Xiaomi Smart Band 7 Pro, análisis: ser más grande es bueno, pero no necesariamente mejor
Si hay una pulsera conocida sobre la faz de La Tierra, esa es la Xiaomi Smart Band, anteriormente conocida como Mi Band (aunque lo del apellido Mi ya es historia). Tal y como sucedió el año pasado, este año tenemos dos modelos: la Smart Band 7 y la Smart Band 7 Pro, siendo la segunda una pulsera cuantificadora más grande, más completa y sensiblemente más cara. También es la protagonista de este, su análisis.
Y es que en Xataka llevamos ya un buen tiempo usando la nueva pulsera de Xiaomi. La hemos llevado durante el día, durante la noche y durante nuestras sesiones de deporte para ver qué tal se comporta y qué ofrece. Así que, sin más dilación, vamos con el análisis de la Xiaomi Smart Band 7 Pro.
Ficha técnica de la Xiaomi Smart Band 7 Pro
Xiaomi Smart Band 7 Pro |
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DIMENSIONES |
44,7 × 28,8 × 11 mm. 20,5 g |
Pantalla |
AMOLED de 1,64 pulgadas 326 ppp Hasta 500 nits |
correa |
TPU de 130-205 mm |
Sensores |
Frecuencia cardíaca |
GEOPosicionamiento |
Chip GPS integrado BeiDou, GPS, GLONASS, Galileo, QZSS |
Resistencia al agua |
5 ATM |
BATERÍA |
235 mAh Carga magnética |
Conectividad |
Bluetooth 5.2 |
Compatibilidad |
iOS 10+ Android 6+ |
Otros |
110 deportes Modo de salud femenina Control remoto para hacer fotos Control de música Alexa |
Dimensiones |
44,7 × 28,8 × 11 mm. 20,5 g |
Precio |
Xiaomi Smart Band 7 Pro – Smartwatch con pantalla AMOLED de 1.64", GPS, 110 modos deportivos, frecuencia cardíaca, sueño, SpO2, 5ATM, hasta 12 días de batería, blanco (Versión ES + 3 años de garantía)
Diseño: a caballo entre pulsera y reloj
Como siempre, empezamos por el apartado estético. Lo primero que llama la atención es que la Xiaomi Smart Band 7 Pro está a caballo entre una pulsera y un reloj. No es tan pequeña como una Mi Smart Band a secas, pero tampoco tan grande como un Huawei Watch Fit. Está entre medias y es un tamaño bastante correcto, sobre todo si buscamos una pantalla grandecita pero tampoco demasiado.
Lo cierto es que, a nivel de diseño, no hay nada particularmente llamativo. Lo más interesante es que, a pesar de su aparente tamaño, no es excesivamente gruesa (11 milímetros) y que, además, es sorprendentemente ligera. Es un dispositivo grandote a simple vista, pero pesa poco más de 20 gramos. En muñeca se siente sorprendentemente bien.
El wearable está dividido en dos partes. En la superior tenemos un marco de apariencia metálica y la pantalla, mientras que en la parte inferior tenemos todo el espacio que guarda los sensores y componentes, hecho de plástico. En el canto derecho hay un micrófono (para interactuar con Alexa por voz), mientras que el izquierdo queda completamente plano. Curiosamente, no hay ni un solo botón en todo el chasis, algo que, francamente, nos extraña.
En la parte inferior encontramos los sensores de frecuencia cardíaca y el pulsioxímetro, que usaremos para medir nuestras pulsaciones y nivel de oxígeno en sangre. Asimismo, tenemos los pines pogo que usaremos para recargar la batería, algo que haremos con poca frecuencia, tal y como veremos más adelante.
En lo que concierne a la correa, la Smart Band 7 Pro de Xiaomi usa correas propietarias. ¿Eso qué quiere decir? Que nada de usar correas estándar de ningún tipo. Si queremos cambiar la correa, habrá que comprar una correa diseñada para esta pulsera. La correa incluida en la caja es de TPU y está bastante bien.
No es la más premium que hemos probado, pero es suave al tacto. Es apta para muñecas de entre 130 y 205 milímetros, por lo que, en principio, no debería haber problema. A diferencia de la Smart Band 7 original, la correa de este modelo usa una hebilla convencional que, desde mi punto de vista, da más seguridad a la hora de hacer movimientos bruscos con ella.
