Las diferencias se han reducido entre los dos grandes programas de revelado: Capture One vs. Adobe Photoshop
Hace relativamente poco tiempo, el rey de la edición fotográfica era Adobe Photoshop. Nadie se atrevía a toserle ni mirarle por encima del hombro. Pero empezaron a aparecer más programas para revelar archivos RAW que le han disputado el trono. El más famoso es Capture One. Ambos acaban de actualizarse, así que vamos a ponerles frente a frente para ver quién ha ganado.
Para conseguir una buena fotografía, desde el punto de vista técnico, necesitamos dar muchos pasos y elegir buenos componentes: la cámara, el objetivo, el monitor, la impresión y desde luego, el programa con el que revelamos. Todos son igual de importantes y si falla uno, se cae todo el conjunto. Eso sí, aunque sea todo perfecto, si no tienes ni idea de fotografía, dará todo igual.
El programa de edición que utilices es uno de los pilares técnicos. Ahora mismo tenemos decenas de aplicaciones móviles y muchos programas disponibles, pero en el mundo profesional nos movemos principalmente con dos: Adobe Photoshop y Capture One. Y vamos a aprovechar que han sacado ya las nuevas versiones para decidir cuál nos interesa más.
Las diferencias entre Adobe Photoshop 2023 y Capture One 23
Adobe Photoshop es un programa de edición gráfica que permite trabajar con archivos de fotografía. De hecho, lo único 100% fotográfico del programa es el plugin Adobe Camera RAW. Y cuando vieron en Adobe que el antiguo Aperture de Apple les estaba empezando a comer el terreno, sacaron Adobe Lightroom, un programa que permite hacer todos los pasos básicos con una fotografía sin salir de él.
Capture One empezó como un programa exclusivo para las cámaras de formato medio Phase One, porque como no tenían tarjetas de memoria, necesitaban conectarse al ordenador para descargar los archivos. De paso incluyeron un revelador con una funcionalidad clave: la perfecta gestión del color.
Con el paso del tiempo, Capture One se convirtió en un revelador universal para todas las marcas de fotografía. Y en poco tiempo, adoptando ciertas herramientas y funciones de Adobe, empezó a coger fama más allá de los fotógrafos de estudio. Añadieron el catálogo, como Adobe Lightroom, el trabajo por capas, como Adobe Photoshop. Y sobre todo mantuvieron la excepcional gestión del color.
Ha ido conquistando a los fotógrafos hasta convertirse en una seria amenaza para el reinado incuestionable de Adobe Photoshop. El único límite es el que hemos comentado al principio. Con Adobe Photoshop podemos hacer todo lo que imaginemos dentro del mundo del diseño. Y Capture One es exclusivamente fotográfico.
De hecho, si aprendes los entresijos de Capture One, notarás que es un flujo de trabajo mucho más orgánico y parecido a lo que hacíamos los fotógrafos químicos en el laboratorio. La curva de aprendizaje es más pronunciada, pero una vez superadas las clases trabajarás con los ojos cerrados.
Se habla mucho sobre cuál programa es mejor, qué motor de revelado interpreta mejor los archivos RAW de cada cámara. Incluso se dice sin pestañear que el color es mejor en Capture One, cuando muchos se olvidan de que la interpretación de los colores puede ser incluso superior en Adobe si creas tus propios perfiles ICC.
Porque este es el don de Capture One, no vemos el color en un espacio ideal, en un Adobe RGB, sino que lo vemos a través de los ‘ojos’ de nuestra cámara. Es decir, Capture One nos ofrece el perfil ICC de nuestra cámara y nos enseña realmente como ve los colores.
Si nos olvidamos de esto (y no es fácil una vez lo has probado) queda el motor de revelado, es decir, cómo interpretan la información del archivo RAW uno u otro programa. Eso es lo que vamos a ver a continuación, con dos archivos, uno de una Canon EOS 300 D, una de las primeras réflex digitales y otro de uno de los sensores más complicados para estos programas, el X-Trans de una FujiFilm X100.
Los dos gigantes frente a frente
La idea es mostrar el archivo tal cual lo ven ambos programas sin tocar absolutamente nada, después revelarlos con un flujo de diez pasos y, por último, enseñar el resultado después de un revelado completo con capas.
El objetivo de la prueba es buscar las diferencias de color, cómo controla cada uno el ruido digital y cuánto se tarda en conseguir el resultado similar que he buscado a lo largo del revelado. No es una prueba científica, con cientos de archivos y diferentes sensibilidades. Es una prueba práctica con dos archivos distintos y complejos a su manera.
