“Esponjas carnívoras” y bichos que “generan luz”: la mexicana que quiere salvar de la minería al fondo marino

Discretamente, como suelen ocurrir las cosas importantes, hay una lucha salvaje por definir el futuro de los océanos y su gobernanza internacional: la regulación de la minería de aguas profundas. Allí, en los fondos marinos, se esconden miles de millones de euros en minerales valiosos y eso pone en peligro miles de especies y ecosistemas que recién ahora empezamos a estudiar.

Por suerte, gente como la mexicana Guadalupe Bribiesca-Contreras del Museo de Historia Natural de Londres está empeñada en salvaguardarlos.


Una polémica submarina. No sorprenderá a nadie el hecho de que la minería de aguas profundas es un tema tremendamente polémico. Por el lado de las empresas mineras, se asegura que los minerales que podemos extraer de los fondos marinos son esenciales para asegurar el éxito de la transición energética. Al fin y al cabo, la “descarbonización” del mundo conlleva unas necesidades enormes de materiales con los que fabricar baterías y otros dispositivos (como las turbinas eólicas o los paneles solares).

En cambio, por el lado de los activistas medioambientales, los investigadores y otras industrias (como la pesquera) denuncian los riesgos de perturbación de caladeros, contaminación de aguas o destrucción de ecosistemas que entrañan un tipo de prácticas que son muy difíciles de fiscalizar. No obstante, ese riesgo es muchas veces más teórico que otra cosa: el fondo del mar, sobre todo el que está a grandes profundidades, es un completo desconocido.

IUNC

Falta de tecnología. Si hasta ahora no teníamos la tecnología necesaria para extraer minerales del fondo marino era, sencillamente, porque no teníamos la tecnología suficiente para trabajar en el fondo marino. Eso ha cambiado y, sin embargo, lo que ocurre allá abajo sigue siendo un enorme misterio. Un misterio que juega a favor de las empresas mineras porque sin definir lo que está en peligro, ese peligro es tan etéreo que no se puede legislar para evitarlo de forma efectiva.

La misión de iluminar el océano. Guadalupe Bribiesca-Contreras, mexicana y bióloga marina el Museo de Historia Natural es una pieza clave de un proyecto que intenta hacer un catálogo de lo que ocurre a profundidades de hasta más de 5000 metros. Como explican en la BBC, gracias a un vehículo operado en forma remota, el equipo de Bribiesca-Contreras ha conseguido recoger 55 especímenes que pertenecen a 48 especies diferentes.

De ellas, al menos siete de esas especies son nuevas y se espera que ese número alcance pronto la treintena. Pero eso no es lo más alucinante. Como dice la misma investigadora, lo que han encontrado son seres que “hacen cosas rarísimas”.

Un universo de lo más bizarro. “Por ejemplo, tienes esponjas carnívoras, lo que suena superraro. Uno esperaría que sean como una planta carnívora que está como esperando a que le caiga la comida […] Pero tenemos vídeos en los que se ve que pasa un camaroncito y la esponja cambia de forma para engullirlo y luego escupe el exoesqueleto”, explicaba Bribiesca-Contreras.

Otros de esos seres, “producen luz” o se las han apañado para tener adaptaciones reproductivas como “machos convertidos en parásitos de hembras” de tal forma que estas “siempre tienen como un reservorio de espermatozoides para cuando quieran reproducirse”. Encontraron seres diminutos, pero también “un pepino de mar de más de medio metro y una esponja de como un metro de longitud”.

La carrera por conocer un mundo en peligro. Mientras la cuenta atrás para que la minería de aguas profundas eche a andar sigue en marcha, los esfuerzos por responder todas las preguntas que tenemos sobre ese mundo submarino no han hecho más que empezar. Y, como dice Bribiesca-Contreras, “si no sabemos ni siquiera qué vive ahi no sabemos el daño que va a ocasionar tratar de extraer estos recursos”.

Imagen | DeepCCZ


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“Esponjas carnívoras” y bichos que “generan luz”: la mexicana que quiere salvar de la minería al fondo marino

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Xataka

por
Javier Jiménez

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