Ni fuerza de movilización ni desabastecimiento. Por qué el segundo paro del transporte ha hecho aguas
El paro de transportistas convocado por la Plataforma en Defensa del Sector Transporte ha sido un visto y no visto: comenzó este lunes 14 de noviembre y se ha desconvocado ayer martes 15 de noviembre. Día y medio después de empezar.
Su repercusión y respaldo ha sido mucho más reducido en comparación al de marzo. Y su duración anecdótica si se compara con el de primavera, que empezó el 14 de marzo y finalizó el 1 de abril. Casi tres semanas en total ¿Por qué tuvo tanto éxito el primer paro y ha fracasado el segundo?
Dos paros muy diferentes
El sector del transporte lleva años de desequilibrio entre camioneros. La mayoría son autónomos; el resto, asalariados de grandes y pequeñas empresas. Luego están las grandes operadoras que o hacen sus propios transportes o los derivan a camioneros o empresas más pequeñas.
Los grandes operadores tienen un alto porcentaje de toda la bolsa de transporte. Ellos son los que ofertan los servicios a un precio de terminado. Los camioneros pueden entonces aceptar los servicios o no. Básicamente deciden si aceptan un servicio a un precio X o se quedan sin hacer el servicio, que lo hará otro en su lugar.
A ello se suma un sector muy atomizado repleto de microempresas, donde brillan por su ausencia los sindicatos. Los camioneros, como autónomos o PYMES, es decir, trabajadores por cuenta propia, no pueden adscribirse a un sindicato, sino a una asociación de empresarios. El sindicato estaría reservado para los conductores asalariados en todo caso.
No trabajar a pérdidas. La reclamación principal, y endémica, de los camioneros ha sido no trabajar por debajo del coste del servicio. Es decir, que el porte les sea rentable. En no pocas ocasiones, con el precio fijado por el operador, o bien la retribución era mínima o bien incluso ni llegaba para cubrir los costes de explotación.
El precio del diésel. En marzo la gran movilización del sector se apalancó con un elemento coyuntural como el precio del combustible. Sí, visibilizó el problema de los costes del transporte, pero también sirvió como elemento tangencial que afecta a toda la población y que sirvió para que buena parte de la sociedad apoyase la causa de los camioneros.
Rechazo a la normativa de marzo y primer paro. El 1 de marzo entró en vigor el Real Decreto Ley 3/2022, donde ya se recogían varias medidas estructurales para aliviar la precariedad del sector del transporte y reclamadas por Plataforma. Plataforma rechazó de plano estas medidas, tachándolas de insuficientes e impulsaron el paro.
Acuerdos y fin del primer paro. Tras largos días de movilizaciones y conseguir sentar a la mesa a Plataforma junto a CNTC, la gran patronal, con la ministra de Transporte llegaron nuevos acuerdos: descuento de 20 céntimos por litro en el carburante y la promesa de la Ley de Cadena del Transporte para no trabajar a pérdidas. El paro fue desconvocado. Plataforma dijo que “temporalmente”.
En marzo Plataforma no estuvo sola, en noviembre sí
El paro de noviembre y sus motivos. Después de haber insinuado un nuevo paro en junio (que no se dio), Plataforma votó entre sus afiliados parar de nuevo en noviembre. Las medidas ya estaban activas, pero según ellos no se estaban cumpliendo.
Las razones de Plataforma. Abuso por parte de las grandes empresas, inacción del Gobierno, más inspectores y multas de 90.000 euros para las empresas que no cumplieran la Ley han sido las nuevas reclamaciones de Plataforma.
La palanca coyuntural. Si en marzo el motivo tangencial era el precio del diésel, y con la movilización consiguieron hacer peligrar el abastecimiento de algunos establecimientos, en noviembre Plataforma ha buscado otro factor clave para la sociedad. Concretaron el paro la semana antes de iniciar la campaña del Black Friday y Hernández llegó a amenazar con “unas navidades muy oscuras”.
Por qué ha fracasado el paro de noviembre. El seguimiento del paro ha sido ínfimo en comparación con el de marzo. 800 manifestantes según Delegación de Gobierno y 8.000 según los organizadores, aunque después de llamar a Plataforma nos dijeron que no tenían cifras.
Plataforma se ha quedado sola en sus reclamaciones. Los aliados fuertes de primavera, grandes asociaciones del CNTC como Fenadismer, Fetransa y Feintra, esta vez no han secundado un paro al que tacharon de no justificado.
¿Representa Plataforma realmente al grueso de camioneros?
Cerca de 38 horas después, a las 13:40 de ayer, Plataforma desconvocó su nuevo paro indefinido. Los motivos señalados es que no se había respetado el derecho a paro. Denunciaron que los camioneros que secundaron el paro se enfrentaron a “una persecución, acoso y coacciones inconcebibles por parte de distintas autoridades”.
Además, en su valoración de la primera jornada, se desmarcaron de los incidentes aislados provocados entre el lunes y el martes: quema de neumáticos y varias cabezas tractoras, así como pinchada de ruedas de vehículos. Es decir, de transportistas que se entiende estaba protestando mediante estos actos.
Argumentos difusos. En este comunicado Plataforma detalla además que los cargadores han utilizado como “arma legal” los contratos que obligan a los transportistas a prestar servicios.
Con ello, se entiende, dejan entrever que en esos contratos se recoge que no pueden denunciar que se están cometiendo irregularidades. Y si es así, extraña que estos contratos no los hayan hecho públicos o, al menos, las cláusulas que lo impiden.
¿Menos fuerza de la que prometen? Plataforma siempre se ha presentado como la fuerza mayoritaria y real del sector de camioneros, en su mayoría autónomos. Recordemos, el “nosotros tenemos los camiones y el Comité Nacional (CNTC) representa a los cargadores”.
Pero sin el apoyo de las asociaciones de Comité Nacional que sí los respaldaron en marzo han tenido poca fuerza. Y es que si el 85 % de los representantes votaron a favor del paro patronal, su fuerza debiera haberse notado más en teoría.
El famoso “las cuentas no salen” en cuanto a representación entre lo que asegura el CNTC y Plataforma, deja entrever que quizá esta organización no aglutina a tantos pequeños transportistas como aseguran.
En realidad, si Plataforma tuviera una representación suficiente podría elevar al alza los precios de los servicios por la ley de oferta y demanda. Si los cargadores no ofrecen los servicios al precio que Plataforma reclama, bastaría con no hacerlos hasta que los precios no suban por encima de su mínimo.
En cualquier caso la Ley ha establecido mecanismos de denuncia para que los transportistas puedan señalar a las empresas que hagan ofertas ilegales. Denuncias que pueden ser con nombre y apellidos o anónimas.
En resumen, y pese a las incógnitas, se deduce que el éxito de marzo tuvo que ver con una situación coyuntural acuciada por el precio de los combustibles, que puso a todo el sector en guerra por compartir reivindicaciones. No ha sido el caso de esta última.
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La noticia
Ni fuerza de movilización ni desabastecimiento. Por qué el segundo paro del transporte ha hecho aguas
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Motorpasión
por
Alejandra Otero
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