El Lamborghini Jalpa fue el último deportivo V8 que salió de la fábrica de Sant’Agata Bolognese ¡hace ya 40 años!
Este año no solo el Lamborghini Countach está de aniversario en Sant’Agata Bolognese. El Lamborghini Jalpa que deslumbró en su debut en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1981, en color bronce metalizado, acaba de cumplir los 40. Y se ve igual de atractivo -o incluso más- que entonces.
A su llegada el Jalpa presentaba como innovación técnica más relevante la evolución final del motor V8 de la casa montado en ángulo de 90 grados y colocado en posición central-trasera. Estaba hecho de una aleación de aluminio y contaba con cuatro árboles de levas controlados por cadena, previamente instalados en los Urraco y Silhouette.
Respecto al bloque de sus predecesores, en el Jalpa se logró aumentar de cilindrada hasta los 3,5 litros y con sus 4 carburadores Weber 42 DCNF y una relación de compresión de 9,2:1 este motor otorgaba una potencia máxima de 258 CV (255 HP) a 7000 rpm y un par máximo de 313 Nm a 3500 rpm, lo que según Lamborghini permitía al Jalpa alcanzar una velocidad máxima de 248 km/h (155 mph).
El último de su estirpe
El Jalpa fue el último deportivo de la marca en salir de fábrica con un motor V8 (si consideramos que el Urus al ser un SUV no cuenta) y, como manda la tradición en Sant’Agata Bolognese, tomó su nombre de una raza de toros de lidia muy apreciada: Jalpa Kandachia.
Nació con el objetivo de posicionarse como “el Lamborghini más asequible”, aunque siempre vivió bajo la alargada sombra del Countach. Al ser un desarrollo de su predecesor Silhouette, también se basó en el Urraco y, de hecho, en general conservaba la arquitectura de ambos aunque tuviera un motor más grande.
El Jalpa presentado en Ginebra en 1981 se creó sobre un Silhouette donante que nunca se vendió. Para su debut, el prototipo se pintó de un llamativo color bronce metalizado, tenía el suelo recubierto por moqueta y llevaba algunas características que nunca pasaron a producción, como su llamativo alerón trasero.
A su llegada a producción en 1982, el Jalpa presentaba algunos cambios notables como el chasis de acero, paragolpes negros y tomas de aire situadas estratégicamente para enfriar el motor; así como luces traseras horizontales y llantas de aleación de 16”, que provenían directamente del prototipo Athon y estaban envueltas por neumáticos Pirelli P7 de perfil bajo.
En cuanto al diseño exterior, muy angular, nació de la pluma del francés Marc Deschamps (director de diseño en el equipo de Carrozzeria Bertone) bajo las indicaciones de Giulio Alfieri, director general y técnico de Lamborghini en ese momento.
Uno de los elementos que más llamó la atención del Jalpa es el techo abatible tipo Targa, que podía guardarse en un compartimento específico situado detrás de los asientos.
Respecto al interior, de corte deportivo y muy lujoso para la época, estaba rematado con superficies revestidas de cuero y contaba con gran cantidad de mandos en torno al conductor.
El Jalpa estaba equipado con elementos poco comunes para ese tipo de coches entonces, como un equipo de música, espejos retrovisores regulados electrónicamente, elevalunas eléctricos e incluso aire acondicionado.
La prensa especializada de la época llegó a decir del Jalpa que comparado con el Countach era “mucho más fácil de conducir”, sobre todo por su mejor visibilidad y por ser más dócil a bajas velocidades. Sin embargo, aspectos como la posición de los asientos no fueron tan elogiados.
Pero sin duda las críticas más feroces al Jalpa tenían que ver con los reflejos nocturnos: por una parte, los modernos instrumentos retroiluminados se reflejaban en el parabrisas; por otra, las luces de los vehículos que circulaban en sentido contrario se reflejaban en la mampara situada detrás de los asientos que, a su vez, devolvía estos reflejos al retrovisor central.
En el Salón del Automóvil de Ginebra de 1984 se presentó la segunda generación (más bien restyling) del Lamborghini Jalpa cuyos cambios se redujeron a ligeras modificaciones estéticas como en el diseño de los parachoques y las tomas de aire del mismo color que la carrocería, las luces traseras redondeadas o un interior renovado, por la situación económica que atravesaba la marca en ese momento.
Lamborghini comenzó a desarrollar un sucesor del Jalpa con motor V10 antes de que Chrysler entrara en escena en 1987, pero una vez el gigante americano tomó el control, el proyecto P140 se canceló.
Conceptualmente, puede decirse que el Jalpa es el predecesor directo del Gallardo que, tras su nacimiento en 2003, se convertiría en uno de los Lamborghini más vendidos en la historia.
El Jalpa se produjo desde 1982 a 1988, y cuando su vida comercial tocó a su fin se habían fabricado 419 unidades. El año pasado, RM Sotheby’s vendió un ejemplar de 1984 en buenas condiciones y con solo 80,021 kilómetros en el odómetro por poco más de 87.000 euros.
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El Lamborghini Jalpa fue el último deportivo V8 que salió de la fábrica de Sant’Agata Bolognese ¡hace ya 40 años!
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Motorpasión
por
Irene Mendoza
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