En resumidas cuentas, tenemos un dispositivo más grande que la Smart Band 7, pero igualmente cómodo. Nosotros hemos llevado ¿la pulsera? ¿el reloj? durante todo el día, incluso haciendo deporte o durmiendo, y no hemos tenido problemas de ergonomía de ningún tipo. Es, simplemente, una Smart Band más grande.
Pantalla: una diferencia que se agradece
Una de las bondades que tiene tener un wearable más grande es, sorpresa, poder montar una pantalla de mayor diagonal. Es lo que pasa con la Smart Band 7 Pro, que tiene un panel algo más grande que su hermana pequeña. Es cierto que las pulseras de Xiaomi han ido creciendo de tamaño con el paso de los años, pero este nuevo modelo se lleva la palma, aunque no lo parezca.
¿Por qué? Porque la Smart Band 7 tiene una pantalla de 1,62 pulgadas, mientras que la Smart Band 7 Pro tiene una pantalla de 1,64 pulgadas. Sobre el papel, la diferencia es mínima. ¿Entonces? La clave está en la relación de aspecto. Mientras que la Smart Band 7 tiene un formato 2,55:1, la Smart Band 7 Pro tiene una relación de aspecto 1,63:1, es decir, es más rectangular, lo que permite ver más información y hacerlo mejor.
Este es un cambio que se agradece. Es más cómodo leer las notificaciones o navegar por los ajustes en una pantalla de este tamaño. La Smart Band 7 sigue pecando en este aspecto y es algo que se corrige en este modelo.
El dispositivo incorpora un panel AMOLED bajo un cristal curvado 2,5D que, en la práctica, no vamos a notar. Su resolución es de 280 x 456 píxeles, lo que se traduce en 326 píxeles por pulgada que, si os resulta familiar, es normal, puesto que es la misma densidad de píxeles que la Smart Band 7. Eso es una buena noticia, ya que a una distancia prudencial no notaremos los píxeles.
La pantalla se ve estupendamente, en pocas palabras. El nivel de brillo máximo es lo suficientemente alto para ver bien la información a plena luz del día (aunque ahora en invierno poca “plena luz del día” hay) y lo suficientemente bajo para que no moleste de noche. El wearable tiene, además, brillo automático (gracias) y, afortunadamente, funciona bien. No obstante, también podemos elegir el brillo manual si así lo deseamos.
La pulsera se puede despertar haciendo el gesto de mirar la hora o tocando la pantalla y se apaga o bien pasado un lapso de tiempo, o bien, si así lo tenemos configurado, tapando la pantalla con la palma de la mano. Personalmente, recomiendo encarecidamente desactivar el gesto cuando nos vayamos a la cama por motivos evidentes.
Como su hermana no-Pro, la Smart Band 7 Pro cuenta con modo Always On, lo que nos permite ver la hora en todo momento. Aquí a gusto del consumidor. Yo prefiero llevar la pantalla apagada por una cuestión de autonomía, pero si no os importa pasar por el cargador más a menudo, sabed que podéis llevarla activada. Nosotros, para este análisis, hemos desactivado esta función.
En lo que a personalización se refiere, no creemos que nadie se sorprenda si decimos que hay una cantidad enorme de carátulas disponibles en la app para smartphones. Las hay para todos los gustos y colores, así que raro será que no encontremos una que nos guste. No obstante, hay que tener en cuenta que cuantos más elementos haya en pantalla, mayor será el consumo energético.
Rendimiento: una Smart Band más grande
Y ahora que ya conocemos la pulsera por fuera, veamos qué tal es por dentro. Lo primero, no obstante, es hablar de compatibilidad. La Xiaomi Smart Band 7 Pro es compatible con iOS 10 o superior y Android 6.0 o superior, por lo que, seguramente, sea compatible con la inmensa mayoría de móviles. La aplicación que usaremos para enlazarla con el móvil es Mi Fitness, disponible para su descarga en Google Play y App Store.
Ahora bien, Mi Fitness es una app… básica, demasiado básica. Una opción que tenemos para exprimir aún más la pulsera es vincularla al móvil usando Zepp Life, la app de control que usamos con los dispositivos Amazfit / Zepp (disponible en iOS y Android). Es mucho más completa y funciona mejor. Ahora bien, dado que Xiaomi recomienda usar Mi Fitness, nosotros nos hemos ceñido a esta app dado que, seguramente, sea la que usen la inmensa mayoría de usuarios.
