Rusia tiene un enorme problema tecnológico: se está quedando sin espacio tras la huida de los centros de datos
Rusia se enfrenta a una crisis de almacenamiento en la nube tras el éxodo de los principales proveedores de servicios cloud occidentales, entre los que se encuentran Google y Microsoft. Según Kommersant, esta situación deja al país con un margen de dos meses para tomar medidas antes de que sus centros de datos se queden sin espacio y los “sistemas críticos” de las autoridades federales y regionales empiecen a dar problemas.
Debido a las sanciones impuestas, las empresas privadas rusas se vieron obligadas a recurrir a proveedores locales de almacenamiento en la nube. Por ejemplo, las necesidades de almacenamiento del operador de telefonía MegaFon se quintuplicaron y los de la red social VK crecieron un 20% en las últimas semanas. A medida que esta tendencia crece, los centros de datos rusos están cada vez más cerca de llegar a su límite.
De acuerdo al mencionado medio ruso, el problema es de tal importancia para el gobierno que, a través del Ministerio de Transformación Digital, convocó a una reunión con representantes de las compañías tecnológicas nacionales Sberbank, MTS, Oxygen, Rostelecom, Atom-Data, Croc y Yandex para buscar una solución que ayude a satisfacer la creciente demanda de almacenamiento IT del estado.
Rusia, sediente de almacenamiento
Un gran consumidor del espacio es el propio estado ruso, un devorador de Terabytes. Por ejemplo, los sistemas de videovigilancia y reconocimiento facial están cada vez más presentes, y requieren cada vez más almacenamiento en la nube. Tan solo en Moscú hay 200.000 cámaras que funcionan las 24 horas. Una crisis como la que está surgiendo en este momento podría afectar el funcionamiento de este y otros sistemas considerados críticos por el gobierno.
Las autoridades rusas barajan tres propuestas para resolver el problema. Una pasa por comprar todo el almacenamiento reservado a las empresas y a los consumidores. La decisión causaría problemas en otras esferas y negocios. Servicios no considerados esenciales, como la transmisión de vídeo y música o el almacenamiento de archivos personales, podrían verse limitados.
Sobre la mesa también hay una medida mucho más drástica. Se trata de expropiar la infraestructura TI que las compañías de almacenamiento en la nube occidentales que dejaron en el país. La idea sería integrarlos a la infraestructura pública, aunque no se detalla el procedimiento legal para llegar a esto. Sabemos que el país está estudiando confiscar y nacionalizar varias empresas.
Por último, el gobierno considera comprar equipos para reforzar los centros de datos que están bajo la órbita del estado. No obstante, esta es una de las alternativas más complicadas. Debido a las sanciones, los precios se han disparado y muchas compañías ya no venden hardware a Rusia, incluido el gigante asiático Huawei, que suspendió todas sus operaciones con el país hasta el próximo 26 de marzo.
Imagen | Yandex
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Javier Marquez
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