“Nadie quiere un iPhone 3” y por eso las pantallas de los coches tienen un serio problema
El mundo del automóvil se debate entre pantalla sí o pantalla no. Y a pesar de que se han demostrado mucho más inseguras que los clásicos botones físicos, de momento va ganando el “con pantalla, por supuesto”. Tanto que hay quien se hace las suyas propias.
Pero una marca resiste ahora y siempre al invasor digital. O, mejor dicho, deberíamos decir que resiste a una invasión digital desproporcionada. Con el mercado apostando por una omnipresencia de las mismas (los nuevos BMW Serie 7 e i7 podrán contar con una de 37 pulgadas), Bugatti se desmarca con sus relojes digitales.
El objetivo, como no podía ser de otro modo, es la diferenciación. “Me asusta”, ha concluido Achim Anscheidt, director de diseño de Bugatti. Eso sí, Anscheidt ha dejado claro que “lo que está pasando en los interiores de los automóviles es, en cierto modo, lógico que suceda“.
Esto se ve viejo y es inútil
Pero lo interesante de la reflexión de Anscheidt llega justo después: “¿Qué va a pasar con todos esos dispositivos cuando los sistemas operativos no funcionen algún día? ¿Qué pasará en 10 años, incluso? ¿Sigues interesado en el iPhone 3?”.
Las palabras del director de diseño de Bugatti apuntan a un problema que va mucho más allá de la omnipresencia de las pantallas. El entorno digital es mucho menos atemporal que lo analógico. Estamos acostumbrados a los cambios constantes. Los avances que Apple prevé con su CarPlay, por ejemplo, son una buena muestra de ello.
Salvo contadas excepciones, como la propia Bugatti, las marcas están apostando el todo por el todo por el software y la digitalización. Un valor añadido y de diferenciación que en los nuevos BMW han derivado en una especie de escritorio gigantesco (como en el BMW iX) o en la impresionante Hyperscreen de Mercedes que hemos comprobado de primera mano con su Mercedes EQS.
El problema es que lo nuevo y espectacular pasa rápidamente de moda. Es algo así como los efectos especiales de películas que lucen perfectas en su estreno y poco tiempo después quedan muy desfasadas y anticuadas.
Además, hay que tener en cuenta que estamos entrando en un terreno desconocido. Las firmas se comprometen a que sus nuevos vehículos podrán actualizarse de forma remota y añadir nuevas funciones. Pero, ¿se seguirá dando soporte a todos los sistemas operativos? ¿Qué pasará si nuestra marca cambia de sistema operativo? Mercedes ya trabaja con Unity en un nuevo entorno digital y BMW está haciendo lo propio con base de Google.
¿Estaremos dispuestos a seguir teniendo con nosotros un coche de segunda mano donde se produzcan errores al navegar entre menús? ¿Qué decimos de pagar por un coche de hace 10 años que luzca tan desfasado o no sea compatible con nuestro futuro teléfono móvil?
Y, encima, feo y peligroso
Uno de los mayores críticos con el uso de estas pantallas gigantes ha sido Thierry Métroz, jefe de diseño de DS. En una entrevista a Autocar llegó a afirmar que su próximo gran objetivo en la marca era “eliminar todas las pantallas del interior de nuestros coches”.
“El problema de la pantalla es que, cuando la apagas, te quedas con una superficie rectangular negra marcada de huellas dactilares. No es muy sexy, ni muy lujoso”, señaló también Métroz, quien apuntó a que es una línea completamente distinta a la que suele trabajar DS.
Que las pantallas son un imán para las huellas es evidente pero, además, es que son mucho más peligrosas que el uso de botones físicos. Nuestra memoria muscular nos permite realizar acciones mucho más rápido que presionando una pantalla. Además, un botón es directo, no hay que buscar entre menús.
Tal y como recogían en 2019 en Motorpasión, Mazda ha apostado por la sencillez, sus pantallas son más pequeñas y están alejadas del conductor para que no las utilice en marcha, aumentando su seguridad. Personalmente, tengo la sensación de que el interior de su último Mazda3 se ha quedado ligeramente anticuado, viendo las tendencias del mercado.
Sin embargo, no tengo ninguna duda de que acabará envejeciendo mejor que la mayor parte de los habitáculos que hay ahora mismo en el mercado y que se han lanzado a los brazos de los botones táctiles y las inmensas pantallas digitales.
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La noticia
“Nadie quiere un iPhone 3” y por eso las pantallas de los coches tienen un serio problema
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alberto de la Torre
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