Las baterías LFP ya están en la mitad de los coches eléctricos de Tesla para esquivar la subida de precio y el desabastecimiento
Mientras el resto de fabricantes empiezan a sufrir las consecuencias de un suministro de baterías que se ralentiza, Tesla parece ir un paso por delante. En su última presentación de resultados, la firma californiana ha confirmado que la mitad de los coches producidos en el primer trimestre del año equiparon baterías sin níquel ni cobalto.
En concreto, los Model Y y Model 3 Standard Range que produce en China cuentan ya con baterías LFP (Lithium Ferrum Phosphate, litio-ferrofosfato), las cuales sustituyen estos elementos por un compuesto químico basado en fosfatos de hierro.
Una de varias vías alternativas
La principal ventaja de las baterías LFP radica en su menor coste de producción frente a las tradicionales de níquel y cobalto de ahí que, ante la actual situación, los fabricantes como Tesla empiecen a verlas cada vez con mejores ojos.
Pero existe otra ventaja importante, que es la mayor seguridad que proporciona su estabilidad química frente a sucesos que perfectamente pueden ocurrir en un coche eléctrico como, por ejemplo, un incendio o un accidente. Y es que los ferrofosfatos, a diferencia de los metales pesados como el níquel y el cobalto, no reaccionan químicamente de forma violenta ni tampoco contaminan el entorno.
A cambio la gran contrapartida de las LFP es una densidad energética menor, la cual reduce la autonomía. Pero para la marca californiana, este inconveniente se ve compensado por el hecho de suprimir por completo su dependencia de los principales proveedores de cátodos, con el consiguiente ahorro en costes.
Según el vicepresidente de ingeniería de Tesla, Drew Baglino, el cambio a este tipo de baterías “simplemente, parecía el camino correcto. Hemos podido cambiar la química de nuestros cátodos. Y hay mucho más por hacer en el lado de los cátodos, y trabajamos activamente para lograr un mecanismo flexible de sustitución, según las condiciones del mercado, entre los demás cátodos disponibles que pueden rendir en nuestros vehículos”.
Estas declaraciones concuerdan con las realizadas por el propio Elon Musk durante la inauguración de la Tesla Gigafactory en Berlín. Durante un discurso dirigido a la plantilla Musk dejó caer que, entre los materiales alternativos, el manganeso también tenía “un potencial interesante”.
Sea como fuere, por si las alternativas fallan, los de Fremont se guardan un último as bajo la manga: asumir también por su cuenta la extracción de tierras raras introduciéndose en el negocio de la minería. Una posibilidad que Musk contempla para cortar por lo sano con el encarecimiento de estas materias primas.
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Las baterías LFP ya están en la mitad de los coches eléctricos de Tesla para esquivar la subida de precio y el desabastecimiento
fue publicada originalmente en
Motorpasión
por
Diego García García
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