Nadie quería llevar fibra óptica a estos pueblos rurales de Segovia por “no ser rentable”. Hasta que llegó Emilio, de Nordesnet
Hace unos meses os pedimos a vosotros, Xatakeros, que nos contaseis esos proyectos pequeños, locales y HONORables que conocíais y que estaban generando un impacto positivo a su alrededor gracias a la tecnología. Esta historia, como la de La Exclusiva, ha sido posible gracias a vosotros.
Las poblaciones rurales tienen algunos desafíos y complicaciones respecto a las ciudades. La más tecnológica, poder contar con una conexión a Internet de una mínima calidad. A menudo son zonas en las que las grandes telecos no quieren invertir en infraestructura por temor a no hacerlas rentables, y las únicas alternativas son conexiones de datos móviles que no sirven para el uso residencial, o Internet satelital mucho más caro y lento, sobre todo en latencia, que la fibra.
El nordeste de Segovia, compuesto por municipios como Cerezo de Abajo, Castroserracín o Navares de las Cuevas, era una de esas áreas con un agujero para la conectividad. Hasta que llegó Nordesnet, que recibe el nombre de la región segoviana que cubre y a la cual provee de una conexión de 1 Gbps. Simétrico. En pueblos de menos de cincuenta habitantes. El camino para lograrlo no fue sencillo. Esta es la segunda historia de “En busca de la HONORabilidad“.
La historia de Nordesnet, en vídeo
Fibra oscura e ingenio para llevar fibra ultrarrápida a entornos rurales
“Nordesnet es una asociación sin ánimo de lucro. Su fin es mejorar las circunstancias de vida de estos pueblos desde un sentido tecnológico”, explica Emilio Utrilla, el ingeniero informático que decidió volver de Madrid a su comarca de nacimiento con la misión de conseguir lo que las operadoras no dieron: Internet de alta velocidad para todos sus vecinos.
40 euros al mes por fibra de 1 Gbps simétrico, o 15 euros al mes para quien solo acude al pueblo en vacaciones o fines de semana
Los precios son de 14,95 euros al mes para una modalidad que permite conectarse durante hasta 90 días al año. Es una tarifa orientada a quien solo acude a su segunda residencia en vacaciones o algunos fines de semana, y así no tiene que pagar la cuota completa.
La tarifa para la conectividad permanente es de 39,95 euros al mes. Ambas ofrecen 1 Gbps simétrico y latencia de entre 1 y 3 ms. Y ambas ofrecen instalación y alta gratuitas, pero si alguien se da de baja y luego vuelve a darse de alta, las siguientes instalaciones ya cuestan 180 euros. También hay opciones para complementar la oferta con telefonía fija o móvil.
“En algunos pueblos había ADSL. En otros ni eso, la mejor conexión era 3G. Y en verano, cuando llegan mucho más vecinos, no aguantaba la densidad de conexiones”. Iberbanda, que proveía de esa conexión a estos municipios, fue comprada por Telefónica y posteriormente cerrada, ya que se solapaba, a su juicio, con la conectividad móvil. A ella derivaron a los vecinos que se quedaron sin conexión doméstica.
En ese contexto es cuando se planteó lanzar una teleco rural aprovechando la “fibra oscura“, que se apoya en la infraestructura de las líneas de alta tensión. La fibra óptica que recorre su interior está pensada para monitorizar su estado en tiempo real y posibles incidencias, pero se podía adaptar para dotar de conectividad a cualquier hogar cercano.
“Nuestra ambición es que cualquier pueblo pequeño que requiera conectividad pueda tenerla”, dice Emilio como frase que resume todo su propósito.
Vicente Robisco, alcalde de Navares de las Cuevas, fue uno de los que sí apoyaron este proyecto, incluso respaldando económicamente las primeras compras de cables y electrónicas. Otros vecinos apoyaron el proyecto lanzándose ellos mismos a tirar cable de fibra sin conocimientos técnicos ni experiencia previa, simplemente siguiendo instrucciones con voluntad de ayudar.
Hasta una fábrica de cerveza artesanal se queda en el pueblo
En Cerezo de Abajo está la sede de 90 varas, un fabricante de cerveza artesanal que ha podido instalarse en este municipio de 115 habitantes. Esteve y Rosa, quienes están al frente del proyecto, explican cómo su actividad, que incluye la venta online, solo podía salir adelante con una buena conexión. “El ayuntamiento no hacía más que someter a queja estos problemas. Un grupo de vecinos nos organizamos y dimos con Nordesnet. Ahí estaba la solución a nuestro problema”.
Varias familias y empresas han podido quedarse en el pueblo gracias a que cuentan con esta conexión
En una situación similar estaba, a nivel personal, Patricia Díez, trabajadora de Nordesnet: “Yo no podía plantearme quedarme en el pueblo si no tenía una conexión de calidad. En las zonas rurales estamos acostumbrados a que los servicios no dependen de nosotros, se ponen o se quitan sin contar con nosotros. Poder tener una conexión sin depender de nadie nos da la seguridad de que algo tan importante para la gente no depende de personas ajenas”.
Otro de quienes sí se están pudiendo beneficiar de esa conexión que no depende de nadie es Alejandro Hernanz, un músico madrileño que llegó a esta comarca huyendo de “la muchedumbre, el estrés, la ansiedad…”. Aquí vive tranquilo y sin problemas de conectividad. “Teniendo dos hijas, el acceso a Internet que tenemos hoy en día te abre un abanico que puede ser infinito”.
Conseguir conectividad por fibra en poblaciones que no llegan a los cinco habitantes por kilómetro cuadrado es un desafío mayor. Toparse con bloqueos burocráticos por parte de algunas administraciones, también. “Las telecos dicen que no es rentable, pero sí lo es, porque apenas hay mantenimiento”, comenta Emilio.
Nordesnet cuenta con unos 60 hogares con fibra ya desplegada gracias a 55 kilómetros de cable. A casi un kilómetro de fibra por usuario. Ahora queda el reto de seguir creciendo. “El futuro inmediato es afianzarnos en los pueblos donde ya estamos y a partir de ahí llegar a cualquier otro lugar donde haya esta necesidad. Hay que reinventar la manera en que tendremos que llegar a esos pueblos. Nuestra vocación es llegar, conectar y mejorar la calidad de vida de esos pueblos. Lo vamos a conseguir”.
Esta historia forma parte de ‘En busca de la HONORabilidad’, un proyecto de Xataka y Honor en el que buscamos proyectos que usen la tecnología para mejorar el mundo y generar un impacto positivo en su entorno.
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La noticia
Nadie quería llevar fibra óptica a estos pueblos rurales de Segovia por “no ser rentable”. Hasta que llegó Emilio, de Nordesnet
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Lacort
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