Sea como fuere, hablemos del rendimiento. La pulsera tiene un sistema operativo propietario, lo que significa que no podemos instalar más aplicaciones desde una tienda. Lo que tenemos es lo que hay, algo que no debería pillar a nadie por sorpresa. El rendimiento es correcto y la navegación por los menús es fluida. Otra historia es la pantalla de notificaciones.
Cuando abrimos la cortina de notificaciones, algo que haremos deslizando hacia abajo, notaremos que, si tenemos muchas, el dispositivo se ralentiza y la navegación no es fluida. Y hablando de notificaciones, va siendo hora de que se apilen y organicen por aplicaciones, porque si recibes ocho mensajes seguidos por WhatsApp vas a tener ocho notificaciones diferentes apiladas y mezcladas con todas las demás.
Por otro lado, cabe destacar que la Smart Band 7 Pro no muestra correctamente los emojis (al menos en iOS), no permite responder notificaciones ni permite responder llamadas por Bluetooth. En ese sentido, sigue estando igual de limitada que su hermana pequeña. Lo que sí tenemos es Alexa, que una vez la hayamos configurado en la app para smartphones, podremos usar para pedir información, controlar la domótica, etc.
Entre las aplicaciones destacadas que nos ofrece la pulsera están el control de música (para la música que esté sonando en el móvil y que es accesible desde los entrenamientos) y el control remoto de la cámara, que funciona, realmente, como un obturador a distancia pero que en ningún momento nos permite ver la imagen capturada por la cámara en tiempo real. Nada nuevo. Seguimos sin tener NFC (al menos en la versión internacional), ergo nada de pagos móviles.
En lo que concierne a la salud, antes de nada, cabe destacar que, si bien los sensores se comportan de forma precisa, no estamos ante un dispositivo médico. La información de la pulsera es estrictamente orientativa, así que, ante la duda, lo mejor es acudir a un médico. Dicho lo cual, salud.
En primer lugar, la Smart Band 7 Pro nos permite analizar la frecuencia cardíaca con una frecuencia de 30, diez o un minuto, o bien automáticamente (mayor frecuencia en deporte, menor frecuencia en reposo). Cuanto mayor sea la frecuencia, mayor será el consumo de batería. El registro es preciso, aunque no tanto como otros dispositivos más enfocados a la salud. También es posible recibir notificaciones cuando las pulsaciones superen o bajen de cierta frecuencia.
En segundo lugar tenemos el sueño, que funciona realmente bien. Consume más batería, pero merece la pena tenerlo activado. A través de la aplicación podremos ver un desglose de las fases, cómo ha variado nuestra frecuencia cardíaca y la evolución del nivel de oxígeno en sangre, así como una puntuación que, por ahora, está en fase beta.
Luego tenemos el nivel de oxígeno en sangre, que podemos configurar para que se mida en tiempo real. Ahora bien, ojo con este dato, porque hacerse una prueba de SpO2 requiere de cierta quietud. Dicho de otra forma, si estamos en movimiento es posible que los resultados no sean del todo precisos.
Finalmente, la última métrica que nos ocupa es el estrés, que se analiza basándose en la variabilidad del ritmo cardíaco y en tiempo real. Es una métrica que, como en otros dispositivos, no aporta demasiado. El único wearable que ha conseguido entender bien el estrés y su gestión, por ahora, es el Fitbit Sense 2 y la diferencia de precio es más que evidente.
Hacer deporte con la Xiaomi Smart Band 7 Pro
¿Qué es un wearable de este tipo sin su correspondiente apartado deportivo? Pues la Smart Band 7 no se queda precisamente corta. El dispositivo nos permite analizar más de 110 modos deportivos entre los cuales, por supuesto, no está el pádel. No obstante, sí hay modos populares como carrera, paseo, deportes de exterior, etc., además de diez clases de carrera con diferentes intensidades. Conviene destacar también su resistencia al agua de 5 ATM, apta para nadar.