Lo primero es averiguar cómo leen el archivo sin tocar nada, que es lo que te encuentras cuando ves por primera vez la fotografía en ellos. En antiguas versiones había más diferencias, pero en el caso del avestruz las diferencias son mínimas. La versión de C1 es mucho menos contrastada, por lo que vemos más detalle en las sombras.
El ruido ha desaparecido por completo. Ni siquiera en las zonas de sombra se adivina, cuando esta fotografía era un auténtico problema con motores de revelado más antiguos. De hecho, es la mejora más importante en ambos programas e invita a volver a revelar archivos totalmente desechados por el ruido digital que había que resolverlo de otras formas.
Respecto al color,no se aprecian grandes diferencias más allá del contraste que tiene cada una de las fotografías, que cambia la saturación. Incluso en las zonas quemadas, el aspecto no parece digital en absoluto.
En la fotografía de la puerta de Alcalá, muy difícil de revelar por el tipo de sensor con el que está hecha, las apreciaciones son las mismas. Sorprende todo lo que han evolucionado los motores de revelado en estos años.
El siguiente paso es revelar el archivo RAW para conseguir distribuir la información de la mejor forma posible. Para lograrlo, sigo siempre el mismo flujo de trabajo, el decálogo de revelado del que tantas veces hemos hablado aquí. Una de sus ventajas es que permite obtener el mismo resultado aunque cambiemos de programa. Los parámetros son idénticos, pero con Photoshop logramos más luminosidad, aunque el efecto pueda parecer menos natural.
El ruido y el detalle en ambos casos están muy mantenidos, a pesar de toda la información que se ha recuperado en las sombras. La calidad es tal, que si tienes archivos antiguos que distes por imposibles, te animes a volver a revelarlos. Y lo mismo pasa con la fotografía del sensor X-Trans. Después de pasar por el decálogo, Capture One consigue unos colores y una luz más naturales.
Da la sensación de que la nitidez es un poco más marcada, exagerada dirán algunos, en Adobe Photoshop. Este tipo de archivos es complicado de revelar por la disposición de los píxeles, mucho más parecida a la película. Si no los revelas con programas adecuados, puede provocar un efecto conocido como gusanos. Parece que en las últimas versiones lo han superado con creces.
El resultado final
Después de revelar a fondo el archivo del avestruz y de la puerta de Alcalá, me encuentro con diversas sensaciones. En primer lugar, que la calidad que han alcanzado ambos programas está fuera de toda duda. No tiene nada que ver revelar una fotografía con las primeras versiones o con las que tenemos ahora a nuestro alcance.
Apenas he notado diferencias entre un programa u otro, como hemos comentado más arriba, pero hay una cosa que es fundamental y que puede hacer que nos decantemos por un programa u otro. Aquí entran sensaciones personales que pueden diferir de las que tengan otras personas.
En ambos casos he recurrido a las máscaras de luminosidad (con el panel de Tony Kuyper y el Intervalo de luma) y a la clásica selección con Lazo para llevar a cabo mi visualización de la imagen. Ahora mismo el resultado final es muy parecido entre los dos programas.
Desde un punto de vista de calidad, las diferencias son mínimas. Yo no distingo entre un programa u otro, de verdad. Lo que marca es el flujo de trabajo. Para conseguir lo mismo, he pasado más tiempo con la fotografía en Adobe que en Capture One. Además, he tenido que comprar un plugin para poder hacerlo más rápidamente, aunque siempre lo puedo diseñar yo.
Además, queda el tema del color. En Capture One todo es más inmediato y perfectamente integrado. En Adobe Photoshop tenemos que saber cómo funciona la gestión del color para lograr un resultado similar. Al final, como tantas cosas, depende de nuestros gustos personales.
Siempre lo digo en mis clases, si vienes del mundo del laboratorio, puede que Capture One sea tu camino. Pero si quieres poder hacer más cosas, quitar y poner elementos, no te quedará más remedio que apostar por Adobe Photoshop.
Capture One es un programa más pensado para los fotógrafos clásicos, que quieren mostrar lo que vieron con su cámara. Adobe Photoshop permite lo mismo, pero tienes más libertad a la hora de crear otros mundos. Si lo que te preocupa es la calidad técnica, es difícil decantarse por uno o por otro. Si quieres más fluidez, no dudes en apostar por Capture One.
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Las diferencias se han reducido entre los dos grandes programas de revelado: Capture One vs. Adobe Photoshop
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Fernando Sánchez
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