Los chips para coches moverán 115.000 millones de dólares en 2030. Así pretende Intel devorar el pastel
En Intel lo tienen claro. Según esta compañía en 2030 la industria de los semiconductores facturará 115 000 millones de dólares contabilizando únicamente los circuitos integrados que venderá a los fabricantes de coches. Esta cifra multiplica prácticamente por dos la actual, lo que refleja que la demanda de chips que tiene el sector de la automoción ahora palidece frente a la que alcanzará en tan solo ocho años.
No cabe duda de que es un pastel demasiado jugoso para dejarlo escapar, y los fabricantes de semiconductores se están preparando para responder a esta inminente explosión de la demanda. Resulta sorprendente que en el enorme contexto de déficit de chips en el que nos encontramos actualmente esta industria nos esté anticipando que, lejos de apaciguarse, la demanda va a seguir incrementándose con un ritmo vertiginoso.
Intel tiene un plan, y ya prepara sus cartas
Hace dos días os contamos que Intel ha comprado la empresa de producción de semiconductores israelí Tower Semiconductor por 5400 millones de dólares. Y, precisamente, los nodos de fabricación de los que dispone esta compañía encajan como un guante con los requisitos que deben satisfacer buena parte de los chips que demanda la industria de la automoción. Sin embargo, esta compra es solo uno de los movimientos que está preparando Intel para reforzar su relevancia como fabricante de chips para la industria de los coches.
De hecho, Intel Foundry Services (IFS), que es la filial especializada en la fabricación de semiconductores, está dando forma actualmente a un departamento que nacerá expresamente con el cometido de dar servicio a los fabricantes de coches. Y la forma de hacerlo no es otra que producir los circuitos integrados que necesitan.
Lo curioso es que Intel parece estar siendo ágil. Y es que ha anunciado que creará una plataforma de computación automática y abierta que podrá ser utilizada por los fabricantes de coches para poner a punto el software que integrarán en sus vehículos.
Lo interesante es que esta plataforma utilizará chiplets, que, a grandes rasgos, son encapsulados que aglutinan varios chips que habitualmente llevan a cabo funciones diferentes y complementarias. Los chiplets son más fáciles de fabricar que los microprocesadores tradicionales que recogen toda la lógica en un único encapsulado. Y, además, tienen una mayor escalabilidad y son más baratos, por lo que tiene sentido que sean adoptados por la industria de la automoción.
Parece razonable asumir que, aunque se trate de una plataforma abierta, priorizará de alguna forma la utilización por debajo del hardware que va a fabricar Intel. No obstante, esto no es todo. Esta compañía también ha anunciado que pondrá a punto nuevos nodos de fabricación adaptados específicamente a las necesidades de los fabricantes de coches.
Y es que buena parte de los circuitos integrados que incorporan los vehículos no requieren utilizar en su fabricación tecnologías tan avanzadas como las empleadas para producir los semiconductores de alta integración que podemos encontrar, por ejemplo, en el interior de nuestros ordenadores y smartphones. De una cosa podemos estar seguros: ya quisieran muchos otros sectores tener unas expectativas de crecimiento como las de la industria de los chips.
Imagen de portada | Mike
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Los chips para coches moverán 115.000 millones de dólares en 2030. Así pretende Intel devorar el pastel
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Xataka
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Juan Carlos López
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