El nuevo campus de Google destaca por sus “escamas de dragón”. En realidad son 90.000 pequeños paneles solares
En 2013 se descubrió que Google estaba trabajando en un nuevo campus en Bay View. Las obras de construcción comenzaron en 2017, y ahora, casi una década después de se conociese el proyecto, Google lo abre por primera vez para que parte de su plantilla pueda trabajar allí.
El diseño de los dos grandes edificios es especialmente peculiar por esos techos con estructuras “de escamas de dragón”, que en realidad son 90.000 paneles solares capaces de generar 7 MW de energía, casi la mitad de lo que estas oficinas necesitarán para funcionar. Es solo uno de los detalles de un campus especialmente basado en energías renovables.
La ambición: emisiones cero
De hecho otra parte de las necesidades energéticas estarán cubiertas por una serie de parques eólicos cercanos, lo que permite que el 90% del tiempo, afirman en Google, las oficinas no provoquen emisiones ni dañen el medioambiente.
El campus se ha proyectado con lo que Google llama principios de diseño biofílico, que permiten tener vistas naturales desde cualquier puesto de trabajo, y las ventanas del claristorio —la parte más alta de la estructura— modulan la luz directa sobre los escritorios con persianas automatizadas que se abren y cierran a lo largo del día.
El sistema de ventilación también es llamativo por usar el 100% del aire exterior para su funcionamiento: en Google aseguran que lo normal es que estos sistemas utilicen como mucho el 30% de ese aire exterior.
El campus está preparado para que 4.000 personas de la división de publicidad trabajen allí. Situado cerca del Ames Research Center de la NASA en Mountain View, incluye dos edificios de oficinas —uno de gran tamaño, otro más pequeño— y contará además con un centro de convenciones para 1.000 personas e incluso 240 plazas hoteleras para empleados que trabajen allí durante cortos plazos de tiempo.
Este campus destaca además por ser el primero desarrollado desde cero por Google: otros anteriores aprovechaban edificios ya existentes que luego fueron modificados por la compañía, pero este proyecto ha sido más ambicioso y eso explica el largo periodo hasta su puesta de largo.
El proyecto de Google —que incluso ha publicado un libro contando su experiencia— es parte de su objetivo de poder lograr que en 2030 todo el trabajo y funcionamiento de sus oficinas —ya planea otro campus para 20.000 empleados en San José— y centros de datos no provoque emisiones de carbono. Ahora tienen otro reto: lograr que los empleados quieran volver a las oficinas tras el auge del teletrabajo.
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Javier Pastor
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