobre consumo elaborado por el Ministerio de Agricultura. A la hora de valorar el consumo de bebidas fuera del hogar, sus técnicos constataron que el agua embotellada fue la segunda opción más consumida, al menos si nos fijamos en el volumen de litros. Representó el 25,4%, solo por detrás de la cerveza, con un 34,1%, y bastante por encima de las bebidas refrescantes, que pasaron del 17%. Dentro del hogar, las tablas elaboradas por los técnicos del ministerio muestran que el consumo de agua mineral resulta también aplastante.
Más allá de la comparación de consumo con otras bebidas, los estudios reflejan que la del agua embotellada es una industria millonaria. Y sobre todo con buenas perspectivas de futuro.
En 2021 Gran View Research valoraba el mercado global del agua embotellada en alrededor de 283.010 millones de dólares y avanzaba una tasa de crecimiento anual compuesta del 6,7% entre 2022 y 2030, coincidiendo —señalaba— con una mayor preocupación por la salud y bienestar de los consumidores, lo que se traduce en una mayor demanda de opciones purificadas y ultrapurificadas.
Los resultados están en sintonía con los de Statista, que calcula que este año los ingresos en el segmento del agua envsada han podido rondar los 302.500 millones de dólares y anticipa también un crecimiento de mercado durante buena parte de la década de casi el 6,8%. Sus datos muestran que la mayor parte de los ingresos se generan en EEUU, con 83.000 millones este ejercicio. El consumo se extiende por diferentes países, pero en el mapa destacaba, al menos hace años, México.
En cuanto a volumen, Statista calcula que para 2027 podría hablarse de casi 515.000 millones de litros de agua envasada. La evolución continúa una tendencia que viene ya de años atrás: en 2017, por ejemplo, los estadounidenses bebían más agua embotellada que refrescos. Ya antes, entre 1997 y 2005, el Wordlwatch registró que la producción mundial se había multiplicado por dos.
“El mercado de agua embotellada de Europa alcanzó un valor de alrededor de 57.2000 millones de dólares en 2021. Se estima además que el mercado crecerá a una CAGR del 5,70 % en el período de pronóstico de 2023-2028 para alcanzar un valor de cerca de 82.600 millones para 2027”, abunda en una dirección similar un estudio elaborado por el Expert Market Research. No es el único. Incluso los fabricantes de envases prevén un alza de actividad impulsada en gran medida por el agua.
La demanda de agua embotellada tiene también su reverso, por supuesto. En 2021 Greenpeace alertaba del impacto medioambiental del consumo de agua embotellado, que señalaba como “uno de los mayores componentes de la contaminación plástica que amenaza los océanos, su vida y la salud humana”. Sus datos apuntan que los fabricantes de bebidas producen más de 500.000 millones de botellas de plástico de un uso al año, e insiste: cada una tarda en degradarse hasta 500 años.
Un estudio publicado el año pasado con datos recabados en Barcelona concluía que el impacto ambiental del agua embotellada es “hasta 3.500 veces mayor que el agua del grifo” y ya hay cargos públicos en ciudades como Nueva York que han pedido un mayor uso del suministro público.
Imagen de portada: Bin Foch (Unsplash) y Jonathan Chng (Unsplash)
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La noticia
La mayor industria de bebida embotellada del planeta es también una de las menos sospechosas: el agua
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Xataka
por
Carlos Prego
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