El interruptor para apagar dispositivos ha ido desapareciendo. Ahora sus baterías duran menos y es normal encontrarlos sin energía
Leo en Hacker News una queja como cualquier otra, originalmente de Foone en Twitter, que ha cosechado entre ambas plataformas casi 700 respuestas, 400 retuits y 3.000 ‘me gusta’. La queja, o petición desesperada, dice así:
Todo aquello que tenga batería debería contar con un interruptor de apagado.
Y así es como uno empieza a mirar hacia atrás y unir piezas, a recordar todos los momentos en que la experiencia de uso de un dispositivo fue frustrante por no poder contar con un interruptor así. Por ejemplo, el Apple Pencil de primera generación, el que se podía cargar con un diminuto adaptador pero que en la práctica solía recurrirse a una imagen dantesca conectándolo directamente al puerto Lightning del iPad.
Al no haber forma de apagarlo, su batería se iba drenando y lo habitual era encontrárselo sin energía alguna. El de segunda generación tampoco tiene este interruptor, pero al menos cuenta con carga magnética y un lugar natural en el iPad sobre el que reposar mientras se recarga.
No solo lápices
Una báscula inteligente que compré hace unos meses, la Withings Body+, más de lo mismo: siempre está a la espera de detectar peso y activarse, así que sus cuatro pilas AAA apenas duran unos meses. Si hubiese una forma de apagarla por completo seguramente duraría muchísimo más, pero es lo que hay.
Los AirPods Max, los auriculares más caros que vende Apple, han querido ser tan sencillos y limpios que tampoco cuentan con un interruptor de apagado, solo con su sistema de “funda inteligente” que hace pasar a los auriculares a un modo de “ultra bajo consumo”, según Apple.
En la práctica, unos días o semanas a lo sumo sin usarlos provocará que nos encontremos con un importante drenado de la batería. Si no queremos usar la funda, que tampoco logrará premios de diseño industrial, directamente estamos abocados al 0% de autonomía restante. El modo de bajo consumo está bien, un modo de consumo 0 estaría aún mejor.
La ausencia de interruptores de apagado suele deberse a motivos estéticos, sobre todo en productos no-tan-pequeños, y no funcionales
El caso de los AirPods Max es paradigmático de la tendencia de priorizar en exceso la forma sobre la función. No incluir un interruptor de encendido y apagado en su diseño los hizo aún más sobrios a la vista, pero con el peaje de tener que usar esa funda (esa funda) para alargar la vida de su batería en lugar de tenerlos en otra funda que cuide más su integridad o sostenidos de un stand en el escritorio. Suena a que hubiese sido aún más sobrio poder tenerlos así en lugar de con, insisto, esa funda. Y claro, más útil.
Los auriculares verdaderamente inalámbricos tampoco suelen tener en su estuche un interruptor de apagado. Si a ello sumamos las funciones inteligentes de algunos, como la capacidad de ser buscados de forma inalámbrica emitiendo una señal de forma continuada, tenemos algo similar.
Hay otro tipo de dispositivos que no tienen un botón de encendido y apagado como tal, pero solo se encienden cuando tocamos cualquier botón de todos los que tienen. Por ejemplo, el mando Pro de la Nintendo Switch. Un buen diseño de su circuitería permite algo así, aunque como contrapartida, almacenarlo en un lugar donde los botones puedan ser pulsados por error (como un cajón lleno de cables y accesorios en el que revolvamos de vez en cuando) bien puede acabar en el mando durando mucho menos tiempo del debido con batería. Un camino intermedio pero mejor del de los dispositivos únicamente con modo standby.
Una queja habitual —y razonada— sobre el trabajo periodístico es la que insinúa que a menudo los periodistas escriben pensando en que serán leídos por otros periodistas, y de ahí nace su voluntad de impresionarles; cuando debería imperar escribir para los lectores, no para colegas de profesión. Ni siquiera para sus jefes. En el caso de los diseñadores industriales, esto mismo se plantea como una duda razonable: quizás haya en ocasiones más voluntad de ser reconocido por un diseño en lugar de ofrecer la mejor experiencia para el usuario de ese producto.
La Unión Europea ha dado pasos tan lentos (empezó en 2009) como concluyentes en torno al cargador único para los dispositivos móviles, que hasta Apple acabará asumiendo. No sería de extrañar que en algún momento se plantee meter mano en dispositivos que acaban demandando bastante más energía de la necesaria por una decisión de diseño que no va exactamente en favor del consumidor, y mucho menos de la sostenibilidad y la eficiencia energética. Básculas, auriculares, pequeños accesorios…
Aunque se supone que eso queda cubierto con los cargadores y los auriculares, que ya no vienen incluidos en la caja para que los equipos de diseño puedan anteponer el resultado estético a todo lo demás. O bueno, quizás no.
–
La noticia
El interruptor para apagar dispositivos ha ido desapareciendo. Ahora sus baterías duran menos y es normal encontrarlos sin energía
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Lacort
.