Antes bastaba con mover una palanca para regular los espejos; ahora tenemos que tocar una pantalla cuatro veces
No hace falta un experimento rigurosamente científico para demostrar que las -en ocasiones masivas- pantallas de los coches son más peligrosas que los botones de siempre, pero el futuro de la automoción y el lujo pasan irremediablemente por la digitalización.
Así nos encontramos con el nuevo Mercedes-Benz EQS y un conjunto de pantallas que forman una sola de un metro y medio, que hacen de puente de mando y que suponen que para un simple ajuste lumbar haya que pulsar cinco comandos táctiles. O el caso del nuevo nuevo smart #1 y su regulación de espejos.
Las pantallas, los submenús y las distracciones
El hecho de que sea tan complejo efectuar cambios en el ajuste lumbar de la berlina eléctrica no ha pasado por alto en la valoración de Consumer Reports.
Si bien la opinión general del futurista modelo por parte de la revista estadounidense es muy positivo, recalcan el problema que supone tener que pasar por cinco pantallas en la gran pantalla central para ajustar la configuración del soporte lumbar.
Es de esperar que el fabricante alemán haya ideado esta ruta pensando en que el conductor habitual solo va a tener que realizar la tarea una vez, pero por otro lado es normal que uno tenga que recurrir a pequeños ajustes a diario según las circunstancias.
El interior del EQS está dominado por un conjunto de tres pantallas colocadas sobre el salpicadero: una de 12,3 pulgadas para el cuadro de mandos, una táctil OLED de 17,7 pulgadas para el sistema de infoentretenimiento y otra táctil de 12,3 pulgadas delante del asiento del copiloto.
Todo el sistema está cubierto por una superficie de cristal Gorilla Glass moldeada a 650º. Es una sola pieza ligeramente curvada de 1,41 metros que deja una superficie continua y en la que sólo veremos algunas líneas a modo de cortes de seguridad para que no salte en caso de rotura por impacto.
Toda una oda al coche del futuro. ¿Problema? Las dudas sobre la viabilidad de esta pantalla, al menos en España. Según el artículo 18 del Reglamento General de Circulación (de 2003), se prohíbe el manejo de cualquier pantalla mientras circulemos para evitar distracciones.
Pero la realidad es que el diseño de coches se mueve hacia el uso masivo de pantallas mientras la legislación sigue estancada.
Y eso implica que en coches tan populares como el Tesla Model X o el Tesla Model S la palanca de cambios física se traslade a la pantalla, mientras que en el Model 3 sea el freno de mano el que haga lo propio.
También hemos comprobado cómo el simple -e importante gesto- de mirar los espejos retrovisores exteriores se convierte en un reto cuando están digitalizados.
Es el caso del Audi-etron, que cuenta con cámaras que sustituyen los tradicionales espejos y que obligan al cerebro a acostumbrarse a mirar las pequeñas pantallas digitales situadas en los paneles de las puertas, a una altura no demasiado cómoda.
En el caso del nuevo smart #1, el ajuste de los espejos retrovisores también pasa por la pantalla central de 12, 8 pulgadas. Tiene un acceso directo, pero para regular los dos requiere tocar la pantalla hasta en cuatro ocasiones.
A través de esta gran pantalla se manejan la práctica totalidad de elementos de información y entretenimiento del coche como son el audio, el navegador, la configuración del modo de conducción.
Al final, cuanto más sencilla sea una interfaz de usuario y menos tiempo pasemos tocando una pantalla mientras conducimos, más seguro será el trayecto.
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La noticia
Antes bastaba con mover una palanca para regular los espejos; ahora tenemos que tocar una pantalla cuatro veces
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Motorpasión
por
Victoria Fuentes
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