Los hinchas de Osasuna entran al estadio con su cara, como quien usa Face ID. La empresa que está detrás es española

Los hinchas de Osasuna entran al estadio con su cara, como quien usa Face ID. La empresa que está detrás es española

El Sadar, el estadio de Osasuna, es conocido por su atmósfera intensa, casi infernal, que intimida a cualquier rival, por grande que sea. Y desde una de las últimas jornadas de la temporada pasada, también por ser el primer estadio de España que permite el acceso de sus socios vía reconocimiento facial. Entran mirando a uno de los tótems habilitados por el club, previo registro de su cara en la aplicación oficial, y listo. Sin papeles, sin tarjetas de plástico, sin QRs, incluso sin el móvil.

Un Osasuna – Alavés, que además acabó con victoria local por la mínima gracias a un gol en el descuento, fue el partido que vio nacer esa nueva forma de acceder a un campo de fútbol. Y la tecnología que lo hizo posible, tanto a nivel de hardware como de software, es española. Es más: es pamplonesa, donde trabajan la mayoría de sus 180 empleados.

Moncayola en el centro y Veridas en la entrada

La empresa de soluciones biométricas Veridas, cuya sede central se encuentra a menos de cuatro kilómetros del estadio rojillo, es la que desarrolló tanto la parte de verificación de la identidad de los socios que decidieron probar esta forma de acceder al estadio como la de autenticación (determinar quién está queriendo acceder al campo).

Para registrarse en el sistema no es necesario acudir al estadio, todo se hace desde el móvil

La propuesta es voluntaria y solo los socios que quisieron probarla cumplimentaron los pasos previos, que solo son necesarios una única vez: enseñar el DNI y el carné de abonado a la cámara del móvil, y luego mostrar el rostro. Un registro que se puede hacer desde donde sea, a través del móvil.

Veridas, a través de dasGate, su línea de negocio del ámbito físico, convierte esas imágenes en un hash, una cantidad de dígitos únicos para cada rostro que no puede volver a convertirse en imagen. Lo hace mediante un motor de Inteligencia Artificial previamente entrenado. Una vez ese motor detecta una cara, es capaz de distinguirla y reconocerla incluso ante cambios en el físico o pese al paso del tiempo. Incluye un sistema de detección de vida para evitar fraudes en forma de fotos, vídeos o incluso máscaras.

“No usa información como las distancias entre partes de la cara ni nada similar, eso lo hacían los sistemas biométricos antiguos, las tecnologías modernas usan el hash. Aprende a distinguir una cara de la misma forma que nuestro cerebro: no mide distancias ni crea máscaras de puntos que encajar, simplemente lo reconoce de forma abstracta”, explica el CEO de Veridas, Eduardo Azanza, en conversación con Xataka.

El acceso biométrico es voluntario y puede cederse temporalmente, también vía rostro, a un amigo para que asista a un partido por nosotros

Cuenta Azanza que la empresa no conserva la información de sus clientes. En este caso, Osasuna es quien custodia esos hashes en sus propios servidores. Si esa información le fuese robada, el ladrón solo vería el vector numérico que corresponde a cada hash, pero no imágenes de caras junto al nombre de cada persona.

Una de las dudas habituales era si quienes adoptaran este sistema podrían continuar cediendo su abono a un amigo o un familiar en caso de no poder asistir. La respuesta es positiva… tanto de la forma tradicional, como de la nueva.

Por un lado, el abono físico sigue siendo plenamente funcional aunque alguien haya registrado su acceso biométrico. Basta con prestárselo físicamente a la otra persona. Por otro lado, la aplicación permite enviar un enlace a otra persona para que registre su rostro y pueda entrar al partido concreto para el cual queramos cedérselo. “De esta forma se evita la falsificación o la reventa, porque asocias un abono o una entrada a una identidad”, dice Eduardo.

Dasgate Sadar4

Proceso de registro del rostro vinculado al abono vía QR. Imagen: Veridas.

El resultado de esta implementación es que quienes la usaron entraron al campo en tres segundos cada uno. A un ritmo de veinte accesos por minuto. El promedio de accesos vía tarjeta con QR es de seis accesos por minuto. Una rapidez especialmente importante en un momento delicado como el de los instantes previos de un partido: hay gente que llega a última hora y se pone nerviosa si tarda en acceder, hay grupos algo alterados por el propio partido, se juntan muchas personas en un espacio reducido…

La fabricación de los tótems que utiliza Veridas a modo de tornos, equipados con cámaras y pantallas, también es nacional. “La competencia básicamente era asática. Cuando hablamos de datos personales, biométricos, protección de datos… Queríamos asegurar el dato de principio a fin, que no hubiese posibilidad alguna de fugas de información ni de puertas traseras”, explica el CEO.

El recorrido de Veridas en la verificación de identidad y la autenticación viene de lejos. Fueron quienes estuvieron detrás de la campaña de BBVA que invitaba a darse de alta en el banco “haciéndose un selfie” con un principio de funcionamiento como el de registro biométrico de Osasuna: verifican que una persona es quien dice ser a través de su DNI y su rostro. También trabajan junto a la Dirección General de Ordenación del Juego para evitar que menores de edad o miembros de la lista de autoexcluidos puedan jugar.

Además de otros sectores en los que están presentes, como en una residencia de discapacitados psíquicos para permitir a sus usuarios acceder a sus habitaciones simplemente poniéndose frente a la puerta y escaneando su cara (“son personas que a menudo no son autónomas para manejar una llave o una tarjeta de acceso”, dice el CEO), Veridas aumentará su presencia en el fútbol, nacional e internacional. Varios clubes de primera y segunda división se han interesado por su producto y están en negociaciones, así como la liga mexicana de fútbol.


La noticia

Los hinchas de Osasuna entran al estadio con su cara, como quien usa Face ID. La empresa que está detrás es española

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Javier Lacort

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