Una de las novedades que llegan en este modelo es el chip GPS dual integrado, que ya tocaba. Gracias a este chip, compatible con GNSS (todas las principales constelaciones de satélites), podemos salir a correr o pasear y registrar la ruta sin necesidad de llevar el teléfono encima. Su rendimiento es bueno, sobre todo para un wearable de este tamaño. Tarda unos segundos en fijarnos, pero una vez lo ha hecho la señal es estable y relativamente precisa, aunque puede haber alguna que otra desviación de varios metros.
Dependiendo del deporte que analicemos el informe será más o menos completo, pero lo cierto es que no tiene nada que ver con lo que vemos en otros dispositivos. Lo hemos repetido en varias ocasiones y lo volvemos a repetir: Mi Fitness es una aplicación funcional, pero demasiado sencilla.
En las capturas superiores puedes ver un informe de una sesión de una hora de tenis (que realmente es pádel, pero en fin) y la información disponible es escasa. Podemos ver cómo ha variado la frecuencia cardiaca y cuánto tiempo hemos pasado en zona, pero poco más. Información demasiado básica para usuarios avanzados, aunque quizá suficiente para usuarios noveles.
A lo que queremos llegar es a que no es una pulsera pensada para deportistas. Si somos corredores amateur, queremos monitorizar un paseo o, simplemente, queremos iniciarnos en el mundo del deporte, quizá empezar por aquí pueda ser una buena idea. El problema, claro está, es que con la Smart Band 7 a secas conseguimos prácticamente lo mismo por menos precio.
Batería: una semanita de autonomía
Nos vamos acercando al final de este análisis, no sin antes hablar de la autonomía. La Smart Band 7 Pro nos ofrece una batería de 265 mAh de capacidad que, según Xiaomi, aguanta hasta 12 días. No lo pongo en duda, pero la realidad es que con todos los sensores activados al máximo, llevando la pulsera en todo momento y haciendo dos sesiones de deporte semanales de una hora, la autonomía ha sido menor.
Concretamente, durante el tiempo que hemos estado probando la pulsera esta ha aguantado una media de siete días. Es una autonomía más que decente y, realmente, la pulsera consigue que te olvides del cargador. Y hablando del cargador, aunque el mecanismo es un poco… de antaño (un pequeña base con pines pogo que solo encajan en una posición), funciona correctamente. El dispositivo se carga en alrededor de una hora, que es una muy buena cifra si tenemos en cuenta la autonomía final.
Xiaomi Smart Band 7 Pro, la opinión de Xataka
Siendo claros y directos, hay pocos motivos para optar por la Smart Band 7 Por teniendo la Smart Band 7 por un precio inferior. Es cierto que con este modelo ganamos una pantalla más grande, brillo automático, GPS y Alexa, pero por lo demás, la experiencia es prácticamente idéntica. La decisión la acabará marcando si queremos una pulsera o un dispositivo más parecido a un smartwatch.
¿Es un mal dispositivo? En absoluto. Es un wearable de Xiaomi, que ya de por sí es una garantía. Su comportamiento es bueno y más que suficiente para un usuario básico, por lo que, si buscamos un wearable de 100 euros, es una opción a tener en cuenta. La cosa es que tampoco perderemos demasiado si optamos por la Smart Band 7.
En resumidas cuentas: ¿necesitas o valoras el GPS y Alexa? Adelante con la Smart Band 7 Pro. ¿Buscas un wearable que, simplemente, te avise de las notificaciones, analice el sueño y controle tus sesiones de deporte amateur? La Smart Band 7 es el camino a elegir.
8,2
8,25
9
8
7,5
8
A favor
- La pantalla AMOLED en este formato se agradece muchísimo.
- Una semana de autonomía, suficiente para olvidarse del cargador.
- Chip GPS integrado y Alexa, dos buenas implementaciones.
En contra
- Hace prácticamente lo mismo que la Smart Band 7, que es más barata.
- Seguimos sin poder responder notificaciones o llamadas desde la pulsera.
- Mi Fitness sigue siendo una aplicación demasiado básica.
Xiaomi Smart Band 7 Pro – Smartwatch con pantalla AMOLED de 1.64", GPS, 110 modos deportivos, frecuencia cardíaca, sueño, SpO2, 5ATM, hasta 12 días de batería, blanco (Versión ES + 3 años de garantía)
El dispositivo ha sido cedido para la prueba por parte de Xiaomi. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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La noticia
Xiaomi Smart Band 7 Pro, análisis: ser más grande es bueno, pero no necesariamente mejor
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Jose García
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