Esta secuela ya está en Movistar+ y ha conseguido lo imposible: mejorar uno de los coches más míticos del cine
La que es la cuarta entrega de ‘Cazafantasmas’ es en realidad la continuación de las originales y todo un homenaje a las dos primeras películas. Y en la ecuación de ‘Ghostbusters: Afterlife‘ no falta el Ecto-1, uno de los coches de cine más emblemáticos de la gran pantalla, que resucita con fuerza.
Estrenada en diciembre de 2021 en España como ‘Cazafantasmas: Más allá‘, ahora comienza a llegar a las plataformas digitales: en Movistar+ ya está disponible, mientras que en Amazon Prime Video y Apple TV se puede alquilar.
Todo el film tira de nostalgia, pero sin duda el protagonismo se lo lleva el Ecto-1, que tiene más peso que en las dos primera películas, estando presente en varias escenas incluyendo una trepidante persecución con los nuevos ghostbusters dando caza a los fantasmas a sus mandos.
Los secretos del resucitado Ecto-1, con “vuelos” y asiento artillero incluido
El Ecto-1 de ‘Ghostbusters: Afterlife’ replica al original de las primeras películas, aunque viene con algunas mejoras. La más destacada, el asiento artillero trasero que se despliega hacia afuera para poder atrapar fantasmas con la pistola de plasma desde el propio coche y en marcha.
Vuelo y persecuciones para el Ecto-1. Pero además, tiene bastante más protagonismo en esta nueva película, pues es el personaje principal de varias secuencias. Le vemos cobrar vida gracias a Trevor (Finn Wolfhard de ‘Stranger Things), que lo pone a prueba en un campo de trigo, haciendo derrapes y vuelos varios al más puro estilo ‘Fast & Furious’.
Pero sobre todo en la mencionada persecución, que es una de las secuencias más reseñadas de esta película:
Así, en este estupendo homenaje en forma de película el Ecto-1 es un todo ‘Cazafantasmas’ más, con bastante más importancia de la que tuvo en los dos primeros films llegados en los 80. “Es mi gadget favorito de los Cazafantasmas”, afirma Wolfhard. No era tampoco muy complicado que así fuera.
Dos Ecto-1 y “medio”. Más allá de la licencia del asiento artillero, los creadores del film buscaron replicar con mimo el coche original. “Es toda una carta de amor al original”, señaló François Audouy jefe de diseño de producción de la película.
Para el rodaje utilizaron dos Ecto-1 completos, uno de ellos fue el Ecto-1a utilizado en ‘Cazafantasmas II’, que aún almacenaba Sony Pictures. La segunda unidad fue un Cadillac de 1959 convertido en coche fúnebre por Coach Works Company, a efectos idéntico a los utilizados en los film.
Ambos fueron concebidos por entero como el “nuevo” Ecto-1, tanto a nivel de carrocería como de habitáculo: se desmontaron por completo y todas las piezas fueron restauradas y tratadas, incluso algunas recreadas con impresión 3D.
Y es que tras años parado en un granero, el Ecto-1 debía mostrarse gastado respecto al brillante y recién pintado de las películas originales. Estas réplicas en comparación al coche de las primeras películas son prácticamente idénticas, salvo que la escalerilla de techo se cambio de lado debido al nuevo asiento retráctil y extensible.
Pero además, se sumó un tercer coche, que era un Cadillac de 1961: se dividió en secciones para el rodaje de algunas escenas interiores o detalles de efectos especiales.
El asiento artillero y la suspensión de un Mustang. Dado que el Ecto-1 de ‘Ghostbusters: Afterlife’ no solo va por el asfalto, se tuvo que reforzar la suspensión a una más dura y capaz de aguantar su longitud y peso en off road. Audouy explica que acabaron por incluir las de un Ford Mustang tras una primera prueba, y en asfalto, en la que perdió las ruedas en un derrape.
En cuanto al asiento artillero estilo tijera (que se pliega y despliega), diseñaron un sistema de brazo oscilante capaz de rotar 180º, mientras que la puerta contaba con un sistema neumático para abrirse de forma automática.
En definitiva esta película llena de guiños a las originales, que pretende llegar más al corazón de los fans y con un Ecto-1 más en forma que nunca.
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Esta secuela ya está en Movistar+ y ha conseguido lo imposible: mejorar uno de los coches más míticos del cine
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Motorpasión
por
Alejandra Otero
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