BMW adquiere Alpina: el pequeño fabricante que le ayudó a crear BMW M no puede afrontar la electrificación del mercado
BMW ha comprado la marca Alpina. En un movimiento que no se esperaba, BMW acaba de anunciar que se ha hecho con Alpina. El antiguo tuner y pequeño fabricante de BMW exclusivos formara parte a partir de 2026 del grupo BMW.
La transacción aún está sujeta a varias condiciones legales, como la aprobación por las autoridades antimonopolio de Alemania. En la actualidad, BMW fabrica todos los Alpina, mientras que los modelos son completados (kit carrocería, interior) en la pequeña factoría de Buchloe, a las afueras de Munich.
Ese acuerdo de cooperación de larga duración, que se prorrogó por otros cinco años a finales de 2020, expirará el 31 de diciembre de 2025. Ese acuerdo se mantendrá hasta el final y será a partir de 2026 que Alpina formará parte integrante del grupo BMW, junto a las marcas MINI y Rolls-Royce.
En el comunicado se recalca que ambas partes han acordado no revelar ningún detalle financiero y que “no se adquirirán acciones de la empresa”.
Qué ha llevado una empresa familiar como Alpina, con unas ventas récord en 2021, alcanzando su límite productivo: 2.000 coches al año. La respuesta es muy sencilla: el fin del motor de combustión interna y el futuro de la movilidad eléctrica.
La electrificación para los pequeños fabricantes puede ser una condena a muerte
“La transformación hacia la electromovilidad y el aumento de la reglamentación en todo el mundo -en particular, la legislación sobre emisiones, la validación del software y los requisitos de los sistemas de asistencia y supervisión del conductor- suponen riesgos significativamente mayores para los fabricantes de pequeñas series. La dirección de ALPINA está abordando esta cuestión con un reajuste estratégico que asegurará la viabilidad a largo plazo” de sus operaciones, explican en el comunicado.
Esa es la versión oficial, pero la realidad es que no sabemos si BMW les habría dejado tocar los modelos eléctricos, tampoco sabemos si Alpina veía mercado para un Alpina eléctrico. Por ejemplo, mientras hubo versiones Alpina de los BMW Z8 (Alpina Roadster V8) y Serie 6 (Alpina B6), pero nunca hubo una versión Alpina del BMW i8.
Y si bien hay una versión Alpina del BMW Serie 3, gasolina y diésel, los Alpina B3 (de 462 CV) y Alpina D3, no hay del Serie 3 híbrido enchufable. Así, aunque las relaciones entre BMW y Alpina siempre fueron muy estrechas, Alpina no podía tocar todos los modelos de BMW, como los BMW M (el último que preparó fue el M3 E30).
Más allá del caso de Alpina, la electrificación parece que anuncia el fin de los preparadores y fabricantes de pequeñas series si no pueden dar el salto a la electrificación. Las inversiones son considerables y no todos tienen claro que podrán afrontar ese cambio. En todo caso, no sin buscar socios estratégicos.
Quién es Alpina
Alpina no es muy conocida fuera de sus mercados habituales (Alemania, Suiza, Estados Unidos, Emiratos Unidos y Japón), pero goza de un reputación envidiable. Es una marca muy exlclusiva, para entendidos, por decirlo de alguna forma.
Alpina, a la base, fabricaba máquinas de escribir. Era una empresa familiar, pero el heredero de la empresa, Burkard Bovensiepen, sentía pasión por los coches. Empezó equipando el nuevo BMW 1.500 ‘Neue Klasse’ con un caburador de doble cuerpo. La potencia pasaba entonces de 81 CV a 90 CV. En el Salón de Fráncfort de 1964, no dudó en repartir folletos de su creación en el parking de la exposición para atraer clientes.
En competición, BMW creó el 3.0 CS sin realmente tener todavía un departamento de competición. Pero Alpina convenció BMW que necesitaban una versión ligera para ser competitivos. Así, BMW encarga a Alpina la dirección del proyecto del BMW 3.0 CSL. Del éxito en competición del 3.0 CSL nacería BMW M.
Alpina tocaba entonces todos los BMW que le pedían. Sin embargo, con el tiempo, BMW se aseguró que después del M3 E30 (Alpina B6 3.5 S), Alpina no volviese a preparar un BMW M. Aun así, la colaboración entre las dos marcas se mantuvo siempre muy fluida y muy estrecha.
Por ejemplo, Alpina tiene acceso a los nuevos modelos que le interesaban en el mismo proceso de desarrollo para que la pequeña marca pudiera adaptar su producto a lo que estaba haciendo BMW e integrarlo así en la línea de montaje.
El acuerdo de cooperación entre las dos marcas hace que BMW fabrica los Alpina en sus líneas de montaje con motores Alpina, cajas de cambios Alpina, con los amortiguadores que pide Alpina, etc. Una vez completados en Buchloe (carrocería, llantas, interior, escapes), esos BMW reciben un número de chasis Alpina.
La cooperación va hasta el punto que en algunos mercados, como Estados Unidos y Canadá o algunos países europeos, es la propia BMW quien importa y vende los Alpina. Y en toda Europa, la red BMW está habilitada para el mantenimiento de los Alpina.
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BMW adquiere Alpina: el pequeño fabricante que le ayudó a crear BMW M no puede afrontar la electrificación del mercado
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Daniel Murias
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